Partida Rol por web

-Parecías muy... concentrado- los ojos de Ireth se entrecierran tanto que apenas parece posible que sea capaz de ver a través de ello, sin embargo lo hace, dejando claras sus sospechas entorno al semielfo después de esa extraña reacción. Ahora sí tiene claro que sabe algo más de lo que se digna a decir.

Se dispone a replicar de nuevo, dispuesta a pedirle explicaciones, pero entonces sucede algo extraño con el cuadro, lo suficientemente raro como para que retroceda con un pequeño salto.
-¡Por Avandra!, ¿qué es esto...?- mira sorprendida y alarmada la extraña neblina y mueve las manos y brazos con insistencia para intentar disiparla. Al menos a ese inquietante rostro.

¡Maldita sea! Te lo advertí! Manazas..

Exclama el mago alzando las manos mientras se prepara para lo peor.

-Que no he tocado nada, lanzachispas...- guardandome ya la daga.

El ente brillante se acerca en movimientos relampagueantes al elfo, más próximo al cuadro, chocando violentamente con éste y descargando un cúmulo de energía cinética apenas perceptible durante el instante en que sucede. Tras el susto vuelve a la "normalidad" meneándose lentamente, hasta llegar a la elfa con ambos ojos entrecerrados casi totalmente, alerta y con una mano cerca del carcaj que lleva a su espalda. El choque resulta violento cuando vuelve a verse la descarga relampagueante, pero ésta vez el ente desaparece por completo, y el cuerpo de la elfa es empujado hacia atrás cayendo al húmedo suelo de la estancia.

Cuando Ireth se levanta por sí sola, antes de que nadie pueda acudir a ayudarla, su rostro aparece siniestramente serio, carente de vida, y sus rasgados ojos antes verdes aparecen completamente en blanco. No responde a nada ni a nadie, simplemente alza su arco, encaja una flecha y apunta al primero que se encuentra.

Cuando sientes la descarga en tu pecho, de repente todo se torna oscuro. Cuando vuelves en tí, todo lo que ves aparece borroso. Intentas mover la mano, el brazo, la pierna, girar la cabeza, pero nada responde. Pareces sumida en un sueño, te encuentras flotando, no sientes nada, pero puedes ver. Ves a tus compañeros, los ves hablar, aunque no puedes escucharlos. Están a tu alrededor, parecen querer decirte algo, parecen nerviosos, alertas, y lo peor es que es por tí, y no puedes hacer nada...

Mierda... está poseida... ¡Agarradla!

Me escabullo para colocarme en su espalda sin que me vea, hago un ataque furtivo, pero en vez de atacar con las dagas, la cojo de los brazos echandoselos hacia atras.

Tras esquivar a duras penas la trampa de las lanzas, Nekrach nota como sus compañeros caen amontonados sobre él haciéndole perder el equilibrio en las escaleras.

¡Eeeeeh, sin empujaaaaaaaar...! - logra gritar antes de caer rodando dolosamente por la empinada escalera. Un golpe mal dado contra un escalón hace que se le vuelva a abrir la herida de la cabeza. Todo termina cuando llega al suelo y se estampa contra un apestoso charco de agua estancada.

Esto apesta como la letrina de un campamento orco - piensa mientras se levanta penosamente del suelo, ayudado por Mushu. 

Bien compañeros, yo ya empiezo a estar harto de esta maldita cripta y de las trampas que nos encontramos tras cada esquina. ¡Pero no pienso dejar que mis huesos se pudran aquí! ¡Venga! ¡Sigamos adelante y acabemos con todo lo que ese maldito Darelguer nos haya preparado! - arenga a sus camaradas mientras vuelve a apretarse la venda de la cabeza, aunque no sabe a ciencia cierta si para darles ánimos a ellos o a sí mismo.

Apenas han conseguido reponerse de las heridas de la trampa de la escalera cuando ya se enfrentan a un nuevo enemigo, y del tipo que más odia y teme Nekrach: aquellos contra los cuales su mangual es inútil...

