Partida Rol por web

Vale, el musgo es inofensivo, y suele crecer en zonas cerradas como esa cueva, aunque es muy resbaladizo.

Los "crustáceos" suelen ser inofensivos, pero jamás los viste de ese tamaño (unos 2 metros de longitud).

Os pongo el tablero para situaros, aunque no lo usaremos.

Por cierto, algunos de los crustáceos para haberos advertido y se dirige hacia vosotros con aire curioso.

Mira a Voiran con el ceño fruncido ante sus peticiones y responde algo sarcástico, aunque el enano no tenía culpa de su ignorancia, después de todo muchos eran los analfabetos de lo arcano.

Que conozca algunos de los misterios de la magia no quiere decir que pueda hacer cualquier cosa.-gruñe-pero vere que puedo hacer..

De momento mantened vigilados a esos cangrejos, no parecen hostiles pero evitemos cualquier enfrentamiento innecesario..suelen comer carroña, no debería haber problema..

Se acerca hasta el puente y comienza a conjurar un sencillo truco con el que intenta mover algunos puñados de monedas y chocarlos con los esqueletos.

Es increible el orgullo de los humanos, me mira como si fuera idiota, me contesta mal, y luego hace lo que le he sugerido. Alguien dijo que son de noble corazón, habrá que tener paciencia.

Observo como Darth prueba suerte con las monedas, esperemos que esto nos ayude.

-Yo ya no em fío de ninguna criatura que deambule por esta cueva...- afirma la elfa mirando con desconfianza al cangrejo que empieza a acercarse, desenvainando una de sus flechas para mantenerse alerta por si se acerca en exceso.
Nunca había visto unos crustáceos tan grandes pero con su duro caparazón y sus grandes pinzas probablemente pueda ocasionar más problemas de los que aparenta...

Observa apenas de reojo lo que intenta Dardh, aunque realmente no cree que vaya a funcionar. Aunque sea una trampa seguro que es más efectiva que eso, un puñado de monedas no la accionara... y si cruzan el puente es posible que salga un calamar gigante del fondo del agua o que surgan mil cangrejos más. Ya se espera cualquier cosa.

Observáis en silencio y con un ápice de esperanza cómo el mago se acerca al borde del puente y comienza a menear ligeramente sus dedos en dirección al fondo del mismo puente, donde se encuentra el reluciente tesoro amontonado entre los esqueletos que se posan sobre él. Hay una gran distancia que impide al mago realizar su acción, aunque, concentrándose entrecerrando los ojos y dejando escapar inconscientemente un gruñido, consigue alzar varias de las monedas trocando ambos esqueletos... pero no ocurre nada.

Lo que sí ocurre, es que se escucha un click sonoro al tocar el puente. El estruendo de una enorme maquinaria moviéndose hace temblar toda la cueva, agitándose el puente y cayendo varias piedras del techo hasta el mar y parte del puente. La armadura, instantes antes inmóvil, comienza a moverse pesadamente alzando su arma pesaa y dirigiéndose a la posición del mago Dardh. Los crustáceos, que permanecieron inmóviles durante el suceso, se acercan ahora enrabietadamente y alzando sus pinzas agresivamente.

Fijándote en el picado mar tras las palabras intercambiadas con el mago, te percatas del movimiento de un pescado enorme que bordea la zona del puente.

El enano resopla al ver que la acción comienza de nuevo.

- Malditas bestias, ¿no nos van a dejar tranquilos ni por un momento?

Avanza con decisión hacia la criatura mas cercana a Darth y lanza un Impacto Segador (la idea es quitarme a uno de enmedio por lo menos mientras me posiciono para bloquear la llegada de Mr Invisible).

Ireth emite un bufido de exasperación en cuanto el mecanismo se pone en marcha, aunque quizá mejor así que mientras atravesaran el puente, a fin de cuentas todos podían esperar que esos cangrejos acabarían por volvesre agresivos tarde o temprano.

-¡Atención Nekrach!- exclama alarmada en cuánto ve al dracónido avanzando hacia el puente a pesar de que no llega a pisarlo -Hay algo más en el agua, aléjate de ella hasta que acabemos con esto- informa en voz suficientemente alta como para que la oigan todos, después se gira hacia un lado y dispara con rapidez una flecha a cada uno de los crustáceos. Son intimidantes pero no deberían ser demasiado difíciles de derrotar... la armadura ya será otro cantar.

Desenvaino el Wakizashi, y me lio a lanzar tajos a los bichos que se nos acercan....

Dardh observa fríamente en todas direcciones, analizando y valorando cual sería el mejor objetivo ..

