Partida Rol por web

No hace falta encenderlas.

Se acerca avanzando tras ellos junto a su esfera luminosa que orbita con él, alumbrando gran parte del corredor al no ser este muy amplio.

Llevad los ojos bien abiertos..

Ireth a punto está de rebuscar en su mochila alguna de las varas luminosas que adquirió antes de emprender el viaje, pero el mago es más rápido e invoca una de sus esferas. tanto mejor, pues ella requiere de ambas manos si quiere emplear su arco con precisión así que observa el pasillo con mayor detenimiento y las antorchas apagadas.

-Quizá sea necesario encenderlas para activar alguna puerta o algo similar, pero hasta que no lo comprobemos las dejaremos como están...- apoya la decisión de sus compañeros y continúan caminando hasta llegar al final de la gruta.

Al ver que sus compañeros se internan en el túnel recién descubierto, Nekarch no puede evitar que un escalofrío le recorra la espalda. Se siente avergonzado por haberles fallado ya dos veces y no piensa repetir ese error.

¡Un momento! ¡Deteneos! ¿No habeis pensado que si la puerta se cierra estaremos atrapados?...Deberíamos poder asegurarnos la salida bloqueando la puerta de alguna forma...- dice mientras mira a su alrededor por la sala para encontrar alguna piedra lo bastante grande y resistente. Igual hay que buscarla en el exterior.

-Estoy de acuerdo, y si utilizamos una de estas estatuas?- Digo señalando la fila que se presenta ante nuestros ojos, con una media sonrisa.

-Imposible mover esas moles de piedra...- comenta la elfa a pesar de que probablemente Mushu no lo dijera del todo en serio... pero aún así era mejor dejarlo claro.
Observó los fríos rostros de piedra con un escalofrío y después descendió hasta las antorchas que sujetaban sus manos.

-Y las antorchas no creo que soporten la presión de esa puerta si se cierra... Habrá que buscar una roca pues- por un instante la idea de usar los cuerpos de los tritones cruzó su mente, pero enseguida se dó cuenta de que era demasiado macabro y sacudió la cabeza, acompañando al dracónido por no dejarle solo y para echarle una mano en la medida de lo posible, aunque el cargador debería ser primordialmente él.

Esta bien, cojo un tridente y lo coloco en la junta de las bisagras de la puerta*, a simple vista, estará medio cerrada(o casi cerrada). -Sigamos.-

Esto solo será un momento. Maese Voiran, ¿puedes ayudarme con una de las rocas de la entrada? -dice Nekrach mientras se dirige a la salida de la cueva (supongo que seguido por el enano).

Al cabo de un rato los dos aventureros reaparecen por la pared ilusoria haciendo rodar una gran piedra (de medio metro de diámetro) escaleras abajo. Luego entre los dos la cargan hasta ponerla debajo de la puerta de piedra abierta.

Vaya, parece que alguno de vosotros se me ha adelantado...-resopla el dracónido al ver el tridente colocado por Mushu - Por si acaso dejamos también la piedra. No creo que la madera del tridente aguante el peso de la puerta. Más vale prevenir...

Tras esto, Nekrach prepara sus armas y entra en el pasillo - Allá vamos. Cuidados con las estatuas y otras posibles trampas. Y recordad que si necesitamos más luz yo puedo encender una antorcha sin tener que tocarla - añade con una sonrisa enseñando sus afilados dientes y echando una voluta de humo por la nariz.

Mientras avanza cautelosamente por el túnel no puede evitar cantar para sus adentros una popular canción de los aventureros de su raza: "Dragones y mazmorras / un mundo infernal / se ocultan entre las sombras / las fuerzas del mal" ;-P

Después de cargar la piedra con Nekrach descanso un poco y luego entro con mis compañeros en el pasillo, no sin antes advertirles

- Creo que de nuevo debemos ir en un orden determinada asegurando la vanguardia y la retaguardia. Yo creo debo ir delante

Miro a mis compañeros esperando una respuesta mientras preparo mi escudo mi hacha para la acción.

Genial, entre la roca y el tridente parece que habéis encontrado una manera de detener un posible encarcelamiento de por vida en aquellas húmedas y oscuras cuevas.

Avanzáis lentamente y alerta a través del único sendero disponible rodeado de enormes estatuas que van apareciendo bajo la luz mortuoria del bastón mágico del mago. En silencio, con el único sonido de vuestras pisadas y algún rebuzno de temor de Llamaradas, llegáis al final del pasillo y penetráis en una estancia más amplia de unos seis metros de diámetro.

