Partida Rol por web

La clase de pociones era un lugar oscuro, cerca de la sala común de Slytherin, en las mazmorras, camino a la sala común de Hufflepuff tambien, el olor de la sala era completamente indescifrable, una mezcla de muchos componentes y distintas pociones elaboradas en ella.

Al final de la clase se encontraba e profesor Craig con rostro serio colocando unos botes de cristal de forma rescate en su mesa, al ir llegando se giro y apoyo en la misma mesa para observar a los que eran los nuevos alumnos.

En la sala ahora mismo había un total silencio, que solo se rompía por vuestros pasos al llegar, las mesas estaban colocadas de forma individual y había en todas ellas un caldero y distintos aparatos para la preparación de pociones pero ningún ingrediente..

-Buenos días. Soy el profesor Jack Craig y escogiendo mesa y sacando vuestro libro. - Pidió a medida que llegabais.

Cuando parecía que ya estabais todos dentro la puerta se cerro sin mas a vuestras espaldas con un fuerte sonido- Pagina cuatro Poción de Ojos Abiertos o de Despertares es en la que trabajaremos en este primer día, es una poción sencilla que no creo que ninguno deba tener como reto y en la que yo solo intervendré si veo que alguien se equivoca de manera grabe - dijo entonces, paseando por la sala y señalando un gran muere de robusta madera a un lateral. - Ahí podréis encontrar todos los ingredientes. - Si sonrisa se amplio volviendo a su mesa. - A trabajar.

Y, tras aquellas dos ultimas palabras, guardo silencio, dejando que fueran los estudiantes, uno a uno, quienes buscaran aquellas pociones y las elaboraran mientras el abrir un libro y comenzaba a leer.

Álex entró en clase y se colocó en uno de las mesas de trabajo. Había decidido dejar a Pip en su habitación, en el cajón de su cómoda que había adaptado con unos cuantos calcetines viejos y un puñado de pipas. Esa clase le parecía peligrosa para su pequeño amigo y no quería que sufriera daño alguno. 

Cuando el profesor dio la orden, ella se dirigió donde los ingredientes y comenzó a coger los necesarios para luego volver a su mesa y ponerse manos a la obra. Era la primera vez que hacía una poción, por lo que se puso bastante nerviosa, echaba los ingredientes a destiempo y mirar un libro mientras intentas trabajar no es fácil. La poción no salió bien, aunque tampoco fue un desastre. 

Se sintió desanimada al ver que su poción no era buena, se quedó sentada en la banqueta. Cómo agradecía no estar en casa ahora... 

Al llegar a la Clase de Pociones me siento en la última fila. Esta es una clase de las que menos me interesan.

Presto atención a las indicaciones del Profesor Craig pero cuando me dispongo a hacerlo yo mismo ... fracaso absoluto.

- Empezamos bien ... - pienso.

Llegó a clase y se sentó en su sitio de siempre. Atendió al profesor Graig y aunque Zoey hacía su mejor esfuerzo, las pociones no eran lo suyo. Era la hora de prepararla, suspiró y miró los ingredientes y las instrucciones. Se remangó las mangas de la túnica y se puso a trabajar.

Mientras iba siguiendo las instrucciones paso a paso, Zoey sacó un poco la lengua entre sus labios, en modo de concentración sin darse cuenta de ello. ¡Terminó! Se pasó el dorso de la mano por la frente y sonrió satisfecha, quizás no sería la mejor poción del mundo, pero le había salido y a la primera. 

Eoin entró sin excesivo entusiasmo en la clase. Aunque en general le gustaba casi todo lo que tuviese que ver con teoría mágica y con el uso de hechizos en general, las pociones era algo que siempre se le había resistido. No le gustaban demasiado las cosas "prácticas", y las pociones en particular nunca le habían interesado. Los esfuerzos sobre todo de su madre, que era bastante buena en el tema, habían evitado que fuese un completo negado, pero a decir verdad poco más. Seguía sin sentir ningún gusto por las pociones, y además, no siendo especialmente diestro, la preparación en sí misma solía ir mal. Tenía la tendencia a agitar demasiado fuerte, pasarse con las proporciones, olvidarse de qué cosa era cada cual y mezclarlas en el orden incorrecto...

