Partida Rol por web

El intento del detective finalmente no sirvió de mucho, dedicándose Kruger a decirnos que diéramos la cara. Si creía que íbamos a ponérselo tan fácil, la llevaba clara.

Lars no tardó en desaparecer a petición de Kruger, no así el tipo rubio, que a pesar de ser un esbirro de los otros dos parecía tener cierta independencia. Maldije para mis adentros cuando le escuché identificarme, quedándome helada ante la afirmación de que colaboraba con aquellos tipos por haberle estropeado aquel negocio. No es que me arrepintiera de lo que había hecho, pero si hubiera sabido de lo que aquel tipo era capaz...

No, no hubiera actuado de forma diferente. Puse a las chicas a salvo, yo sola no podía hacer más.

No tenía caso pensar en aquello. Si no hubiera sido este metahumano el que ayudara a Kruger y Lars, habría sido otro.

El metahumano nos mostró de lo que era capaz generando fuego y manejándolo, para tratar de localizarnos al parecer, pero no lo consiguió. Nuestros dos contrincantes se prepararon entonces para el combate, mostrándose nerviosos, mientras que Josu continuaba con sus chascarrillos incluso en una situación como aquella; sorprendiéndome que sus gracietas me tranquilizaran. Que actuara como siempre significaba que estaba tranquilo, y eso era algo bueno.

Se le nota la experiencia en estas cosas.

Tras dejar claro que no creía que las ilusiones fueran a valer de mucho con aquellos dos, Josu se dispuso a hacer algo diferente, pidiéndome que me preparara para presenciar lo que iba a hacer; algo complicado por lo que decía. No tenía ni idea de qué pretendía, pero parecía ir a por el tipo que manejaba el fuego.

-No sé qué tramas, así que voy a por Kruger.- susurré al detective, mientras este movía sus manos en el aire.

Mi mirada buscó con rapidez algo pesado en el lugar, y terminó deteniéndose en aquella campana, ocurriéndoseme que quizás pudiera matar dos pájaros de un tiro.

Extendí mi brazo en aquella dirección, moviéndolo con brusquedad para hacer que aquella campana se moviera con tal fuerza que terminara siendo arrancada de aquel complejo sistema del que formaba parte. Aquel movimiento de mi brazo no era realmente necesario, pero en ocasiones me ayudaba a canalizar mi habilidad, y en aquella ocasión incluso haciendo uso de aquel recurso, noté que a la campana le costaba abandonar su posición.

Con aquel enorme objeto bajo mi dominio, terminaría lanzándolo con fuerza hacia Kruger, pretendiéndole dar un buen golpe tras arruinar su experimento.

La telekinética no espera, va directo al grano y lanza la campana contra él. La esquiva fácilmente y parece sonreír pero en ese momento su risa se apaga cuando de pronto un portal mágico directo al cauce del río Manzanares se abre y una ingente cantidad de agua entra con fuerza en la sala. La fuerza arrastra muchas cosas como la campana que había arrancado Adele.

Kruger es arrastrado sin poder evitarlo, pero en cambio el otro pega un gran salto y podéis ver que puede mantenerse en el aire volando.  Parece que ese es otro de sus poderes. De pronto la campana movida por el cauce del río golpea a Kruger que no puede esquivar ese ataque por ser totalmente inesperado, parece que no ha salido bien a la primero pero sí a la segunda. Es un buen golpe aunque parece no ser suficiente para matarlo aunque sí podéis ver que impide que se agarre a algo y siga el cauce del río que se está formando por lo que lo perdéis de vista al ser dirigido hacia la salida...

Ahora sólo queda el pyroquinético que parece bastante cabreado. En sus manos se forman llamaradas de un rojo intenso pero no las lanza ya que no sabe donde estáis...aunque podría intentar lanzarlas a voleo y eso podría ser peligroso para vosotros.

- Ratitas...no os escondáis... - grita - ...o tener que reducir todo esto a cenizas...incluidos los rehenes que están en los sótanos...

¿Sótanos? ¿Rehenes? Eso podría cambiar la situación. Al fin y al cabo ya ha usado esa táctica en su anterior enfrentamiento con Adele. No le importa acabar con terceras personas si con ello logra su objetivo.

El golpe lo coge por sorpresa y recibe una severo hostiazo. Es arrastrado sin remedio hacia la puerta pero el golpe aunque lleva una armadura le ha hecho daño, de esta vez lograron herirlo.

