Partida Rol por web

Doce descripciones y trece personas. Necesariamente tiene que haber uno que no estuviese entre las imágenes que me proporcionó Jason.

Desde su escondrijo, Samuel repasó las caras de nuevo con detenimiento. Uno a uno iba descartando sospechosos. Si se fijaba bien, al final, tenía que dar con el infiltrado. Sentía la tentación de comunicar su situación, pero temía ser escuchado, así que decidió seguir en silencio. Simplemente hizo un tap-tap-tap con el dedo sobre el comunicador, lo que esperaba, se entendiese como "recibido".

Tengo una mano en la cabeza masajeándomela cuando entra un delincuente en el sala, de primeras trato de ignorarlo, sólo me faltaba que me juntaran con la chusma. Pero cuando el sujeto habla, parece tener una educación correcta y mirándolo un poco más no parece encajar del todo.

Puede que haya pasado por algo similar a lo que me pasó. Me levanto me estiro la chaqueta desde abajo y le presento la mano.

-Alexander Smith, Agente administrativo de Armotec-tras darle la mano me llevo al interior de la chaqueta para sacar una tarjeta, detengo mi movimiento, por lo estúpido que es en estas circunstancias- ¿porqué te han metido aquí?-pregunto finalmente disimulando.

Le doy la mano con firmeza, apretando lo justo para no incomodar, y sin alargar mucho el apretón mientras sonrío levemente:

- Estoy aquí por no saber callar a tiempo y por no responder lo que querían oír. - Digo ampliando la sonrisa. - Bueno, por eso y por un pequeño problema con el pasaje, nada serio, pero la agente Durham no está de humor estos días.

Recorro la sala con la mirada, antes de dirigirme a la silla y sentarme buscando una postura cómoda.

- ¿Sabe si vamos a estar mucho tiempo aquí? Es para pedir algo para picar.

Le devuelvo la fuerza del apretón y la sonrisa como corresponde a una correcto intercambio de información. Las causas por la que el señor Wong está aquí parece que no es muy grave, gracias a la Tierra, y puedo relajarme un poco, aunque no tanto como él, ya que pide algo de picar.

-Yo me he obligado a comer algo antes que me metieran aquí, creo que toca esperar- carraspeo- ¿a que se dedica señor Wong?

Veo que es una persona muy observadora, parece estar siempre en continua vigilancia.

Desde tu posición lograste identificar unos pocos operarios, todos ellos en el registro que te dio Jason, pero otros tantos se encontraban fuera de tu ángulo visual, de espaldas o demasiado lejos para que pudieras verificar su identidad. Todos ellos parecían realizar sus trabajos habituales, ninguno estaba realizando nada que pudieras juzgar sospechoso.

Habían pasado unos pocos minutos y nada cambiaba. El comunicador resucitó.

¿Alguna novedad, señor Thorn? preguntó la militar pendiente de tus palabras. Si no hay novedad dé golpe al micrófono, no hable si no lo estime necesario.

Sam dio un toque al micrófono y se dispuso a avanzar con discreción para ver si conseguía ver al resto del personal técnico. Sacó su pistola y la ocultó tras su cuerpo, por si alguien le veía.

Entonces pensó que si nadie se había percatado de que había un técnico de más, quizá no se diesen cuenta si en vez de uno, eran dos. Si pudiera conseguir un traje de técnico que le sirviese...

Asiento y sigo a la mujer. No comprendía por qué se enrabietaba tanto. Solo era que Harvy no aparecía desde esta mañana, no creo que fuera tampoco para ponerse así. Estaría en alguna de las habitaciones rodeado de mujeres o en algún bar del crucero intentando ligar para satisfacer su voracidad sexual. Cosa que tampoco comprendía... Pero éso era otra cosa. Ahora seguía a una mujer enfadada sin razón justificable a un lugar que desconocía. No me gustaba aquello y no me fiaba, pero cualquiera le levantaba la voz a la altiva mujer. 

Una leve sonrisa asoma a mis labios antes de responder:

- Lo último que me he tomado yo han sido dos Benriach 12, por eso creo que es mejor comer algo. - Ante su pregunta me quedo pensativo un rato antes de decir: - Mi área de trabajo no está muy definida, digamos que soy un Experto en Adquisiciones Freelance, suelo trabajar tanto para corporaciones como para clientes particulares. Aunque ahora mismo estoy de vacaciones, las primeras vacaciones en muchos años.

Me mantengo sentado de forma relajada y cómoda, ya que no se cuanto va a durar esto.

Tras una ojeada fugaz a la entrada de la sala de máquinas, localizaste una pequeña sala anexa con taquillas y uniformes del personal de mantenimiento, sin nadie que prestara atención al lugar te colaste para disfrazarte de uno de los técnicos. No requirió muchos artificios, solo lo necesitabas para moverte con cierta libertad dentro de la sala.

Vuelto a tu puesto de observación, empezaste a controlar más de cerca a los operarios buscando coincidencias. Era cuestión de tiempo encontrar a Alexandre Harvy, pero sentías que el tiempo no era tu aliado en aquellos momentos. Justo en aquel momento crepitó tu comunicador una vez más.

Me encuentro en la entrada de la sala de máquinas con Juliette LeCompte. Si puedes activar tu omnipad para tener visual y que LeCompte nos identifique a Alexandre Harvy, estaremos a la espera. dijo la voz de Hanna con tono profesional.

