Partida Rol por web

-Ta, ma, o...- digo pausadamente, casi en tono de burla pero sin mala intención, imitando a la chica del kimono negro y linda sonrisa, la cual tallo con empeño en mi pequeña escultura de madera mientras la observo decir su nombre; una vez que termino la pieza volteo mi atención nuevamente a la chica del kimono azul y guardo mi navaja dejando la escultura incompleta, sin rostro, solo la sonrisa.

Escucho como me corrige esta chica tambien... Decido no imitarla pues noté como sonaba a burla el querer hacer eso.

[Andrew coge el abanico con delicadeza y trata de moverlo como la chica, al ver que lo mueve con torpeza regresa el abanico a las manos de su dueña original, casi que con miedo a romper algo tan bonito con sus garras, le regala una sonrisa y se escabulle hasta el lado de Ryder]

La historia de la torre quemada es muy interesante -Ya veo el porqué entonces de esta ceremonia- Hago una pequeña pausa al ver como Andrew regresa a mi lado, le doy la escultura que tallé previamente para que juegue con ella -No creo que regrese... Un pokémon así solo da una oportunidad- digo encogiéndome de hombros.

[Andrew se sienta en el piso y comienza a jugar con la pieza de madera, dándole vueltas y observándola detenidamente]

-Se sigue manteniendo la esperanza...pero hablas con mucha seguridad, acaso has conocido un pokemon así en tus viajes, ¿entrenador?

Se cruzó de brazos con delicadeza.

Me habla la chica del kimono rosa... Como se llamaba? Muneko?

-Humm, la verdad es que no... Jeje pero un pokemon noble siempre será noble, no como los humanos que además de facilmente corrompidos, una vez que cruzan el umbral es difícil que vuelvan a ser nobles- Me rasco un poco el mentón.

-Podrán hacer todo tipo de cosas para que el tal ho-ho regrese... Pero no lo hará, pues seguramente sabe que las intenciones de los humanos son las de alardear diciendo que son tan buenos que pueden ver al legendario pokemon que se "aparece solo a personas nobles"- Hago la señal de comillas sobre mis palabras mientras me encojo de hombros -Meh, tampoco es que esté seguro, es simplemente lo que pienso- Sonrío a la chica tratando de regresar un poco su amabilidad.

[Andrew observa la figura entre sus garras y comienza a compararla con las chicas en kimono, no era el pokemon más inteligente pero sabía lo que hacía Ryder con sus esculturas y comenzó a buscar a quien se pareciera más hasta que dió con Tamao y se acercó un poco para verla mejor, veía la estatuilla y veía a la chica... Comparándolas]

La estatuilla comenzaba a tomar forma, pero para que fuese detallada ibas a necesitar algo mas de tiempo, pero aún así Andrew se veía divertido con ella. La chica de los abanicos volvió a hablar.

-Si regresase sería genial, pero se hace como modo de disculpa, que es lo mínimo que merece. El festival continuará un poco mas, ya que eres un recién llegado deberías de recorrer la ciudad para conocerla mejor, o pasar al gimnasio como tienden a hacer de costumbre los visitantes. Ojalá disfrutes tu estadía aquí.

-Muchas gracias Kimono- Digo con una sonrisa en mi rostro -Creo que me acercaré al Gym a ver que tal es el líder. Gracias por todo hermanas- Sonrío y me voy a deambular por la ciudad sin pedir direcciones.

[Andrew se le acerca a Tamao, le toca la pierna con cuidado para llamar su atención y le entrega la pequeña figura de madera, donde lo único que parecía real y esculpido con empeño, era la sonrisa de la chica -Slash!- Se hace bolita y se va rodando hasta donde se encuentra Ryder y comienza a seguirlo dandole vueltas, tal cual planeta le da vueltas al sol, y este le responde dándole patadas juguetonas en el lomo]

Junto con el resto de sus hermanas, Tamao se quedó mirando un poco tu marcha, aunque ella algo confundida por el pequeño obsequio que acababa de recibir, pero no se veía disgustada.

Dejando el festival de Watanagashi seguir su curso, curioseaste el resto de la ciudad...no fue difícil encontrar el típico cartel que identificaba a la ciudad para los nuevos visitantes.

