Partida Rol por web

Pero... Como? - Dije mientras pensaba en sus palabras, acaso quería que la atacara con los ataques de tipo rayo de mi Emolga? O como pensaba entregarle el poder de mi Emolga?

Sus ropas levantaron algo de vuelo cuando se dejó caer del árbol, algo bastante alto pero aún así cayó de pie sin mostrar síntomas de que le hubiese afectado demasiado la caída. Acomodó con cuidado sus ropas con toda parsimonia, y tendió una mano hacia ti, o mas bien hacia Emolga.

-Ven.

Por respuesta. Emolga se puso a temblar. Ya de por si era cobarde, y esa situación no inspiraba nada de confianza en absoluto.

El trayecto inicial fue rápido, pero este paso duró muy poco con la entrada al bosque. Como ya sabías por anticipado, el rumbo aquí se volvió pesado, entre el calor, el estorbo por el terreno y la cantidad de pokemon bicho que había, y te incomodaban bastante tanto a ti como a Serena. Como era de esperar, Eru no era muy mañoso en esa clase de temas y no tenía muchos problemas en cuanto al contacto con esta clase de pokemon. 

Por otro lado, no dejaba de darte cierta curiosidad el resto de su equipo, puesto que hasta ahora solo habías visto a 3 de sus 5 pokemon, y no parecía ser de sacarlos a menos de que fuese necesario, aunque Umi era una excepción a la regla, y bueno...el Wailord no era algo que quisieras que sacara en un bosque y contigo cerca.

Durante el día pudiste aprender un poco mas de él, aparte de observar su hábito de tomar un "bocadillo" (aunque tus porciones y las de él en este aspecto diferían) de cuando en cuando. Por lo que se veía en el mapa, el bosque no se iba a acabar pronto. Eru observó algunas telarañas comenzando a ser cada vez mas numerosas, y te indicó que era mejor desviarse por si las dudas, por lo cual dieron un rodeo evitando esa zona. La noche cayó como todos los días, y los pokemon nocturnos comenzaron su actividad normal, como una alarma para los seres diurnos que se retiraron a sus madrigueras.

-¡Bien! Estoy muerto de cansancio y de hambre, y está muy oscuro, deberíamos acampar aquí. -declaró, para luego añadir- Me sorprende que hayas podido seguir el ritmo todo el día, creí que ibas a querer pararte a descansar en algún punto. Ya sabes, te ves un poco pálido para el tema de actividad física, pero supongo que es verdad eso de no juzgar un libro por su tapa.

Mientras caminaba observaba todo el lugar, los pokémon bicho no me agradaban para nada salvo contadas excepciones, aunque por supuesto los Eevees siempre serían los más hermosos.

Al notar las telarañas asentí de buena gana a evitarlas y seguí el camino.

En cuanto frenamos y se hizo de noche saqué a Vagabond de su pokéball y le ordené que vigilara, aunque claramente lo deje que jugara con Serena si quería.

-Soy pálido de nacimiento- respondí a Eru- y si bien prefiero las comodidades me he pasado toda mi vida viajando, supongo que parte de ser un entrenador pokémon es estar en forma-

El rugido de un relámpago se escuchó en la distancia, seguido de otros cuantos menores, como un presagio para una tormenta feroz. Algunos movimientos en hierbas y ramas, al igual que algunas vistas fugaces dejaron entrever que a unos cuantos pokemon salvajes esto les había asustado, y huyeron a la seguridad de sus escondrijos.

Eru había dejado sus cosas a sus pies y reunió algo de madera para una fogata, evaluando si debería armar una carpa directamente en prevención a la lluvia. Pero, el fuego que había conseguido prender comenzó a amenazar con apagarse. Un viento huracanado comenzó a azotar la vida vegetal a tu alrededor, muy fuerte al punto de que sentías que en cualquier momento podría hacerte perder el equilibrio. Con el movimiento agitado de las copas de los árboles podías ver el cielo mas o menos con claridad ahora, y un enorme trueno partió el cielo en dos y resonó, cayendo en algún sitio lejano en el bosque. Algún que otro pokemon de pequeño tamaño estaba volando de un lado a otro saliendo de los arbustos para darse contra el suelo o la madera de los árboles. Tus propios pokemon habían decidido refugiarse detrás de un tronco de árbol en dirección contraria al viento.

