Partida Rol por web

Nuevamente me tocaba pelear, y parece ser que la reina quería hacerme poner melancólico. Mis últimas batallas fueron todas contra mis mejores compañeros. Aquellos con los que luche enfrentado; en equipo, contra otros gladiadores o contra una de sus preciadas bestias.

-Tanto tiempo Parnassus. Veremos si esta vez la suerte me sonríe. Y tengo que hablar de algo con ti humano.

Tomé fuertemente mi hacha, toqué el filo para comprobar que estuviese bien afilada, y me chupé la sangre del dedo.

-Parece que hoy está más afilada que nunca, veremos que tal funciona.

Dicho eso me lancé contra el humano de los escudos, el favorito del coliseo.

-Cuentame, Aarshlut, te escucho, sin duda. Estoy esperando las conclusiones de Juan de Alvarado sobre tu captor, pero confio en tenerlas pronto. Estaba pensando en ir a buscarlo en mi proximo descanso, pues se retrasa.- dijo Parnassus intrigado.

Esperando una nueva embestida del orco, Parnassus cerro mucho la guardia, para indicarle que entrar le llevaria algo de tiempo y que mas le valia hablar entre tanto.

Empecé mi asedio contra la defensa de Parnassus, pero él estaba bien resguardado por los escudos.

-Necesito saber si sabes algo acerca del gladidor que se escapó o se intentó escapar de la ciudad. ¿Sabes quién es?.

Mientras hablaba, tiraba hachazos a los escudos en un intento de romper la defensa.

Igualmente estaba dispuesto a romper esa defensa de alguna forma. No iba a ceder ante esos escudos. Tenía que conseguir de alguna forma que saliera de su resguardo, para poder luchar más seguro.

Parnassus se distrajo un instante al escuchar la pregunta de Aarshlût, pensando en a quién podría referirse, y apenas llegó a tiempo de conseguir desviar un peligroso lance a la cabeza. Aun así, el escudo de Aarshlût se estrelló contra su brazo levantado, haciendo resentirse su hombro.

-Muchos intentan salir, aunque pocos son capaces de traspasar siquiera los muros, y mucho menos de sobrevivir al invierno exterior. Yo he estado afuera y lo he visto, decenas de veces... la mayoría mueren al poco de intentarlo. El resto suelen ser capturados.- explica el esclavo gladiador -¿Te refieres a uno de los tuyos, o estás hablando de un luchador del Coliseo? Podría tener algunas respuestas, pues últimamente he visto cosas muy raras.- dice el guerrero acto seguido.

Ya mas centrado, pudo apreciar con claridad el siguiente avance de Aarshlût. Esta vez el intercambio no sería igual.

Luego de mi ataque, Parnassus pareció reaccionar y empezó a luchar enserio. Como una bestia se acercó hacia donde estaba y me pegó con uno de los escudos terriblemente fuerte en el pecho. Eso me hizo que cayera de espaldas al piso, pero por la inercia y dando un rol hacia atrás, volví a quedar de pie.

-No Parnassus, me refiero a uno de los gladiadores del coliseo. Por lo que sé, fue un escape reciente. Necesito saber cual fue la ruta de escape que tomó, es crucial saber esto.

Ahora me tocaba contraatacar, por lo que corrí contra el humano con mi hacha en alto.

Mientras corría hacia el le dije:

-Por favor, tienes que decírmelo.

Parnassus se apartó a un lado, dejando pasar la masa del orco por su costado, mientras tomaba una posición ventajosa a su diestra, antes de contestar.

-Aarshlût, puedo decirte que uno de los jueces estuvo a punto de llevarse a Renato el otro día, por sus actos. Morkhalee lo impidió y lo ha estado buscando desde en tonces, sin éxito. No sé si podría tener relación con el asunto del que hablas.- comenzó Parnassus -Si no es esa la respuesta que buscas, podría preguntar a mis contactos; probablemente lo sabré pronto. ¿Tienes alguna indicación que pueda usar para indicar de quién hablo? ¿Un nombre? ¿una descripción? Intentaré hablar con él, o que tú puedas hacerlo.- dijo el gladiador a su amigo orco.

-La verdad que no tengo ni idea Parnassus. Puede que Renato sea con el que tengo que hablar. Muchas gracias por tu ayuda. Lo único que sé es lo que te dije antes. Un hombre se escapó, y necesito hablar con el para saber que ruta uso para escapar.

Dicho eso me lancé contra el humano de los escudos muy descuidadamente y por eso es que me castigó con un golpe estúpido. Por suerte pude colocar el escudo antes, igualmente me lastimó de todas formas.

Ahora debía redimirme y volver a meterme en el combate, demasiado charla me estaba haciendo desconcentrar.

-Basta de juegos Parnassus, vamos a luchar enserio.

-Trataré de conseguirte esa información, de todos modos.- dijo Parnassus viendo al orco venírsele encima de nuevo.

Estaba claro que Aarslûth estaba descentrado pues, a pesar de haber terminado la conversación, su ataque fue claro y flojo. Parnassus lo echó a un lado y le estampó el escudo en el costado tocado. El aire se le escapó de los pulmones y la sangre chorreó densa.

-Céntrate, Aarslûth; nos encargaremos de eso más atrde. Vamos guerrero. Sé que puedes dar más de ti mismo.- trató de azuzar Parnassus, tanteando a la pierna y al pecho en golpes dobles.

Sin embargo el orco ya no lo escuchaba... se giró torpemente y buscó la sien de Parnassus justo por donde se movía el escudo de éste. Alargar la situación no tenía sentido... fuera como fuese acabaría igual. El Paladín de Obsidiana trabó el hacha del orco, lo hizo descender hacia el escudo, bloqueando su cobertura y estampó las aristas del otro en su magullado torso. La sangre manó libre y los ojos del guerrero comenzaron a apagarse:

-Buscaré esa ruta y te daré respuestas en cuanto las tenga.- dijo el esclavo a su compañero, antes de que muriera.