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La Locura de Durgam

Acto I: El viaje a la Locura de Durgam

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11/02/2012, 14:05
Director

La caravana sigue su camino, sin pausa pero sin prisa. Rodear la estatua es más complicado de lo que en un principio podía parecer, pues la confluencia de animales de tracción y personas es mucho mayor a los pies del coloso. Todos habéis podido oír las palabras de Vaatrina. Para algunos no son más que algo lógico; a otros, os inspiran cierto alivio.

Poco a poco recuperáis el ritmo que se había perdido. Llegáis a la zona de Jathara a la que la Reina Madre da la espalda. Se nota que aquí la densidad de viandantes es menor, pero no deja de ser todo un reto moverse entre la muchedumbre. Es este verdaderamente un espacio bien diseñado ya que, si no fuera por el camino de pilones, os llevaría muchas horas poder llegar al otro extremo de Jathara.

Cuando por fin alcanzáis el final de la explanada entráis en un pequeño bulevar que desemboca en un arco. No deja de ser curioso que Jathara esté diseñada para acceder a ella desde el extremo opuesto de la ciudad: al fin y al cabo, esta arteria es mucho menos espectacular y atrás sólo queda el Bosque del Olvido. El coloso le da la espalda tanto a él como a la perdida colonia del Sur. ¿Casualidad o simbolismo premeditado?

Atravesáis el arco y os encontráis ya en las afueras de la ciudad. El tráfico es mucho menor, habiendo abandonado la mayoría de carretas el camino en este o aquél cruce. De lejos os llegaban las despedidas o el llanto de un niño, pero poco más. Atrás queda el calor de Jathara, y sus latidos os abandonan poco a poco como lo hacen los rítmicos compases de un corazón que se aleja.

Terminan los edificios y la calidad de la carretera es visiblemente peor. Ahora es sólo un camino más, rodeado por colinas cubiertas por un eterno manto de hierba verde, salpicada aquí y allá por alguna flor. Al fondo podéis distinguir las descomunales copas de los ancestrales árboles del Bosque del Olvido.

Seguís una hora por este camino, para algunos mucho más conocido que para otros. Atrás ha quedado la última gran ciudad de Naarii y la gloria de sus Madres. No podéis evitar sentir una pizca de nostalgia, un resquicio de algo que se asemeja a un sentimiento de pérdida de la rutina. Pero, esperad, ¿qué es eso? ¿Es acaso el ruido de un caballo al galope? ¡Sí! ¡Ahí, detrás de esa colina! ¿No es la Sargento Thevikya, que se acerca hacia vosotros? ¿De dónde vendrá?

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15/02/2012, 00:36
Janaki Anala

Cabalgo pensativa y en silencio, cavilando sobre lo que nos podríamos encontrar en este extraño viaje, cuando el rítmico golpeteo de unas pezuñas al galope me saca bruscamente de mi ensimismamiento...

Al alzar la cabeza y otear el camino distingo una jinete dirigiéndose veloz hacia nosotros... tras un segundo de duda identifico a la sargento Thevikya... me doy cuenta sorprendida de que no la había echado de menos en la caravana... pero ahora al verla, las palabras de la Sierva resuenan en mis oídos... "terminar unos asuntos"...

Fueran cuales fueran esos asuntos, han tardado bastante en solucionarse, por lo que parece...

Sin poder evitarlo un estremecimiento extraño me recorre la espalda... ¿es necesario que se dé tanta prisa?... irá todo bien, ¿verdad?...

Echo un vistazo a mi escolta para ver su expresión... quizá simplemente me esté volviendo paranoica...

Sea como sea, decido que tendré el oído bien atento...

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17/02/2012, 11:42
Hergern Brotelas

Mentiría si dijera que prestaba atención al camino, me limitaba a seguir al resto sin abandonar el puesto que se me había asignado. No requería mucho esfuerzo, sencillamente había que dejar que el caballo siguiera a los demás y controlarlo de vez en cuando con las riendas si acaso se desviaba.

