Partida Rol por web

El cuasi gruñido de Vizko hizo que Morgan se tensase en el banco y flexionase sus manos lista para actuar, por suerte quedó en nada y el bardo, siempre atento, intentó dar la mejor explicación posible. Ante las palabras del matón insultando al drow la guerrera no pudo hacer otra cosa que incorporarse de su posición reclinada e interponerse entre ambos, no fuese que Fewyhn hiciese una locura.

_{- Todo a su tiempo.} - susurró muy bajo a nadie en particular mientras apretaba la mano derecha en un puño.

Su mirada, fija en las botas de 'la-Ley'; sus mandíbulas, mascando la raiz duramente. Cuando el semiorco se dió la vuelta escupió en el suelo que hasta hacía poco estaba pisando, murmuró algo entre dientes* y pisó el escupitajo.

- Pero ninguno de ellos lograría acabar con esa 'bestia'.

Remarcó la última palabra y levantó la mirada hacia la espalda que se alejaba, sabía que sus palabras eran ciertas pues en otro caso no negociaría con ellos - A no ser que haya algo mas. - pensó pero no se le ocurrió ningún motivo, al fin y al cabo si lo que querían era quitárselos de en medio no creía que hiciesen falta tantas sutilezas. Por fin salieron, no sin antes decir la última palabra, y ante el primer comentario de Rivoel la guerrera volvió a murmurar.

- Todavía no. - siguió escuchando y se dijo que esa noche, y posiblemente alguna mas, tendrían que dormir con un ojo abierto. - Vamos pues.

Se levantó y acompañó a Rivoel hasta la barra, si había que pagar el alojamiento le iba a tocar volver a aflojar la bolsa, se posicionó un paso detrás de él y su mirada vagó por la sala, para no dar la impresión de intentar intimidar al tabernero; era algo que había aprendido hacía mucho tiempo, cuando su misión había sido la de proteger a otra persona pero no estorbarla.

* Una maldición en enano. Es algo que aprendió de los comerciantes en Cimbar, escupir al suelo y decir la maldición antes de pisar el escupitajo para sellar así el maleficio.

De reojo el Fewyhn miró a Lirian, su gesto le había llamado la atención. Su ceja escrutaba al torpe guerrero y sus sospechas se materializaron cuando Vizko se llevo la mano a la espada. Una sonrisa asomó en el rostro de Fewyhn al ver las intenciones de este. VamosA los insultos estaba más que acostumbrado y sólo le bastó puso las manos sobre la mesa. Una furtiva mirada que contaba el número de los hombres de Vizko. La semiorco se levantó para interponerse entre drow y VIzko. La sonrisa no desaparecía del rostro de Fewyhn y en sus ojos se podía leer sus intenciones. Sea como fuere la "Ley" se marchó...
Mentira... dijo mientras este marchaba. Una vez fuera continúo Fewyhn ¿Si conoce a tantosss aventureross como esss que vino tan deprissssa a ofrecernosss esse trabajo? Pero había muchas más cosas en la mente del drow que prefería callar por ahora y seguramente no fuese él quien decidiese.
El semidrow vio como sus compañeros se iban a buscar información y se vio tentado de seguir al semiorco.

Durante el tiempo que Vizko permaneció en la mesa, Códice se controló para no decir nada más. “¿Para qué? ¡Lo están haciendo muy bien! Este bruto se está agarrando a nuestro disfraz cual tomatera a su tutor.” Sólo temió por el plan cuando pareció que Kraum y el mediodrow iban a llegar a las manos. “¡Gracias a la Diosa que tenemos a Morgan!”, se alivió una vez pasado el peligro. Antes de marcharse, Kraum analizó al grupo con la mirada. “Ha visto las insignias”, observó. “Sin embargo, no ha dudado en tratarnos como a mercenarios... Qué extraño...” Códice no supo qué conclusiones sacar.