-Ugh, que fastidio -se quejó Eru con respecto a la fogata fallida y miró hacia arriba sujetando el sombrero con una mano- Hm, un cambio de clima tan repentino...

-No pensé que el clima cambiara de pronto- dije metiendo a mis pokémons a sus pokeballs y cubriéndome del viento.

-Tendremos que buscar un refugio rápido, tal vez una cueva salvo que tengas algún pokémon con la capacidad de hacer una para poder pasar allí la noche-

Tras poner a tus pokemon a salvo, aunque ambos entraron de forma poco convencida a su ball ante la idea de dejarte 100% solo ante la tempestad. Comenzaste a tratar de desplazarte, pero y avanzar unos pocos metros mas te tropezaste con una raíz y evitaste con las manos caer de cara al suelo. El viento huracanado arreciaba en aquel momento el pequeño claro y volteaste hacia arriba a ver el cielo perfectamente estrellado...¿estrellado? ¿¡Pero donde estaban las nubes de tormenta!?

Casi respondiendo a tu pensamiento algo oscuro bloqueó tu visión de la bóveda celeste. Algo enorme y veloz, cubierto de electricidad, y cuyo agitar de alas estaba causando la tempestad y cuyo grito resonó en tus oídos de forma imponente e intimidante. La criatura paso por encima de tu cabeza y siguió su curso, perdiéndose en el firmamento mientras la calma volvía a la zona, al menos en cuanto a viento. Algunos truenos seguían haciendo eco como rastro del paso de la gigantesca ave dorada.

Desde el suelo aún y completamente sorprendido sigo a aquel pokémon mientras se aleja en el horizonte.

-Ac-acaso ese era Zapdos?- le pregunté dubitativo a Eru - es la primera vez que lo veo tan de cerca...-

-¡AHHHHH! -Karu no aguantó eso. Un bicho estaba bien, pero ahora estaba completamente cubierto de ellos y le daba una infinita repulsión. Retrocedió hasta quedar de espaldas a un árbol, a diez metros de ti, con el rostro pálido.

-¿¡No piensas quitarte esos bichos repulsivos de encima!?

Los Joltik por su lado, notaron la reacción y unos cuantos se bajaron, aparentemente apenados por el rechazo. Mirando abajo, viste que algunos estaban jugando a su modo, dándole descargas a Andrew...o intentando. Realmente apenas y lo notaba, debido a que no le afectaba en absoluto, y te miraba confuso como preguntandose que habrías hecho ahora para causar la situación.

-Bueno, que me parta un rayo...-hizo una leve pausa- Mejor me busco otra frase para el momento. El punto es que eso no es algo que ves todos los días, también es la primera ocasión que me pasa un símbolo legendario del trueno por encima, de form

Eru se puso de pie, se había acuclillado para evitar que algún pokemon pequeño o rama le golpeara al vuelo.

-Incluso sin ser fanático de los pájaros, hasta a mi me gustaría salir corriendo detrás de ese colega. Pero, probablemente me destruyera a mi y a los míos. Ya sabes, el agua y la electricidad no se llevan. Además no creo poder alcanzarlo de todas formas. Me hubiera gustado sacarle una foto al menos.

Sacudió el chaleco de hierba, aún mirando en dirección donde el pokemon había desaparecido. Luego, te miró a ti.

-¿Todo bien? Espero que no vayas tu a salir corriéndolo para que transforme un Eevee en un Jolteon o algo así. ¿eh? Por ahora debemos juntar todo lo que tiró, creo que vi un par de camisas que salieron volando para algún sitio...

-Ya tengo un Jolteon, gracias- dije limpiándome un poco la ropa, para luego comenzar a mirar el desorden y ayudar a ordenarlo.

