Partida Rol por web

Empiezo a caminar hacia donde los bandidos desaparecieron aun furioso y con rabia encima

¡ESO ES TODO LO QUE TIENEN! ¡¿EH?! ¡¿TIENEN QUE CORRER POR SUS VIDAS INCLUSIVE SI SON EL DOBLE DE NOSOTROS!?

Grito totalmente fuera de mis cabales. Cuando veo la saeta clavada en mi abdomen respiro hondo y miro a mi alrededor, la furia hizo que me olvidara totalmente de los demas. Justo cuando estaba a punto de ir junto a Freya veo a una persona que no habia visto antes

¿Y tu quien eres? ¿Acaso otro bandido?

El chico tenía aspecto salvaje y descuidado, de eso no cabía duda. Sus ojos, verdes, repasaban la escena, intentando captar todos los detalles, con más curiosidad que preocupación. Su pelo, descuidado y rebelde, caía alrededor de su cabeza, acabando en dos abultadas patillas que le daban un aspecto más animal si cabe. No era demasiado alto, es más, parecía simplemente un chico de unos trece o quince años, un chico travieso y juguetón, sensación que apenas quedaba disimulada por su expresión seria y decidida. Vestía de verde y marrón, y una raída bufanda negra le rodeaba el cuello, a pesar de que no hacía tanto frío como para llevarla

Lugh miró con curiosidad a los integrantes de la caravana. Parecía que su destreza en combate era bastante superior a lo que había pensado. Quizás su presencia allí había sido innecesaria. Pero, entonces... ¿Por qué Garnaris...?

No Dijo, decidiéndose a no andarse con rodeos ¿Estáis bien? ¿Algún herido?

Al ver que, sorprendentemente, la mayoría se encuentra bien, decide dar la vuelta y perderse en la foresta, de nuevo, sin esperar apenas a que reaccionaran

¡Ahora vuelvo!

 Lugh vuelve corriendo, a comprobar el estado del soldado herido. No se perdonaría el matar a otro ser humano sin razón alguna, y, desde luego, ese hombre no sería una excepción. Se agachó junto a él, y comenzó a comprobar si respiraba o no

Por favor, por favor...

Como se había imaginado Ethan, una vez el supuesto lider cayó los demás salieron en desbandada.

Con un gesto energico, el joven sacude la sangre de su katana y luego la enfunda. Mientras se acercaba hacia los demás se fijó en que aparecia un chico de la espesura. Aunque no tenía aspecto amenazador, por lo menos en principio.

Sabía que tanto Niphel como los caballeros del cielo habían sido heridos. Desgraciadamente sus conocimientos en el campo de la medicina eran más bien limitados. Así que se volvió a gritar a la gente de la caravana.

EH. ¿Hay algún medico? Tenemos heridos.

 Una voz se oye desde el lugar por donde ha desaparecido el chico

¡Yo puedo curaros! ¡Esperad un momento!

Parece que el joven está ocupado con algo, a no mucha distancia de la caravana...

Te acercas al hombre abatido y le revisas, al parecer el golpe en el menton habia sacado de lugar una de las primeras vertebras. Sabiendo que su cuerpo dejaria de funcionar ya que los nervios del cerebro estan obstruidos pones de vuelta en su lugar la vertebra con un ligero y peligroso movimiento. Preocupado por la maniobra precipitada revisas al hombre aun inconciente buscando alguna otra herida mortal... sientes como tu frente y tus manos transpiran mientras le revisas. Sabiendo que la vida del hombre corre gran peligro de todas formas decides hacer uso de tu energia interna. Apoyas tus manos sobre su pecho y mientras piensas en cosas buenas y mantienes la esperanza diriges tu energia a tus manos y luego al cuerpo

Uno pasan segundos de incertidumbre que te parecen ser años, pero al final te alivias al escuchar como el cuerpo del bandido vuelve a respirar y se mueve débilmente

Un hombre de unos 60 años sale apresuradamente de la primera de las carrozas diciendo a su paso

Yo. Yo se algo de medicina

El hombre ve primero a Freya la que tiene dos saetas clavadas en su cuerpo y hace un gesto de preocupación sumada de miedo, al igual que al ver el brazo de Nyphel. El dice saber algo de primeros auxilios, pero su reaccion al ver cada herida es peor a la anterior, asi que da algo de desconfianza

eeh… mmmm… P-Primero atendamosla a ella –señalando a Freya- llevenla a la mesa de la carroza. ¿Hay algun equipo de medicina en la caravana?