En esta sala lo único que hay es un pozo de piedra de medio metro de alto justo en medio de ella. No hay ninguna cuerda y la polea cuelga oxidada del techo de la caverna, a unos cinco metros sobre vuestras cabezas.

-Mmmmmm.... Ha llegado mi turno, voy a bajar.- Digo sacando la cuerda de cañamo de 50' y un cetro solar.     

-Nekrach, no peso mucho, me fio más de tí, que de la polea oxidada. Me sujetas?- Le comento mientras termino los preparativos para bajar por el pozo.

-Ten cuidado... si necesitaramos más cuerda tengo otra- da unas palmaditas en su abultada mochila y ayuda a Nekrach a sujetar la cuerda mientras Mushu la ata entorno a si mismo antes de emepzar el descenso.

Echa un vistazo a la oxidada polea preguntándose si estará puesta a propósito para ser utilizada y acabar rompiéndose, pero no piensa demasiado en ello ya que no se disponen a hacer uso de ella así que se libra de esa preocupación por ahora y se centra en el descenso del semielfo.

En caso de tener que tomar esa ruta es improbable, por no decir imposible, que el dracónido y Llamaradas pudieran seguirles...

Bueno, el agujero en sí es algo amplio, los elfos podríais llegar a bajar a la vez, el dracónido cabe si baja solo, pero Llamaradas... realmente es bastante complicado. Gueldar no parece caer en la cuenta, más preocupado por el pozo en sí.

Saco de mi mochila una segunda cuerda

- Mushu, creo que sería mejor que tengamos 2 cuerdas preparadas por si es necesario. ¿Prefieres llevarla atada a la cintura o que simplemente la decuelgue por si la necesitas? Si tiras dos veces de ella te subiré mas rápido de lo que nunca has avanzado

Guiño un ojo a Mushu mientre tomo el extremo de la cuerda

Al llegar a la sala del pozo, el dracónido frunce el ceño y sopesa mentalmente la situación: Esto me huele peor que la sangre de los tritones de antes. Apesta a emboscada. Ya que no podemos descender todos a la vez por el pozo, estamos obligados a separarnos. Una jugada muy astuta del diseñador de este dungeon...

Vaya, parece que me hayas leído el pensamiento, compañero Mushu. - dice Nekrach sonriendo al escuchar la oferta del elfo- Al ver el pozo he pensado que si alguien debía bajar a explorar debía cumplir tres requisitos fundamentales: ser un elfo de vista aguda y huesos ligeros, ser un pícaro habituado a encontrar trampas...¡y ser un gafe que atraiga los problemas! - concluye con una carcajada. Al darse cuenta de como su voz resuena en caverna, calla de repente, avergonzado - Perdón... aunque sinceramente creo que el factor sorpresa ya lo perdimos hace rato con los rebuznos de la mula.

Bueno, pongámonos serios... -añade carraspeando -. Muy bien, Mushu, entre maese Voiran y yo te bajaremos por el pozo para que investigues. Si hay algún peligro abajo, no te arriesgues. Avísanos con un par de tirones de cuerda y te subiremos antes de que puedas decir Namarië. Entonces ya bajaríamos nosotros para abrir camino como punta de lanza ¿verdad, hermano de batalla? - le digo al enano mientras le apoyo una mano zarpa en el hombro.

En todo caso sería conveniente que vos, lady Ireth, y vos, lord Dardh, cubriérais el descenso y posible retirada de nuestro compañero con vuestro arco y magia - añade el dracónido dirigiéndose a sus otros dos camaradas.

Y ahora veamos qué es lo que nos espera ahí abajo....

Gueldar observa entre asombrado y entusiasmado al gigante Nekrach. Ya había percibido en él cierto aire de liderazgo, pero a lo largo del viaje había permanecido en un segundo plano.

Tras el encuentro con los tritones, su moral había mermado considrablemente, pues las fieras criaturas eran horribles y él apenas sabía luchar. Desde entonces se muestra más cauto, no tan bromista como en el viaje pero sí entusiasmado de haber encontrado un grupo de héroes como aquellos con los que compartir su tesoro.

- Y yo qué ? - musita sin levantar la voz y acercándose al borde del pozo, ayudando a sostener la cuerda.

-Ok....Gafe? ains....- Sigo la broma de Nekrach, y empiezo a descender lentamente, poniendo todos mis agudos sentidos en lo que hay abajo, pero tambien me fijo en las paredes del pozo. Buscando trampas o trabas en mi descenso.