-Crees que en Arcadia sea normal que los pokémons legendarios se manifiesten? Es decir, se que es un lugar extraño y la más rara de las regiones que conozco pero no pensé que lo fuera tanto, supongo que por algo las personas lo evitan tanto y otros no vuelven siendo los mismos. La persona que me crucé antes del concurso decía que Arcadia era como su segundo hogar y parecía tener algunos dones especiales, al parecer podía saber las capacidades especiales de cada pokémon con solo verlo-

Tomé la mochila nuevamente una vez ordenamos todo.

-Quizás debamos buscar un lugar más elevado donde acampar o donde haya al menos unas piedras para refugiarnos mejor en el caso de que haya una tormenta-

Eru iba a contestar y seguir la charla, pero su voz no fue la que respondió.

-Ah...ese debo ser yo.

Escuchaste un movimiento de ramas cerca, y algo grande se descolgó de una, quedando de cabeza como un zubat en una cueva, balanceándose levemente aún por la gravedad y la caída. Era extraño ver a una persona alta y en ropas prolijas colgar con los pues enganchados a la rama de un árbol, con las manos en la espalda tan tranquilamente. Estaba de espaldas, a unos cuantos metros.

-Me equivoqué de dirección -confesó en tono casual.

Eru por su parte saltó hacia atrás tropezándose con su propio bolso de la impresión de algo tan poco predecible como eso.

-Un fantasma del bosque!! -dijo señalándolo pálido- Ah...no, ¿¿¿es una persona???

La situación me causo algo de gracia, si bien mi primer impulso también fue dar un salto hacía atrás y focalizar la mirada, preparado para usar mis poderes de ser necesario.

Pero al notar que se trataba de aquel ser tan extraño y pintoresco, que se había presentado como Geist, me quedé bastante absorto y sorprendido, sin poder evitar comenzar a reírme luego.

-Jajajaja no sabía que también tenías la capacidad de aparecer cuándo hablaban de ti- me acerqué a Eru y lo ayudé a levantarse- Eru esta es la persona de la que te hablaba, su nombre es Geist...aunque no se bien que hacía entre los árboles-

-Ow! Ow!- Me quejo por los piquetes sorpresa que recibo de los pequeños asaltantes; pero de inmediato noto que solo están jugando, contentos en exceso, lo que hacía que parecieran traviesos. 

-Tranquilo Andrew que solo están jugando- Tranquilizo a mi pokemon sabiendo que estará más que seguro de cualquier descarga que le pueda causar una de estas arañitas; osea, si a mi no me dañan realmente a Andrew menos que es inmune a la electricidad. Andrew, a pesar de seguir un tanto confundido porque es medio lento para entender las cosas, comprendió que si hacía algún movimiento brusco podría lastimar sin querer a algún joltik; así que comenzó a imitar la forma en la que me muevo, con bastante cuidado.

Respiro profundamente tratando de entender que es lo que está pasando antes de siquiera ver a Karu. Basta de bromas, no quiero lastimar a ninguno de los pokemon que tengo encima. -No se que pasa Karen- Le digo mirándola fijamente a los ojos desde la distancia convencido de que ese es su nombre real -parece que, algo los está atrayendo hacia mi...- digo pausadamente mientras comienzo a sentarme con cuidado, agarro a cada Joltik con la mano para ponerlos al frente mio. Mientras estoy sentado cruzado de piernas, coloco mi mochila sobre ellas y voy "despegando" cada uno con cuidado -Ya me los estoy quitando! Ves? No es tan grave chica, acércate a conocerlos!- Le grito a Karu para que se anime a perderle el miedo a los bichos.

Comienzo a jugar con ellos para que no me tengan miedo; pero quiero averiguar que es lo que buscan así que coloco mi bolso a mi lado y espero ver si los Joltik caminan hacia mi o hacia la mochila

No se movió un centímetro de su sitio, mirando en tu dirección. Usualmente se dice que para curar el espanto es mejor enfrentar el miedo, pero...la situación que estaba contemplando se estaba yendo de las manos. Se empujó con los pies mas hacia atrás, y se levantó como un resorte, enfadada.

-No voy a acercarme a esos bichos horribles. Ya te dije que no me gustan, y si no puedes mantenerlos alejados, prefiero viajar sola.

