Partida Rol por web

Cookie sonrio aliviada al oir las comprensivas palabras de la princesa Celestia. Dio una cabezada mostrando gratitud y dijo:

-Mil gracias su alteza, estoy agradecida.

Dicho esto se volteo a toda velocidad y fue hacia sus cosas a velocidad casi frenetica, tomo el costal de cuero con el hocico y galopo a toda velocidad hacia la letrina privada de su majestad antes indicada por la mismisima princesa Celestia en persona. Era un lugar muy limpio y pulcro, aún a la cocinera le parecia raro que la Princesa no tuviera adornadas sus pertencias con joyas ni metales preciosos como algunos nobles para los que ella trabajo en sus cocinas, tan pujadas de gemas y oro en un intento de demostrar riqueza y poder que dañaba la vista, pero Celestia era diferente, su letrina estaba levemente decorada, eso decia mucho, demostrando que la princesa era una Pony humilde y modesta según la perpectiva de la cocinera.

Cookie bajo el costal y de golpe jalo el cordon liberando su contenido que salio trotando y bailoteando con ambos cascos frontales cubriendose la parte donde tenia la vejiga, su madre señalo con la cabeza la letrina en donde estaban y la potrilla sin soltar palabra o pedir permiso dejo la naturaleza correr. La expresión de alivio colmaba la cara de la pequeña que miro a su madre con un ligero sonrojo y dijo:

-Gracias amá, crei que no podria aguantarme mas tiempo

En cambio Cookie puso su casco en su frente demostrando sentirse levemente avergonzada, luego miro a la potrilla de manera maternal a la vez que mostraba un toque de severidad, suspiro y le dijo:

-Odie, pequeña, la proxima vez pasa al baño antes de salir.

La potrilla bajo las orejas avergonzada y dijo con la cabeza baja:

-Lo siento amá.

Cookie sonrio, hocico a la pequeña y le dijo:

-No pasa nada cariño, lo que me preocupa es que...........

-¿Es que amá?

La cocinera miro de reojo a sus espaldas, luego sacudio la cabeza y le respondio a su hija:

-Nada Odie, ahora regresa a la bolsa. Tenemos mucho que hacer.

La potrilla obedecio y volvio a la bolsa enseguida. Mientras Cookie la amarraba del extremo y la levantaba con el hocico, no pudo evitar pensarlo, seguramente este numero habia levantado mas de una sospecha sobre el contenido de la bolsa, ponies listos, muy persectivos o con mucha experiencia como Night Green, Fair Swordwind o incluso el joven Book Shield y su maestro el misterioso Cloud Sign se habrian dado cuenta de la criatura viva que Cookie habia metido de contrabando en medio de un campamento militar fuertemente vigilado. 

Lo unico bueno de este escenario es que la princesa misma tambien sabia de Odie y eso aliviaba a la cocinera, mas prueba no podia ser que la princesa Celestia le prestara su letrina privada a una simple plebeya que llevaba un costal de piel para hacer sus necesidades basicas-bueno, eso resuelve lo de las presentaciones, ahora debemos concentrarnos en lo que sigue-La cocinera salio con un visible gesto de alivio en su rostro mientras llevaba encima de su lomo el famoso costal, miro a todo mundo y les dijo:

-Jeje, perdonen, tenia muchas ganas de ir. Ahora ¿en que estabamos?

La princesa Celestia habia anunciado que saldria para una junta con sus generales de confianza, lo habia oido mientras regresaba de la letrina, presurosa, la cocinera se acerco a su majestad, la miro a los ojos y le dijo:

-Su alteza, lo entiendo. Pero quisiera pedirle un favor, es menester que tenga unas palabras con usted en privado.

La cocinera movio rapidamente los ojos señalando el costal en su lomo, sin duda estaba al tanto de la existencia de la potrilla en la envoltura de cuero y captaria la indirecta. Luego sonrio y le dijo:

-Hasta entonces me preparare con los demas y esperare cuando tenga un momento para mi. Es un acto egoista de mi parte, lo se, pero es lo unico que le pido.

