Partida Rol por web

La prueba final. El verdadero motivo de esta merienda. La forma más absoluta, vibrante y comprometida de ayudar al Sombrerero es hacer un buen plato para la cena de la Reina Roja. Cualquier ingrediente que necesiten no tienen más que desearlo y la Liebre, el Conejo, el Sombrerero o la misma Cosinerra tratarán de abasteceros de él si vosotros no sois capaces de conseguirlos. Lo importante es que hagáis el mejor plato que se os ocurra bien lleno de sensaciones.

Lo mejor de todo es que la Cosinerra ya estaba manos a la obra y se puso a cantarles, como acostumbraba en sus cocinas, para hacer más amena la tarea.

¡Manos a la masa! Que ya está llegando la Reina Roja para probar el menú.

-¡Amiguitos, amiguitos! ¡qué bien verros juntitos!

Una cosita os he de aclarrar: El plato que hagáis, a la Reina Roja ha de matar conmosionar. Por eso os he dejado en la Mesa del Belle la reseta que yo voy a preparrar. No os cortéis en buscar los ingredientes bien contundentes, los más taimados, pestilentes, los más peligrosos... ¡y a ser posible rojos!

Derby atiende a la nueva prueba que se antepone ante ellos. ¿Cocinar? No es que ella sea una experta en ello, mira de reojo a su compañero de prueba. Dos gatos preparando una comida, ¿Qué podría salir mal? Piensa mientras frunce la nariz y sonríe haciendo que su pelo vuelva a centellear con cientos de colores que esta vez no se apagan, se quedan flotando mientras recupera del todo su otra forma más acorde con su compañía. 

-¿Porrr dónde empezamosss?- dice mirando a su alrededor con un ronroneo, intentando encontrar inspiración.-La cocinera ya ha hecho la tarta ¿Crees que deberíamos hacer algún entrante? Yo creo que alguna guarnición con frutos de coralillo, o regaliz como le dicen algunos en el otro lado...- repequiteó las garras pensativa. 

Viendo la importancia del momento y de los minutos huidizos que restaban antes de la inminente llegada de su encarnada majestad, el gato de Chesire decidió abandonar su parpadeante paseo entre comensales metiendo sus patitas aquí y allí. En vez de ello, dedicaría su absoluta atención a la colorida felina junto a la cual apareció, mirándola curiosamente con la cabeza sobre sus patas delanteras, y su mullida cola envolviéndolo como un manto.

-Un entrante sería magnívilloso, mi deliciosa compañera.- Accedió el gato, siguiendo el repiquetear de sus garritas sobre la mesa. -Ha de ser sutil, como una declaración de intenciones; se ha de colar suave por el paladar y sorprender cuando ya no pueda evitarlo. Ha de abrir el apetito y prometer explosivas delicias, sin que opaque los platos por venir. Como un primer beso tímido entre labios desconocidos...- El gato se levantó de su perezosa posición para buscar la cercanía de la felina. -Una EnsalHada, o una Sopa-Po, por ejemplo.-

Sopesó las deliciosas palabras de Chesire mientras reflexionaba.

-Una sopa suena bien, algo ligero pero caliente el estómago para prepararlo para lo que le espera.- sus ojos se movieron como el tictac de un reloj mientras barajaba diversos ingredientes.- Necesitaremos algo con lo que hacer caldo. ¿Agua del mar rojo tal vez? Bien de color y de sal, para abrir el apetito y la sed. ¿Cuánto crees? ¿Medio litro quizás?- miró a sus peludo compañero esperando su opinión al respecto. 

-Que sea un litro, y dejar que reduzca para acentuar la sal.- Asintió con gusto y aprobación el gato ante el primer ingrediente, que eran uno y dos al mismo tiempo. -Puesto que el plato de Cosinerra será de carne, la Sopa-Po puede ser de mariscos. Entonces agregar dos puños llenos de gambas, bien asoladas para que estén en su punto más rojo.-

Con las franjas comenzó a dibujar frente a ellos letras para ir dando un cierto orden a su cocina.

Sopa-Po de Mariscos

- 1 Litro de agua del Mar Rojo
- 2 puños llenos de gambas bien asoladas

-¿Quizás guindillas para darle contundencia?- Sugirió.

