Partida Rol por web

Por fin, llegas al edificio que alberga tu piso.

Tras haber conducido un buen rato, más de lo esperado debido a un accidente que has encontrado de camino y ha generado una buena retención, llegas a las 12:45 a tu casa.

Dejas el coche en el garaje y subes por el ascensor hasta el cuarto piso.

Hace un calor sofocante en la calle, por eso no te extraña cuando, antes de entrar en tu casa, por la ventana que hay en tu rellano de la escalera comunitaria, llegan hasta tus oídos los gritos, risas y ruidos de chapuzones provenientes de la piscina comunitaria y la zona de juegos infantiles adyacentes.

Sin hacer demasiado caso, entras en tu vivienda y, tras soltar en el sofá lo que llevaras en las manos, te diriges directamente al baño, con la intención de asearte y sacarte de encima el sudor y buscar algo de calma en el proceso.

La primera sensación que tengo nada más entrar en casa es de alivio, por fin un sitio donde me siento seguro. Dejo todas las cosas esparcidas por el salón y no me preocupo del desorden ni de nada. Me quito toda la ropa menos los calzoncillos y saco una cerveza de la nevera, ya se que van muchas hoy, pero necesito algo fresco para relajarme.

Mientras preparo el baño me acabo la cerveza tranquilamente. El agua me refresca a la vez que me calma. No suelo darme duchas largas por andar todo el día líado y con prisas, pero hoy me la merezco y me paso unos buenos 20 minutos bajo el grifo. Al terminar cojo una toalla y me la ato en la cintura.

Voy al salón y sentado en el sofá espero a que el tiempo pase, pienso en lo de hoy y empiezo a sospechar que mi tío estaba metido en algún problema y que todo lo que ha pasado hoy se debe a ello. en que estarías metido... Mucha gente peligrosa te seguía y no tengo ni idea de por que. 

El sueño se apodera de mi durante lo que a mi me parecen horas pero realmente son pocos minutos, sin darme cuenta he cerrado los ojos y me he quedado traspuesto. Al mirar la hora en el reloj del DVD veo que falta poco para la reunión con Joan y voy a mi habitación a por ropa limpia.

Te cambias y te preparas para salir de tu piso.

Queda aun una hora para la cita, pero a juzgar por la hora y el tráfico, consideras que lo mejor es ir tirando. Si llegas antes, tampoco pasa nada por dar una vuelta por el centro comercial.

Con ropa cómoda puesta, véase unos vaqueros viejos, una camiseta de manga corta y un jersey para la noche me dispongo a salir de casa. Cuando me acuerdo de que mis herramientas de trabajo no están en el coche, que esta mañana con las prisas ni las cogí. Vuelvo al trastero y saco una caja con todas las herramientas para ajustar tuberías. Además de la que paso por la cocina me acuerdo de que tengo una navaja muy buena, regalo de mi tío, para ir de monte y la cojo.

Hago una última revisión en la puerta de casa. Móvil, cartera, llaves y navaja en el bolso de atrás, estoy listo. Y salgo, al cerrar la puerta me da un salto el corazón, no se si volveré a abrirla hoy o si pasará algo que me lo impida, empiezo a vivir esto como una aventura, y no se lo que me depara el siguiente paso.