No me lo podía creer. Había funcionado. No exactamente como yo había planeado, pero al fin y al cabo había funcionado. El agua no había pillado a cerillitas, pero se había llevado por delante a Kruger, y además se había llevado una buena hostia con la campana que Adele le había regalado. Verle salir de allí arrastrado por el agua hizo que alzase las cejas, mirase a Adele brevemente, y terminase por mostrar una sonrisa llena de satisfacción, que debía quedar de lo más antinatural por la falta de costumbre.

Sin embargo, como suele decirse, "poco dura la alegría en la casa del pobre". La voz de aquel cabrón, en el más pésimo intento de imitación de Robert de Niro en El Cabo del Miedo que había oído en mi vida... ¿Pero qué digo? Aquello era la más pésima imitación de José Mota imitando a Robert de Niro, si acaso. El caso es que pretendía hacernos salir, y para ello dijo que tenía rehenes en el sótano. Un burdo intento, pero... ¿y si los tenía, realmente?

La madre que lo parió... Para una vez que me sale algo condenadamente bien no me dejan tiempo para celebrarlo. -Mascullé, echando un breve y disimulado vistazo por la esquina tras la que nos manteníamos escondidos- Adele, rastrea la zona a ver si es verdad que hay gente ahí abajo. Voy a entretenerle mientras tanto, dime algo cuando estés segura, ¿vale? -Le dije a la mujer sin pararme a pensar demasiado- Va siendo hora de plantar cara...

Mi voz se dejó oír, alta y clara, en aquel lugar. Sin embargo, no salía de mi boca. Mientras yo trazaba símbolos arcanos en el aire, una figura igual que yo salía de detrás de una esquina al otro extremo, a espaldas de cerillitas. Llevaba las manos en alto, mostrando las palmas, y pedía calma a aquel desgraciado.

¡Eh, tranquilo, tranquilo! -Dijo mi igual- ¡No nos pongamos nerviosos! ¡Ningún rehén tiene que sufrir porque hayas perdido el curro!

¡No pasa nada por aceptar la derrota, colega! -Dijo una segunda imagen mía, apareciendo de detrás de otra esquina, en otro extremo del lugar, en idéntica actitud- ¡Los tíos que te han contratado se la han jugado, y han perdido! ¡Mala suerte, pero no tienes por qué compartir su destino!

¡Te largas volando y "si te he visto no me acuerdo"! -Dije finalmente, saliendo de detrás de la esquina tras la que me parapetaba, mostrando la misma actitud, manos en alto, palmas al frente, que mis dos copias- ¡Ellos a la trena y tú a seguir con tus negocios! ¡Ya tendrás más suerte la próxima vez!

Las cosas no habían salido precisamente como las había planeado, pero no salieron nada mal, gracias a aquel caudal que Josu hizo aparecer por medio de uno de sus portales.

Le miré sorprendida ante la aparición de tal ingente cantidad de agua, volviendo a devolver mi mirada hacia el detective cuando tras ser golpeado por la campana, Kruger terminó siendo arrastrado hacia la salida por aquella corriente. Fue entonces cuando vi aquella sonrisa en el rostro de Josu. Un gesto... Inquietante, aunque preferible a su habitual cara de amargado.

Tras devolverle la sonrisa, escuché la voz del metahumano, que habiéndose alzado por los aires amenazaba con quemar todo si no salíamos; incluídos los rehenes que supuestamente estaban en el sótano.

Maldita sea...

¿Sería verdad? Aquel tipo se acordaba de mí, y de cómo había tenido que renunciar a detenerlo por salvar a aquellas mujeres. Puede que tan sólo pretendiera repetir la jugada, valerse de unos supuestos rehenes para salirse con la suya, pero esta vez no le resultaría tan sencillo. No estaba sola, y podía averiguar si sus palabras eran un farol.

Asentí cuando Josu me pidió que rastreara el lugar, tal y como pensaba hacer, aunque no me gustó nada aquello que dijo de plantar cara. El detective era muy capaz de correr más riesgos de los que debía, y temía por su seguridad, pero en aquel momento no podía hacer otra cosa que no fuera tratar de detectar aquellos supuestos rehenes.

Josu dibujaba algo en el aire con sus manos cuando cerré mis ojos, tratando de concentrarme en las personas que aún permanecían en el edificio. Mientras trataba de analizar las mentes que había en el lugar, escuchaba de fondo a mi compañero tratando de ganar tiempo. Esperaba que no existieran los mencionados rehenes y poder así librarnos de aquel metahumano de una vez.