Dicho esto fue a dejar la bolsa con las demas cosas y empezo a revisar su equipo, no tenia gran cosa, solo una armadura de cuero reforzada con placas de hierro y su sarten. Levanto su fiel sarten y vio su reflejo en este, no era el mismo que la habia saludado cuando se vio en el la primera vez, era una potrilla como Odie y la vida era mas facil, jugando con sus primos en los naranjales en esos encantadoras puestas de sol en la campiña. Sacudio la cabeza para despertar de sus remenbranzas fraternas y se fijo en el sarten, no como un instrumento de cocina, sino como un arma, con un rapido movimiento de casco lo hizo sumbar en el aire para despues colocarlo en su lomo. Luego saco su armadura de cuero y para su desgracia una tirilla del hombro se rompio, era un desastre, no podia ir de aventura cubierta con un equipamiento viejo que se caia a pedazos por el tiempo.

Cookie estaba en su melancolia cuando oyo a Moonlight solicitar que le dieran armas y armaduras para arreglarlas y afinarlas. La cocinera no pudo resistirse y fue trotando con la herrera con su viejo equipo y le dijo:

-Por favor Moonlight ¿puedes arreglar mi armadura de cuero?, esta algo vieja y gastada pero yo se que puedes hacer algo por ella.

La cocinera se sentia avergonzada al pedirle esto a Moonlight pero no tenia mas opciones, claro podia tomar equipo de la armeria pero eso seria imperdonable, seria traicionar la historia que tenia con esa armadura, pero tambien era realista, si la armadura no tenia remedio tendria que marchar al viaje con algo de equipo prestado, como en los viejos tiempo.

Night Green le pasa el casco y el pillum a Moonlight agradeciendole con un gesto de cabeza que le eche un vistazo. Luego se gira hacia Celestia y tras una genuflexion musita un quedo "A sus ordenes" mientras va saliendo de la tienda

Al trote sale de la tienda de comandancia dirijiendose al hospital de campaña. Puede ver los nuevos reclutas preparando los utiles y limpiandolos a la espera de ser utilizados en la cercana batalla. 

Un sargento impartia instrucciones a unos soldados en el momento que Night Green entró en el hospital, todo el grupo se cuadra saludando a Night al pasar, esta da la orden de descanso y se dirige hacia la oficina del subteniente llamando con cuidado antes de entrar.

- ¿Permiso para entrar?

Un ultimo vistazo al campamento parece relajarlo. Se sienta en el suelo, dejando su bastón a un lado y sacando su vieja pipa de fumar. -Contigo he aprendido que hasta lo más improbable puede ocurrir, prefiero no arriesgarme. -responde tras lanzar una mirada de "y lo sabes".- ¿Has llevado alguna vez una armadura? Se tarda un tiempo en acostumbrarse a ellas, en especial las del estilo que lleva Moonlight, son pesadas y aparatosas. Nosotros tenemos nuestra magia, no necesitamos mas para poder defendernos por nuestra cuenta. ¿Recuerdas el hechizo protector, verdad?

Parece estar a punto de pedirte que se lo demuestres, como tantas otras veces que habéis practicado hechizos juntos, al menos hasta que su mirada se clava en un cierto unicornio que viene del campamento en vuestra dirección. Un rápido vistazo basta para identificar que debe ser de alto rango; su armadura está bellamente decorada con grabados y en el mango de su empuñadura brilla un rubí dragón, un tipo de gema bastante escaso. Es al menos media cabeza más alto que Cloudy, lo cual supone que tienes que alzar la mirada para mirarle cara a cara. Y la expresión que te encuentras al hacerlo no invita a pensar nada bueno.

-Ponte detrás de mi -ordena Cloudy, con una expresión que no tiene nada que envidiar a la del recién llegado.

El invitado se detiene a solo unos pasos del unicornio gris, como si pretendiera imponer su presencia sobre el unicornio gris. Su melena rubia a mechones y su pelaje blanco ofrecen un fuerte contraste con los tonos oscuros de Cloudy, haciéndolo ver sucio en cierto modo. Hay algo en él que te resulta muy familiar, pero no es hasta que abre el hocico cuando por fin lo reconoces.

-Creí que habíamos llegado a un acuerdo muy claro -dice tras realizar un saludo de cortesía muy forzado.- así que explícame que haces con "él" aquí. Te dije que no quería volver a a verlo, ¿recuerdas?

Ni siquiera se molesta en echarte un vistazo, actúa como si no te viera mientras habla. La palabra él está cargada de un increíble desprecio, un odio con proporciones que nunca antes habías notado. Ni siquiera las constantes molestias de Flutter Walker y su banda de matones son tan hirientes como esa sola palabra.

Otros ponies habrían sido terriblemente intimados ante el general, pero no él. Permanece allí sentado, soportando la mirada de Silverhooves con total estoicismo, aunque notas como todos sus músculos están en tensión.