La primer parte de la oración hizo que unos cuantos Joltik se desprendieran por su cuenta, con aire triste. Aparentemente el ser llamados así llegó a herir los sentimientos de varios de los pequeñines, que comenzaron a retirarse abatidos. Otros cuantos entusiastas, sin embargo, se mostraban aún con ánimo de quedarse contigo, los sentías colándose por la ropa y buscando sitios cómodos para dormir.

Por su parte, Karu había tomado rumbo a trote veloz (casi huyendo) guardando a sus pokemon, hacia lo profundo del bosque.

Geist no se movió de sitio, lo cual provocó que Eru al levantarse lo siguiera observando con contrariedad. Por algún motivo, parecía alerta, aunque seguramente fuese por el susto mas que por otra cosa.

-Mucho gusto...-dijo de forma escueta, como si no supiera muy bien que decir en ese momento.

-Hmmm...no, no aparezco cuando hablan de mi. Solo, estaba por aquí. Te dije que este sitio es mi hogar, así que no es extraño -dijo con cierto desinterés, moviendo la cabeza como si mirara a la rama, buscando desengancharse de un modo agradable. Pero, al final simplemente quitó el pie con sencillez del punto que lo tenía atrapado, y cayó de forma algo estruendosa en los arbustos. Se levantó al instante de forma casi antinatural, sin resentirse por el golpe.

-Este no es el terreno de los Guardianes del Rayo, así que algún asunto debe tener.

-E-estas bien?- pregunté en cuanto vi que había caído de esa forma, aunque al instante parecía estar de nuevo de pie y no haber sufrido ninguna clase de daño.

-Me dijiste que este era tu hogar, pero no creí que lo sería el bosque, creí que vivirías en algún pueblo o al menos una casa en la colina, no lo se-

Escuché lo que decía sobre los guardianes del rayo, los Zapdos seguramente.

-Asuntos? Acaso los pokémons vienen desde distintas regiones aquí por algo? Quizás, si no es mucha molestia y no estas ocupado nos podrías hacer de guía? Aunque sea tan solo una parte del camino, hasta que tengamos que separarnos por alguna razón-

Me quedé pensativo, en aquello, al parecer todo el mundo evitaba Arcadia, pero los pokémons no y si no se veía ningún cambio en ellos entonces que afectaría a los humanos? Geist era raro si, pero no parecía nada "malo" tal vez afectara a aquellos de baja voluntad, sería cuestión de seguir investigando.

-Pero no te vayas! Que ellos... son... Bah, ya se fue. Otra vez solos- Digo observando a Helen y Andrew.

-Pero que coño? Jajaja! Joder! No se metan por ahí!- Exclamo mientras doy espasmos por las cosquillas que me hacen al moverse entre mis ropas -Ya se! Chatarra!- Saco mi pokemon pensando que quizás sea por el que estoy atrayendo tantos Joltiks hacia mi -Chatarra, Usa magnet risa para evitar pisar a los joltiks por accidente- Más que una orden se lo digo en tono de favor para otros pokemon y no para mi, que es al parecer la única forma que me haga caso. -Veamos ahora Joltiks, vayan a jugar con Chatarra un rato- Digo confiado en que el magnetismo, la estática o lo que sea de mi pokemon metaálico los atraerá.

-Arcadia es una región muy grande, claro que no me estoy metiendo en lo que hacen todos, pero los Guardianes del Rayo están hacia el sur de este lugar. Aunque ellos también son seres, pueden andar por donde les parezca, y están en todo el mundo al igual que las tormentas.

Se encogió de hombros.

-Planeo continuar andando esta noche. No vivo en un bosque, simplemente estaba siguiendo rumbo y hemos coincidido por el viento. Pero alégrate, eventualmente tendremos mas cruces, con seguridad. Yo nunca dejo de moverme. Solo, ten cuidado con las peleas que tomas aquí.

Limpió un poco sus ropas de forma casual y como si nada, comenzó a andar hacia la dirección por la que había desaparecido el Zapdos. Tranquilamente, y en el medio de la noche sin equipaje alguno.