Partida Rol por web

Otro día (o noche) de viaje está a punto de concluir. A estas alturas ya resulta difícil decir cuantos días han pasado, se funden unos con otros en este eclipse eterno. No deja de ser una buena y mala señal; Celestia no ha sido derrotada, pero tampoco consigue imponerse sobre su hermana. Por otra parte los animales están empezando a actuar de manera algo errática después de tanto tiempo sin un día o una noche reales. Están inquietos e irritables.

Habéis conseguido llegar hasta el pie de las montañas sin más percances que lo ocurrido en Berryland. Ante vosotros se alzan los picos de Unicorn Range, la cordillera más larga y alta de toda Equestria. Es necesario que la atraveséis para llegar hasta Galloping Gorge, un incomodo trayecto por desfiladeros y estrechos valles a la sombra de los colosos de roca.

Otro día (o noche) de viaje está a punto de concluir. A estas alturas ya resulta difícil decir cuantos han pasado, se funden unos con otros en este eclipse eterno. No deja de ser una buena y mala señal; Celestia no ha sido derrotada, pero tampoco consigue imponerse sobre su hermana. Por otra parte los animales están empezando a actuar de manera algo errática después de tanto tiempo sin un día o una noche reales. Están inquietos e irritables. El otro día una bandada de hizo ademán de atacarte solo por pasar cerca de ellos.

Has seguido las indicaciones de Celestia y ahora te aproximas a Unicorn Range, la cordillera más larga y con las montañas más altas de toda Equestria. Y no está de más nombrar que es uno de los sitios más peligrosos de la misma. Gracias a tu entrenamiento captas la presencia de ponis mucho antes de que ellos capten la tuya. Seguramente serán ellos. El bosque te oculta de miradas indiscretas, aunque al acercarte a los límites de la montaña se ha hecho mucho menos espeso. 

El viaje habia ido bien hasta ahora, solo habia algo que molestaba a la cocinera del recorrido y era el eclipse eterno. Cookie habia oido leyendas algo locas acerca de este fenomeno, desde un par de ponies marineros ebrios en una taberna hasta la anécdota mas vieja que viene a su memoria sobre su abuelo, que consistia en un cuento sobre la pelea entre el Sol y la Luna. Dejo de divagar sobre esto cuando vió que ya estaban al pie de las cordilleras de Unicorn Range, la cocinera las miro con una mezcla de respeto y desprecio, no era la primera vez que cruzaba estos montes y sabia lo peligrosos y mortiferos que podian ser, en una ocasión apenas llego con vida a la cima de uno de esos picos y al hacerlo se sintió la Potra mas poderosa de Equestria, lo habia hecho antes y tendria que volverlo a hacer.

Miro a sus compañeros de viaje y les dijo a modo de sujerencia:

-¿Que les parece si acampamos?-Miro las montañas y continuó-Si queremos cruzar estos montes necesitaremos todas nuestras fuerzas, por lo que deberiamos descansar e intentarlo en la mañana.

Dicho esto Cookie bajo todo el pesado equipaje que llevaba encima, entre pertrechos, viveres, ollas, algunos intrumentos de cocina y varias cosas que trajo desde Berryland. Los aldeanos habian sido muy generosos y tenian una cantidad razonable de alimentos, esto despertaba la imaginación de Cookie que se moria por cocinar algo bueno, como una "sopa de piedras" o algo mas clasico como un estofado de calabaza. Pensaria en eso mas tarde lo primero era encender el fuego, una vez libre de sus maletas se volteo hacia sus compañeros de grupo y pregunto de modo amable:

-¿Quien quiere ir a recoger algo de leña para encender el fuego?

Cualquier cosa que sonara parecido a descanso o acampar era siempre música para los oídos del pequeño potro. No necesitaba que le dijeran dos veces que paraban para hacer un alto. Como tampoco estaba claro cuándo era de día o no, se guiaba por lo cansado que se sentía. Y solía sentirse cansado todo el rato. Lo único diferente fue que en vez de quedarse a descansar junto a las patas de su maestro, Book Shield se acercó a los pegasos para ver si había algo que pudiera hacer por ellos. Las heridas de Rain le habían asustado especialmente y quería asegurarse de que iban sanando con normalidad.

En ningún momento sintió que la pregunta de la cocinera fuera por él. Seguro que nadie podía imaginarle llevando leña.