No, no hay – dice vallento de mal humor y extrañamente calmado

Bueno bueno, yo, yo tengo algo - Cuando el hombre escucha a el caballero de La Orden Del Cielo se deja intimidar por su carácter, y luego al ver sus multiples cortes y la saeta clavada se vuelve a preocupar y entra apresuradamente a la carroza

 Tomo a Freya entre mis brazos y la deposito con delicadeza en la mesa.

-Señorita -tomo su mano- perdóneme por favor por ser el causante de sus heridas. - beso su mano con delicadeza y la despojo de su armadura.

Me quito la gabardina, el chaleco y los guantes. Limpio mis manos y brazos, y empiezo a limpiar sus heridas.

-Se un poco de medicina y herbolaria, así que creo que puedo serles útil.

-Pero pero... ¡Por los clavos de Cristo! ¿Soy el unico que ha visto eso o que? ¡¿Que coño eres tu?!

Dije gritando hacia Ethan, era la primera vez que veia algo parecido y desde luego no era normal. Estaba preocupado por la situacion de los demas pero más me preocupaba la habilidad que acababa de mostrar el extranjero. Si esperaba algo impactante era de los caballeros de la orden no de un compañero de la caravana...

 Lugh asiente, satisfecho, no sin antes echar un vistazo para ver si hay algún otro herido. Cuando se cerciona de que los otros han huido, y antes de que ese hombre recupera la consciencia, decide quitarle las armas. No va a llevarle a la caravana: Es posible que alguno de esos guerreros que iban en ella, furioso, quisiera vengarse a través de ese personaje. Lo mejor era dejarle ahí. Con un poco de suerte, al despertar se replantearía si la vida de bandidaje que llevaba era realmente una buena filosofía

Y tampoco es que fuera a usar sus armas, pero no quería que, en caso de no hacerlo, decidiera vengarse de Lugh

 El chico vuelve a aparecer entre el follaje, esta vez llevando una espada y una ballesta consigo. Armas que tira en el camino sin pensárselo dos veces, como si fueran cacharros inútiles

Bueno, ya está. Dejad que eche un vistazo a los heridos...

Al ver que ya había un médico entre ellos, estuvo a punto de echarse atrás. Pero un poco de ayuda nunca venía mal, así que al final, encogiéndose de hombros, se acercó para echarle una mano

Aunque el combate habia terminado, la tencion que habia era muy fuerte y ya varios de los pasajeros de las otras carrozas se bajaron a ver que es lo que pasaba. Mientras dentro de la carroza discuten de cual seria la maneta mas apropiada para retirar las saetas, ya que cuentan con muy poco equipo de primeros auxilios y si no se lo hace de manera apropiada podria ser peligroso. El joven que habia aparecido hace un rato se aproxima a el lugar con claras intenciones de entrar y ayudar, pero es detenido por Vallento

Cuando veo que el muchacho va directo a entrar a la carroza me pongo delante de la puerta y le miro con cara de pocos amigos

¿A donde te crees que estas llendo niño? ¿Te piensas que puedes entrar asi como asi sin presentarte ni conocerte? Este no es lugar para jugar…

 Lughaidh Baldovin, encantado. Aleh, ya nos conocemos. Y ahora, si no te importa, voy a ver si puedo ayudar a ese hombre...

Habla con tono algo aburrido y burlón, y una media sonrisa se dibuja en su cara

Si me permite...

Hace ademán de entrar en la caravana, sin llegar a empujar al hombre que se ha puesto delante suya, simplemente haciéndose a un lado con toda la educación de la que es capaz (que, por supuesto, no es mucha)

Vallento apreta los dientes y deja pasar al chico, pero en ningun momento le quita los ojos de encima, simplemente se queda sentado afuera esperando su turno.

Mientras tanto, dentro de la carroza los tres personajes toman el rol de doctores y empiezan a tratar a los heridos. Ninguno de los 3 sabia mucho, el hombre que se ofrecio primero demostraba saber un poco mas de conocimientos, pero nada que sobresalga de lo normal. Trabajando juntos intentan curar a los 4 heridos (Freya, Vallento, Nyphel y Lugh)

La situación del joven que ha aparecido a ayudar con Vallento le parecería a Ethan divertida, sino fuera porque hay heridos. Algunos de ellos graves.
Por otro lado parecia que realmente los bandidos habían huido todos, por lo que en ese sentido estaban a salvo. Pensaba decirle al caballero de la orden del cielo que se dejase de tonterias y permitiese al nuevo ayudar. Pero la reacción de Howard le sorprendió.

 Cita:

Soy un humilde alumno del Templo de Dos Rios. ¿Algún problema?

Realmente no entendia la reacción de Howard. Tampoco es que hubiese hecho nada extraordinario.