Partida Rol por web

Eduardo alarga su BlackBerry a Conrad. Este tipo de cacharros no se ven frecuentemente, así que al principio resulta toda una sensación tenerla entre las manos. Sobretodo una sensación de desconcierto, pues no se trata de un teclado numérico convencional, si no de un teclado qwerty compacto.

Tras unas pocas indicaciones con deje cansino de Eduardo, Conrad comprende mejor o peor como hacerlo y realiza su llamada.

Tras memorizar los pasos para hacer funcionar este maravilloso teléfono me levanto de la mesa acercándome a los ventanales.
- Un segundo... - indico mientras observo la calle desde mi posición.

Tecleo los números con agilidad y espero la señal de llamada
- Tuut, tuut, tuut... ¿Diga? - responde un voz adormecida desde el otro lado del auricular.

- Carles!? Soy yo, Conrad. Perdona que te llame a estas horas... me disculpo sabiendo del humor que gasta Carles cuando no ha dormido sus sagradas 9 horas.

- Maldito hijo de mala madre, de donde narices me llamas? Anoche me dejaste tirado tío. Al capo le desplumaron un par de tragaperras. Parecía que podían oler la línea de premios. Ya sabes luego, el protocolo habitual... Luego tuvimos un punto de calor en la ruleta del vizco. Un profesional al que ya tenemos fichado y ... - Carles parece vomitar su enfado

Para, para! Lo siento tío, pero te llamo de un teléfono prestado así que no te enrolles. Esta noche me cuentas en detalle, vale?. Escuchame un segundo... - le espeto con una sonrisa, a sabiendas del marrón que le dejé al no presentarme ayer.

- Necesitaría que me hicieras un favor, sabiendo lo que te encantan los coches de importación... Por un casual anoche no visteis por la zona del Casino un Ford Mustang GT, matrícula 68 002 ? - pregunto a sabiendas de su fiebre por los coches caros.

- ¿Un Mustang GT? - Carles no se sorprende ante tu pregunta. - No sé. Supongo. ¿no sabrás de qué año, verdad? Por que hay sutiles diferencias, amigo mío, entre un Mustang GT Fastback del 78 o uno del 2002. - Explica con suficiencia, como quien le cuenta algo obvio a un niño. - Anoche vi algún Mustang, pero no me fijé en la matrícula, colega.

El teléfono truena en la oreja de Conrad, pero no podéis entender lo que le dicen desde el otro lado.

- Pues amigo mío, creo que el carro del que te hablo es el último modelo, el de este 2005. Por casualidad sabrías decirme algo de quien lo conducía? Algún cliente habitual de las mesas? - una de las personas que controla la seguridad del casino, entre otras cosas el personal que se mueve entre las mesas, es Carles y un servidor. Quizás con suerte sepa decirme algo de quien paseó semejante maravilla.

- ¿Estás loco? ¡Ese carro que tú dices aun no ha llegado a Europa! Te aseguro que si hubiera aparecido un coche como ese por el casino, yo lo sabría. - Hace una pausa, para pensar. - Oye, tío. Alguien que se mueva por aquí en un Mustang nuevecito, tiene que haberlo traído en barco o en avión. Eso es mucha pasta. No sería la primera vez que alguien así pasa por el casino, tú ya lo sabes, y sabes mejor que yo que cuando alguien así se presenta, se le tira la alfombra roja.

La alfombra roja es una frase en clave que utilizáis para definir una operación especial de protección, que se pone en marcha cada vez que alguien muy importante viene al casino. En esas ocasiones, incluso repasáis el perímetro de cloacas que transcurren bajo el edificio.

- Quizás si me haya vuelto loco, pero te juro que he visto ese carro delante de mis narices.- confirmo con la mirada fijada al lugar donde unos instantes estaba el coche. - Si por un casual tuvieras noticias llama a éste número o déjame un mensaje en el contestador de casa. He perdido mi móvil... ya te contaré cuando nos veamos. Por un casual sabes como podría conseguir mas información sobre ese coche? Alguna oficina del puerto o persona de confianza? - pregunto sin ánimo de molestar mas a Carles. - Ya me dirás entonces, y perdona que te haya despertado chavalote - digo sonriendo, a sabiendas de lo que estará pensando.

- No sé tío. Aduanas, quizá... pero qué sé yo. - Responde mientras escuchas claramente como se pasa la mano por la cara. - Si se me ocurre algo te llamo a este número, ¿vale? Nos vemos esta noche.

Tras una escueta despedida, cuelga.

Me acerco a la mesa y le entrego el teléfono a Eduardo.

- Muchas gracias - digo mientras le pego un tiento al vermut.
- Anoche rondaba un Mustang por el casino, pero desconozco si se trata del mismo. Si vuelve a aparecer, llamaran a tu teléfono Eduardo. Si queremos sacar mas información tendríamos que investigar si ha llegado por barco o avión. Quizás en aduanas... - suelto mientras espero reacción alguna.

- Aunque también podríamos seguir otras pistas - que no son pocas, pienso para mí.

Uhhmmm.... diria que no tiene que ser dificil seguirle la pista a una maquina como esa. Solo hay que saber con quien contactar. A ver, dejame recordar y buscar en mi agenda si tengo todavia a alguien en el mundo de la competición que me pueda hechar una mano. Seguro que ellos saben algo, si es que aun trabajan en el sector.

Dado tu turbulenta salida del mundo de la competición y tus ganas de romper con todo aquello, no guardas contactos y sabes que si intentaras hablar con alguien no serían demasiado receptivos a peticiones estrafalarias.

Esta vía está agotada antes de comenzar.

Poco a poco, habéis dado buena cuenta de los primeros, así que el camarero regresa con la bandeja y se lleva los platos vacíos.

- Enseguida les traigo los segundos.

El hombre muestra eficiencia y saber hacer en su trabajo.

Os miráis entre vosotros. Estáis bastante despistados. Pasan cosas a vuestro alrededor que no acabáis de encajar, es como si tuvierais que reconstruir un puzzle con menos de la mitad de las piezas. En general es bastante frustrante.

Cuando se marcha el camarero con los platos, se genera un silencio que se hace difícil romper.

El único horizonte que tenéis claro es que esta tarde, a las cuatro, es el entierro de Zafra.

El teléfono de Eduardo suena con un sonido que pretende ser sutil sin conseguirlo. Ha recibido un SMS de Negro:

"Tengo lo que querías de Molina: Banda Latinos en el puerto, enfrentados con los Metropolitanos. Llámame"