La batalla da comienzo cuando el enano, exasperado, se lanza cual roca por una ladera contra los crustáceos, con tan mala suerte que sus piernas no obedecen sus órdenes lo suficientemente rápido y trastabillea dándose de bruces contra el arenoso suelo.
El señor de la guerra dracónido obvia las asombrosas criaturas que aparecen del mar y se dirige en un grito de guerra contra el guardián del puente. El ataque con su enorme mangual de guerra resulta tan grotesco que la armadura estalla en cientos de pedazos que se esparcen por toda la caverna.

Poco duró el guardián, tan fácil sería obtener el gran tesoro de Darelguer ?

Justo cuando la elfa Ireth impacta sus flechas en algunos de los gigantes cangrejos y Mushu evade a patadas el acercamiento crustáceo, un nuevo movimiento brusco de la tierra que pisáis se produce, y parte del puente se balancea bruscamente llevándose por delante un tramo lateral del mismo. Es entonces cuando lo véis, un enorme monstruo marino de unos diez metros de longitud golpeando enrabietadamente las rocas subterráneas que sostienen la estructura de la caverna y el puente donde se encuentra el dracónido, Nekrach, intentando salvar la vida. (Lanza Atletismo CD12 para no caer).

A pesar de los temblores, los crustáceos gigantes se aproximan hacia vosotros sin parar, saliendo del agua salada en pequeños montones con las pinzas chocando entre sí con aire amenazador.

Los crustáceos se dirigen hacia Mushu, Dardh y Voiran, mientras que la elfa queda algo más rezagada disparando con su arco largo.

Crítico ! Las pinzas se enganchan a la pierna del elfo soltando de ella chorros enormes de sangre (8 de daño).

El resto conseguís esquivar o zafaros de los violentos ataques.

Turno para Dardh y nuevo asalto !

Veo que se me acerca un "Cangrejo" le intento atacar, y no solo me esquiva, sino que me engancha la pierna con una pinza, noto un extremo dolor cuando se ciernen sobre mi pierna, haciendo soltar chorros de sangre de la misma.

-Argh!!! Puto "Cangrejo"!!...- Exclamo, preparandome para el siguiente ataque.

Maldita sea.. que diablos es eso?

El humano observa sobrecogido la aparición de la bestia unos segundos hasta que el nuevo resurgir de los crustaceos le hace volver al mundo real. Saca una de las dagas, la lanza al aire y conjura rapidamente sobre la zona de la orilla por donde comienzan a surgir con la intencion de frenar su avance.

Mushu retrocede..deja que la nube se encargue

Nekrach!!! Vuelve aqui! Hemos de retroceder y tramar algo!

-Yo lo haría encantado Dardh, pero éste molusco me tiene atrapado!- Digo a Dardh boca abajo, mientras el Cangrejo me tiene sostenido por una pierna.

Gueldar, que se sabía no muy ducho en el arte de la guerra, observaba la espectante escena con asombro desde la retaguardia. Desde ahí podía vislumbrar el resluciente tesoro, y los polvorientos esqueletos, y él, Gueldar, los miraba asombrado.
Justo entonces la tierra tiembla bajo el mar. Algunos pedruscos caen del techo con violencia y el semielfo observa fisuras en las empedregadas paredes de la cueva. Cuando ve al elfo Mushu caer al suelo en un charco de su propia sangre que emana de su pierna, salta como una gacela en dirección al herido pasando por entre la marabunda de la batalla.
No seré un gran guerrero, pero tengo otras cualidades, pensó para sí, sonriendo mientras cavilaba.

- Tranquilo amigo - dice espantando momentáneamente a la bestia - esto no es nada eh ?? - menciona no demasiado convencido. (+5 pg)

Entonces, de nuevo ese temblor, esta vez más intenso. Montones de rocas y piedras de todos los tamaños comienzan a caer al mar, y el semielfo aseguraría ver engrandecer las fisuras de las paredes.
Cuando escucha al mago Dardh sobre retroceder, un nevo impulso acoge a Gueldar que salta a correr en dirección a Nekrach aunque con los ojos muy clavados en el ancestro tesoro de Darelguer, mientras grita al mago.

- No podemos retroceder, apenas nos queda tiempo !!!

-¡Por todos los dioses...!- espeta sobrecogida y sorprendida la elfa, dando un par de traspiés debido al agudo movimiento que sufre la tierra bajo sus pies... y en realidad en toda la cueva, al parecer ocasionado debido a esa enorme bestia que parece casi imposible de dañar pese a ser cinco, ya que Gueldar no parece dispuesto a dar ni una estocada...

Justo tras pensarlo, el semielfo aparece de la nada sanando en parte a Mushu para después correr a través del puente.
-¡Vuelve aquí insensato!- grita de nuevo algo frustada y acaba por negar con la cabeza. Duda unos instantes pero finalmente decide que deberían alejarse de la bestia y del tesoro, así que ayuda a los que están en problemas inmediatos que en este caso son Mushu y Dardh.