Partida Rol por web

 Miro a todos lados y tan solo asiento ante las palabras de Liz, luego de que termina me quedo un rato comiendo sin decir ni hacer nada hasta que acabo con mi plato. Me gustaría ser parte de eso... Siempre tuve el presentimiento que solo quiere hacerse ver pero como encontraron ese lugar?. Tenía intriga por saber un poco mas, primero porque como ellas no me agradaba la elegida y mas sabiendo que estaba estafando a todos.

-Damon, el ario. Nos llevó a un pasillo secreto, junto a las mazmorras. Allí hay una fuente que al hacer una pregunta que tenga como respuesta “Si” o “No”, te responde iluminándose de rojo para decir “NO” y de verde “SI”.- con sumo cuidado observó de que no hubiera entremetidos cerca, como la niña “portaratas” que parecía entrometerse en el peor momento. Al percatarse de que no había nadie escuchando, Liz prosiguió a contarle a Andrew todo lo que pasó. – Pues bien, le pregunté si la “pecosa” era realmente la elegida.- La niña abrió los ojos para expresar emoción a su propia respuesta. –La pila mágica se iluminó de rojo-

Evelyn asentía a las palabras de su compañera, visiblemente nerviosa por el descubrimiento. Le había prometido a Liz que no se lo dirían a nadie más que a Andrew.

-Siempre dice la verdad, es lo más alucinante-apuntó mientras alargaba el brazo a por un par de patatas fritas. Se las llevó a la boca y a medio masticar recordó algo-Tienes que guardar el secreto-apuntó antes de seguir masticando. Luego se sentó bien de cara la mesa y empezó a servirse cena, ya que se había dado cuenta de que tenía hambre.

-Pero no podemos decir nada hasta que descubramos el modo de demostrarlo, si no nadie nos creerá-se notaba que estaba pensando en ello, pero no veía como.

-¡Exacto!- gritó Liz casi sin darse cuenta de su exaltación. - Exacto, no podemos decírselo a nadie más.- dijo bajando de nuevo la voz. - ¡Es más! Juremos por Merlín.- Propuso extendiendo su mano al centro de la mesa y entre los tres.

- "Prometo mantener en secreto lo descubierto...- y miró a Eve para continuara su frase.

Miró con seriedad a Liz y tragó saliva antes de retomar la palabra.

-"...sin decir ni una palabra o dar el mínimo indicio..."-siguió lo que había empezado Liz.

Faltaba yo para jurar que nunca diría nada pero si no lo iba hacer o por lo menos no a ningun chico de aquí porque sino irian corriendo para saber otras cosas.

O sino sentiremos la ira de merlin sobre nosotros. Termine de decir antes de poder ver bien la hora que se estaba haciendo. Las quiero mucho pero debemos ir a dormir sino estaremos con sueño mañana. Dije sonriendo esperando salir con mis amigas.

-¿Irnos? Pero si acabamos de llegar.- dijo Liz empuñando el tenedor para pinchar en varios platos hasta llenarlo de una bola de comida.- ¿Cuentos que has hecho tu hoy? Te fuiste muy apresurado…-cogió salsa de mostaza con miel y roció sobre la bola de comida (patatas, pollo, ensalada…) -¿Sabes que ha pasado hoy con los profes? – preguntó casi sin interés por la ausencia de los docentes que había provocado tanto revuelo entre los alumnos.

Miro a Liz y luego sigo comiendo con ellas. He vagado por los jardines para saber un poco mas con el quidditch y luego fui a la sala común donde me encontré con tu primo creo que era y su novia luego de eso tuve hambre y volví. Dije mirando a sus ojos pero había omitido algo por temas de que no quería decir que tambien me gustaban los libros.

Ustedes solo hicieron eso? Pregunte curioso por los misterios que revelaron.

Cuando Andrew las animó a ir tirando a la Sala Común se sorprendió que fuera tan diligente. ¡La primera noche en Hogwarts! Lo cierto es que lo que más le apetecía era pasarse la noche recorriendo los pasillo, pero también era cierto que corría el riesgo de que la pillaran y eso parecía suficiente para disuadirla.

Tomó su tenedor y pinchó del plato de Liz con una amplia sonrisa, divertida. Escuchó la breve aclaración de Andrew y luego se encogió de hombros.

