Partida Rol por web

El sonido era terrible. Una vez desembarcó desde la playa, vio como una nube negra, cargada de energía que chisporroteaba sobre su cuerpo sin forma, se abalanzaba sobre él. Más po rinstinto que por pensamiento, corrió adentrándose en la isla, hasta llegar aque lugar, que el ser o lo que fuese no se atrevió a cruzar.

Gruñía, inquieto, toda parte racional de su mente cerrada. Dolor. Querían hacerle daño de nuevo.

La construcción en la que se refugiaba parecía tener frescos en la pared, pero no importaban. Nada importaba. Solo matar a lo que quería herirle.

Iluminada por globos de luz, la estancia parecía una especie de templo pequeño. Detrás de sí se encontraba el arco que aquel ser de tinieblas no había querido cruzar. Ante él, otro arco pasaba del receptorio al interior del pequeño templo.

Cerrando los ojos y respirando pausadamente, Juan Bautista apelaba a sus años de soldado y metodos de concentracion conocids en aquella epoca para tranquilizarse. Debia estar centrado... debia estar atento...despues de todo, la isla era el ultimo obstaculo en la linea de llegada.

El volveria a ser normal, las pesadillas serian acalladas.. y ... esa voz... esa horrible voz... no volveria a escucharse nunca jamas en su cabeza.

Mueeerteeee, Caaaoooossss, Destrucccion...

-NOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!

El grito del hombre fue completamente impulsivo y sin pensar... cualquier cosa que lo esperase mas adelante lo hubiese escuchado, pero el temor al sentir aquella presencia dentro suyo retorcerse y buscar un hueco para salir fue demasiado.

Estaba sudando... volvio a respirar profundamente y comenzo a avanzar... la mano derecha sobre la empuñadura del arma... la izquierda.... ya no la controlaba el....

El ser de las sombras se revolvía en la puerta del templo, mientras el grito resonaba por toda la estancia.

Como única respuesta, uno de los globos de luz, cercano a un mural, pareció brillar con más intensidad.

Juan escucha unas voces lejanas, que proceden de la parte superior del templo.

Las voces apenas perceptibles parecian provenir desde lo alto de aquel templo. Quizas sean las voces de los demas gladiadores que ya llegaron a la meta y estaban esperando por sus desafiantes. Como buen soldado, el sabia acercarse sin ser visto, acechar, vigilar... eso es lo que debia hacer ahora. Si queria ganar, deberia valerse de todas las armas posibles... Nunca lo lastimarian de nuevo... nunca...

El hombre que portaba la espada se acerco sigilosamente por los corredores de aquel viejo y decrepito templo. Los globos de energia luminica que se sucedian en su camino eran la unica fuente de luz... algunos espacios se mantenian oscuros. Mientras caminaba Juan veia aquel sendero tal y como era en su interior... Algunos espacios de luz, y otros...de sombra...

Juan subió lentamente, hasta la estancia del medio del templo. Al entrar vio una figura que bajaba.

Era Aymée.

Cuando ambos entraron en la estancia, en cuyo centro había un enorme foso, sangre comenzó a brotar por el suelo cubriendo cada una de las paredes.

Aquella era una auténtica arena de sangre.