Como Rivoel, Códice suspiró aliviado cuando aquellos matones se largaron del mesón. Un segundo después, y en reacción a la propuesta de su compañero, el sacerdote valumbrino bostezó, y al hacerlo mostró una enorme boca llena de colmillos. (Curiosamente, una dentadura inapropiados para la ingesta de verduras y hortalizas.) Todo el cansancio del viaje se le había venido de pronto encima.

—Secundo la moción —atinó a responder en medio de un segundo bostezo.

Con Rivoel y Morgan dirigiéndose a la barra, Códice atendió a la observación de Fewynh. “Hm... Está inusualmente hablador desde que hemos llegado al pueblo”, reflexionó. “Y lo que ha dicho tiene mucho sentido.” En momentos así, no lamentaba tanto tener a Fewynh en el grupo. "Si no fuera un sucio drow..." No pensó mucho más en el tema: mientras el bardo y la guerrera negociaban con el dueño del local, el fraile aprovechó para acabar con las sobras que había sobre la mesa y charlar distendidamente con el norteño tartaja.

Y allá se van mis esperanzas... - Se lamentó Lirian al ver marchar al semiorco, y con él la posibilidad de hacerse rico. Estuvo tentado por un momento a incorporarse de la silla y llamar a la Vizko Kraum para decirle que él estaba dispuesto a batirse con lo que sea que hubiera allí abajo, pero se contuvo por varias razones. Sin el grupo de aventureros estaría sólo para acometer la tarea. Además no le causaba buena impresión el brusco semiorco por mucho que se refiriese a sí mismo como la Ley del Pueblo. Y como punto culminante, hubiese tenido que gritar en medio de aquel local con su característico hablar, cosa que no haría ni por todo el dinero del mundo.

Se consolaba tomando otro sorbo de aquella bebida cuando escuchó el ofrecimiento de unirse a ellos del tal Rivoel. Haber empezado por ahí hombre! - Para ser un grupo de aventureros se estaban pensando mucho este trabajo. Deben poseer dinero a raudales... Aunque por lo Dioses que lo saben ocultar bien. - Concluyó en sus adentros Lirian. Es...es...estaría dispuesto ssssin dudarlo. - Aceptó aliviado. Dor...dormiré esta noche aq... aq... aquí. - El muchacho comenzaba a sentirse aliviado y esperanzado por la posibilidad de poder acompañar al dispar grupo en una de sus misiones.

Puede que hasta se acostumbren a mi tarta... - Un tirón en sus vestiduras lo hizo abandonar el ensimismamiento. Al escuchar  la pregunta de aquella pequeña joven un vuelco le sacudió el corazón. Ay no!!... - Rápidamente el color de la vergüenza tiñó su pálida cara. No sabía dónde esconderse o qué hacer para salir de aquel apuro. Estaba claro que aquella chiquilla no preguntaba con mala intención y aquello lo pilló aún más desprevenido. Nunca había tenido que explicar eso a nadie, y desde luego no utilizando menos de diez palabras. Ehhhhhh hmmmm - La pierna derecha comenzó a temblar de manera incontrolable. - Essss es una una mal...maldición. - Contestó sin pensárselo dos veces con el corazón latiendo a toda velocidad. Al fin y al cabo para él siempre había sido eso exactamente. Con ello esperaba que la respuesta saciara la curiosidad de la mediana aunque por la cara que puso parecía que no era así. Te...te lo expliiiicaré ma...ma...mañana.  Añadió  nerviosamente sin saber porqué. Al ver que el resto del grupo comenzaba a plantear su postura acerca de la misión decidió utilizar ésto como excusa para mirar hacia otro lado y evitar continuar con aquella explicación que le hacía sudar a raudales.

Ufff...ya pasó Lirian, ya pasó...

Cuando por fin se levantaron de la mesa Lirian respiró aliviado. No porque no le gustara la compañía de aquel grupo, si no porque no estaba acostumbrado a hablar tanto en tan poco tiempo. Para su desgracia, aquel extraño semiorco continuó un rato más alargando la conversación a la que Lirian sólo contribuía con alguna que otra risa, un par de asentimientos y todos los monosílabos que tenía a su alcance.