-Cuida tu lengua, no he venido hasta aquí para verte y mucho menos para escuchar tus insultos. -replica mientras aprieta los dientes- Pronto nos marcharemos de nuevo, de modo que no tendrás que soportar más nuestra presencia. Ahora general, la Princesa lo estaba buscando, así que será mejor que no la haga esperar, tienen cosas muy importantes que discutir.

-Espera -la princesa te invita a pasar de nuevo antes de que te alejes.-mis generales todavía pueden esperar un poco más.

Una vez dentro y ahora a solas, se toma la libertad de apoyar su pezuña en tu hombro como gesto de confianza.- Es bueno volverte a ver, han pasado cinco años pero parece como si fuera ayer. Habría sido grato poder compartir una charla alrededor del fuego. -comenta anhelante.- Ahora, dime que es eso tan importante.

El herrero se apresura a atenderte cuando te reconoce, sabeedor de quien tiene delante y a que familia perteneces. No tarda en encontrar una armadura adecuada a tus peticiones, así como un arma que se ajusta perfectamente a tu estilo de lucha.

Encontrar a Book y su maestro es algo más difícil, pero al final tras un vuelo rápido logras encontrarlos en un extremo algo apartados del campamento. Para tu sorpresa, no están solos. Al principio no reconoces al pony que está a su lado, pero al acercarte algo más casi dejas de aletear por la sorpresa. Es el General Thunder Silverhooves*, uno de los miembros de la guardia real más importantes, si no el que más. 

-Creí que habíamos llegado a un acuerdo muy claro -le oyes decir tras realizar un saludo de cortesía muy forzado.- así que explícame que haces con "él" aquí. -¿se refiere a Book? No lo ha mirado, de modo que aunque parece lo más probale no puedes estar seguro.- Te dije que no quería volver a a verlo, ¿recuerdas?

-Cuida tu lengua, no he venido hasta aquí para verte y mucho menos para escuchar tus insultos. -replica Cloudy Sight con evidente irritación.- Pronto nos marcharemos de nuevo, de modo que no tendrás que soportar más nuestra presencia. Ahora general, la Princesa lo estaba buscando, así que será mejor que no la haga esperar, tienen cosas muy importantes que discutir.

Book sonrió. Incluso cuando era por culpa de la mala suerte que tenía a veces, que su maestro hubiera podido aprender algo con él le parecía genial. Aunque su mirada de “y lo sabes” le hizo sonrojar un poco. Cloudy sabía perfectamente que no había llevado nunca una armadura, ya que le había cuidado desde… antes de que pudiera recordar. Estaba más que claro que era sólo una excusa para comenzar una larga explicación sobre ellas y los argumentos para no utilizarlas convencieron al potrillo que ya se veía teniendo que practicar hechizos todo el camino.

Entonces el maestro se quedó mirando algo y él se giró para ver de qué se trataba. Era un pony enorme, con aspecto de guardia pero su armadura era bastante más bonita. Se hubiera quedado mirando las formas que tomaba el metal durante algo más de tiempo… de no ser por la terrible expresión que tenía en la cara. La orden de su maestro fue clara y, sin cuestionársela, Book obedeció al instante… sin poder evitar asomar el morro por un lado para ver qué pasaba.

Cuando se acercó lo suficiente, quedó bastante claro que no pasaba por ahí sino que se dirigía a ellos de forma deliberada. De pronto estaba asustado. ¿Y si habían pisado a alguien en el campamento y estaba enfadado con ellos? Tenía la sensación de haber visto antes a aquel semental pero también estaba bastante seguro de no conocer a nadie como él.

No fue algo inmediato pero al escucharle hablar fue creciendo aquella sensación de familiaridad, como si trajera de vuelta un recuerdo lejano, enterrado en su cabeza y que con el tiempo había olvidado. Era él… y no era necesario que evitara mirarle porque en el mismo instante en que sospechó de quién se trataba, el potro volvió a esconderse tras su maestro. Las patas le temblaban y sólo tenía ganas de meterse en su cama y abrazar su mantita. Como eso iba a ser un poco complicado, se conformó con apoyar la cabeza en el lomoa de Cloudy, esperando que su capa tuviera el mismo efecto confortante de su mantita de dormir.