Mientras tanto pensaba en mis cosas, había sido un viaje emocionante, salir del Círculo había sido muy especial, todo era tan distinto... Pero después de mi encontronazo con la elfa del pelo azul y el resto ya no me sentía tan cómodo. Aunque en realidad no era esa la palabra, no era una cuestión de comodidad sino de comprensión. Me sentía profundamente incomprendido. Mi condición de varón no era realmente un impedimento dentro del Círculo, existía una relativa igualdad entre Siervas y Esclavos, lo que facilitaba mucho las cosas. Había oído hablar de lo que ocurría fuera, había lugares en los que los hombres estaban realmente oprimidos, pero hasta que no lo he visto con mis propios ojos no he estado convencido de ello. No me molesta que haya alguien por encima de mi, en absoluto, prefiero cumplir órdenes antes que tener que darlas. El problema es esa arrogancia y esos aires de superioridad ¡Cómo si yo fuera un inútil!

" Echo de menos el Círculo... al menos allí me sentía comprendido... a veces - pensé "

Solté un suspiro sin molestarme en comprobar si alguien me miraba o no. De repente, el ruido de los cascos de un caballo me sacó de mis pensamientos y me forzó a mirar al frente, para comprobar que la sargento Thevikya se dirigía hacia nosotros a toda velocidad. Resultaba hiptónico contemplar a aquella mole oscura cabalgar sobre aquel caballo.

" Pobre animal... que triste destino - pensé - Por las Grandes, si parece que se va a derrumbar de un momento a otro"

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18/02/2012, 10:32
Lía Gemaflor

Me muevo entre la caravana, tratando de hacerme una composición de su disposición, cuando me llega el sonido de cascos al galope. Me giro levemente y contemplo a la Sargento cabalgando hacia nosotras, y algo en su actitud me preocupa. Demasiada prisa, demasiada urgencia. Puede que suceda algo. Echo un rápido vistazo alrededor. Veo al Esclavo Brotelas, y algo en su espíritu abatido me desconcierta, pero no hay tiempo para eso. Las preocupaciones de ese hombre no son parte de mi deber. Puede que haya tiempo para charlar de ello al fuego de un campamento, pero ahora tengo asuntos más urgentes de qué preocuparme. Anoto mentalmente su posición en la caravana, y azuzo a mi montura.

De momento solo la hago trotar un poco, dar unos pasos en círculos para calentar los músculos. La Sargento viene hacia nosotras, no tiene sentido salirle al paso. Solo voy a esperar su llegada y situarme cerca de ella cuando desvele las nuevas que a buen seguro trae. Pero quiero que el caballo esté caliente si tengo que salir al galope con él por algún motivo.

Kiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiekh -Chillo a Virote, para que esté atento desde los cielos. Sus ojos pueden ser nuestra mejor baza si hay enemigos acercándose, no sería la primera vez que me avisa de un peligro cercano. Y si lo hay, como exploradora de la caravana deberé acudir a comprobarlo.

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19/02/2012, 19:48
Director

Thevikya se acerca a vosotros cabalgando sobre su impresionante caballo. Desde luego os cuesta discernir quién es más monstruoso, si la Sargento o el gargantuesco animal. Os inquieta, cómo no, el ritmo acelerado que lleva la mujer. ¿Viene de divisar un peligro? No lo sabéis. Es más, ¿de dónde viene? ¿Qué tenía que hacer que le forzó a abandonar la caravana antes de su partida? Muchas preguntas que no contribuyen a sosegar vuestro interior agitado.

Sin embargo, termináis por tranquilizaros. No es en efecto nada pausado el ritmo que lleva la Sargento, mas la actitud despreocupada de Vaatrina y de Ulii os sugieren que todo está bajo control. Incluso Virote, infalible centinela de las alturas, parece calmado, si bien es cierto que sus ojos parecen estar fijos en un punto indeterminado detrás de la colina: el mismo punto desde el que viene Thevikya.

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19/02/2012, 19:49
Sargento Thevikya

A medida que el caballo de Thevikya se acerca, Ulii y Vaatrina azuzan a los suyos para salir a su encuentro. Unos pocos metros al trote y tiran de las riendas. En ese instante hace lo mismo la Sargento Thevikya con su imponente corcel, que golpea con fuerza el suelo con sus cascos.