Hay una habitación común de 8 literas, a 6 platas cada cama -Contestó el tabernero mientras limpiaba con un trapo sucio algunos cuenco. -Son los únicos clientes y la única habitación individual está paga para su nuevo amigo. -Lanzó una mirada a Lirian, quien dormiría plácidamente sobre un colchón de plumas y una habitación tranquila.

Los compañeros de la pluma blanca fueron retirándose uno a uno a su habitación, no sin antes debatir acerca de ese nuevo trabajo. Lance le empezó a dar un golpe de nostalgia por su antigua vida de guardia, no tenía madera para ser aventurero y lo que había vivido hasta el momento había sido suficiente para espantarlo de esa peligrosa vida. Benen lo pensó, era mucho oro, su cabeza empezó a atormentarlo, era un loco si no lo hacía, pero todo eso le sonó a trampa y engaño, nada podía venir tan fácil. Como lo había hecho antes, decidió retirarse y no jugar su pellejo. Quizá con Lance tendría una oportunidad de conseguir algo de dinerillo allá en Cataratas. 
El último en levantarse de la mesa fue guerrero, se retiró a sus aposentos y no demoró en caer en un profundo sueño.

Por su parte, Rivoel tenía a sus compañeros donde los quería, en un cuarto libre de oídos indeseados y prestos a escuchar lo que tenía que decir.

¿Les contará sobre la nota? ¿Discutirán acerca del trabajo y la reunión con 'la ley'?, Si deciden ir al encuentro con el alcalde en unas cuantas horas, ¿irán todos? ¿Quiénes irán? ¿Le comentarán algo a Lirian?.... Es su turno y su decisión.

El... el oscuro drow posó sus ojos sobre Lirian, nunca había visto a un humano tan patético y débil. Parecía que iba a llorar, sus carnes se sonrojaban ante las preguntas de una inofensiva cría. Quería reírse y mofarse de él, pero a su vez algo dentro de aquel blandengue, había algo tan suyo. Algo tan... tan familiar. Largo tiempo estuvo meditando, ensimismado. Sus ojos abiertos miraban al infinito. Casi podía rememorar que era aquello que tenía que tanto le inquietaba cuando la hora de dormir llegó Fewyhn se levantó con lo que quedaba de su equipaje y fue a la habitación. A mitad de camino se sorprendió que no hubiese que pagar por la habitación y recordó a aquella fofa orco pagando la habitación.
Al entrar esperó a que todos entraran para mirarla fijamente, su mirada casi parecía asesina y su rostro una piedra. Unas palabras cayeron de sus labios e inmediatamente el drow apartó la mirada avergonzado Graciasss antes de desaparecer a su cama.

Una vez los compañeros se hubieron despedido de Lirian, no sin antes acordar con él volver a verse al amanecer, el hermano Códice se acercó a Lance y Benen, que acababan de comunicar su decisión al grupo. El mestizo estaba desolado y trató de convencerles de que se quedaran. Sabía, por ciertos comentarios durante el viaje, que la decisión del guerrero venía de atrás y que tratar de hacerle cambiar de opinión era una pérdida de energías. Benen, en cambio, le había sorprendido: era uno de los que más ideas y ánimos había aportado al grupo desde que el familiar de lady Trahel, Rakatar, les había ayudado a escapar de las manos de Sok Ul Makum, y Códice nunca habría pensado de él que sucumbiría al desánimo y al peligro. Pensó que, si bien no podía convencer a Lance, tal vez podría convencer al mediano para que se quedase. Fue en vano. En cierta medida, el clérigo les comprendía: después de haber escapado de la muerte varias veces, ¿quién querría tentar al Destino una vez más? Incluso con el peso de las palabras de la hechicera sobre sus cabezas, quizás hacía falta algo más. ¿Fe? Las despedidas quedaron para el día siguiente.

