Partida Rol por web

Cuando los gladiadores entran en la arena, se dan cuenta que la mitad de esta se ha convertido en un profundo foso de agua. Sin duda, obra del poder la Morkhalee. Mientras se acercan, cautelosos, con las armas en la mano, cuatro viscosos tentáculos surgen de sus profundidades, mientras una enorme cabeza emerge, coronada de una enorme cabeza de tritón con dientes afilados como espadas. Garruk, Kiurbu y Svaltafer miraron al ser. Incluso gladiadores sin miedo como ellos estaban... impresionados.

El kraken había llegado al coliseo.

La enorme bestia comenzó a mover sus terribles apendices, intentando aplastar a sus adversarios. Sus tentáculos se movían a una velocidad endiablada, a pesar de su enorme tamaño, mientras la mandíbula intentaba morder a sus adversarios.

"¿Agua en la arena? El poder de nuestra anfitriona es enormo ... pero .. ¿por qué agua?"

De repente al alzarse el Kraken los comprendía de golpe, la bestia mas poderosa que había visto hasta el moemento y solo sabía de su existencia a traves de viejos esclavos chiflados de mi aldea, ... nunca pensé que una bestia como aquella pudiera existir.

Mis pies me empujaban solos hacia atrás mientras mi cabeza me decía que tenía delante de mi a un poderoso enemigo y que me prepara para la lucha.

El kraken sacó del agua sus tentaculos a atacó sin mas .. solo dando un poderoso rugido

Otia... que al final me han metido en este marrón... XDDDDD

Garruk se asombra del bichejo que hay delante suyo... no habrá muchas posibilidades pero tiene que conseguir hacer algo...

Ojala estubiera Ricardo o Parnassus, sus habilidades de parada nos serían de gran ayuda para reducir esos sets triples...

Pues su bloqueo cruzado no esta del todo mal...

Voy a mandarle un privado, a ver si asin...

Una azarosa bola me había predestinado a compartir duelo con dos de los veteranos. Al igual que ellos, el azul fue nuestro color... y habiéndolos visto con más detenimiento creo que es lo único que podriamos tener en común. Nos habían tenido encerrados en una pequeña celda en donde los orines de algún incauto ser prevalecía en el asfixiante ambiente... y el clamor de aquellas ánimas deseosas de macabra diversión susurraba en nuestros oidos. Sin duda, mis peculiares compañeros, no habían tenido ninguna intención de acallar con sus palabras aquel oleoso sonido de fondo... pero yo no puedo decir que no lo intenté.

-. ¿A qué tanto misterio?.- Una pregunta al aire de inimaginable respuesta, a tenor de lo que presenciariamos poco después. Pero una pregunta abierta que aceptaría de buen grado cualquier contestación... incluída la que obtuvo... el indolente silencio.

Lo único que nos había asegurado con recelo, fue que nos batiriamos en equipo... Si os soy sincero, nunca practiqué esa disciplina en la que la coordinación y sincronización con tus aliados es básico para eludir a la tétrica orgía de la muerte... nunca lo necesité para mi propósito. A priori, sin tener nada más en común con ellos que una aleatoria bola azul... no parecía que fuesemos a parar a buen puerto. No mucho más tarde me daría cuenta de que me equivoqué... de que sí... que había algo más en común... algo a lo que nos aferraríamos los tres...

Ahora nos hallamos los tres, hombre... elfo... orco, obligados a luchar codo con codo por algo más que una simple bola... por el reto de sobrevivir y vencer a esa monstruosa criatura extraida del mismísimo averno de los mares. El graderío aclama al poderoso ser regocijándose en su portentoso tamaño y en su infinidad de letales tentáculos...

Sangre y arena... llegó nuestra hora...

-. Juro que no os deseo ningún mal...- Dije con mi eterna sonrisa a mis mudos compañeros. -...y vuestro bien, en este caso, es el mio.-

Tracé un magestuoso arco con mi lanza que hizo temblar la superficie del agua que nos cala hasta las rodillas...

Los tres gladiadores se lanzaron sobre el monstruo al unísono. El ser era terrible, atroz. Y más rápido de lo que esperaban. Svaltafer recibió un tremendo impacto de uno de los tentáculos, que luego le cogió salvajemente y le lanzó al suelo. Garruk y Ormuz se lanzaron sobre el monstruo, hiriendole en la cabeza.

El monstruo, herido y magullado, se lanzó de nuevo a la carga con un terrible rugido. Abrió sus fauces y lanzó una terrible dentellada al orco, mientras agitaba sus tentaculos de increíble fuerza. Su ira era aterradora.

Master no podía anular el lanzamiento del Kraken a Savaltafer aunque me tragara el golpe del Kraken a mi brazo?

Este bicho era enorme y lo estabamos empezando a pasar mal mientras la gente desde sus asientos gritaba extasiada.