-Están listos, Señora –dice con una voz corta y directa, como quien imparte una orden-. Todo está preparado para el traslado.

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19/02/2012, 19:49
Sargento Ulii

Ulii asiente ante el mensaje de Thevikya aunque algo en sus ojos delata inquietud y sí, también algo de hostilidad. Avanza un poco hasta situarse al lado de su par, cara a cara, y le habla en un tono que claramente tenía la intención de ser escuchado únicamente por la gigante del Sur.

-Lista, sí; pero él no tendría que estar sin vigilancia –sentencia. Sin más comentarios, pica a su caballo y sale disparada al galope, deshaciendo el camino que Thevikya acaba de concluir.

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19/02/2012, 19:50
Sierva Vaatrina

El ruido de los cascos del caballo de la Sargento Ulii casi ahogan el chasquido de lengua y suspiro de hartazgo de la Esclava, pero no pasa completamente desapercibido. Vaatrina estudia a Thevikya con la mirada, como si quisiera obtener más información. Finalmente pone cara de circunstancia y parece querer disculparse cuando habla.

-¿Y bien? –pregunta al fin.

-Cuatro ojos lo vigilan, Señora. Jamás habría venido a vuestro encuentro si no lo creyera seguro –afirma la Sargento. Os sorprende que no lo diga en un tono de disculpa o de sumisión: es una contestación firme, segura; demuestra que entiende qué ha hecho y por qué, y todo parece indicar que no cambiaría nada ahora. Vaatrina parece apreciar la certeza de sus palabras como de su juicio.

-Bien, Sargento. Escoltad a las demás –dice Vaatrina antes de girarse a vosotros-. Vos, venid conmigo.

No espera a que respondáis: directamente azuza a su caballo y sale al galope (aunque a un ritmo menor que Ulii) en la dirección por la que apareció la Sargento Thevikya. Esta, a su vez, se dirige a la cabeza de la caravana, no sin antes saludaros levemente con la cabeza.

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20/02/2012, 12:56
Hergern Brotelas

Escuché espectante la conversación entre la sargento y Vaatrina, esperando que al final alguna de las dos nos explicara qué diantres estaba ocurriendo. Pero aquel momento no llegó, y allí estaba yo con un palmo de narices imaginándome extrañas situaciones que podrían estar ocurriendo.

"Maldita sea!! ¿Es que no nos van a decir lo que pasa? - pensé mientras instintivamente me mordía las uñas -"

Noté un ligero movimiento entre las ropas y después un pellizco en el pezón, Sniffy sabía muy bien como llamar mi atención. Inmediatamente dejé de morderme las uñas y fruncí el ceño.

"Pero qué se ha creido ese ratón... - pensé - ¿Cómo diantres sabía que me estaba mordiendo las uñas? "

A Sniffy no le gustaba que me las mordiese, siempre me decía que era una fea costumbre que tenía que dejar atrás, y luego me decía chorradas del tipo "Nunca serás un adulto hasta que no dejes de morderte las uñas". Me empezaba a cansar ya de que un ratón me reprendiera constantemente, pero en el fondo tenía razón.

Mientras tanto, Vaatrina espoleaba a su montura y nos invitaba a seguirla, de modo que hice lo propio, a ver si al menos me enteraba de lo que estaba ocurriendo.

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23/02/2012, 14:36
Janaki Anala

Las palabras de la sargento Thevikya no hacen sino aumentar mi curiosidad... ¿el traslado? ¿el traslado de quién?...

Nadie me había dicho que la caravana tenía más componentes... y por las caras de mis acompañantes más cercanos, parece ser que a ellos tampoco...

La curiosidad da paso a una ligera ansiedad al escuchar el mordaz comentario de la sargento Ulli, seguido por su repentina y apresurada marcha... ¿vigilancia? ¿qué demonios está pasando aquí? ¿estamos escoltando a algún preso peligroso hasta el bastión?...