Buscar en el bosque, eso se me da bien. Así podria internarme un poco y liberar un poco mi magia, llevo reteniendola demasiado tiempo por ocultarme. -Y-Yo ire a por madera y algo mas encontrare...supongo...- Acto seguido me giro hacia el bosque en busca de algo para el fuego, y algunas respuestas.

No era fácil. Nada de eso era fácil. Pero en aquél momento, Azure estaba movida por el deber hacia Equestria y los ponies inocentes a los que había jurado proteger. Era una soldado... aunque en cierto modo estaba atrapada entre dos lealtades.

Todavía tenía muy frescos los recuerdos de hace unos días. Algo había sacudido el Castillo de las Dos Hermanas, como si un dragón estuviera golpeando los cimientos. Todo se pusieron en alerta, pero no había organización entre las tropas de la Guardia Lunar y nadie de los que ella encontraba sabía realmente qué sucedía. Y entonces, casi tan inesperado como todos los demás, los reunieron en informaron de que la Princesa Luna, con otras tropas leales, se había apoderado del lugar y había forzado a su hermana a huir. Que Celestia llevaba muchos años imponiendo su voluntad y su tiranía sobre su hermana y todos sus súbditos.

A medida que escuchaba todo aquello, Azure no salía de su asombro. ¿Cómo era posible todo aquello que estaban diciéndoles? ¡No podía ser cierto! Tenía que ser una broma. ¿Luna atacar a su hermana? ¿Celestia ser una tirana? Nada de aquello tenía sentido.

Pero la guinda de aquello fue ver a Luna misma.

Decir que estaba cambiada era decir poco. Aquella... aquella no era la Princesa de la Noche. No la que ella había visto durante sus guardias. No la que había puesto esas estrellas en el cielo para que todos pudieran verlo. Algo andaba mal, la pegaso lo sentía así. Pero para cuando estaba pensando en qué podía hacer, ya veía que todo el castillo estaba patrullado en todo momento por soldados de la Guardia Lunar. No sólo eso, sino que lo controlaban por completo y el fiel Comandante Bleak estaba de su lado. ¿Es que todos se habían vuelto locos?

Shadow necesitaba hacer algo. Necesitaba pensar. Y, sobre todo, necesitaba saber si su familia estaba bien. Si de verdad ahora Equestria se estaba diviendo en dos e iba camino de una guerra civil, debía volver con su madre y su hermano y ponerlos a salvo. El problema era que no podía hacer eso, no podía tratar de dejar el castillo en ese momento, podrían pensar que intentaría pasarse al otro bando. Debía ser astuta... y eso hizo. Fingió comportarse como uno más, fingió corear el nuevo nombre de su "soberana" Luna y fingió estar cumpliendo con su papel y las órdenes que le dieran. Aguardando por el momento más apropiado...

Cuando finalmente este llegó, no dudó y escapó, alejándose del castillo todo lo rápido que podía. Debía volver con los suyos... mas también debía hacer algo. Claramente lo que ocurría no era normal y había que encontrarle alguna clase de solución. Y la única forma de hacer eso era... reunirse con las fuerzas de Celestia.

Por fortuna para ella, sabía que estas habían acampado cerca del castillo, así que se dirigió hacia allí con cautela. No fue fácil, la verdad, conseguir que los guardias leales a la Princesa solar no la mataran en cuanto la vieran, mas logró apañarse y ser conducida hasta Celestia misma. Allí la contó todo lo que sabía, esperando luego poder marcharse para ir con su familia...

Eso no ocurrió. Tenía algo que hacer, según la Princesa. Y no había forma de que se negara.

Así que allí estaba, avanzando por el bosque tras varios días de búsqueda, creyendo estar cerca de su objetivo. Al menos, las voces que escuchaba le decían que así era. Es decir, ¿podían ser ellos? Realmente esperaba que sí.

El problema ahora era, ¿cómo encontrarse y reunirse con ellos? Era más que probable que estuvieran alerta y suspicaces ante cualquiera que se acercara. Sin embargo, de alguna forma tendría que hacerlo...

No se han percatado de tu presencia, o al menos todo parece indicar eso. Todos están preparando el campamento, a excepción de la unicornio de pelaje azul oscuro, que se ofrece a buscar algo de leña y se interna en el bosque. Le sigue la pegaso blanca con gran entusiasmo.

Entonces la unicornio se retira la capucha que lleva y observas algo muy extraño. Su pelo, de un azul aún más intenso, de repente se ilumina con de una tenue luz blanca, como el fulgor de la luna. Lo mismo ocurre con sus iris, lo cual le da una apariencia extraña... y poderosa en cierto sentido. La pegaso no parece darle importancia, como si ya lo hubiera visto anteriormente.