Ciudad Iris

“Una ciudad donde conviven el pasado y el presente”

Por otro lado, el Gimnasio Iris está situado al sureste de la ciudad. La decoración es de madera, con paredes y el techo al estilo oriental como el resto de la ciudad, pero la instalación parecía mas bien un enorme dojo visto desde afuera.  Justo cuando pasabas, pudiste ver que un joven entrenador salía corriendo despavorido directo al Centro Pokemon.

Caminé por la ciudad y parece que por fin conseguí el gimnasio, al parecer no era tan bonito como muchos otros pues un entrenador salió despavorido del lugar, me aparto de su camino y decido entrar para ver que tal es por dentro y ver que tal son sus entrenadores y así conocer un poco al líder a través de ellos.

-Vamos adentro andrew- Andrew dejó de rodar y jugar a mi alrededor, reconocía mi tono de voz cuando me ponía serio y simplemente comenzó a caminar junto a mi obedientemente.

Lo primero que hago una vez dentro es observar las típicas estatuas a los lados de la entrada con los nombres de otros entrenadores que han ganado la medalla, no reparo en leer los nombres y me paro justo en medio de las dos para observar la estructura por dentro. Comienzo a buscar a los entrenadores con la mirada.

El interior del gimnasio estaba muy oscuro, y parecía tener niebla negra dentro...se sentía húmedo y lúgubre, y estabas seguro de que entrando ahí no ibas a ver demasiado a lo lejos. No veías a nadie desde donde estabas, excepto el típico curioso cerca de las estatuas que era contratado para dar las instrucciones básicas. Era un hombre ya maduro el de este gimnasio, y vestía de kimono. Este te miró.

-¿Vienes a retar al líder, joven promesa?

Volteo al escuchar al viejo hablarme, casi no logro verlo por la densa niebla, sabía que estaba ahí, simplemente decidí ignorarlo en un principio para ver por mi propia cuenta lo que había dentro, pero parece que no veré nada así

-Meh, vengo más bien a ver si el líder del gimnasio merece la pena ser desafiado por mi, sabes si hay otros entrenadores aquí dentro? Quisiera enfrentarlos antes de enfrentar al líder- digo volteando a ver al sujeto de kimono esperando una respuesta que me indique en cual dirección debo caminar.

-Bastante confiado, jovencito -dijo el hombre con tono neutral, aunque levantó una ceja ante tu forma despectiva de hablar- Morti es nuestro Líder de Gimnasio, y utiliza pokemon fantasma al igual que los demás entrenadores del gimnasio. Ellos están ahí, ocultos en la oscuridad aprendiendo mas sobre sus pokemon fantasma. Vé por ti mismo si es digno de tu atención.

-Gracias, humm.. Tipo fantasma... Veamos a ver si encuentro algún entrenador por ahí dentro en la penumbra- Respondo con una sonrisa y me dirijo al interior del gimnasio, camino recto y confiado por el centro de la habitación con Andrew a mi lado un poquito hacia atrás, como diagonal a mi derecha.

Conforme avanzas ves una luz en la oscuridad...el piso esta lleno de la neblina oscura y no te permite ver tus talones y pies. La persona (una anciana aparentemente) tiene vestimentas tradicionales y sujeta una vela, la cual te guía hacia ella. A unos 20 metros (vaya, este gimnasio por dentro era muy grande realmente) pisaste firme y confiado...en el aire. A Andrew pareció pasarle lo mismo ya que cuando se dio cuenta de que debía frenar era demasiado tarde, pero por su peso la oscuridad de la caída se lo tragó antes y desapareció de tu vista. Buscasaste por instinto un borde para aferrarte, pero no lo hallaste...

La sensación de caer a ciegas fue espantosa, y prolongada. Te dio la impresión de que la caída iba a ser desde muy alto, y estabas seguro de que el golpe al tocar suelo iba a ser mortal...

'-A la mierda! Qué clase de brujería es esta?- Los pies los tenía fríos y el pecho me temblaba de la sensación de vértigo... Donde estaba?