-Pashamosh muchfo rato porf lof pazilloz-comento mientras masticaba, cómicamente. Aquellas escaleras cambiantes eran un dolor de cabeza, y si bien recordaba como volver a aquél sitio, si las escaleras no cooperaban tardaría quizás una semana en reecontrar el camino correcto. Luego miró a Liz y tragó antes de beber un largo trago de zumo antes de hablar.

-También faltan muchos alumnos, algo está pasando pero no nos dicen nada. Y si pasa ya a principio de curso promete, ¿no?-miró con visible intriga en sus ojos. Se moría por descubrir qué ocurría-Quizás hay una epidemia de un xarampión asqueroso, bueeeegh-hizo una mueca antes de servirse y devorar dos muslos de pollo en salsa. Luego recordó algo-Tenéis que ayudarme luego con el hechizo Lumos, lo he intentado y no me salió. Luego antes de ir a dormir quizás lo consiga...- masticó pensativa, no le gustaba que se le resistiera un encantamiento el primer día.

Miro a las dos chicas y sonrio. Vamos por los pasillos intentando encontrar esa estatua o podemos ir a otro lado ustedes eligen. Deje mi plato porque ya no tenia ganas de comer, ellas lograron ponerme curioso y cuando pasaba eso quería mas.

O sino recorramos el castillo, me gustaría encontrar algo bastante increíble. Tomo con mis manos mas suyas. Vamos a buscar alguna pista de nuestra "elegida" chicas. Y esbozo una sonrisa.

La joven buscó por la mesa de las serpientes a su primo cuando este se lo recordó. Pero sin suerte volvió a concentrarse en su plato, descubriendo así un tenedor invasor que le estaba quitando su comida. Su amiga sonreía divertida mientras le robaba una buena porción de su comida recolectada.

Liz entrecerró los ojos y le hizo un signo con los dedos índice y corazón.. Señaló sus ojos para luego señalarle a ella a modo de: Te vigilo. Se lo había visto hacer su hermano a su hermana mayor para mofarse de ella.

Pero enseguida que Eve comentó algo mientras masticaba casi escupiéndole comida a Andrew, que no pudo contener su falsa seriedad y se rió a carcajada.

-Ya, y algunos alumnos están como muertos. Mirad:- y la chica cogió su varita para pinchar de forma suave a su compañero contiguo del banco, sin provocar reacción alguna en el alumno.

 –Promete mucho.- reafirmó con ironía.

-Yo también necesito ayuda, ¿nos vamos ya?- y se puso de pie mientras se guardaba un montón de golosinas en su bolsillo.

Evelyn apareció despeinada. Se había dormido tarde intentando ejecutar bien los hechizos que le habían quedado pendientes pero no lograba hacerlo y se quedó hasta altas horas de la noche bajo las sábanas y mantas. Era por eso que tenía un aspecto de despeluchado, con la túnica mal puesta, la corbata sin anudar y el pelo rojo revuelto. Arrastró los pies hasta la mesa y escuchó con una mueca al director.

Cuando mencionó que habían sacado a Gwen soltó una risa por lo bajo al igual que varios de sus compañeros de mesa. La famosa elegida, fuera del colegio al primer día. Qué fracaso de niña.

Buscó con la mirada los nuevos alumnos que decía mientras se arreglaba el pelo y se ajustaba la corbata. Tampoco estaba Liz, pero no la había visto aún. Quizás se había hecho una bola en su cama. De todos modos empezó a desayunar. Andrew Tampoco estaba.

Había dormido plácidamente y sin ninguna preocupación por el momento, el gran salón estaba lleno y estaban todos. Camino hacia mi mesa y veo a Evelyn. Buenos dias Eve, parece que será un dia movido. El director dice unas palabras y cuando menciona a la elegida, abro la boca de la sorpresa, era nuevo que alguien pudiera irse asi de la nada.

Luego viene la parte de nuevos alumnos. Tendremos nuevos compañeros, que lindo va s ser. Mientras espero a Liz que llegara. Tome asiento y comencé a comer algo, miro a Eve. Que raro todo... Que habrá pasado?