Voiran casi sin recuperarse y todavía sintiendose bastante débil observa la horrible conversión de Ireth, como ese personaje angelical se ha convertido en algo ciertamente amenazante, ¿como terminar con la amenaza sin dañar a la elfa?

Sin decir una palabra avanza hasta la elfa tratando de realizar un esprint e intentando sorprenderla y derribarla barriendo sus piernas con una carga para una vez en el suelo poder inmobilizarla (trato de hacerla caer de forma "controlada").

Una vez en el suelo intento mantenerla inmovilizada y lejos de sus armas

Ante el sorpresivo ataque de la elfa poseída por el extraño ente aparecido del cuadro, Mushu y Voiran reaccionan rápidamente y hacen una presa a Ireth, inmovilizándola mientras se convulsiona agitadamente echando espumarajos por su dulce y fina boca.

Tras unos minutos de desconcierto, un pequeño halo de vapor helado exhala por la boca de la elfa que mantenía una fuerte lucha interior contra la voluntqad del ente, que finalmente vuelve pausadamente al cuadro del que salió y éste, poco a poco, va deformándose perdiendo las imágenes que instantes antes le daban forma y color, quedando totalmente borroso e irregular.

Cuanto todo ha pasado y la elfa se recupera, la curiosidad innata del elfo Mushu le lleva a descolgar el cuadro y descubrir tras él, oculta e incrustada en la pared, una lámina de oro de 20 cm de lado.

Observa en tensión la presa de Voiran y Nekrach sobre su elfica compañera rabiosa y resopla aliviado cuando la presencia diabolica parece desaparecer.

Calmate, fiera..-sonríe socarrón y camina con cautela hacia Mushu, examinando el nuevo descubrimiento con precaución.

Cuando la elfa al fin consigue recuperar el control de su propio cuerpo su movimiento se detiene repentinamente.
Parpadea varias veces, todavía algo confusa, entonces nota la espuma en la boca y la retira con la manga del jersey sin disimular una cara de cierto asco.

-Ya podéis apartaros chicos... por suerte a Nekrach no se le ocurrió ser igual de "sutil" que a vosotros- comenta con sarcasmo mirando a Mushu y Voiran, que todavía la mantienen sujeta contra el suelo. Cuando se apartan se levanta con un salto y se sacude la ropa con insistencia.

-Menos mal que no acerté a nadie, no me lo hubiera podido perdonar- admite a pesar de que no hubiera sido completamente su culpa, a fin de cuentas estaba poseída... pero el ataque lo hubiera efectuado ella de todos modos así que no podría evitar sentirse culpable por ello.

Observa el lugar por el que se ha esfumado esa especie de espíritu neblinoso frunciendo un poco el ceño, pero enseguida vuelve a relajarlo -Sigamos pues...- ya no comenta que debe de faltar poco, porque cada vez que han dicho eso se han topado con otro inconveniente... así que probablemente todavía queden bastantes por descubrir.

-Ey! he sido sútil....- Contesto a Ireth levantando una ceja.

Toco la lamina, a ver si pone algo que nos ayude a seguir...

Cuando tocas la lámina, puedes ver como su brillo ondula sobre la superficie dorada y resplandece en la media oscuridad de la húmeda estancia.

De repente, una luz cegadora emerge de la lámina e impacta contra el elfo, que es empujado unos metros atrás, aún consciente.

Puedes ver como un rayo dirptor sale de la preciosa lámina e impacta contra tí, causándote un leve daño incómodo.

No obstante, viste unas palabras escritas en básico sobre la lámina que desaparecieron tan rápido como aparecieron, dicen así:

"Mi vida, mi amor, mi perdición.
Posee ese carácter voluble que tanto he amado.
Si la dominas, se convierte en tu hogar.
Si te vence, será tu tumba."

-Au!- Comento levantandome y masoca de mi, vuelvo a tocar la lamina, a ver si esta vez la domino yo....