La mujer se había calmado un poco, pero no parecía por la labor de dar más explicaciones de las necesarias a Juliette. Avanzaba a grandes zancadas, presionando a su acompañante a hacer lo mismo. En alguna ocasión comentaba algo por la radio, su ubicación y poco más. Llegó un momento en el que os detuvisteis frente la entrada a la sala de máquinas de la Plavalaguna, se detuvo y habló por su comunicador.

Me encuentro en la entrada de la sala de máquinas con Juliette LeCompte. Si puedes activar tu omnipad para tener visual y que LeCompte nos identifique a Alexandre Harvy, estaremos a la espera. dijo a quien fuera que estuviera en el interior, luego miró a Juliette.

¿Podrás identificar a Alexandre Harvy si lo ves? No ha de haber errores, la seguridad de la nave está en juego. soltó algo más de información, pero aquello seguía sin tener sentido, ¿en qué riesgo podía poner Alexandre la Plavalaguna?

La agente de seguridad activó su omnipad y lo dispuso para que pudieras ver las imágenes que proyectaran desde el otro lado.

De repente, tras la comunicación de Hanna, irrumpió una voz que hasta el momento se había mantenido ajena a los acontecimientos. Una de muy familiar para Sam.

Sam, hemos interrogado al tipo relacionado con un tiroteo hace una hora. El sospechoso ha afirmado que sus guardaespaldas se volvieron locos, y no parecían dueños de sus acciones. Como si alguien les estuviera controlando a distancia. hizo una pausa mientras tomaba aire. No quiero hacer hipótesis peregrinas, pero si no tenemos nada sospechoso de Alexandre Harvy cabe esta posibilidad por muy extraordinaria que parezca.. Ten cuidado.

-Gracias por el aviso Cassie. Hannah, me pongo con ello.

Sam sacó su omnipad y se movió entre los técnicos disimuladamente, como haciendo que estuviese consultando algo, pero aprovechando para sacarles una imagen facial.

Empezaste a hacer un barrido de cada uno de los técnicos, era una sensación extraña que ninguno de ellos se hubiera percatado de un agente externo entre ellos, y tú eras el segundo. Sabías que en estos puestos, las rotaciones entre naves era habitual, pero el controlador de seguridad que llevabas dentro te alarmaba la facilidad con la que tú y Alexandre Harvy os habíais infiltrado en un lugar tan delicado como ese.

Tras diez reconocimientos positivos, empezaste a adentrarte en la zona más cálida de la sala. Los ingenieros seguían volcados en sus quehaceres, ignorantes de lo que pudiera pasar. Al final de un pasillo de tuberías localizaste a uno de los técnicos, cara a un panel de control innaturalmente inmóvil.

Tenía el pelo engominado.

Asiento ante la contestación de mi compañero de reclusión. No ha dicho nada de nada en toda su presentación, este es de los míos. Pienso mientras sonrío. Me levanto de mi pequeño banco y doy pasos lentos mientras repaso mentalmente todo lo que ha pasado, necesito reflexionar.

Me meto las manos en los bolsillos y doy pasos largos y despacio, mirando al suelo, dándole vueltas a todo.

Sam se acercó sigilosamente hasta el técnico asumiendo que por su postura, o estaba muerto o inconsciente. Podía ser una distracción, así que no bajó la guardia en ningún momento. Llegó hasta el final del pasillo y se giró enfilando con el arma el nuevo corredor que se abría parapetado tras la esquina y solo entonces echó un vistazo al cuerpo. Cualquier herida le podría dar una idea del tipo de armamento de que disponía su atacante.

-Claro que podré- niego ante la evidencia.- Y más conociendo los marcadores genéticos que tiene Harvy expresados en su fisionomía. Sin contar las marcas de nacimiento, los gestos, los tics... Cada persona es única, incluso los gemelos con carga genética idéntica son identificables por ligeras variantes en sus patrones de comportamiento debidas al entorno...- miro las imágenes cuando me las tiende, tras explicarle la obviedad a la hora de identificar a alguien.

Que alguien de la seguridad no tuviese unos mínimos conocimientos de ello, dejaba un tanto que desear. Aún se habían retomado estudios que se creían arcaicos sobre las medidas del cráneo y posibles relaciones con conductas delincuentes. ¿Cómo esperan sino preveer los crímenes?

El hombre llevaba un uniforme de técnico de la nave, se encontraba frente a un panel que rápidamente se identificó, u os lo identificaron, como el director que controlaba los motores de la Plavalaguna. El seguro analógico cuando lo digital pudiera fallar, aquel hombre se mantenía en pie rígido como una estatua sin moverse.

Justo en ese momento pareció recibir una llamada por el omnipad a lo que enseguida respondió, su voz estaba apagada, totalmente carente de cualquier voluntad.

Sí, estoy aquí.

Hubieron unos segundos más de silencio, como si al otro lado del aparato alguien le pudiera dar instrucciones. Enseguida se volvió hacia Samuel, le miró directamente a él desvelando cualquier subterfugio que pudiera llevar encima. El semblante de aquel hombre estaba compungido por una feroz lucha interna, la piel estaba tensa hasta el punto de poderse marcar algunas pocas venas en su cuello y rostro. Casi juraría que estaba apretando los dientes.

Se quedó mirando a Samuel sin moverse, una mirada fija pero perdida.