Ese día, fue mi primer día en Hogwarts. El día anterior todo había ido muy rápido, a la mañana me estaba levantando en una cama y a la noche me estaba acostando en otra totalmente distinta. Todo había sido muy rápido y confuso, y ni siquiera tuve tiempo para hablar con los que serian mis compañeros. Asi que ahí estaba, en mitad del Gran Comedor con todo el mundo mirándome, expectante a lo que iba a hacer.  El discurso del director me había dado una carga que ni quería, ni podía aguantar. Tenía que estar a la altura, pero yo solo quería ir al asiento que me indico el director la noche anterior.

Mientras me dirigía al comedor de Slytherin, notaba como las miradas se me clavaban en la nuca. No sabía adónde mirar, si a la mesa de los profesores, si a las ventanas. De hecho, ahí me di cuenta que el techo mostraba el cielo azul de afuera. La verdad es que era una escena bastante graciosa: Un niño que media casi el doble que el resto de alumnos de primero nervioso intentando relacionarse. Perdonad, me han dicho que me tengo que sentar aquí. No os importa ¿Verdad? Dije guardando la calma lo máximo posible esperando la respuesta de mis compañeros de casa.

Al ver a Andrew saludó con entusiasmo.

-Buenos días Andrew-le contestó antes de taparse la boca para contener un bostezo. Tomó una tostada untada en crema de cacao y se la llevó a la boca sin piedad. Masticó rápidamente antes de poder hablar sin tener la boca llena-Eso parece. Mejor, así será más divertido-sonrió mientras bebía zumo para pasar mejor la tostada-No tengo ni idea. Éste curso está siendo muy raro. Le pregunté a Keith y ya me dijo que normalmente no faltaba gente de ése modo. Será un año interesante-no parecía muy preocupada realmente. ¿Qué podía pasar? Estaban en Hogwarts, y nada es más seguro que Hogwarts. Excepto Gringotts.

Iba a alargar el brazo a por otra jarra cuando se sobresaltó. Miró al chico que le había hablado y tras ver su corbata verde y el emblema en su túnica y sonrió ampliamente.

-¡Claro! Adelante, siéntate. ¿Eres de los nuevos verdad? Yo soy Evanna, un placer. Pero llámame Evelyn, todos lo hacen. ¡Me gustan tus ojos! Son bonitos-le tendió la mano animada para estrechársela educadamente y darle la bienvenida-¿Porqué empezáis hoy? Eso también fue muy raro-la curiosidad brillaba en los ojos de la pelirroja y miraba al chico como si fuese lo más curioso de la mañana.

Me senté al lado de mis compañeros. Al parecer les agradaba mi compañía, aunque en cierto modo, en lo más profundo de mi imaginación me esperaba la peor de las reacciones. Algo así como: "Vete de aquí bicho inmundo, los niños nuevos comen en el suelo". Me pude calmar al ver como la chica pelirroja empezaba a hablar. Gracias, los tuyos también son preciosos. Comente mientras miraba la mano de Evelyn. Tarde en darme cuenta de que quería que se la estrechara, así que le acompañe con el gesto rápidamente para no tener ningún momento incomodo. Xabier, me llamo Xabier.

Lo raro es que no soy el único, han venido tres chicos más. Dije mientras buscaba con la mirada a los otros nuevos. Aunque no he tenido tiempo para hablar con ellos. En el despacho del director, me dieron unas cuantas normas y me asignaron a esta casa. Lo justo pude despedirme de mi madre. Conforme iba pasando el tiempo, me iba relajando más y más. Hasta se me fue abriendo el apetito, de repente  empezaba a oler toda la comida que había servida.  La verdad es que no sé muy bien porque hoy. No sabía muy bien cómo responderle, así que hinqué los hombros. Nos hemos mudado desde España hace una semana, y supongo que hemos estado muy atareados con la granja a la que nos hemos mudado. Hacía tiempo que nadie vivía allí y mis padres querían que les ayudase echando a los gnomos de jardín.

Sin escapatoria, Liz tuvo que sentarse junto a su hermana mayor en la mesa de las serpientes. Anne la estuvo sermoneando por su actitud impropia de los Rochester y Liz no le quedó otra que agachar la cabeza, sumisa, hasta que la voz del director resonó en el Gran Comedor. Todos acallaron y la chica prestó atención.