Los sótanos de ese complejo poseen paredes sólidas, muy gruesas...más que las de la sede del Centro Nacional de Inteligencia donde estuvisteis anteriormente. Pero concentrándote logras atravesar todas esas capas, detectas cerebros humanos en los sótanos...

Te concentras un poco más y logras intuir que son rehenes, no son hombres armados. Sus mentes parecen cansadas, como adormecidas. Puede que estén sedados o drogados pero no notas sufrimiento en ellos, al menos de momento claro.

Parece ser que este metahumano siempre tiene un as en la manga y que no le importa matar a inocentes para conseguir sus objetivos.

El metahumano ígneo comienza a aumentar de intensidad las llamas de sus brazos. Veis como poco a poco las llamas recubren todo su cuerpo, aparentando una especie de armadura. Su temperatura corporal aumenta, y empezáis a notar que brilla mucho y que desprende un calor bastante apreciable. 

- Bueno ahora tendréis que decidir...o salvarlos o cazarme... - sonríe tras decir esto último - ...en unos segundos lanzaré una onda calorífica de gran potencia que fundirá los viejos cimientos y puede que a vosotros si hay suerte, luego me teletransportaré lejos de aquí. Podéis seguirme pero sólo dispondréis de unos minutos para rescatar a los rehenes. Puede que os ayuden los de fuera...pero ¿os arriesgaréis? Si os rendís seré benévolo...y solo moriréis vosotros...

De Kruger de momento no sabéis nada pero escucháis una voz familiar a lo lejos:

- Hostia que no le funciona el campo de fuerza al nazi este...

Tras esa voz escucháis un golpe muy fuerte y a continuación el sonido de un cuerpo chocar contra un objeto metálico (campana). Parece que el ataque de Josu tenía alguna ventaja más no prevista inicialmente.

Salamandra viendo que su compañero está recibiendo una somanta de hostias grita de nuevo:

- ¡TIC TAC! El tiempo correo...tenéis solo unos segundos... - brilla de manera más intensa iluminando casi por completo la estancia. Mirarlo directamente es arriesgarse a perder la visión. - Decidiros...ellos o vosotros...

Me costó lograrlo, pero finalmente conseguí atravesar cada una de aquellas capas que me separaban del sótano. Parecía como si hubieran escogido aquel lugar a conciencia, y es que parecía mucho más complicado emplear mis habilidades allí que en la sede del CNI.

Al poder barrer aquella zona, se me encogió el corazón. No me gustaba nada lo que había podido “ver”.

Cuando me disponía a establecer conexión mental con Josu, el metahumano comenzó a aumentar las llamas y el calor de su cuerpo, dándole un aspecto realmente temible. Entonces nos lanzó un órdago, con el que nuestras únicas opciones parecían ser quedarnos a rescatar a los rehenes o seguirle para acabar con él. Eso era lo que parecía, pero tenía que haber algo más que pudiéramos hacer.

Al escuchar la voz de Parkour en el exterior, decidí establecer conexión también con él, de manera que mientras el “hombre de fuego” nos metía prisa el canal telepático terminaba de estar listo.

- Josu, Parkour, hay rehenes en los sótanos, y parecen drogados o sedados. El metahumano amenaza con lanzar una especie de onda calorífica capaz de acabar con ellos antes de desaparecer. - informé tan rápido como pude, antes de explicar cómo debíamos proceder a mi parecer. - Parkour, tú y los demás debéis sacar a los rehenes, cuanto antes. ¿De acuerdo?

Abrí entonces otro canal, con el que sólo poder comunicarme con el detective.

- No podemos dejarle escapar. - dije con firmeza. - Me quedaré e intentaré contener ese ataque calorífico, con mi telequinesis debería poder darle tiempo a los demás. Síguele, ¿vale? Síguele y no le dejes irse de rositas. - añadí, pronunciando aquellas últimas palabras en tono de súplica.

Estaba convencida de que aquello funcionaría, de lo que no estaba tan segura era de que pudiera salir bien parada de aquella, ¿pero qué otra cosa iba a hacer? ¿Arriesgar la vida de las personas que estaban en el sótano? ¿La de tantos inocentes que había por ahí y que podían encontrarse en el futuro con aquel desalmado? No. Era momento de dar un paso adelante, haría lo que tenía que hacer.

Seguramente lo mismo que habría hecho mi abuelo.