Nada más entrar en la habitación, Códice se sentó en el lecho más cercano. Estaba agotado. Sin embargo, cuando Ladfiena pasó frente a él, el mestizo le hizo un gesto con una de sus manazas para que se acercara.

—Señorita Correestepa, ¿nunca antes había conocido a un tartamudo? —le preguntó cuando la tuvo delante. Aún sentado en el jergón, era más alto que ella. Antes de que la mediana respondiera, inició su explicación.— A nuestro amigo norteño no le aqueja ninguna maldición. —Aunque quizás él vea su particular condición como tal, tuvo que reconocer.— No: lo que en realidad le sucede es que es tartamudo, un rasgo con el que la Diosa dota a algunas de sus criaturas parlantes de la misma forma que hace que otras ceceen al hablar, o ses... —Instintivamente, lanzó una rápida y breve mirada al drow. ¿Me habrá escuchado? Tragó saliva. Probó con otro ejemplo.— Es como quien es mudo o sordo, sólo que menos grave... Como quien tiene mala vista, más bien, ¿entiende?

No era el mejor ejemplo, ciertamente, pero quizás ayudase a la mediana a comprender que Lirian no que tenía otra cosa que un pequeño defecto muy natural. Tampoco es que el fraile entendiera muy bien la tartamudez, claro.

Ladfiena se alegró al saber que iban a dormir en una habitación todos juntos, ni tan siquiera se paro a pensar quien lo pagaba al entrar en la habitación se dirigió corriendo a una de las camas justo debajo de la ventana para poder ver las estrellas cuando Códice la llamo

—Señorita Correestepa, ¿nunca antes había conocido a un tartamudo? —

¿tartamudo? fué a decir la mediana pero Códice continuó hablando explicándole lo que era, ¡¡un rasgo de la diosa!! entonces el hombre se había equivocado y no tenía una maldición sino una bendición pensando en ello estaba mientras Códice terminaba la explicación a la cual la mediana apenas atendió 

¿entiende?

Ladfiena con una sonrisa afirmo con la cabeza si, gracias Códice ahora sé lo que es tartamudo efectivamente, ahora sabía que ser tartamudo era un don de la diosa, se pregunto si ella misma podía ganarse ese don si se esforzaba lo suficiente, de todos modos no veía el momento de volver a ver al hombre y explicárselo, seguro que se ponía muy contento, corrió a su propio camastro debajo de la venta y en lugar de tumbarse se puso a mirar las estrellas, la luna no era visible pero una vez Fewyhn le había dicho que la luna no necesitaba verla para escucharla de forma que rezo en apenas un murmuro para que Lurue les apoyara, pero de forma inconsciente sus dedos se movían en el lenguaje secreto dando forma a sus palabras, uno por uno fue nombrando a sus amigos, los que seguían vivos y los que habían muerto, por la paladina con cuernos que esperaba estuviese bien, por su familia que estaba lejos, por el grupo de la pluma blanca y por el hombre que la diosa había bendecido haciéndolo tartamudo, la luz de la luna iluminaba la calle de una forma asombrosa, LAdfiena pensó que la luna, aunque no la viese brillaba mas en respuesta a sus rezos gracias Lurue cuando se giro, todo parecia tener mas luz, las velas brillaban con mas intensidad, los colores mas vivos, Ladfiena se sento alegre en el camatro disfrutando del momento

Tiro ver lo oculto que es la razón de que lo vea todo mas brillante, si quieres puede tener un efecto fisico en los ojos que se vuelvan diferentes de algún modo, el iris por ejemplo que cambie a turquesa, que es un color bonito

Así, si quieres, que tiren percepción a ver quien se da cuenta de ello, a la dificultad que quieras o la que ha salido en el dado :D

Que bien me lo voy a pasar mientras los compis se preguntan que diablos le pasa a la mediana

Rivoel se preocupó de que todos sus compañeros estuvieran cuanto antes reunidos en la habitación, como si tuviera que contarles algo importante... Dedicó unas breves pero emotivas palabras a Lance y a Benen, deseándoles buenaventura en adelante.  Y aprovechando el íntimo momento, mostró a sus compañeros una pequeña nota  mientras comenzó a desvelar su pequeño secreto...