Aún no la habían visto... o, al menos, eso parecía. Quizás eso fuera bueno, más no podía ser descuidada. No sólo se arriesgaba a asustarles o a ser atacada por ellos porque pensaran que era una enemiga. Sin embargo, tenía que reunirse con ellos de alguna forma. Por fortuna, si lograba contactar con ellos de buenas maneras o, al menos, con el tiempo suficiente como para poder mostrarles la carta que la Princesa Celestia la había confiado. No había forma de que pensaran que aquél escrito era una falsificación.

No tardó en ver que dos de las yeguas se habían alejado del grupo con la excusa de buscar leña para el fuego. Si recordaba bien las descripciones y los dibujos que la Princesa le había mostrado, debían ser... ¿Rain y Moonlight? Sí, casi seguro.

Eso sí, lo que resultó bastante sorprendente y chocante para la pegaso fue ver cómo se le iluminaban los ojos y la crin de color blanco. ¿Por qué...? Bueno... Tal vez no tuviera que darle importancia...

Ese era el momento de aparecer, pero despacio. Con calma. Azure caminó lentamente entre los arbustos hasta mostrarse a las dos yeguas. Sabía que quizás hablar con otros no era su fuerte, pero eso no podía detenerla.

- Saludos... - dijo al aparecer, mirando a ambas, agachando un poco la cabeza y las orejas. Ellas podrían ver que llevaba un arco y flechas, así como un justillo de cuero. Sin embargo, nada en ella delataba hostilidad alguna - Rain y Moonlight, supongo. ¿Verdad? - hizo una pausa, dándolas algo de tiempo a reaccionar - Mi nombre es Azure Shadow y os estaba buscando. A vosotras y vuestros compañeros.

El trayecto fue tranquilo, por suerte no había ponis bandidos. Aún así Fair no dejaba de estar atento a todo, por lo que pudiese ocurrir. Suspiró al ver los animales tan erráticos a causa del eclipse. Ninguna de las dos soberanas conseguía sobreponerse a la otra, pero al menos Celestia resistía.

 En el descanso, al ver que la joven unicornio se ofreció a ir a por leña, Fair decidió dar una vuelta de reconocimiento, para evitar problemas como la última vez-​ veré que estamos bien seguros aquí, no tardaré en volver- informó a sus compañeros antes de marchar. 

Rain decidió acompañarme, no iba a negárselo, en el fondo lo agradezco, así no voy sola. Es curioso, nunca había dependido de la compañía de otros ponis, empiezo a apreciar la compañía desde que comenzó nuestro viaje. -Ra-Rain, no hacia falta que...esto...gra-gracias por ayudarme.- El ambiente oscurecido por el eclipse y la cubierta del bosque hacen que ver fuera complicado, así que ilumino mi cuerno para que nos sea más fácil encontrar lo que necesitamos. 

De entre los arbustos, aparece una pegaso de entre la maleza con un arco en la grupa. Mi cara de sorpresa es pronto sustituida por aquella de timidez y algo de miedo. La luz se atenua instantáneamente, dejando el brillo de mi crin como la única fuente de luz. Me acerco a Rain buscando algo de contacto para tranquilizarme un poco.

- Saludos... -la breve pausa me pone algo más nerviosa- Rain y Moonlight, supongo. ¿Verdad? - Otra pausa, no ayuda. Debería responder o algo, pero solo puedo retroceder un poco y me encogerme sobre mi misma - Mi nombre es Azure Shadow y os estaba buscando. A vosotras y vuestros compañeros.

Esto me impacta, ¿Nos busca? ¿A nosotros? Solo Celestia sabe donde estamos, ¿como...?

-A-a...¿A nosotros?

-¿Como sabes nuestros nombres?

En circunstancias normales la presencia de una nueva pony habría conseguido sacarme una sonrisa, pero tras lo ocurrido en la aldea una parte de mí me pedía ser más precavida. Y más si la recién llegada estaba armada, por mucho que no pareciese peligrosa. Me adelante a Moonlight y desplegué un poco mis alas, lo justo para empezar a volar si algo ocurría. Yo tampoco quería parecer hostil, la idea de comenzar otra lucha no me gustaba.