La voz de la morena no me trajo buenas noticias. Maldita fuera mi estampa, la potra no me acompañaba nunca, tan sólo se cruzaba en mi camino de cuando en cuando para sonreírme antes de ponerme una puta zancadilla. ¡Claro que había rehenes! ¿Cómo no? Y el muy hijo de puta se iba a librar, por el momento.

La puta que te parió... -Murmuré entre dientes- Ya te pillaré, ya...

Y es que la propuesta de Adele no tenía ni pies ni cabeza, al menos para mí. Dejar que los de fuera se ocupasen de sacar a los rehenes era jugársela mucho. Tenían que encontrarles antes, y aunque Adele les transmitiera exactamente dónde estaban aún tendrían que entrar, cogerlos y sacarlos. No había tiempo para tanto. Quizás, si era lo bastante rápido y preciso, podía fundir a aquel capullo con una buena descarga de energía mística. Pero ¿y si fallaba? Todo a tomar por culo.

Y un cojón de pato. -Respondí mentalmente a la mentalista- Los únicos que podemos sacar a esa gente somos nosotros, y el capullo pirómano no es nuestra misión. ¡Que se pire! Si os hace ilusión puedo localizarle luego si sabes su nombre.

- ¡TIC TAC! - vuelve a decir Salamandra.

Su intensidad es cada vez mas elevada y notáis como el calor empieza a ser asfixiante. La temperatura ha subido al menos diez grados en los últimos segundos y eso que estáis a distancia de la llama volante.

- Decidiros ya...

- Los sacamos si nos decís donde están...pero si ese tipo tiene ese poder tendríais que encerrarlo de algún modo...no podéis mandar a tomar por culo... - dice Parkour - ...Si pudiera le lanzaba la puta campana...

Parkour empieza a moverse seguido de Inezumi buscando un acceso al sótano, ahora cada segundo cuenta aunque por muy rápido que sean ambos se debería parar a Salamandra o al menos hacer que se teletransporte y así ya no pueda destruir el edificio.

La estructura empieza a temblar, pero parece que todavía puede aguantar. Pensándolo bien durante unos segundos lo normal es que pueda derribar parte de la estructura pero no toda. Y al menos una parte puede ser contenida por la telequinesis de Adele. Hay una solución más sencilla que la de sacar a todos...y es mantenerlos en la misma zona donde los poderes de Adele y Josu puedan ser más útiles.

Los rehenes están todos en la misma zona del sótano por lo tanto no alejados los unos de los otros, sacarlos podría ser sencillo y protegerlos también ya que si están cerca pueden entrar bajo el paraguas de Adele. Lo más difícil es encontrar exactamente donde están...y para eso Adele sabe más o menos su posición

Josu en seguida mostró su desacuerdo con mi idea, empleando su habitual lenguaje soez, como no podía ser de otro modo. A su parecer sólo ambos podíamos sacar de allí a los rehenes, algo de lo que no estaba convencida, pero lo decía con tanta seguridad y teníamos tan poco tiempo que tuve que acceder a ello. No era momento de pedirle que me explicara por qué estaba tan seguro de eso, ni mucho menos para discutir.

Puede que el tipo del fuego no fuera “nuestra misión”, pero yo no era ningún soldado ni nadie que hiciera aquellas cosas por dinero, pensaba que desviarnos del “objetivo” podría haber hecho mucho bien a mucha gente. Pero igual que no era una profesional para ver la situación se aquella manera, supuse que tampoco lo era para tomar una decisión como aquella. Además, Parkour, confirmó después con sus palabras que él tampoco veía fácil liberar ellos a los rehenes.

- Vamos al sótano. - le dije a Josu mediante el enlace que compartíamos, transmitiéndole mentalmente el lugar donde los rehenes debían encontrarse, mientras el metahumano insistía en que nos decidiéramos y subía más y más la temperatura del lugar. - La campana... - añadí reparando en las palabras de Parkour. - ¿Podríamos usarla para encerrarle? - pregunté al detective, esperando a que abriera uno de su portales.

El capullo inflamable nos metía prisa, y yo sólo esperaba una confirmación por parte de Adele para largarnos de allí y terminar el puto curro. El cerillita me importaba un bledo, porque no era más que un mercenario que iba a largarse con viento poco fresco al ver que estaba en el banco perdedor. Y también porque sabía que si Adele conocía su nombre, eso me bastaba para localizarle más tarde, ir a donde coño se escondiera, y freirle el culo con unas buenas descargas de energía mística. Allí habíamos ido a pillar a sus jefes, y si por el camino no dejábamos morir a unos cuantos rehenes inocentes mejor que mejor. Alguien tenía un asiento en el infierno para mí, pero no quería encima ir voluntariamente.

