Partida Rol por web

Viste amiguito? Puedes hacer lo que quieras mientras no te le acerques, digo agarrando al joltik en mi mano.

_{Quien es un Joltik travieso? Tu.. Si, tu jejeje} Le hablo bajito al Joltik mientras le muevo las patitas con mi dedo juguetonamente. Este es Andrew, es mi mejor amigo, y ella se llama Helen - me agacho y muestro el Joltik a mis pokemons, los cuales lo ven con mucha curiosidad -Esa niña fea que te tiene miedo y parece un Metapod mal evolucionado es Karla, y aquellos sus compañeros de viaje, pero no recuerdo como se llaman... Pero son bien padres! Digo haciendo una pausa señalando en dirección a donde esta Karu caminando a duras penas junto a sus pokemons 

Coloco al Joltik en mi hombro, si quieres puedes quedarte cuanto gustes, pero no me vayas a morder, ok? Ni tampoco acercarte a Karen, mira que del susto podría aplastarte... Me pongo de pié nuevamente y camino al paso de Karu - Ves? Joltik prometió portarse bien y no molestarte - Le digo a Karu con una sonrisa. Mientras, Helen flota justo detrás mio y le hace caras al Joltik en mi hombro, y Andrew pega brincos para tambien poder ver al polizonte.

Va andando como puede al lado de Ryder en silencio. No quiere levantar la voz para no atraer más Pokemon bicho. Va mirando a Ryder y al Joltik, y del Joltik a Ryder. Se va tranquilizando un poco al ver lo inofensivo que es, y que no parece que vaya a hacerle nada. Pero por si las moscas, sigue sin decir nada. Feuer y Zunder andan cada uno a un lado de Karu, Feuer mirando a su al rededor, y Zunder mirando a Joltik con curiosidad.

Karu ha estado bastante callada desde que el Joltik se nos unió, de verdad creo que no le gustan los bichos... Es raro pues, Helen parece un bicho gigante en lugarde un dragón.

Oye, y cómo conseguiste a tus pokemons? Andrew, pues... Supongo que casi lo mato con una trampa para digglet, y cuando lo ayudé a sanar no se quiso separar más de mi.

Mira a Ryder de reojo, no se esperaba ese cambio de conversación tan repentino, así que se gira para mirar a sus Pokemon.

-Pues fue en Sinnoh hace unos años, fuimos para que mis padres se enfrentaran contra un gimnasio. Yo era pequeña y me fui a pasear por las rutas cercanas. Un Pokemon me atacó y fue Zunder quien salió en mi ayuda, pero al momento se escapó alejándose de mi. No volví a verlo hasta semanas más tarde, cuando nos íbamos de allí para otro gimnasio diferente, entonces Zunder apareció y nos llevo hasta donde estaba Feuer, que estaba herida. Cuando la llevamos al centro Pokemon, nos dijeron allí que muchos Pokemon salvajes atacan a los variocolor, por envidia o algo así. -mira a sus Pokemon y les sonríe, ambos van andando tranquilos, cada uno a un lado suyo.- Desde entonces no han querido separarse de mi.

Vaya! Así que fueron dos variocolor en un mismo día! Que suerte tienes! Yo por mi parte no soy muy fanático de los variocolor... Excepto mi Chatarra que parece hecho de plata y oro! digo con estrellitas en los ojos Hablando de eso, por qué existen los pokemon de distintos colores? Se que es una especie de mutación pero... A que crees que pueda deberse esa mutación? - digo bajando un poco la voz y acercandome a Karu para que pueda escucharme.

-Ya, la verdad es que tuve algo de suerte. -sonríe mirando a Zunder y Feuer.- Y no puedo quejarme, la verdad. Pero bueno, no tengo más Pokemon, exceptuando el que va a nacer, ¡claro está! Yo no es que sea fanática de los variocolor, creo que si Zunder y Feuer hubieran sido "normales", por decirlo de alguna manera, no los hubiera encontrado. Pero los hubiera querido igual. -sonríe. Se encoje de hombros cuando este se acerca y le pregunta por los colores.- Ni idea la verdad, puede que si que sea alguna mutación, pero supongo que es como nosotros, cada uno tiene un color de pelo o de piel diferente. Supongo que ellos también.

El Joltik saltó contento en su sitio, emitiendo un ruidito suave. Para sorpresa de uno y angustia de la otra, con un ruido de hojas moviéndose, a Ryder le cayeron encima unos 10 Joltik mas, que no lo tumbaron debido a que no eran nada pesados, pero se le treparon por donde había sitio, dos en cada hombro, dos en la cabeza, y el resto aferrados de su mochila. Se veían bastante felices en general, y a lo sumo le picaban un poco al chico.

Tus pokemon se encontraban dentro de sus pokeball como era el estándar para transportarlos, pero igualmente el tamaño de este pokemon que tenías delante te hacía dudar de si querías tomar un enfrentamiento con él...y todos los pequeños. Era lo que tenían los pokemon salvajes: no los ataban reglas de cortesía o similares. Los Joltik no se acercaron sin embargo, al menos de momento. El enorme Galvantula comenzó a avanzar pisando sus propias telarañas, pero sin dejar de lanzar mas que en algunos casos te rozaban, pero seguían tornando el entorno de pegajoso blanco.