Un desastre, vaya. Si la clase hubiese sido de cualquier otra cosa se habría sentido mucho mejor, más seguro de sí mismo. Pero no. La primera clase a su llegada y tenía que ser pociones. Qué suerte la suya.

Esta ocasión no fue distinta de otras tantas. Mientras los ingredientes marinaban al cocerse, echó un vistazo a la imagen en el libro. El color de la mezcla apenas sí se parecía en nada a lo que se suponía que debería ser. Cuando temrinó de macerar los ingredientes en el mortero, el polvo resultante era de todo menos fino- y gracias, que al menos esta vez no había formado grumos. Al remover, algo le decía que las cosas no iba bien. Notaba cierta resistencia de la mezcla. Estaba bastante seguro de que debería ser menos compacta...

No se sorprendió demasiado cuando agitó su varita y una enorme burbuja se levantó del caldero y con un sonoro "Plof!" se desintegró en una rociada de polvo de olor levemente sulfúrico que, gracias a Dios, no pareció alcanzar a nadie aparte de el.

Definitivamente, esto no era lo suyo...

Llegó señalando cualquier cosa que le parecía curioso o interesaba y lo discutía con sus compañeros de casa. Andrew soportó con paciencia su charla sobre su frustración con el Lumos, Liz sus cosquillas y Xabier toda una multitud de rumores sobre el castillo que podrían ser muy posiblemente inventados.

Se sentó rauda al ver el profesor y miró su caldero como si prometiera explotar en cualquier momento. Miró a sus compañeros y tras una mueca como quien está a punto de detonar una bomba, empezó a mezclar los ingredientes. Se debió confundir de cantidad o se distrajo demasiado mirando los aguijones secos que su caldero empezó a emanar un humo azulado con las puntas verdes.

No parecía haberlo acertado pero aquella imagen la divertía igualmente. Agitó su varita en el aire para dispersarlo cuando un PLOF hizo que diera un saltito en su asiento. Se giró y vio que había provenido de un caldero cercano, de uno de los nuevos, y ahogó una risotada cantarina.

Cuando Irena entra en la clase no puede evitar sorprenderse, se queda unos momento mirándolo todo con la boca abierta y al ver al profesor dice con un animado y sonoro tono de voz casi gritando:

- Buenos días profesor... vaya que sitio, ufff huele un poco raro no? pero se está bien, es agradable jejeje, bueno, tampoco es un sitio tan feo

Tras esto se sienta en el primer sitio que ve libre y saca su libro, empieza a mirarlo, lo cierto es que las pociones le gustaban bastante y empieza a hacerlo con cuidado mientras canturrea una canción, con bastante animo va usando los ingredientes y los va colocando en el caldero, realmente aquello le estaba pareciendo divertido

Evelyn nos guió desde al comedor hacia la case de pociones. Salimos a las afueras para ir al edificio donde se encontraban las mazmorras. Por primera vez pude ver el castillo en su total esplendor y la verdad es que eran unas vistas increibes desde ahi abajo. Durante el trayecto se notaba a Evelyn ansionsa, estaba bien oirle hablar, aunque la mitad de las cosas fuesen inventadas. De hecho, iba a corregirla, pero fue entonces cuando cruce el portón de la sala de pociones por primera vez.

El olor se metió en mis fosas nasales como dos agujas de tricotar. Un olor punzante y extraño. Que no era del todo malo, pero era  fuerte y te acompañaba todo el rato por el aula.  Por suerte, al profesor no le parecía importarle que llegara tarde. De hecho, no le importaba nada en absoluto por lo que decidí callarme y no decir nada sobre nuestro retraso. Estará bien empezar una clase sin presiones. Además son pociones, no se me puede dar tan mal. Pensé mientras me colocaba en el pupitre junto a mis compañeros de Slytherin.