El saltimbanqui ya se apuntaba a la fiesta, haciendo que pusiera los ojos en blanco y alzase las manos con desesperación. ¿Cómo esperaba entrar en los sótanos y sacar a toda esa gente antes de que el señor butano lo echase todo abajo? ¿A hombros?

- Que no, coño, que no. Que no os va a dar tiempo, Parkour. Kruger, los rehenes, las birras para celebrar la victoria, y luego si eso el soplete éste, esas son las prioridades, a ver si os enteráis. A este capullo le pillamos luego, o mañana, o cualquier otro día.

Finalmente, Adele pareció aceptar el curso de acción que yo proponía, aunque por lo parco de sus palabras tenía más o menos claro que no le gustaba la idea. Seguramente creía que podíamos hacerlo todo, y que como en los cuentos Disney si existe la posibilidad de lograrlo siempre había final feliz. Yo, en cambio, sabía por experiencia que los finales felices sólo se lograban por pura chiripa, y que la mayor parte de las veces, si había alguna posibilidad de que todo se fuera a la mierda, acababas hasta el cuello de mierda.

Al sótano pues. Y déjate de campanas, para cuando hayamos sacado a esta gente seguro que ya no está, y paso de crear un portal de ese tamaño para tirarle la campana a la cabeza. Cuando le pillé no voy a encerrarle, voy a crujirle.

¡Tú ganas, capullo! -Grité al hombre de fuego, abriendo un portal dirección a los sótanos como me indicaba Adele- ¡Ya nos veremos, cuando menos te lo esperes! ¡Moneypeny, a currar! -Grité a Adele, para que saltase al portal antes que yo.

Cuando Josu le grita eso a la "cerilla" humana. Éste sonríe y desaparece en un flash usando un dispositivo teleportador. Kruger sigue ahí inconsciente tras recibir un par de golpes de Parkour. En cuanto desaparece el villano el edificio deja de temblar y podéis respirar tranquilo.

Adele y el mago bajan al sótano y encuentran a bastantes personas, todas en la misma sala. Algunos son vigilantes de seguridad pero otros son científicos de Industrias Valle y algún técnico de Industrias Montalbo. Parece que los han utilizado para poner en uso la máquina. En cuanto los liberáis rompen a llorar. En menos de media hora tenéis a todos fuera y a salvo.

La situación en el exterior está arreglada. Los hombres de Valladares junto a la ayuda de ciertos héroes han logrado derrotar a todos los hombres de Kruger que ahora está esposado a la espera de que lleguen refuerzos. Valladares parece contento y Falcata y Estigma han desaparecido tras realizar su misión y vuelvo a la clandestinidad a seguir trabajando para el gobierno.

- Parece que ha ido mejor de lo esperado...no hay que lamentar bajas en nuestras filas aunque ha habido algún que otro heridos. Falcata logró detener a un grupo numeroso de hombres que debían estar vigilando el perímetro. ¿Cómo os ha ido dentro? ¿Sabéis si Víctor ha caído o sigue en la zona? - pregunta - Con la captura de Kruger y el testimonio de sus hombres creo que podremos parar el golpe de estado que se estaba dando en la sombra. 

Tener que tomar decisiones apresuradas era jodido. Tener que vivir con las consecuencias, también. Pero a ambas cosas me había acostumbrado ya, con media vida padeciendo ese tipo de situaciones. A lo que no estaba acostumbrado era a hacerlo con otros, y a ese regusto que te quedaba al pensar en si los demás pensarían tal o cual cosa sobre ti, por las decisiones tomadas. Ni siquiera sabía por qué me tenía que importar una mierda lo que pudieran pensar, en realidad. Sólo sabía que debía de importarme, porque evité las miradas de los demás en todo momento, mientras sacábamos a esa gente de allí, y después al reunirnos para valorar la situación.