Un general…

Cookie sonrió amenamente al escuchar las palabras de la princesa, si, habían sido 5 años, para la princesa Celestia que habia vivido siglos y viviria muchos mas sin duda eran un suspiro pero para Cookie era mucho tiempo. Había vivido muchas cosas y vistos otras mas, que engañoso e irónico es el tiempo. La cocinera tenia mucho que contarle a la princesa Celestia, tenia cuentos, aventuras, batallas contra bandidos y piratas, relatos de tierras tan dispares a Equestria como seria Italion, tanto que contar de 3 años de peregrinación desde que la dejara a Celestia y a su hermana menor despidiéndose de ella en el Castillo de las Dos hermanas.

No pudo evitar soltar una lagrima esporádica generada por la nostalgia, aún era la radiante Princesa Celestia, tan radiante y eternamente hermosa y ella, Cookie había cambiado en estos 5 años, era mayor, mas sabia y menos presentable que nunca, jamas había maldecido tanto como en ese momento el hecho de tener una crin tan sucia, desaliñada y tan poco manejable por medio de un cepillo. Se sentía un poco avergonzada, no tenia contemplado que tendría unas palabras en ese momento con la gobernante de Equestria, esperaba volver a verla, si, pero mucho tiempo después cuando ella viniera a verla en su lecho de muerte para despedirse, no habría otro motivo para ver a una simple pony de tierra como ella.

Alejando dudas y pensamientos tristes la cocinera empezó a hablarle en su tono habitual de siempre:

-Si, ha pasado mucho tiempo su Alteza. Tengo muchas historias que contarle y quisiera hacerlo pero no es el momento, no hay tiempo para recuerdos y mas cuando nuestra princesa Luna ha caído bajo la maldición del rey Sombra. -hizo silencio por un momento para después concluir- Tengo que pedirle un favor.

Sin perder tiempo bajo el costal de su lomo y lo puso entre las 2. Se aclaro la voz y dijo:

-Este viaje sin duda va ha ser el mas peligroso que haya hecho en mi vida, debo pensar en todas las posibilidades. Tengo que enseñarle algo, creo que ya sabe lo que es pero creo que debe conocerla.

Cookie usando su hocico abrió el extremo del costal dejando la entrada abierta y sonriendo de modo maternal le dijo:

-Vamos, ya puedes salir. Tranquila, que la princesa no muerde.

Tímidamente un hocico diminuto salia lentamente del costal, luego unos enormes ojos color azul cielo lo siguieron, estos al ver a la imponente yegua real se llenaron de brillo y asombro lo que hizo que la potrilla saliera de golpe y galopara de manera hiperactiva dando varias vueltas a la princesa Celestia mientras decía de modo alegre que rayaba en lo frenético:

-WUAU, ES ELLA, ES ELLA. AMÁ ¿POR QUE NO ME DIJISTE QUE LA PRINCESA ERA UN ÁNGEL?, CIELOS ES MUY HERMOSA. ¿SEGURA QUE NO ES UN ÁNGEL? AMÁ AMÁ..................

Antes de hacer mas ruido Cookie detuvo a la potrilla con sus cascos y la sentó frente suyo, luego la miro de manera severa a esta y le dijo:

-Oye ¿cuantas veces te he dicho que no se galopa alrededor de los desconocidos?

La potrilla se rasco la cabeza con su casco mientras hacia memoria y musito mientras sentía venir el regaño:

-28 veces

-¡¡¿Tantas veces?!!, es igual, es un acto de mala educación.

La potrilla bajo las orejas avergonzada y solo musito:

-_{Lo siento}

-No se escucha, ¿que dijiste?

La potrilla alzo su tono de voz y dijo:

-Lo siento

Cookie alzo la vista y vio que la Princesa había visto todo aquello, lo que la hizo sentir apenada, bajo la cabeza en señal de disculpa y dijo:

-Perdone que haya visto esto su Majestad. Mi hija a veces es muy inquieta.

La cocinera lo había dicho, así sin mas, quería decirlo de un mejor modo pero era demasiado tarde. Sonrió, miro a su hija luego a Celestia y dijo:

-Su alteza, esta es mi hija Orderia Tangerina Valiant. -La cocinera toco sutilmente a su hija en el hombro y acto reflejo ella se puso tiesa y firme a manera de mostrar educación-Vamos, preséntate.

La potrilla trago saliva y dijo de modo rapido, seco y con un ligero toque de nerviosismo:

-Hola, Soy Orderia Tangerina Valiant pero todos me dicen Odie, mucho gusto su majestad.