Me arremangué la túnica de los brazos para no mancharme y me puse manos a la obra.  Cogí los ingredientes y los ordene para asegurarme de que lo tenia todo bien ordenado y una vez lo tenia todo preparado, encendí el fogón y me dispuse a hacer la poción. Hacer pociones es una cosa sencilla, me recuerda a cuando hacia batidos de fresa con mi padre, solo que aquí tienes que tener cuidado con el color que coja la poción. Es cuestión de hacerlo en el momento correcto y no tener piedad con lo que metas en el mortero. Es divertido poder usa la fuerza bruta sin control para algo útil. Oprimiendo los ingredientes hasta convertirlos en un polvo igual de suave que la cal solo que de un color verdoso.

Un movimiento ligero de varita y ahora solo tenia que esperar a que la cocción hiciese el resto. No era una persona muy trabajadora, pero cuando te daban la mitad del trabajo hecho el poco esfuerzo que depositaba resultaba satisfactorio. Sentándome en el taburete en una mala postura, podía ver al profesor sin prestarnos un mínimo de atención leyendo aquel libro y al resto de alumnos que no habían terminado,trabajando en sus pociones. Algunos se divertían trabajando y otros se preocupaban porque su esfuerzo no era suficiente. ¿Quieres que te ayude? Le dije a Evelyn amablemente ofreciendole mi ayuda.

 Entre a la clase con el resto de mis compañeros de Slytherin, escucho al profesor y tomo una mesa esperando que algunos de mis compañeros se sentará conmigo. Luego abro el libro en la pagina cuatro y comienzo a leer tranquilamente como hacer la poción, me resultaba bastante fácil esto, ya cuando termine de leer estaba moviéndome bastante rápido para poder terminar a tiempo y no demorar mucho.

 Acuérdate de los pasos Andrew, con cuidado y cariño que sino se estropea. En el proceso intentaba ver las pociones de los demás y algunos poseían problemas en ello, intente volver a lo mio hasta que termine de removerlo y luego agitando mi varita, sonreí satisfecho al ver que estaba tal cual lo ponía en el libro.

Evelyn había aceptadp que las pociones no eran lo suyo y se dedicaba a mirar como otros compañeros lo intentaban. Algunos con éxito y otros parecían, como ella, experimentar con los primeros contactos con el fracaso. Algunos estaban más desmoralizados, pero la pelirroja parecía divertida con los resultados variopintos que veía.

Cuando se le acercó Xabier lo miró risueña. Miró el caldero del chico e hizo un leve silvido de admiración-Vaya, sí que te salió bien-vio que incluso Andrew lo había conseguido, aunque estaba ocupado en sus cosas. Volvió a mirarle-¡Eres muy amable! A mí sola no me salió, pero con suerte si no lo conseguimos podemos inventar algo nuevo-parecía más encantada con la idea de divertirse intentándolo que lograrlo realmente.

Siguiendo a Irena llegué a la clase de pociones. Era verdad que olía raro, pero pensaba que decirlo de aquella manera tan abierta pudiera molestar al profesor.

Como si le molestase estar allí, el profesor nos indicó donde teníamos las instrucciones y donde los ingredientes, poca cosa más. Aquella clase necesitaba de disciplina y destreza.

Intenté no agobiarme y seguir todo al dedillo. Di varios viajes al mueble donde descansaban los ingredientes para certificarme de la cantidad necesaria, no quería pasarme ni llegar corto.

Todo estaba en su medida. 

Paso a paso fui siguiendo los pasos, cuando mis compañeros comenzaron a dar resultados, algunos parecían conseguirlo con soltura, otros se lastimaban de su error o simplemente se negaban a hundirse en el fracaso pues podían volver a intentarlo. Creo que hay fue el momento donde me despiste. Pues llegado el momento de los giros, no recuerdo si hice tres o cuatro y en que dirección. Pero mi instinto me hizo frenar los giros y como respuesta a mi pregunta interior de que si lo estaría haciendo bien, la poción comenzó a burbujear y luego tras crear una espesa espuma que no salía del caldero declaró mi error en una pequeña explosión.

Limpié el humo de mi rostro con el dorso de la mano buscando la mirada del profesor. Me mordí el labio y miré a mi lado como Irena estaba triunfante con una poción Despertares en condiciones y no como la mía.

Me acerqué al mueble para ver si había más ingredientes y le dije antes de coger nada al profesor.- ¿Se puede repetir...Señor Craig?