Mientras cenábamos un mediano que se hacía el borracho me la entregó en secreto  y desapareció sin mediar palabra. Quizás sea una trampa, pero no podemos perder la oportunidad de contactar con el hombre de Randal aquí. Por eso he pensado que podría entrar yo solo en ese molino mientras alguien se queda vigilando desde la distancia por si ocurriera algo raro. Así no ponemos en riesgo a todo el grupo y tampoco llamamos la atención sobre nuestros posibles aliados.... ¿ Os parece?

Rivoel esperaba la aprobación del resto y que alguien estuviera dispuesto a cubrirle las espaldas. En cuanto tuvieran este asunto decidido se echaría a dormir para poder estar bien despierto a una hora tan temprana como la indicada para el encuentro.

—¡Increíble...! —exclamó Códice por lo bajini ante el anuncio del bardo.

A continuación, y ya desnudo salvo por una especie de taparrabos, se levantó y se acercó hasta su compañero para poder ver la nota con sus propios ojos.

—¡Un aliado en este nido de avispas...! —se regocijó el clérigo al devolverle la nota y volver a su camastro—. ¡Por supuesto que apoyo su plan, señor Docanto! Debemos aprovechar cualquier posible ayuda que encontremos en nuestro camino. —Sentado en su lecho, añadió:— Por desgracia, no soy una criatura sigilosa y no sé cómo podría ayud... —Pausa.— A no ser... —Permaneció ensimismado unos segundos.— ¡Sí! Podría funcionar... —exclamó. Se levantó de golpe.— Hace unas noches, una enviada de mi Señora se me apareció en sueños y me anunció que Ella había decidido concederme el poder de obrar nuevos milagros. —Su voz tembló de emoción.— Mi fe es indigna y los efectos de estas bendiciones no durarán mucho tiempo —añadió avergonzado—, pero, si ese molino no está muy lejos... o... ¡O podría acompañaros hasta el lugar!

La habitación que les propuso el tabernero ya le iba bien a Morgan, en los últimos tiempos se había acostumbrado a dormir en muchos y variados sitios, y en muchas y variadas compañías. Aflojó el dinero, haciendo recuento de sus cada vez mas escasos recursos, y volvió a la mesa para despedirse del resto; estaba cansada, no tanto físicamente como psíquicamente, no estaba habituada a tantos días bajo la incesante lluvia y eso había hecho mella en ella y en su ánimo.

Al llegar escuchó varios comentarios, el que mas le llamó la atencion fué el del otro guerrero del grupo; cierto que había estado quejándose esporádicamente desde que dejaron atrás el molino y a sus buenos ocupantes, pero no pensó que se fuese a 'rajar' - Y pensar que dudó de mi compromiso - sacudió la cabeza pero sin decir nada, no era el momento, no tenía cuerpo para ello. Otro que se bajó del carro fué el mediano, le sonaba a demasiado oro para ser verdad - Y tiene razón, seguro que hay lagarto encerrado -, pensó la guerrera pero se encogió de hombros, había tomado una decisión y pocas cosas harían que se retractase. Con unas pocas palabras, o mas bien un gruñido, se despidió y subió a la habitación.

Se agenció una de las camas inferiores, probando su blandura que no era mucha, y dejó la mochila a un lado de la cabecera; se quitó la armadura y deshizo la trenza que todavía chorreaba agua por su espalda, desenredó el pelo con sus gruesos dedos y lo dejó suelto para que se secase. Fueron llegando todos mientras ella hacía ese proceso pero no dejó su tarea, no al menos hasta que sintió algo y elevó la mirada. Ante ella, los ojos del drow la escrutaban no sabía con qué intenciones; torció un poco la cabeza como preguntando qué pasaba y entonces, unas sílabas susurradas antes de subir rápidamente a una de las camas superiores, la dejaron con una ceja elevada y un atisbo de sonrisa que fué apareciendo levemente en su rostro.

