Partida Rol por web

Simplicio ha tomado posición a unos 10 varas de la puerta a un lateral de ella, y tirado en el suelo y apuntando.

Confia en que la oscuridad de la noche le esconda.

Xoan Manoel grita dos veces lo mismo, pero no se oye nada; el eco de sus voces se pierde más allá del bosque sin que aparentemente nadie lo escuche. A la tercera vez, sin embargo, oís unos ruidos que provienen del interior de la villa, y luego unos pasos que se acercan a la puerta.

-¿Quiénes sois? ¿Anastasio? -grita una voz al otro lado.

-¡Un momento! -dice.

Oís cómo el tipo se aleja. Luego, estáis un buen rato esperando. Tanto, que creéis que el tipo se ha olvidado de vosotros y se ha ido a dormir. Sin embargo, finalmente oís de nuevo sus pisadas acercarse a la puerta.

-¡Pasad! -grita, y entonces la puerta comienza a abrirse...

Simplicio contempla la escena desde lejos, desde 10 m. Tirado en el suelo, apuntando la lanza y esperando, que la oscuridad le cubra y le proteja.

Estoy atento y a la primera cara que aparezca tras la puerta le doy un saetazo dejando al cuerpo inerte de Mateo entre la puerta y salgo por piernas buscando un sitio donde refugiarme sin bloquear el campo de tiro de Simplicio.

La puerta se abre lentamente... a la izquierda veis un edificio de madera que debe ser el establo, y frente a vosotros el edificio central, un caserón cuyo tejado ya veíais desde fuera. Arriba tiene tres ventanas, y abajo una puerta entreabierta por donde asoma un tipo... ¡que os está apuntando con una ballesta!

Sin embargo, aunque os ha pillado por sorpresa, podéis adelantaros a su ataque.

Cuando la puerta se abre, ves parte del interior de la villa. A la izquierda asoma  un establo, y al fondo está el caserón de dos plantas, con una ventana arriba, cerrada, y una puerta entreabierta abajo... por donde asoma una silueta. Tus compañeros sueltan de pronto el cuerpo de Mateo y se separan un poco, dejándote ángulo de tiro.

Decido disparar al brazo para dejarle desarmado y así poder sonsacarle algo de información, pero en el último momento, erro el disparo produciendo un TOC contra la madera de la puerta.

Acto seguido, me cubro con el cuerpo de Mateo envoñviéndolo con mi brazo por el pecho y me retiro hacia atrás y al lado para que Simplicio pruebe suerte.

Espero a ver que ocurre, y si dispara y sobrevivimos, dejaré caer el cadáver en lapuerta para que impidamos su cierre.

Sonríe al tipo que asoma mientras acciona el mecanismo de disparo, cuando nota que la saeta vuela lejos ya de su arma, suelta la ballesta con delicadeza - más que nada para que el arma no se rompa, no porque Íñigo sea un adalid de las buenas maneras -y corre hacia la puerta todo lo rápido que puede...

Simplicio ve el hueco y dispara a la silueta. Lamentablemente falla.

La idea de la retirada empieza a pasarsele por la cabeza, más que la idea de entrar con ellos.

Tres saetas se clavan en el marco de la puerta, muy cerca de su objetivo, pero el ballestero continúa intacto y dirige su ataque hacia Xoan Manoel. Su saeta impacta en la pierna izquierda del noble, pero gracias a su protección apenas le hace un rasguño.

Xoan Manoel agarra el cuerpo de Mateo para usarlo como cobertura, pero el ballestero, después de disparar, cierra la puerta a toda prisa y oís cómo un peso cae tras ella, sonido característico que hacen las trancas. Íñigo corre hacia ella, pero no llega a tiempo.

Justo después, Íñigo siente un violento impacto en la parte baja de la espalda que casi lo tira al suelo de boca: alguien le ha disparado otra saeta, y solo gracias a su loriga, el proyectil no ha penetrado fatalmente en su cuerpo. El vascón se da la vuelta, dolorido, intentando descubrir a su agresor, pero está muy oscuro...

Entonces este se descubre cuando grita:

-¡Agora! ¡Suéltalos!

La voz proviene de un cobertizo adosado al muro frente a los establos. Íñigo ve una silueta al fondo echando mano a un cuchillo.

Simplicio abandona su posición en la puerta, y da una vuelta al rededor de la villa,más a que nada a ver que es lo que hay.

una vez completada la vuelta, intenta buscar una posición desde la que encaramarse a algun muro, y ejercer de ballestero.

Cuando el tipo ve que Íñigo saca una saeta de la aljaba y la coloca en su ballesta, intenta parapetarse tras el armazón de un carro roto que hay en el cobertizo, aunque solo consigue cubrirse parcialmente*, y espera allí con el cuchillo al lado en el suelo, mientras comienza a recargar también su ballesta, y vuelve a gritar, soltando varios gallos:

-¡Antón, por tu madre! ¡Suéltalos! ¡Suéltalos ya!

El grito hace eco en toda la villa. Entonces oís una puerta abrirse lejos, al fondo, tras el caserón en el que se ocultó el primer ballestero.

Si toda la zona esta igual, es decir sin accesos favorables, o puertas, ventanas traseras... intento trepar por la zona cercana al establo, o a alguna edificación similar, con la intención de subirme a ese tejado.

¿ hay algun elemento que me pueda facilitar la subida( un bonus) o esta todo aspero y me la juego con mi ridiculo trepar?

No tengo intención se saltar al ruedo, solo de quedarme arriba, en una posición alta, no se si soibre el tejado o apoyado en el muro.