Casi tan cansado como Book, toma asiento en el suelo, con expresión satisfecha ante la aprobación común de descansar allí. Sorprende como el anciano aguanta el ritmo de los ponis mucho más jóvenes que él sin quedarse en ningún momento atrás y sin quejarse lo más mínimo. Tras unos segundos recuperando el aliento, realiza su rutina habitual; extrae de su capa una hierba que empieza a mascar con deleite y saca un libro de sus alforjas. Tomando también pluma y tinta, empieza a escribir Celestia sabe que. No ha dejado que nadie mire, ni siquiera Book, desde que comenzó el viaje.

Dubitativo, tras escribir unas líneas le hace un gesto a Book para que se acerque.

-No se que nos vamos a encontrar en este viaje, pero quiero saber que podrás defenderte en cualquier circunstancia por ti mismo. Ya has visto que las batallas no son un juego. Los ponis mueren y nada puede devolverles la vida, NADA. De modo que voy a enseñarte hechizos ofensivos.

Las reacciones de ambas ponies fueron más o menos las esperadas por Azure. Y dada la situación actual, la pegaso no estaba del todo segura de cómo afrontarlo sin que intentaran huir o las cosas se torcieran. Terminó por optar por la pura y simple verdad.

- La Princesa Celestia me los dijo cuando me dio vuestras descripciones - respondió a la yegua blanca -. Ella es la que me ha dado orden de buscaros, y debo decir que no ha sido fácil hacerlo. Debió de suponer que una exploradora os vendría bien en vuestro grupo. Y sí, también sé cuál es vuestra misión.

Azure Shadow confiaba en que su sinceridad al hablar fuera suficiente para evitar cualquier problema, al menos con ellas dos. Luego ya lo que pasara con los demás...

- ¿Necesitáis ayuda con algo? - las preguntó.

Desde detrás de Rain, le susurro al oído. T-Tu crees que..._esto...¿di-dice la verdad?- estoy muy nerviosa, las patas me tiemblan levemente.

-De...deberíamos...ehm...hablarlo con los demás ¿no?

Rain mira a Moonlight,después de que esta formule su pregunta -Confiar o no- piensa para ella -Estamos solo nosotras dos en este bosque, si tuviera malas intenciones quizas lo más lógico fuera que nos hubiera intentado atacar por sorpresa.

-Creo que tienes razón Moonlight, además si viene de parte de Celestia, estoy segura de que los demás también querran saber de que se trata.

Luego mira a la recién llegada.

-Bueno Azure, ¿Nos acompañas al campamento?.

-Si esta diciendo la verdad no habra ningún problema si no...no habra más remedio que pelear de nuevo.

Ya que su otro amigo decidió marcharse a dar una vuelta de soldado paranoico, Book se quedó junto a Rain asegurándose de que no hubiera nada más que pudiera necesitar cuando vio el de su maestro. Sonrió a la yegua brevemente y fue a reunirse con Cloudy.

Para variar estaba preocupado por él. Puede que esa vez hubiera motivos reales para estar preocupado por todo el mundo pero sonaba igual que cuando le obligaba a ponerse protector solar en verano para salir de casa sólo un momento. ¿Tenía que enseñarle justo ahora? Estaba cansado… ¡y tenía hambre!

-Sí, maestro… -respondió algo abatido.

Además, nadie había llegado a hacerle nada en la batalla… y tampoco tenían por qué encontrar más bandidos en el camino, ¿no? Tal vez aquella yegua de la noche que amenazaba al mundo se enfadara si supiera que intentaban detenerla pero… ¿cómo iba a saber que lo estaban haciendo? Seguro que la Princesa Celestia no correría a contárselo.

-A-Aun asi...deberiamos llevar a-lgo de madera...para la comida.
Es importante llevar a Azure pero...comer tambien.

Azure esperó pacientemente a que las dos yeguas tomaran una decisión. No se esperaba que lo hicieran rápido, ella no lo haría de estar en su situación. Cuando finalmente lo hicieron, ella se limitó a sonreír levemente antes de asentir despacio.

- Os acompañaré con gusto.- las respondió, inclinando la cabeza ligeramente de nuevo antes de desear seguirlas...

Pero Moonlight habló de nuevo, diciéndoles algo que tenía mucho sentido. La misma exploradora se detuvo y las miró a ambas.

- Podemos encargarnos primero de la leña entre las tres antes de volver al campamento. Sin duda, el fuego será necesario durante esta larga noche. Además, no quiero que vuestros compañeros se preocupen si tardamos demasiado.