Hechas las presentaciones Cookie paso a lo siguiente, miro a su alteza serenisima y le dijo:

-Vera, esto no es fácil. Cerco Blanco, el lugar donde vivimos actualmente Odie y yo con todo lo ocurrido ya no puede considerarse un lugar seguro. Después de discutirlo con Browny y su esposa decidimos que lo mejor que Odie sea puesta en refugio por usted. No seria por mucho, solo hasta que regrese del viaje......

Cookie se aclaro la garganta, lo siguiente a decir era duro y no queria pensar que eso fuera a pasar, pero tenia que tenerlo contemplado:

-....en caso de que no llegue a regresar........., Mi amigo el General retirado Browner Crusher y su esposa tomarían la custodia de Odie, su Excelencia no tendrá que encargarse de ella, solo pido que le de refugio mientras se resuelve esta crisis.

Dicho esto la cocinera bajo la vista y vio a su hija, estaba notablemente triste con los ojos al borde de derramar lagrimas. Lo habían discutido en la posada solo unas horas atrás, la potrilla se había negado a regañadientes a ver a la princesa si eso implicaba que su madre la dejara con una extraña y jamas fuera a regresar, Cookie la había convencido de ir solo si le juraba que regresaría a casa después de su misión, ella lo juro, pero no sabia si podría cumplir ese juramento, había cosas afuera que ella no conocía, peligros y sombras mas terribles que las pesadillas mas siniestras, no sabia si podría volver.

Acudes a la armería con la presencia de Fair a tu lado, tan silencioso que para el caso no te darías cuenta si fueras sola. Al verlo el herrero pierde los papeles por completo y se dedica a asesorarlo, lo cual te deja la oportunidad de emplear la forja sin ningún tipo de intervención.

El caso y el pilum de Night Green están en casi perfecto estado, no hay mucho que puedas hacer por ellos, pero la armadura de Cookie es harina de otro costal; es evidente que hace años que no la usa y hay muchas partes que se empiezan a desprender, puntadas que se deshilachan y trozos de cuero estropeado que hay que reponer. No es algo que se pueda arreglar en dos minutos, pero en la herrería no te faltan materiales para intentarlo.

A pesar de que la reunión y el hechizo de localización parecen haberla cansado mucho más de lo que ya estaba antes, parece encantada con la pequeña potrilla que la observa con sus ojos como platos y no puede evitar reírse ante sus comentarios. Se agacha un poco para quedar más a su altura y poder chocar un casco a modo de saludo.

-Hola Odie, para mi también es un placer conocerte. Ahora se buena y déjanos hablar a tu madre y a mí, ¿vale? -le guiña un ojo y pasa su atención a Cookie.- No es ningún favor. Todavía recuerdo las hazañas que hiciste en la guerra, todos los ponies que salvaste con tu coraje y tu habilidad. Sería indigno de mi parte no prestarte mi ayuda ahora que la necesitas. Cuenta con ello, la mandaré sana y salva con el próximo carro de suministros a mi residencia en Canterlot, allí la atenderán bien. Entiendo tu preocupación, pero no pienso permitir que Nightmare escape del castillo, contendremos su mal aquí. -afirma con total seguridad.

Una vez dicho esto, acaricia a la potra intentando animarla.- Tu madre solo quiere que estés en un lugar seguro mientras ella me ayuda. Volverá a por ti, no hay nada ni nadie que pueda impedírselo. Además, no vas a estar sola en Canterlot, habrá otros potros con los que puedas jugar y muchos dulces que nunca has probado. 

Solo otra cosa. A menos que no os quede otro remedio, no le digáis a ningún pony lo que esta ocurriendo. Nadie debe saber de la existencia de Nightmare Moon. Si se enteraran, el pánico correría por todos los rincones de Equestria, el caos invadiría todos los lugares y hay algunos que aprovecharían la anarquía para imponer su voluntad a otros mas débiles. Eso no debe pasar. Y tampoco quiero que mas ponies vengan a guerrear. No quiero que mueran por algo que he provocado yo.

Aprieta los dientes y clava sus cascos con dureza ante la insolencia con la que Cloudy, un simple pony de bajo rango, se enfrenta a uno de los más altos cargos que existen en toda Equestria con total tranquilidad. Sin dudar echa la pezuña al mango de su espada, pero la mención a la Princesa le hace refunfuñar y volver a soltarlo.

-Si es así, no perderé el tiempo con una chusma como tú. Haz lo que hayas venido a hacer y desaparece de una vez con ese patético y debilucho. Y que no os vea mi esposa o te aseguro que te lanzaré a la mazmorra más oscura de Canterlot para que te pudras hasta el final de tus días.