La conversación entre la sargento Thevikya y la Esclava no mejoran precisamente la situación...

Me remuevo inquieta en la silla de montar... busco con la mirada a mi lechuza, que haraganea en la rama de un árbol cercano, y la llamo con un suave ulular... viene hacia mí con su característico planeo silencioso...

En ese momento la Esclava nos ordena emprender el galope... adelantándonos al resto de la comitiva...

Rápidamente recojo a mi compañera y le musito en voz baja mis órdenes... en cuanto echa a volar azuzo a mi caballo para no quedarme atrás...

Bueno... pronto nos enteraremos de qué es lo que necesita una vigilancia tan esmerada...

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23/02/2012, 17:00
Lía Gemaflor

Hay algo turbio en todo este asunto. No me importa que no me lo hayan contado, no he sido contratada para hacer preguntas ni para ser confidente de sus secretos, pero está claro que va a ser algo importante. Algo que afectará seriamente a la misión.

Azuzo a mi montura, poniéndola al galope rápidamente. Sale a toda velocidad, rauda y con los músculos calientes, así que toma la delantera con facilidad en un principio. Pero solo es un espejismo, mi montura no es veloz, tiene patas más cortas que las de los grandes alazanes de los demás. Pronto me alcanzan e incluso toman la delantera, así que me limito a tratar de no quedarme muy atrás respecto al grupo.

Virote pasa a mi lado, planeando y tomando impulso para volar al mismo nivel de mi cabeza. Al verle, tengo la sensación de estar yo también volando, con el aire acariciando mi rostro y agitando mis cabellos azulados. La sensación termina cuando mi halcón remonta el vuelo y regresa a las alturas, y yo sigo cabalgando con una sonrisa en los labios.

Me da igual qué sorpresas nos tenga reservada esta misión, las afrontaré con entusiasmo.

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23/02/2012, 19:14
Badb Catha

Catha ha permanecido silenciosa, observando todo a su alrededor y estudiando atenta aunque imperceptiblemente a la que será objeto de su custodia durante el viaje. La matrona parece sin duda una mujer sencilla y, a pesar de su aspecto delicado y piel tersa, irradia una intensa fuerza. Poco sabe ella de las intrigas de las parteras de Naarii, aunque ha oído hablar en conversaciones de campamento de que estas mujeres son tanto la manta cálida que nos acoge al llegar a la Tierra como las víboras que se devoran las unas a las otras por proteger sus nidos.

Habría hecho falta ser ciego, sordo y no tener corazón alguno para no percibir el intenso escalofrío que recorrió a Babd ante la presencia del Coloso de Jathara. El súbito latigazo de fervor y devoción, de orgullo patrio y veneración, se tradujo en una impresionante e invisible explosión de sensaciones que os impactó a todos de lleno. Su rostro permaneció serio, mas sus ojos irradiaban el agradecimiento de una súbdita y el amor de una hija hacia la difunta Reina Madre. Volvéis la cabeza aún tratando de discernir si era el inicio de una lágrima eso que percibisteis en su ojo derecho.

Y ahora aquí está, cabalgando con los demás en silencio, sin perder de vista a Janaki Anala. No lo muestra, pero está claramente molesta por el comportamiento que las dos Sargentos están llevando. Los Ejércitos son disciplina, los Ejércitos son Orden, los Ejércitos son honor. Desconoce cuál de las dos es el punto de discordia (la sureña descuidada o la egocéntrica pelirroja), pero lo que tiene muy claro es que su forma de comportarse la una con la otra no es en absoluto el ejemplo de rectitud y firmeza que siempre ha caracterizado a los Ejércitos de Su Majestad.

Notas de juego

PNJotización

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23/02/2012, 19:14
Merone

A vuestro lado cabalga también silencioso el joven Merone. El atractivo muchacho ha permanecido sumido en el más inquieto de los silencios desde que partisteis. Miedo a lo desconocido, algo intimidado por la excesiva presencia de mujeres, una deficiencia mental… pueden ser mil cosas, pero la verdad es que más que un acompañante parece una mera sombra, esa presencia inquietante que, simplemente, “está ahí”.