Usualmente las pociones se me daban de lujo, tan facil como comerse un bizcocho, pero si mi pocion era el equivalente un bizcocho, este sin duda era un mas duro que una piedra y con mas trozos quemados que de chocolate en el.

-¡PUAGH, esta asqueroso!- Dije retirando de inmediato el dedo con el que habia probado una gota de mi caldero, y poniendo cara de tremendas nauseas.- Creo que me he pasado con la temperatura, la he puesto demasiado alta. Sigh.

Ahora despierto, aunque no tanto como si de verdad me hubiera salido bien la receta, me gire a mis compañeros de casa, no parecian haber tenido mejores resultados que el mio.

-Que se le va hacer, es nuestra primera clase de pociones, era dificil que nos saliera.- Dije, aunque en el fondo estaba mas que irritado ¿Si no podia hacer cosas tan sencillas?¿Como demonios iba lograr lo que soñaba hacer antes de acabar Hogwarts?- ¿Hey, Aine, tu como vas?- Le pregunte a mi compañera, intrigado por si al menos ella nos iba  a salvar de la verguenza de fracasar.

Casi de las últimas alumnas, Liz entró aun con el sabor a chocolate del divertido desayuno. Se colocó en una de las mesas cerca de sus amigos de casa. En seguida el profesor se presentó y todos quedaron en silencio tras el portazo.

Explicó cuál sería la primera opción y Liz se dispuso a prepararlo. Con el libro abierto fue hacia la estantería para recolectar todo lo necesario.

Fue echando cada uno de os ingredientes que explicaba su cuaderno. Encendió el caldero a temperatura media tal como ponía. Y continuó con los pasos. Cuando llegó al paso de remover su caldero le dio un par de vueltas más despistada observando al chico nuevo de su casa. Tenía un acento raro y todavía no le había dicho su apellido.

Cuando se percata de que quizás se ha pasado removiendo mira a todos, esperando que ninguna se haya percatado de esto. Y sigue los pasos como si no hubiera pasado nada.

Pero cuando está a punto de terminar su poción, se ve claramente que no es del color que debería, incluso que está especialmente más liquida que la del resto.

-No entiendo que ha salido mal. Lo he hecho tal cual Profesor Craig.-

Como decirle a aquella chica que me miraba con esos ojos, que no tenía ni idea de pociones o al menos sabía lo mismo que ella. De pequeño solo me dedicaba a ver a mi madre y a pasarle los ingredientes. Rara vez me dejaba echar algo al caldero.  Quizá no sirva de mucha ayuda. Dije poniéndome pegado a su lado. Pero a lo mejor deberías probar a no poner el fuego a máxima temperatura. Es como cuando cocinas una sopa, así lo que haces evaporar todos los ingredientes y queda más sosa.

Elizabeth, a la que también le había salido mal su poción, nos estaba mirando. No sabía que hacer y como ya estaba ayudando a una compañera  decidí ayudarla también. Bueno, mi madre agita la varita de manera más suave. Imité su movimiento de muñeca para compararlo al mío por si servía de ayuda. Asi lo que haces es que la poción se ponga mala. El profesor Craig seguía mirando a su libro sin hacer caso a las preguntas y a las quejas de sus alumnos. Al final parecía que era yo el que estaba dando la clase y ayudando a los alumnos.

Termino y voy con Elizabeth sin mirar al profesor. Dime como has hecho los pasos. Mientras escuchaba lo que decía, mi madre era sanadora por lo que me había explicado como hacer las opciones, me senté a su lado y la mire en el proceso.

Xabier, yo la ayudo a Liz. Y lleve mi caldero junto a ella para que vea el color y empezar a intentar un color parecido, había estado muy metido en esto que mi pelo estaba alborotado de tanto movimiento.

La mayoría de alumnos le pedían ayuda o permiso al profesor. Evelyn se limitaba a mirar a su alededor y a reirse por lo bajo con los resultados fracasados como el suyo. Aquello le parecía más interesante que si todos lograban hacer la misma y exacta poción.

