Partida Rol por web

Un atronador ruido de motor de motocicleta os llama la atención a ambos. Cuando miráis hacia el camino de tierra que os ha traído a ambos hasta el desguace, distinguís por sus ropas que quien conduce la moto con aquel casco oscuro es "Negro".

Justo en el margen lateral que separa el recinto del desguace de la plantación de naranjos que se extiende por todo aquel amplio campo, distingues claramente dos coches aparcados y dos tipos apeados. Uno de ellos habla por teléfono y ambos se giran a mirarte cómo te acercas.

Los reconoces, son Arnau y Conrad.

No parece haber nadie más por estos contornos.

Salió magullado de la arremetida del coche, pero no parece grave. Hemos quedado con Negro en 3 horas en el centro comercial para poner en común lo sucedido, ¿te parece bien? Me quedo pensativa...¿Cómo han acabado muertos los tipos del piso?

El atronador sonido del motor de una motocicleta hace que haya sido difícil entender las últimas palabras de Joan. A pesar de ello, Conrad y Arnau han podido escucharlo correctamente.

Derrapo ligeramente con la moto para frenar junto a los dos coches. Apago el motor y quitándome el casco, protesto en voz alta.

- Me cago en la puta. Casi me mato con el puto manillar... Como coja al cabrón que me lo ha jodido, le voy a dejar la cara como un mapa...

Dejo el casco en el manillar y abro el sillín. Lanzo dentro el cuchillo que me devolvió Arnau y cojo uno de los mosquetones, enganchándomelo a una trabilla del pantalón. No es la primera vez que los uso como puño americano para "aflojar" a alguien y aún no tengo muy claro que esperar de Izan.

Me acerco a los dos hombres y les saludo con una inclinación de cabeza.

- ¿No os habéis colado en el desguace? - pregunto algo extrañado. Imaginé que habrían saltado la valla para coger las llaves de la cadena que bloquea la puerta. - ¿Sigue el paquete en el maletero? - Tras recordar los nervios de Arnau con el gordo, no tengo muy claro que Izan siga entero si han llegado a sacarlo del coche.

Para no romper la costumbre, enciendo otro cigarrillo. El aire puro de las afueras de Cunia se nota raro en mis pulmones en comparación con la contaminación del centro de la ciudad, así que prefiero mezclarlo con un poco de humo.

- ¿Qué tal por aquí? - les pregunto. - Veo que has avisado a Conrad... Mejor. - Así me tocará contar lo mismo una vez menos. - La calle del despacho estaba llena de polis. Les dije que había estado tomando una birra mientras os esperaba y que había visto la puerta del portal rota. El poli del campus, Sento - tras mi conversación telefónica anterior, me acuerdo bien del nombre raro - llegó justo cuando me estaba pirando. Me reconoció, pero ya estaba acelerando la moto y no me dió tiempo a pararme. No dijo nada. - Miro a Arnau. - Tu colega, el gordo, Tomás... Le estaban reanimando con las placas esas... No estoy muy seguro de que no lo hayas dejado frito, tio... - Las gafas de sol ocultan cierto reproche en la mirada. - Bueno, me pasas las pipas y el costo. ¿No te lo habrás fumado todo? - Espero que Arnau me devuelva lo que le dejé antes y lo guardo en mi pantalón.

- ¿Y vosotros, qué tal?

Joan, nos vemos entonces en 3 horas tal como has quedado con Negro en el centro comercial. Aclaramos los hechos y ponemos opiniones en común. Si hay algun problema llamanos y procura estar en lugar seguro. respondo sobre el atronador ruido de la moto, mientras miro de reojo a Arnau desactivando el manoslibres.
Estamos en contacto. Hasta dentro de unas horas

Negro y una entrada aparatosa. No se de que me extraña. Le empiezo a coger apego al colega.

Tal como si fuera un bostezo, enciendo un cigarrillo para acompañar a negro en este suicidio colectivo a paso de burro.