Y en efecto, ahí está: siguiendo a su Señora hacia el otro lado de la colina, callado como pocos pero intrigado como el que más por aquello de lo que la Sierva y las Sargentos han estado discutiendo.

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23/02/2012, 19:15
Director

Seguís a Vaatrina a buen paso. Es un galope, sí, pero ninguno necesita atosigar en exceso a sus caballos. Si no tuvieseis la absoluta certeza de que estáis en una caravana, podríais jurar de que se trata de un paseo a caballo.

Atrás queda la caravana con la Sargento Thevikya. Es increíble como la presencia de esa mujer en esta expedición se ha limitado a cuatro gruñidos y cinco minutos de pie junto a vosotros. Alguno de vosotros gira la cabeza, observando con curiosidad esa comitiva teóricamente importantísima, tratando de discernir qué es lo que hacen. Sólo veis que se ha puesto en marcha, siguiendo a Thevikya que, claramente, ha gritado alguna orden ya inaudible para vosotros.

Desconocéis vuestro destino, pero sin duda tardarán más en llevar que vosotros: mientras el grupo dirigido por Vaatrina (que sigue el camino de Ulii) atraviesa la colina, Thevikya seguirá el camino que se pierde por el recodo y que –al menos así deducís- bordea la misma colina que ahora estáis remontando. Entonces, Virote y Arruuna empiezan a chillar.

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23/02/2012, 19:21
Sierva Vaatrina

Vaatrina cabalga concentrada en la hierba que tiene ante ella. Confía plenamente en las capacidades de Thevikya, pero las dudas de Ulii hacen que su pesimismo natural salga a flote como un monstruo de las profundidades.

Mientras os acercáis a la loma, alertados por los gritos de ambas aves, veis como la Sierva alza una mano, sujetando diestramente las riendas de su caballo con la otra. Los músculos de la mano levantada, en un principio relajados, se tensan repentinamente. La mano de la Sierva comienza a brillar con un fulgor místico, irradiando una luz blanca que bien podría asemejarse a un sol en miniatura. La luz parpadea, variando de intensidad, como enviando un mensaje. A los pies de la colina os espera algo que jamás os habríais imaginado.

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23/02/2012, 19:22
Director

La Sargento Ulii habla desde su montura con un hombre a pie. A varios metros de ellos, tres Soldados de la Corona ataviadas con las tradicionales armaduras os apuntan con arcos pesados y flechas incendiarias. Algo más allá, otras cuatro Soldados completamente armadas os observan listas para entrar en acción si fuera necesario. Y rodeando la escena…

Rodeando la escena hay una segunda caravana. Los carros son fuertes y pesados, diseñados específicamente para largos trayectos por terrenos hostiles. Podéis ver que están hechos de madera buena y que las lonas que los cubren son de la mejor calidad. Todos tienen un aspecto homogéneo y están atados a potentes bestias de tiro. No hay por ningún lado un distintivo, sello o marca, pero no os cabe ninguna duda de que es esta la caravana de la Corona, y no aquella que acabáis de abandonar.

El improvisado campamento está salpicado por figuras de hombres y mujeres que deambulan de aquí allá, llevando consigo macutos y bolsas cargadas con sólo las Madres saben qué. Las Soldados que os apuntan con los arcos, por su parte, desisten en su actitud hostil al ver la señal luminosa de Vaatrina.

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26/02/2012, 18:50
Hergern Brotelas

Todo resultó muy confuso para mi, jamás habría imaginado que el plan pudiera estar tan elaborado y calculado, aunque en ese momento supe que había subestimado las capacidades de aquellas mujeres. El engaño había sido tan perfecto que ni siquiera se me había pasado por la cabeza la posibilidad, y a juzgar por las caras de mis compañeras de viaje, no era el único que estaba sorprendido.

- Otra caravana - dije aún con la boca abierta de sorpresa - Una idea genial ¿A quién se le ocurrió, Sierva Dureine?