-Me parece una buena idea.- asintió mirando la orden en frente de ellos.- Pero la justa, que no le duerma las papilas gustativas, para que tenga que saborearlo todo.- puntualizó.-Podemos reducirla con el agua para que se mezcle con la sal.

-¿Y un puñado de siseos? - se le ocurrió de pronto- para acompañar las gambas.- sin esperar respuesta lo apuntó también.

Sopa-Po de Mariscos

- 1 Litro de agua del Mar Rojo
- 2 puños llenos de gambas bien asoladas

-1 y 1/2 de guindilla muy picada.

-1 taza de siseos mal intencionados 

-¿Qué más? ¿Algún colofón que se te ocurra?- preguntó la minina mientras repasaba lo que llevaban.

Ya con sólo mirar los ingredientes se le hacía agua la boca, disfrutando de la expectativa del mismo modo que se disfruta de la espera, y más cuando se hace en buena compañía. -Creo que con eso tendríamos casi todo. Quizás, dos cucharadas de aceite de olvido para sofreír una cabeza de ajo descabezado junto a las guindillas; de esa manera luego de la Sopa-Po se olvide que lo ha tomado y siga con el primer plato sin saber lo que le espera.- Sugirió el gato con su amplia sonrisa, encantado de la gustosa receta.

Sopa-Po de Mariscos

- 1 litro de agua del Mar Rojo
- 2 puños llenos de gambas bien asoladas
- 1 y 1/2 de guindilla muy picada
- 1 taza de siseos mal intencionados
- 1 cabeza de ajo descabezado
- 2 cucharadas de aceite de olvido

-Podemos comenzar la preparación dando un baño a las gambas y ordenando que les corten las cabezas.-

-¡Oh, qué bien, qué bien! Estáis hasiendo un plato estupendo esta reseta de entrante, quedarrá fantasmagigórica parra el Banquete Rojo. ¡Felisidades! Sopa-Po de Marriscos. ¡Bueno, bueno!

-Sí-asintió.- Creo que será buena idea. Mientras tanto- añadió pensativa.- Deberíamos ir poniendo también el agua a reducir, a fuego lento, para que podamos preparar el resto de ingredientes y cuando todos estén que tengamos esto ya listo.- propuso.

Repasó a continuación la lista.

-De la que se descabeza las gambas se pueden gillotinar también los ajos.- mencionó al leer los ajos descabezados.- ¿No te parece? ¡Que les corten la cabeza a todos! pero juntos, para fregar menos guillotinas al final.- rió. 

-No sólo sois fascinante y astuta, sino también practica. Rendido estoy a vuestros pies, señorita Derby.- Dijo el gato, haciendo una leve reverencia en dirección a la felina. Dispuso entonces los pasos para la preparación, para que pudieran leerlos a la vez que lo realizaban. A medida que habían ido confirmando los ingredientes estos se materializaban sobre la mesa, ya fuera producto de la magia de Cosinerra o que la fuerza de sus pensamientos en conjunto hacía que aquello que desearan se hiciera realidad.

Preparación:
1- En una olla poner el agua del Mar Rojo a fuego alto para que reduzca y se asiente la sal en el fondo.
2- ¡Que les corten la cabeza a los ajos y a las gambas! Si puede ser, todos con la misma guillotina para no tener que lavar de más.
3- 
4- 
5- 

-Continuemos. Diría que el siguiente paso es picar la guindilla finamente, tan fino que pase desapercibida en la mezcla. ¿Cómo seleccionaríais entre los siseos cuales son los más malintencionados?- Preguntó, mientras la olla se ponía al fuego, al tiempo que las gambas y ajos rezaban una última oración antes de perder la cabeza.

Derby ronroneó complacida ante el cumplido y repasó la receta.

-Sí, muy molida, si podemos dejarla para espolvorear mejor- coincidió respecto a la guindilla. 