De nuevo se hizo el revuelo cuando informó que Gwen había vuelto a su casa. Una sonrisa de malicia apareció en el rostro de Liz, que vio como algunos alumnos de su casa la miraban como principal causante de su marcha. Sin embargo otros la miraban con reproche y juiciosos.

Tras volver a mirar a su hermana no supo cómo interpretar su expresión. Seguía seria, y sutilmente enfadada con ella, pero en el fondo de su ser, se alegraba de que la elegida se marchara.

Aprovechó que su hermana se distrajo regañando a otros niños de otra casa, para acercarse hasta sus amigos.

Apareció repentinamente a las espaldas de su amiga Eve, tapándole los ojos. – ¿¡Quién soy!?- preguntó alegre de volver con sus amigos. Le guiñó un ojo a su amigo Andrew de forma cómplice. – Una pista: No soy la elegida.- y se rió tontamente de su propia mofa. Pero entonces se percató del alumno nuevo.

 – Hola, ¿cómo te llamas?- 

Nada más terminar de hablar, apareció Elizabeth. Todavía recuerdo cómo iba peinada aquel día, me pareció muy divertida. Y por la primera impresión que me lleve de ella parecía una chica simpática, claro que era un crio cuando la conocí y no tenía ni idea acerca de las segundas impresiones que estarían por llegar. Asi que como un corderito perdido del rebaño me aparte para que se sentara ella y conteste a su pregunta. Soy Xabier. Repetí de nuevo. Mis padres se han mudado y no he podido venir al colegio hasta ayer a la noche.  Supongo que me pareció redundante volver a repetir toda la historia al completo así que le ofrecí esa versión reducida. ¿Tu cómo te llamas?

 Veo al chico que se sienta a nuestro lado, era uno de los nuevos que había venido el dia anterior. Todo tuyo compañero, soy Andrew. Luego vino Liz a la mesa, dejo salir una sonrisa por su broma y tomo algo para comer rápido. Nuestro compañero quería salir.

 Nosotros te llevaremos aunque nuestra sala común esta cerca de la clase de pociones, por cierto te gustan las bromas? y hacerlas?. Había que saber si estaba con nosotros o en contra, acto seguido miro a las chicas. Tengo que aprender unos de los hechizos de encantamientos. Si quieres Eve luego en grupo lo intentamos.

Cuando se presentó y también le aduló sus ojos sonrió encantadora, con un rubor gracioso en los mofletes. Luego siguió comiendo mientras escuchaba el relato de Xabier sus tostadas chocolateadas.

-¿Granja?-preguntó, con ojos brillantes-¿Qué tenéis? ¿Animales? ¿Algo interesante?-lo miró intrigada, estaba claro que le encantaban los animales, sobretodo los mágicos. Estaba tan intrigada que no vio venir a Liz. Cuando le tapó los ojos hizo unos graciosos aspavientos al principio por el respingo que dio. Aunque cuando aclaró que Gwen no era no pudo evitar reír, solo Liz diría algo así-¡Eres un pixi, seguro!-bromeó divertida. Agarró las manos de su amiga y se liberó los ojos para poder dedicarle una sonrisa e indicarle que se sentara.

-La liaste con Gwen, ¿eh? Parece que todos nos miran mal por cómo la tiraste de la escoba-la reprochaba con teatralidad, puesto que en el fondo tampoco le importaba tanto-La próxima vez sé más discreta o empezarán a castigar... He oído que colgaban a los estudiantes de los pulgares-dijo en tono siniestro, aunque no muy conseguido por la mancha de crema de cacao en su comisura.

Luego sonrió de nuevo, divertida, haciendole señas a Xabier para que se sentara.
-Que la tardona de Liz desayune y vamos juntos, podemos hacer una parada por el camino...-dijo de forma cómplice antes de mirar a Andrew-Genial, no consigo que me salga el Lumos. ¡Es un fastidio! No quiero quedarme después de clase sólo por unos hechizos...-miró a Xabier-Tendremos que ponerte al día, ayer ya empezamos con los primeros hechizos...-miró a Liz y le hizo cosquillas en el costado con una mano-Y las primeras bromas-dijo divertida-¡Va, corre! ¡Siempre te duermes!-aunque la paremiaba para desayunar seguía hacíendole cosquillas.