Cuando ya estaban todos relajados, fué el momento que eligió el elfo para soltar la víbora de que el alcalde quería una reunión con nosotros; el lugar, un viejo molino a pocos pasos de la posada; la hora elegida, antes del amanecer. A Morgan le pareció raro que, con la fama que tenía el pueblo, tuviesen dos reuniones para el día siguiente - Seguro que de una de las dos salimos trasquilados - y así lo dijo en voz alta.

- Para ser un lugar donde los extraños no son bien recibidos, - comentó con sorna - solo falta que nos den en propiedad la nueva mina de plata. Yo no llamaría a nadie aliado tan pronto Códice, pero hay que ir a la reunión para averiguar todo lo posible antes de volver a ver a "La Ley" - dijo el mote con mofa, - ¿cómo puede alguien autodenominarse así? - pensó antes de añadir un último comentario -. Creo que deberíamos hacer guardias, no me fío de nadie en este pueblo, ¡ah! y tener cuidado al despertarme.

Y se tumbó dispuesta a dormir y descansar; su mano se posó sobre la bandolera que había dejado sobre el lecho acariciando suavemente el mango de una de sus dagas.

El drow abrió los ojos al escuchar la conversación de un salto ágil bajó al suelo. Nadie le había visto desvestirse, pero estaba en paños menores. Casi parecía una sombra, aunque sus vestimentas también eran negras su piel brillaba como un topacio y su pelo liso y blanco flotaba al viento con cada movimiento. Y como si de una sombra se tratase escrutó con su mirada por la ventana antes de cerrarla. Abrió rápidamente la puerta y volvió a mirar buscando posibles espías. Tras cerciorarse de que nadie escuchaba la conversación hizo una señas ininteligibles para todos excepto para Ladfiena.

Luego susurró No confiar... con un dedo en la boca mientras se ponía de cuclillas. Interessses... ssssecretosss... ssse puden volver en nuesssstra contra. 

Tu y yo acompañamos a Rivoel. Propónlo tú como si fuese tu idea... hizo unos segundos de patón y luego se confesó con una mirada triste A mi me temen

Ladfiena asintió Fewyhn y yo podemos acompañar a Rivoel, Fewyhn es dificil de ver de noche y yo sé esconderme muy bien la mediana esperó una respuesta y un gesto de aprobación

Estaba decidido, Rivoel iría a la reunión acompañado de Fewyhn y Ladfiena como vigilantes a la distancia y con las bendiciones de Chauntea brindadas por códice.

El nerviosismo aumentaba y llegó a su cúspide cuando el cielo empezaba a pasar de un tono negro a un tono púrpura oscuro, hora citada para la reunión.

Códice se levantó para brindar sus bendiciones a Rivoel en primera instancia y a Fewhyn gracias a su visión en la oscuridad sería más útil que tuviera los sentidos. Todos los despidieron con deseos de buena suerte y que los esperaban antes de que el sol empezara a asomarse o todos irían a buscarlos.

Los tres compañeros salieron de la habitación y se encaminaron al molino. Estaba a tan solo unos cuantos edificios de distancia, sobre la orilla del río. La mediana y el Elfo oscuro se refugiaron tras la pared de una de las casas mientras observaban al Semielfo tomar aire y agrandar sus pulmones antes de ingresar solitario al molino.

En la taberna habían quedado Códice, Morgan, Lance y Benen que intentaban sin gran éxito conciliar el sueño, pensando en las nuevas que traería Rivoel........ Si es que volvía. Las palabras de Vizko resonaban en las cabezas una y otra vez: "Y procuren no morir antes!"

Justo al cruzar el umbral del molino, observas dos sombras en el interior: Un anciano y el mediano que te entregó la nota.