En el tema de los siseos la gata lo tenía muy claro 
 -Calentándolos por su puesto, los siseos que tardan en más en calentar son los peor intencionados, se van fraguando a fuego lento macerados en la ponzoña del alma, así que pondremos otra pota con ellos- Respondió

 

Preparación:
1- En una olla poner el agua del Mar Rojo a fuego alto para que reduzca y se asiente la sal en el fondo.
2- ¡Que les corten la cabeza a los ajos y a las gambas! Si puede ser, todos con la misma guillotina para no tener que lavar de más.
3- Picar la guindilla y pasarla por el mortero hasta hacerla polvo y guardarla para espolvorear después.
4- 
5- 

-El aceite de olvido debemos manejarlo con cuidado.- advirtió.- ¿Os parece dejarlo para el final?

El gato escuchó atentamente la manera de escoger a los siseos, y en seguida una nueva olla se agregaba a la cocina improvisada, esta vez para colocar en ella la taza de siseos, poniéndolos a fuego lento. -Puesto que queremos usar los más intensos siseos, será mejor que pongamos ese entre los primeros pasos, para dar tiempo a que se inflen bien.-

Preparación:
1- En una olla poner el agua del Mar Rojo a fuego alto para que reduzca y se asiente la sal en el fondo.
2- En otra olla calentar los siseos en su propio jugo ponzoñoso, escoger aquellos que tarden más en calentar.
3- ¡Que les corten la cabeza a los ajos y a las gambas! Si puede ser, todos con la misma guillotina para no tener que lavar de más.
4- Picar la guindilla y pasarla por el mortero hasta hacerla polvo y guardarla para espolvorear después.
5- 
6- 

Desvaneciéndose de donde estaba, y reapareciendo encima de la primera olla, el gato observó atentamente como iba el Mar Rojo. -Muy de acuerdo en dejar el aceite como último paso, así que los ajos descabezados y el ajo dejarlos aparte. Diría que lo siguiente sería lanzar las gambas al Mar Rojo, que creo que ha reducido suficiente. ¿Estáis de acuerdo, o esperamos un poco más?-

El Sombrerero saltó, rió, bufó encima de la mesa hasta llegar al rinconcito donde los gatitos hacían de todo, todo... Pero que bonitos -Zois de lo más aplicativos y divertados, no ze lo que os he dicho pero seguro que os ha gustado... No venía de hecho a corregiros pues veo que tenéis más garra con la cocina de lo que yo he tenido nunca... pero he visto por allí y por allá algunas zin ayuda no llegaran... Azí que he decidido echarles una manita y para ello me gustaría llevarme un mechón de Derby cuando se pone rojiplática... ¿Es pozible? ¿Es pozible? Es un zimple aderezo... anda Chezi, dile algo picantón y sonrojante para que Derby se colore un instante... jijijojo...

Movió la punta de la nariz pensativa respecto al cambio de orden, pero sí, Chesire tenía razón.

-Sí, yo creo que ya está listo.- asintió.-Podemos ir echando las gambas, y cuando den un par de vueltas podemos agregar los ajos.- observó la lista de ingredientes de nuevo.- Luego ya quedarían los últimos toques ¿No? -repasó.

Preparación:
1- En una olla poner el agua del Mar Rojo a fuego alto para que reduzca y se asiente la sal en el fondo.
2- En otra olla calentar los siseos en su propio jugo ponzoñoso, escoger aquellos que tarden más en calentar.
3- ¡Que les corten la cabeza a los ajos y a las gambas! Si puede ser, todos con la misma guillotina para no tener que lavar de más.
4- Picar la guindilla y pasarla por el mortero hasta hacerla polvo y guardarla para espolvorear después.
5- Ahogar las gambas descabezadas en el Mar Rojo.

6- Cuando empiecen a pedir auxilio agregar los ajos también.

7-

-

Fin:Regar con una cuchara de aceite de Olvido. 

El sombrerero apareció de improvisto y las palabras del sombrerero bastaron para que el pelaje de Derby se tintara de color rojizo, no intenso, aún se veía la base de colores por debajo, era curioso cuando eso ocurría en su forma gatuna. 

La interrupción del Sombrerero llegaba en buen momento, puesto que por ahora los gatos risueños no tenían mucho más que hacer sino esperar por los siseos y dejar caldear a las gambas. El gato de Chesire atendió la petición que les traía el anfitrión, y muy solemnemente asintió.