No hay mucho más que decir, de modo que se vuelve al campamento todavía enfadado, pero a la vez bastante satisfecho, dejando atrás a un anciano con mirada asesina y a un potro tembloroso escondido bajo una capa.

La forja del campamento es bastante impresionante, llena de estantes y soportes para armas y armaduras, todas colocadas ordenadamente y todas en perfecto estado.- Wow.- Fair y yo nos dirigimos a hablar con el herrero, grande y fornido, trabajando en uno de los yunques. -"¿Quereis algo nova...?¿Pero que?. -Al parecer el aspecto de Fair no convence mucho al herrero.

Nos mira rápidamente a los dos y se sorprende al mirarme, intuyo que por que soy una yegua y por mi equipamiento.-Tu puedes coger  o fabricar lo que necesites, sera un placer ayudarte. -dirijiendose a Fair- Tu, muchacho, necesitas ayuda urgentemente, ¿Como puedes ir así? En una batalla el equipo apro...- Se alejan hacia los estantes y el herrero empieza a señalar las diferentes armas. 

Me acerco al yunque más alejado de todos, y el mas escondido, de forma que nadie pueda verme. Está dentro de una tienda, por suerte, supongo que es para trabajar en días de frío. Perfecto. Cierro la tienda con magia y me desprendo de todo mi equipo, colocándolo en uno de los maniquíes. En otro, coloco la armadura de Cookie, o lo que queda de ella. Y en otro, el yelmo y el pillum de Night. De mi bolsa saco un sencillo vestido de cuero con un delantal, perfecto para trabajar y no quemarse -Así trabajaré más cómoda. Por último, necesito mi poder, así que, con cuidado y con la capa, asomo la cabeza fuera de la tienda y compruebo donde esta la luna para dejar entrar algo de su luz por algún agujero del techo. Hecho esto, suelto mi crin y esta empieza a cargarse. Empieza la fiesta. 

Con toda la tienda iluminada, empiezo a trabajar en la armadura de Cookie, destrozada y abandonada. Tras una hora de martillazos, rehacer piezas y coser cuero, la armadura esta terminada. Me tomo la libertad de grabar en el pecho la Cutie Mark de Cookie, y en pequeño, en uno de los lados, un martillo y una luna, mi firma. Y para rematar, un pequeño encantamiento. El pillum, también podría necesitar algo así...¿y porque no?

Mi último trabajo del día, arreglar el enganche del martillo, que no me lleva ni 15 minutos, e investigar un poco sobre el martillo. Empiezo a concentrar magia y me centro sobre el martillo, este hechizo de analisis lo aprendí para ver que materiales no comunes de Everfree eran los óptimos. Vamos a ver que escondes. El martillo se ilumina y levita, rodeado en mi magia. 

Debajo de la capa de su maestro, a su espalda, el pequeño Book temblaba como una hojita seca en otoño. En algún momento, y sin darse cuenta, había empezado a llorar en silencio. No podía estar seguro... pero parecía tan claro... Terminó abrazando a su maestro por la espalda. No podían llevárselo a una mazmorra fría y sucia, ¿verdad? No por... por sólo estar sentado en un sitio... Sólo cuando le pareció que ya se había marchado hablo, casi en un susurro.

- _{¿He hecho algo malo...?}

-Partiremos lo antes posible su alteza- Dice Rain mirando a la princesa- Sin embargo debo ser sincera y confesarle que no conozco nada sobre armaduras o sobre uso de armas, pero aprendere lo antes posible si es necesario para serle útil en esta misión.

Después mira a Moonlight:

-Moonlight ¿Serias tan amable de aconsejarme y asesorarme sobre armas y armaduras?

Fair se sintió incomodo, parecía que no había llegado en un buen momento y no quería ser un entrometido. Pero sus músculos se tensaron al ver como el General SilverHooves puso su casco sobre la espada. No pudo evitar soltar un suspiro de alivio al ver que se retractó y volvió a posar su pezuña en el suelo. 

Cuando vio que el pony por fin se marchaba, descendió con suavidad y a paso lento, pero firme se acercó hasta el viejo maestro y el potrillo.

-Lo siento, no quería ser un entrometido-  era difícil que no le hubiesen visto mientras volaba. Miró al pequeño y puso una mueca de lástima - ¿estáis listos ambos? 

Si, hazlo como si aún no estuvieras trabajando con la armadura.