Partida Rol por web

Sí, ya he visto el odio que lleva dentro. Pero ese odio puede hacer que maten a muchos de nosotros. ¿Te has enterado de lo que pretende hacer?

La pelea no era en serio, los ataques eran muy flojo y Adrían podía pararlos sin problemas. Pero Ricardo se dio cuenta de que de estar peleando en serio, tampoco tendría muchas oportunidades de tocarlo.

Melissa tiene algunos amigos descontentos y tienden a causar problemas por donde pasan. Pero nunca han cruzado la raya. Adrian parecía preocupado. ¿Ha pasado algo?

Ricardo se queda parado de repente, como pensando en que hacer o decir.

Estan muy enfadados por las torturas a los nuestros desde que decubrieron muerto a aquel elfo oscuro. Y para vengarse quieren... quieren matar a un juez.
Tanto si lo logran como si no muchos pagaran por ello.

Adrian se quedó inmovil un momento. Después, recuperando el control, volvió a fingir que entrenaban. ¿Sabes lo que pasaría? ¿Un juez? Ni siquiera los Elfos oscuros osarían levantar la mano a un juez. No imaginas como son, la fuerza que aplican para que un raza como esa les respete. Matarían a cada norteño de la ciudad. Uno tras otro, sin pausa. Les torturarían, desmembrarían, y expondrían en la plaza para dar una lección. No es la primera vez que he visto una cosa así.

Ricardo también reanuda la farsa.

Eso mismo le dije yo, pero no me hizo caso.

Adrian, se que suena raro que lo diga yo, pero tenemos que hacer algo.

Adrian detuvo el ultimo ataque de su amigo, y dejó de fingir que entrenaban. Hablaré con los demás. Tal vez algun otro sepa algo. Hay que impedirlo como sea. Como sea, Ricardo. Llegado el caso, yo mismo la mataría por defender a nuestro pueblo. Su mirada era de hielo. Pregunta a los demás gladiadores, tal vez alguno haya tenido tratos con ella, o con algún Juez. Ricardo, no podemos fracasar. La vida de tu pueblo esta en tus manos.

Tú no debes hacerlo Adrian, la gente te respeta demasiado.
Llegado el momento ya veremos, de momento vamos tratar de detenerla.

Adrian se da la vuelta y sale del Campo de entrenamiento. Parece tener mucha prisa.

Al poco Ricardo también se va del Campo de Entrenamiento.

Estuve todo el día practicando el combate con mi hacha para perfeccionarlo y convertirme en una máquina asesina. El entrenamiento fue duro, luché constantemente contra 3 guerreros, teniendo que esquivarlos y atacar arrasándolos. Gracias al entrenamiento del otro día en el que aprendí a fintar, me resultó un poco más fácil, ya que utilizaba esos movimientos para luego pegar con mi hacha. Cada vez me volvía más ágil y fuerte. Era sólo cuestión de tiempo para que sea un orco imbatible. Pero había que tener paciencia, todavía podía mejorar más y tenía pensado hacerlo. Pronto llegaría el día de mi venganza contra los elfos oscuros, y tendría que estar en mi mejor forma. Tanto para que me resulte más fácil la rebelión, como para impresionar a otros orcos y que se unan a mi como su general y me respeten y pueda fundar mi propio clan. Esperaba con ánsia ese momento.

-Lo haz hecho bien orco, puedes retirarte.- Me dijo Oliver.

Asentí con la cabeza, lo saludé y me fui.

Garruk llega al campo de entrenamiento después de correr un poco intentando bajar el bulto de comida que tenía en el estómago... con suerte la paliza que le tendría preparada Oliver le haría vomitarlo todo y se sentiría mejor.

GARRUK VUELVE A LA CASA DE LOS CONDENADOS

Era la hora de demostrar a aquel hombre que puedo defenderme sin armas... tan sólo con mi cuerpo.

Concentré mi azabache en aquel contundente martillo que exponía intimidatoriamente hacia mi.

La prueba... el entrenamiento había comenzado... despacio al pincipio. Poco a poco la rapidez de sus movimientos fue acrecentándose hasta finalizabar con su acero en mi magullado, sudoroso y agotado cuerpo. La tenacidad de mi raza... mi indomable alma, me dan fuerzas para alzarme una y otra vez cuando otros ya se hubiesen rendido... con una sanguinolenta sonrisa en los labios.

Entro en la arena de entrenamiento con las ordenes que Oliver me había dado

Me descalz poco a poco, quiero concentrar mi mente ante el reto que tengo por delante, el anciano elfo ya está calentando las placas de metal y alguna ya está al rojo vivo.

"Esto me va a doler ... ¡joder! ... ¿de verdad esto me va a hacer reaccionar más rapido o me va a dejar lisiado una temporada?"

- Entrenador espero que merezca la pena chamuscarme los pies.

La mirada severa de Oliver no dejó ningún error en la respuesta, lo iba a pasar mal ... muy mal, pero el resultado es lo único que quería Oliver.

Con lso pies ya descalzos, empezó el entrenamiento.

La primera tanda de hierros no logré más que atravesar 3, en el cuarto no pude soportar el calor en mis pies y salté hacia un lado, Oliver previniendo lo que hice, había mandado al viejo elfo con otra de las placas para ponerla justo donde mi mano buscaba un apoyadero en el aire ... ahora además de los pies destrozados tenía la mano.

Un monje se adelantó para curarme las heridas pero entonces Oliver exclamó

- ¡NO!, solo la mano, déjale los pies así.

Y con lso pies totalmente doloridos volví al entrenamiento, poco a poco hora a hora conseguía salvar una plancha más. Oliver me hacía moverme entre tablas incandescentes y tablas heladas a la vez, el contraste de las dos temperaturas pasaba por todo mi cuerpo como un rayo, haciendo temblar todoss mis mu´sculos y dejandolos flácidos como un kraken muerto. Cuando ya conseguía saltar entre las planchas a diferentes temperaturas, Oliver interclaba tablas sin temperatura, por loq ue ahora intervenía tambié el factor sorpresa y relajación, la confianza es un lujo que no puedes permitirte con Oliver.

Después de dos duras semanas de entrenamientos, todos ellos muy parecidos, y dejando a los monjes curarme los pies solo cada 3 días, aumenté mi velocidad considerablente. En dos ocasiones más llevé la contraria a Oliver con las placas, no hubo respuesta ... simplemente me lanzó dos planchas a la cara y no puede esquivarlas ... mi entrenamiento debía de continuar. No había que hablar, solo actuar y escuchar a Oliver ... ¿cuanto habría vivdo Oliver pra tener toda esta experiencia ... cuanto ....

*Entro en el campor de entrenamiento, jamas habia visto un campo asin, impresioannte, no puedo aguantar mas y dije en voz alta clara...

Que soy lento verdad, ponedme entrenamientos ami, veras lo lento que soy...

Ricardo llega al campo de entrenamiento. Algunos gladiadores le saludan, él los ignora a todos. Busca a Adrían, al no verlo le pregunta a Oliver.

Oliver, ¿has visto a Adrian últimamente? Necesito encontrarlo.

Paso por aquí hace tiempo. Buscaba a un tipo, un elfo oscuro. No son buenos tiempos, Ricardo. Ten cuidado. La voz de Oliver parecía menos desagradable que de costumbre.