-Puesto que de nada servirá la Sopa-Po si el resto de platos no cumplen su función; ea, pues, algo de ayuda felina no está de más.- Las franjas del gato se fueron desmaterializando, mientras la cabeza se acercaba al colorido hocico de su compañera cocinillas.

A ti que eres ángel pícara,
dulzura; alabando hermosura,
ingeniosa, luminosa,
preciosa; seduce
besar boca cual una en o.

Aunque no mucho más haría falta, pues la encantadora Derby ya mostraba su pelaje encarnado.

El sombrerero daba palmitas -Oyoyoyoyoy estos dos que tontorronroneadores zon, ¡Mencantan! -Se puso el índice junto a la boca pensativo -Aunque claro yo de Chezi ya estoy un poquito harto ziempre con zus engoladas metafízicas...- Pero escuchó la maravellísimaboladenievebelleescondida que le soltó a Derby y esperó un poquito más hasta ver como se pondría no solo un poquito rojiplática, sino bermellona del todo y oye, más valía una roja que cinco amarillas.

Esperó hasta ver un mechón bien rojo, rojo que te cojo y le pegó un tironcito. Bah, seguro que ni se entera con lo del poema... y se fue dando saltitos y berridos hasta el otro extremo de la mesa donde estaban el Hada y el señor de porcelana.

Cosinerra estaba encantada con la creatividad que mostraban sus compañeros de Banquete. La Reina Roja no solo iba a ser agasajada, es que de un modo u otro iba a ser directamente sajada, algo que necesitaban de todas todas. Por lo menos su amigo Sombrerero, que estaba muy preocupado por la llegada de sus huestes y con intenciones claramente oscuras.

-¡Bien, bien, vais muy bien! ¡Os está quedando marravilloso, presioso! ¡Peligroso además de gustoso!

El pelaje de Derby se volvió más intenso con las palabras que su compañero gatuno le dedicó así que al sombrerero le debió ser fácil encontrar algún mechón especialmente rojo. Le dio un pequeño empujón con el hombro pero era evidente su ronroneo. Ni siquiera le importó que le cogieran un poco de pelo, aunque sin duda, claro que se dio cuenta. 

Se giró a la cocinera.

-Grrraciass- le respondió antes de volver a prestar atención a la receta. 

-¿Cómo crees que irán los siseos? -preguntó asomandose a la pota.- ¿Tal vez unos minutos más?¿Vamos bien de tiempo?

-De Tiempo diría que vamos excelente, pero puesto que al pobre no lo he visto desde mucho antes de esta merienda, no sé si esté de acuerdo.- De todos modos el gato alzó su mirada en dirección a donde ya podía empezar a verse las puntas del cabellos de la Reina Roja. Se acercó a su compañera para ver en la olla, y asintió con gusto. -Bastante seguro de que ya está. Es una lástima no poder probarlos, o nos patearán en el estómago y en nuestra frágil confianza.-

Con una espumadera fue recogiendo los siseos, y los dejó caer delicadamente sobre las gambas y la porción de Mar Rojo, para que no estallaran y derramaran su malicia en el caldo antes de tiempo. -Ahora espolvorear la guindilla y mezclar bien, antes de agregar el aceite de Olvido. ¿Hacéis los honores, señorita Derby?- Dijo con galante gesto, señalando hacia el ya casi listo plato.

Preparación:
1- En una olla poner el agua del Mar Rojo a fuego alto para que reduzca y se asiente la sal en el fondo.
2- En otra olla calentar los siseos en su propio jugo ponzoñoso, escoger aquellos que tarden más en calentar.
3- ¡Que les corten la cabeza a los ajos y a las gambas! Si puede ser, todos con la misma guillotina para no tener que lavar de más.
4- Picar la guindilla y pasarla por el mortero hasta hacerla polvo y guardarla para espolvorear después.
5- Ahogar las gambas descabezadas en el Mar Rojo.
6- Cuando empiecen a pedir auxilio agregar los ajos también.
7- Recoger los siseos con mimo y cuidado, para que no revienten antes de tiempo y conserven su malicia, y agregarlos a la sopa.
8- 
9- Regar con una cuchara de aceite de Olvido.

¡Servir bien caliente!