- Negro ... El paquete esta aún en el maletero. Tranquilo, no le he hecho nada en absoluto. Es mas, he dejado que disfrutase tranquilamente del calor agradable de Cúnia amenizado con la tranquilidad y sosiego de un maletero bien hecho.

Miro a Conrad como se guarda el telefono. - Ya tengo ganas de hablar con Joan y compañia. Lo que ellos han pasado nos tendria que ayudar a esclarecer las cosas. Aunque no veo claro como ella no tiene ni idea de que va todo esto. Por lo que ha dicho, tendria que haber oido, leido o notado algo de Zafra. Bien, ya veremos. Tenemos menos de 3 horas para hacer hablar al "paquete". Seria bueno ponernos cuanto antes.

Me acerco a los dos, para hablarles con menor volúmen.

- Desconozco como estará Izan. Y también desconozco qué habrá encontrado en el maletero. Allí tengo herramientas y la llave de la rueda. Recomiendo que uno abra, yo mismo, mientras los demas estan listos por si se le da por salir en plan muelle arma en mano.

Viendo que Negro iba relativamente armado, me meto la mano en el bolsillo y le doy a Conrad una de las pistolas, a su vez que cojo la otra para mi.

Espero a que Conrad cuelgue el teléfono.

- Veo que Joan ya os ha avisado de la cita... ¿Habéis hablado con todo el mundo? ¿Llamasteis a Pablo? Creo que sólo nos dió el móvil a Arnau y a mi...

Me adelanto para recoger mi pistola cuando Arnau se la está pasando a Conrad.

- Él tiene la suya... - le recuerdo a Arnau mientras se la quito de las manos con un guiño. - Por cierto, ¿tienes registrada la pipa con la que disparaste al pavo ese? Si localizan la bala puede ser una movida... - "Y ya tenemos suficientes problemas como para que nos empapelen a todos como cómplices...". Guardo la pistola en la parte de atrás del pantalón, prefiero no llevarla en la mano, de momento.

Señalo al maletero.

- ¿Queréis hacer esto aquí o intentamos colarnos en el desguace? Será fácil saltar esa verja y creo que el hijo de López tendrá una llave alrededor de la oficina... Si no, podríamos intentar forzar el candado. - Hago un gesto con la cabeza para indicar a la carretera. - No creo que pase nadie por aquí, pero véte tú a saber...

Desde donde estáis, veis la valla lateral que delimita el perímetro del desguace y algunos coches amontonados sobresalen, dejándose ver desde fuera.

 [Vista desde el interior que os da una idea de lo alto de la valla]

Tal como dice "Negro", no parece complicado colarse dentro.

Negro me hace percatar de mi cargamento armamentístico. Sabia que iba armado, pero no tanto. Bien, le doy la suya a Negro y la Beretta a Conrad. Me quedo con una, y la otra la meto en la guantera del coche.

- Me parece bien, Negro. Es mejor hacerlo dentro. Yo me quedo fuera vigilando

Sin poder evitar mi dilatada experiencia en medidas preventivas, empiezo a calcular y analizar que tipo de seguridad podría tener el desguace de Cunia.
Antes de que nos lancemos como monos a saltar el muro, creo que seria bueno saber que estos sitios suelen tener cámaras de seguridad o algun tipo de alarma. comento a Negro y Arnau.
Negro, por lo que cuentas ya te conoces este sitio... has visto alguna cámara o alarma de algún tipo?.
Mientras recojo la Beretta que me ha alcanzado Arnau, no puedo evitar pensar en Ramón y pensar en que clase de sucio asunto se abra metido...

Las veces que has podido dejarte caer por aquí, para buscar alguna pieza de repuesto para la moto o así, no te fijaste en si tenían cámaras de seguridad ni nada de eso.

Es la primera vez que se te ocurre colarte en este desguace.