No nos costó encontrar a los rehenes en el sótano, vigilantes de seguridad junto a científicos y técnicos que seguramente habían tenido que fabricar aquella máquina por la fuerza. Algunos se echaban a llorar por la emoción de saber que no iban a morir, según los íbamos desatando y se dirigían al portal que creé en el lugar, a través del cual podían poner pie en el exterior del edificio. Una científica, cuando corté las bridas con que estaba amarrada a una tubería y le señalé la salida, me pilló por sorpresa y me dio un abrazo entre sollozos, repitiendo la palabra "gracias" una y otra vez. Me quedé paralizado, sin saber qué hacer, hasta que finalmente me soltó y se marchó de allí ayudada por un vigilante también recién liberado. Creo que dije algo, alguna tontería de las mías, en cuanto comenzó a alejarse, algo en plan "el contacto físico no era necesario", aunque no lo recuerdo bien. Aquellos momentos eran algo confusos.

Nos reunimos de nuevo en el exterior, una vez los prisioneros estuvieron todos fuera y a salvo. Claro que a esas alturas el edificio no corría peligro, una vez habíamos dejado escapar a aquel capullo. Me encendí un cigarro y me quedé mirando a ninguna parte, evitando las miradas de todos, pero especialmente la de Adele.

El jefe escapó, creo que con un dispositivo teleportador. Dijeron algo de refugiarse en un chalet... -Comenté dando una buena calada al pitillo y echando el humo directamente en vertical hacia el cielo- Puede que Salamandra esté con él, o puede que haya decidido que no le merece la pena estar en el bando perdedor. -Me encogí de hombros, mirando al suelo- La campana gigante esa es una máquina para extraer el poder de un mutante y dárselo a ese capullo. El viejo ha dejado a Ogro como una uva pasa, y ahora es grande de cojones. Si quiere, puedo localizarlo. Y al chico cerilla.

Finalmente, aquel tipo no lanzó ninguna ola calorífica que amenazara la vida de los rehenes, simplemente desapareció cuando Josu le dejó claro que socorreríamos a la gente que permanecía en el sótano en lugar de ir tras él.

Aquello resultó ser un alivio, pues nos garantizaba poder sacar a toda aquella gente ilesa del lugar, lo cual pudimos hacer con bastante rapidez gracias a los portales del detective. Además de vigilantes de seguridad, allí había algunos científicos que después supimos que trabajaban para Industrias Valle, y varios técnicos; algunos de los cuales me resultaron familiares, pues trabajaban para mi jefa.

Una vez fuera, pudimos comprobar que todo estaba tranquilo y Kruger esposado, informándonos pronto Valladares de en qué situación nos encontrábamos; preguntando también por lo sucedido en el interior. Me alegraba haber podido ayudar a toda aquella gente, y que el golpe de Estado pudiera ser impedido sin que hubiera tenido que morir nadie más, pero el que Lars y el tipo del fuego se hubieran salido con la suya me impedía estar del todo contenta.

Josu se encargó de poner al día al teniente terminando por ofrecerse a localizar a quienes habían logrado escapar. No sabía si era mi imaginación o actuaba de forma extraña, más extraña que de costumbre, y es que me daba la impresión de que evitaba mi mirada. Había tratado de dirigirme a él en varias ocasiones, pero no había podido. Si estaba en lo cierto, no entendía a que venía aquello ahora, por mucho que le cayera mal.

- Ojalá hubiéramos podido hacer más, pero al menos hemos logrado lo más importante. - comenté con una tenue sonrisa. - Usted dirá si quiere que vayamos a por esos dos, aunque no sé si podré serle de mucha utilidad al Señor Bergara, creo que esto no es lo mío... - dije dirigiéndome a Valladares, acabando la frase con cierto tono de decaimiento mientras desviaba mi mirada hacia el edificio, recordando todo lo vivido poco tiempo atrás.

- Aunque me gustaría coger a esos dos ahora mismo tenemos otra prioridad...la señorita Arjona comentó que cierto superhéroe oficial estaba con ellos y es probable que haya que detenerlo. Ya que es un peligro que haya cambiado de bando, según pensamos venía de camino así que habrá que esperar a que regrese...y luego creo que se habrán ganado unas merecidas vacaciones. - mira al cielo a ver si Gavilán viene de camino - ...pero Gavilán me asusta...es como Supermán pero sin punto débil...vuela, tiene fuerzas y resistencia sobrehumanas...costará mucho pararle y eso que el GEOM está con nosotros.

Uno de los hombres de Valladares se acerca corriendo y le indica:

- Gavilán ha derribado a dos F-18 que intentaron atraparle, según indicaron parece que se enteró de que el golpe de estado ha fracasado de alguna manera y parece enloquecido...ha atacado el acuartelamiento de Cuatro Vientos...y ahora viene hacia aquí a gran velocidad...esperamos órdenes señor.