Vio como Adrien, con quien compartió vagón en el Express, miraba su caldero cuando de él salió una pequeña explosión. Lo miraba sonriente pero no burlándose, si no quitándole hierro al asunto. Al fin y al cabo, ella lo había hecho estrepitosamente mal. Se sobresaltó al escuchar a Ben y lo miró sorprendida con sus grandes ojos azules, luego esbozó la misma sonrisa desenfadada.

Cuando escuchó a Liz se giró hacia ella y se llevó un dedo en el pómulo tirando hacia abajo y sacó la lengua en una mueca a su compañera para divertirla y que no se preocupara tanto. La voz de Xabier la sobresaltó y detuvo la mueca para mirarle como se pegaba a su lado. Ambos miraron el caldero del desastre.

-Nunca he cocinado. Una vez intenté hacer gofres, pero terminé cubierta de miel-recordó divertida. Luego miró el caldero-No sé si ésto se puede arreglar sólo con la temperatura...debería empezar de nuevo-pero sólo tenía un caldero y no tenía ni idea de donde tirar aquella infusión peligrosa. Miró a Liz, socorrida por Andrew. Los chicos de su casa habían salido mañosos en pociones, cosa que era una suerte-Liz y yo os ganaremos a la próxima-bromeó por lo bajo, divertida.

Llegue a la clase de pociones y me sigue cerca de mis compañeros comenzando hacer los que ponía en el libro, estaba concentrada pero cuando me dio cuenta ¡Noooooo! Me había pasado con la temperatura y aquello parecía mas una crema de verduras podrida que otra cosa.

- ¡Maldita sea! - Volví a coger todo y me puse de nuevo con ello esta vez controlando todo de forma minuciosa, haciendo algo mas lento pero sin dejarme nada por el camino.

- Prueba bajando la temperatura Ben, a mi tambien se me quemo... - Comente poniendo los ojos en blanco y suspirando viendo que aquel segundo intento parecía ir mucho mejor.

¡Ahora si!

Ahora parecía que ya estaba y que me había quedado bien, solo faltaba ver la decisión del profesor, que tuviera buen aspecto no era lo esencia.

- Bueno, bueno, veamos como esta la cosa...

El profesor comenzando a pasear por el aula y mirando los resultados de los alumnos - Para las los jóvenes Beauclerk, Urtswith, Baztán, Reinolds y Blackspot... ¡Cincuenta puntos para sus casas! Señorita Blackspot, usted lo ha conseguido al segundo intento pero ha sido la mejor pócima del aula, así que punta como ellos, los que no lo han conseguido aun tienen tiempo para intentarlo de nuevo. - Subió el tono motivando con sus palabras a los que se habían quedado a las puertas de conseguirla -  ¡Anímense! Y re muerden que toda poción que hagan en mi aula se la llevaran con ustedes - Eso era un detalle interesante...

- Si consiguen una pócima buena podrán tener tambien cincuenta puntos para sus casas, si es una pasable quince, y si no lo consiguen tendrán que practicar esta semana en sus horas libres. - Eso de tener que recuperar en horas libres ya no era tan interesante.

Volvió a su posición en la mesa y esta vez no miro nada, solo puso los ojos en el aula viendo quien se animaba a intentarlo de nuevo - Pueden pedir ayuda a los que ya han terminado su poción - comento de forma despreocupada con una media sonrisa.

La pelirroja miró ilusionada a sus compañeros. Entre los dos habían conseguido 100 puntos para la casa en tan sólo la primera clase.

Las palabras del profesor lograron volver a centrarla en su caldero, lo vació y volvió a empezar. Miraba a Xabier sonriente y bajó la temperatura como le había aconsejado. Primero empezó algo dubitativa, incluso se le escapó rodando por la mesa un par de colmillos que si no llega a ser por el compañero se habrían precipitado al suelo. 

Tras un rato, le pidió de nuevo que le ayudara con el golpe de varita y finalmente salió como creía que tendría que haber salido.

Alzó los brazos y con ambas manos chocó los cinco con Xabier, celebrándolo.

-¡Que guay! Muchísimas gracias, ésta vez salió gracias a tí-lo miró sonriente y luego miró al resto de alumnos, se sentía eufórica y quería ayudar a quien lo pidiera, aunque como era un desastre lo más probable es que causara más estragos que avances.