Pero la sorpresa pronto fue sustituida por un astuto pensamiento: ¿Eran necesarias tantas precauciones? Evidentemente hasta ese momento yo pensaba que no, pero aquel suceso aparentemente trivial me hizo cambiar de parecer. La Corona se tomaba demasiados en esfuerzos para trasladar a unos Esclavos y a una Matrona, con sus respectivas escoltas, hasta el Bastión Azul.

" Debí haber hecho más preguntas cuando tuve la oportunidad " - pensé.

Y con un leve suspiro esperé aquella respuesta.

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26/02/2012, 19:48
Lía Gemaflor

Cuando asciendo hasta lo alto de la loma, recibo una advertencia de Virote, que me pone en alerta. Cuando descubro a las mujeres armadas, mi instinto me lleva a levantar el arco y buscar una flecha en mi carcaj, pero me detengo casi de inmediato al ver lo que las rodea. Una completa caravana, sin estandartes ni insignias, sin escudos de armas. Y cuando bajan sus armas, contemplo el rostro de la Sierva Vaatrina, y lo comprendo todo.

Un señuelo...

Un plan astuto. Una caravana perfectamente identificable dejándose ver por toda la ciudad, que no es más que un rastro falso sobre el que dejar caer a los asaltantes, mientras el verdadero objetivo toma otra ruta. Pero ¿quiénes son los asaltantes? ¿Y por qué es esta caravana el verdadero objetivo? Está claro que transporta algo, algo que es realmente valioso dadas las precauciones tomadas.

Escucho la pregunta, aparentemente inocente, del Esclavo, y no puedo evitar añadir una de mi propia cosecha.

¿Y cual era la necesidad?

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28/02/2012, 23:39
Janaki Anala

Mi cuerpo se tensa inmediatamente al ver el amenazante recibimiento, pero la presunta señal luminosa de la Sierva le da fin a la hostilidad... aún así, no consigo relajar la postura... maldita sea... ¿dónde me han metido?...

Contemplo con pasmo la increíble caravana que se despliega ante mi vista... ésta desde luego, no tiene nada que ver con la que hemos dejado atrás... esto sí es algo digno de mención... en realidad... demasiado...

¿Por qué tantas soldados? ¿Por qué tanto cuidado, tanto esmero en pasar desapercibidas, en extremar las precauciones? ¿Y sobre todo, por qué esa reacción tan violenta? ¿Quién temían que apareciera por la loma?...

Esto no me gusta... maldita sea... no me gusta nada...

Mi mente trabaja a toda prisa, y ninguno de sus pensamientos es bueno... un preso... llevamos un maldito preso, un traidor, un espía... y temen que vengan a liberarlo...

O un arma... algo poderoso que alguien busca y no debe de caer en malas manos... algo peligroso... extremadamente peligroso... esto no es normal... no es normal...

Mi lechuza vuela inquieta a mi alrededor, hasta que consigue llamar mi atención... levanto el brazo y viene de inmediato a posarse en mi antebrazo... con cuidado la coloco en las gruesas y extrañas hombreras que llevo puestas, especialmente ideadas para ella, en un día de inspiración...

Las palabras de mis compañeros hacen que vuelva la mirada hacia la Sierva, algo parecido a la indignación se trasluce en mi expresión, y no hago nada para ocultarlo... espero su respuesta en silencio, aunque temo no recibir ninguna...

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05/03/2012, 19:09
Director

Unos y otros hacéis vuestras cábalas sobre el posible significado del señuelo. Lo que está claro es que la situación real ha cambiado radicalmente, pues esta caravana no tiene nada que ver con la anterior: su carácter es a simple vista mucho más militarizado, homogéneo y armónico. Por no hablar de que por lo menos dos de los carros –ocho en número, igual que la caravana original- están especialmente reforzados y deben llevar materiales pesados o preciosos.

El sol ha avanzado en el cielo y le da a la estampa un extraño aire de quietud que contrasta con la hostilidad original de las Soldados que os amenazaban con sus arcos. Sobre vuestras cabezas los compañeros animales os sobrevuelan contemplando con curiosidad el nuevo escenario mientras Sniffy (aunque sólo Hergern pueda notarlo) se revuelve contra su amo.