La sombra del anciano se acercó unos pasos, justo para que la luz de la luna que entraba por una de las ventanas le iluminara la cara, una barba frondosa y blanca colgaba de su cara mientras su cabello permanecía castaño. Parecía tener unos setenta años y u piel era arrugada y sus músculos frágiles.

-Pensé que no vendrías -Dijo con voz temblorosa -Y ciertamente has venido solo -Dijo mientras indagaba con los ojos la espalda de Rivoel. Mientras tanto, el mediano empezaba a dar vueltas a través de todo el molino echando vistazos por la ventana, se le veía inquieto e incómodo.

El anciano retomó la palabra: -Mi nombre es Bontier Almadura y soy el alcalde de este pueblo, en dias de antaño serví a los padres de Randal Alba y posteriormente le dediqué mis servicios a él durante la ocupación Zhent -Dijo con un gesto de nostalgia en su cara. -Al expulsar a los ocupantes y recuperar una relativa paz en el valle, Randal me envió a este moridero como "Recompensa" por mis servicios Puaff -Bufó con desdén -Pero sigo siendo fiel a ese hombre.

Tomó aire antes de continuar -No tengo mucho tiempo así que seré breve: Necesito que tú y tus compañeros asesinen al Puma. -Un silencio reinó por unos instantes.

-El puma es una persona que ocasiona males en Qark, lo controla por medio del miedo y sin oposición abierta, no demorará en contactarlos para un trabajo: Despejar una mina de plata recientemente descubierta! Es el negocio perfecto y llenará sus bolsillos de muchas monedas y ninguna de ellas irá para las arcas de la ciudad, el problema es que en la mina hay una bestia que la ocupa y un pequeño grupo de orcos. -Era evidente que el alcalde no sabía sobre la propuesta que Vizko había hecho a los héroes.

Rivoel se adelantó para preguntar sobre Vizko y el alcalde arqueó las cejas para responder -Ese semiorco es un malnacido, ejerce el orden en Qark mediante el miedo y la intimidación. Es pagado y tiene el beneplácito del Puma para mantener el pueblo bajo su sometimiento y vigilancia. Pero sin el puma, ese Vizko no sería más que un cachorro asustado que saldría corriendo del pueblo inmediatamente.

El alcalde se acercó a Rivoel y puso su mano sobre su hombro. -Por favor buen hombre, debes salvar este pueblo de las garras del puma y liberarlo de su yugo criminal, la única opción es asesinarlo. A él es imposible encontrarlo, pero apuesto el resto de años que me quedan de vida que si aceptan el trabajo, se reunirán con él y después de completar el trabajo también, pueden utilizar cualquiera de esos momentos para liberar a Qark!

Se volvió a alejar unos pasos y suspiró -El malnacido Puma es un criminal de la peor calaña, pero es inteligente y sagaz, tiene palabra y cumple con sus pagos cuando de un trabajo se trata!

Ya te he dicho lo que necesitas saber, ahora ve con tus compañeros y háblales al respecto, confío en que hagan lo correcto y acaben con la maldad que padece Qark.

Fewyhn estaba emocionado con la misión que le habían encomendado. No tenía pensado fallar... Honraría a sus compañeros.... Como si fuese una gacela fue acompañando a Ladfiena a quien miraba de vez en cuando por si había necesidad de comunicarse mediante signos. El oscuro iba delante por su visión y aveces volteaba la vista por si la seguía su pequeña amiga o por si iba muy rápido. Además estaba el hecho de que aquella chica a veces parecía que no estaba y mira que los agudos oídos de Fewyhn detectaban cualquier cosa o eso pensaba...

Al llegar al molino Fewyhn se apoyó contra una de las casas, se giró a Ladfiena y dijo mediante gestos Ya casi estamos... a partir de aquí iremos más despacio... Estáte atenta por si hay algún peligro... espero si ella le contestaba e inicio la marcha acercándose como una sombra. Se sentía como una pantera en el bosque. No recordaba a ver sido tan silencioso, quizás aquella niña le estaba enseñando algo...