Te dio la impresión de caer por casi un minuto en completa oscuridad y solo...y estabas seguro de que el golpe al tocar suelo iba a ser mortal...Y el golpe llegó. Abriste los ojos, dolió un poco, como caer sentado al suelo mientras estabas de pie. Pero estabas bien, no te torciste nada ni tenías daños reales. Andrew estaba a tu lado, tan confundido como tu. Y el guía de la entrada soltó una risita. Quizá por esto el otro se fue corriendo...

-JAJAJAJAJAJAJAJAJA interesante!- Río como un loco al ver como reía el anciano y darme cuenta que todo en el gimnasio es un truco -Muy buena broma nos han jugado eh Andrew?- Andrew me veía confundido, pero no se despegaba de mi lado, quizás tenga algo de miedo pero no lo demuestra al verme tan confiado... La risa no salía de mi rostro.

-Ahora si quiero conocer al líder de este gimnasio, tener que poner trampas así para que cualquier pendejo no lo desafíe me parece una idea que merece una felicitaión! Recuerdas el gimnasio en ciudad violeta Andrew? Es lo mismo, pero en lugar de paredes invisibles, hay al parecer abismos imaginarios- Llevo mi mano hasta mi cinturón donde están mis pokeballs y toco la primera, la agarro con mi mano derecha y presionando el botón central la hago crecer y señalo con ella a Andrew -Disculpa Andrew, pero muchos pies tropezarán en esta neblina, mejor entra aquí para poderme mover con más facilidad- Andrew estaba un poco reacio a entrar -tranquilo, estaré bien... Apenas te necesite o vea que el suelo es seguro te llamo- le dije guiñándole el ojo y al final entró voluntariamente en su pokeball.

-Cómo se llama el líder de este gimnasio noble hombre?- Me volteo hacia el hombre en kimono para preguntarle el nombre de quién creo, me parece un líder digno de desafiar.

-Morti...te lo había dicho antes. -el hombre se quitó algunas arrugas del kimono.

-Eso, gracias! MARTI! TE HAS GANADO UN DUELO CON RYDER!- Grito hacia dentro esperando que el líder pueda escucharme.

Camino decidido de nuevo hacia donde mismo, pero esta vez me detengo donde calculo fue que tuve la sensación de caerme y me detengo... Comienzo a tantear con la punta de mi pie el piso al frente mío buscando donde pueda pisar firme, cuando siento que puedo pisar, doy el paso hacia la niebla, y una vez que estoy parado firme, hago lo mismo con el siguiente paso. Es lo mismo que con las paredes invisibles pero en lugar de caminar con la mano pegada a la pared, camino con el pié pegado al suelo.

Siempre buscando avanzar hacia lo que calculo es el centro de la habitación.

Comenzaste a ir lento, tanteando, y realmente tardaste tu tiempo. El camino que dejabas atrás comenzabas a olvidarlo, porque daba bastantes curvas y al mirar detrás de ti todo se veía igual, oscuro y con niebla fluctuante...de a poco fuiste avanzando hacia la anciana, hasta estar junto a ella aún pisando tierra firme. Esta parecía estar mirando la nada, y al notarte salió de alguna especie de trance.

-¿Hm? ¿Estás desorientado? ¡Pues tendrás que vencerme si quieres que te dé algunos consejos! -sonrió, sacando una pokeball en un claro reto.

Pelea? Me parece buena idea... -Acepto el desafío- mientras digo esto llevo mi mano nuevamente al cinturon de pokeballs y agarro mi pokeball y lanzo mi pokemon al campo de batalla -Vamos Helen! Lúcete en este terreno, no toques el suelo que te puedes caer, así que solo mantente flotando- Digo mientras una Flygon verde se forma gracias al rayo rojo saliendo de mi pokeball.

-Muestrame tu pokemon- le digo a la anciana buscando una posición cómoda como poner mis pies en ese terreno, no quería "caerme" en plena batalla, iba a ser interesante.

-Ven fuera, querido...

La señora abrió la pokeball, y el rayo de luz de la misma formó una figura oscura y gaseosa, justo como el entorno, un Gastly...tenía esa típica aura violeta alrededor de gas venenoso, y al verte entrecerró los ojos divertido.