-Waaahhh! - Grita Ryder medio asustado por el repentino asalto de los JJoltik, estira los brazos y abre las piernas para tratar de no aplastarlas sin querer y evitar que le sigan picando por algún otro movimiento involuntario; voltea lentamente su cuerpo en dirección a Karu que sigue disfrazada de shawarma y le dice: -sálvame D= me atacan! 

Tantee mis pokeballs en mi bolsa, dudando si sacarlas, pero seguramente serían un gesto que podría tomarse como agresivo y desafiante por el gran Galvantula que aparecía delante de mi… Así que preferí volver a poner mis manos en un gesto de no agresión, retrasándome con pasos cortos pero al mismo ritmo que el Galvantula se acercaba a mi para mantener la “distancia de seguridad” Aunque sabía que si saltaba sobre mi podría ser mi fin… Además debía tener cuidado con cada paso que daba pues podria tropezarme y quedar enganchado con cualquiera de las telas de araña que me estaba lanzando...

Intentaba razonar con aquel ser, pero era un pokemon salvaje… No sabía si me escucharía o me entendería… Y parecía muy enfadado por lo que había pasado en “su hogar” y sin duda creía que yo había tenido algo que ver…

Entonces se me ocurrió una idea, quizás la única que me podría salvar de aquella situación… Recordé como mi rival que usó un Galvantula usó un ataque de tipo Rayo, así que mi mano volvió a mi bolsa buscando la Pokeball de Emolga para sacarlo.

Emolga, sal! Intenta convencer a este Pokemon que no queremos hacerle daño – Dije mientras lo sacaba, recordaba como los Pokemon podían hablar entre sí, y quizás a un pokemon como Emolga, que no parecía agresivo, además de compartir tipo Electrico con él quizás podría ayudarme a convencerlo de que no eramos una amenaza ni los culpables de aquello…

-¿No lo entiendes aún?

Escuchaste venir una voz desde arriba. Mirando en esa dirección, viste una mujer de kimono marrón, con una de sus mangas caídas revelando un tatuaje rojo y las vendas que le envolvían el pecho. Traía un peinado arreglado y tradicional, y estaba descalza. Uno de sus ojos rojizos estaba cubierto por un parche, y sus manos estaban sobre su regazo.

Yacía sentada en una rama alta, mirándote desde su altura con neutralidad mientras mecía los pies, y justo detrás otro Galvantula enorme te estaba mirando.

-Eres comida. Una muy quejosa, por cierto.

Comida? - Digo asustandome un poco mirando hacia la chica que acababa de pronunciarse.

Emolga no te apartes de mi... - Le digo mientras sigo retrocediendo despacio - No soy comida, soy solo un viajero... No he venido aqui a hacer daño a nadie... - Digo intentando de nuevo razonar con esta nueva persona esperando que al menos, con alguien con sentido de la razón pudiera terminar con todo aquello sin ser devorado...

-Eres un humano. Eres de carne. La carne se come. No es muy difícil de entender. Probablemente si las redes no estuvieran quemadas te habrías enredado con ellas y hubiese resultado lo mismo. Pero, mientras reconstruimos, debemos cazar manualmente. Nosotros tampoco hacemos daño, pero tenemos una familia grande que alimentar. Espero que no creas que por ser "un humano" eres menos comestible que cualquier otra cosa.

El Galvantula del suelo había cesado de producir telarañas. No necesitabas siquiera mirar para saber que no había donde correr ya. Los Joltik pequeños dieron algunos brinquitos en su sitio, aparentemente contentos o entusiasmados de ver a la chica.

-Pero, tienes un productor de electricidad, veo... -dijo fijándose en Emolga.

Tu tambien eres humana, tu tambien eres carne! - Digo enfadado al escuchar como habla de mi como si de un trozo de carne se tratase - Ni los pokemon ni los humanos son para hacerse daño, ni hay que enseñarles a hacer daño... - Sigo mientras busco con la mirada alguna posible salida para escapar de alli pero veo como todas las salidas estaban llenas de la viscosa tela de araña - Es mi amigo... Mi compañero... Mi familia... - Digo buscando a mi emolga con la mirada pues estaba asustado de lo que le pudiera pasar... Era el ultimo recuerdo de mi hermana...

-No lo soy -sonrió, torciendo la cabeza un poco ahora mirandote de vuelta a ti.

-Normalmente ya te estaríamos volviendo un bonito capullo para que te conserves mejor, pero... -dejó de balancear los pies y se cruzó de brazos.

-Verás, en el bosque es complicado encontrar electricidad, y la frecuencia con la que vemos un pokemon eléctrico aquí es muy, muy rara. Quizá podamos llegar a un...acuerdo. Si entregas toda la electricidad de tu pokemon, pueden irse. Principalmente porque temo que si se le captura igualmente se niegue o cierto individuo no sepa medir su fuerza...

Como darte su poder? - Digo asustado por lo que le pudiera pasar a Emolga. Si bien quería salir de allí con vida... Pero no al precio de la de mi compañero...

-Electricidad... -rectificó.