Partida Rol por web

 - Perdonad. - Os interrumpe Carmen - Os presento a Joan, es una buena amiga mía, trabajó para mi padre hace años como administrativa.

 - Joan, estos son Arnau Negiró, Conrad Orench, Eduardo Armero y Álv... quiero decir, Negro. - Señalando a cada uno correspondientemente - Son... Eran amigos de mi padre. Quizá algún nombre te sonará.

 Carmen se la ve más reconfortada. La presencia de Joan parece haber ayudado mucho.

 Te suenan. Sobretodo Orench y Armero.

 Orench lo recuerdas de un caso que trajo de cabeza a Zafra poco antes del fallecimiento de su mujer. Descubrió que la compañera sentimental de Orench le engañaba y éste calló en un principio de depresión de la que Zafra se sintió algo culpable, así que ayudó después a salir del hoyo al muchacho, consiguiéndole un trabajo en Cunia, como empleado de seguridad de algún garito. Según lo que te contó Zafra, el muchacho había estudiado en la academia para ser policía, así que tenía futuro en el mundillo de la seguridad privada.

 Armero era un periodista bastante importante del periódico "La Verdad" de Cunia. De hecho, es el principal periódico de la ciudad. Tenía frecuentes tratos con Zafra para conseguir titulares, a menudo salpicando la mierda sobre cabeza importantes. No sabes nada más de él desde que dejaste de trabajar para Zafra. Zafra decía de él que era un cabrón inteligente, pero que en el fondo con era tan cabrón como le gustaba aparentar.

 Siempre se encontraba con ellos fuera de la oficina, así que hasta ahora no has puesto cara a aquellos nombres.

 En tus tratos con Zafra, nunca os encontrasteis en su oficina, así que no conoces a Joan. Aunque sabías que tenía una secretaria antes de la muerte de su mujer. De hecho, alguna vez hablaste con ella por teléfono, cuando llamabas a su oficina preguntando por él.

  En tus tratos con Zafra, nunca os encontrasteis en su oficina, así que no conoces a Joan. Aunque sabías que tenía una secretaria antes de la muerte de su mujer. De hecho, alguna vez hablaste con ella por teléfono, cuando llamabas a su oficina preguntando por él.

 - Contad conmigo para lo que haga falta. - Respondo con seguridad.

 Ante la presentación que hace Carmen de la recién llegada, cuando me nombra correctamente asiento arqueando una ceja.

Me vuelvo hacia la recien llegada cuando Carmen la presenta, y como un resorte doy un paso hacia ella para los tradicionales besos.

- Encantado señorita Joan - digo mientras le doy dos besos - Ha llegado usted justo mientras decidiamos como proceder respecto al asunto que nos ha traido hasta aqui. Yo pretendo acercarme a la Morgue cuando retiren el cuerpo, para ver que averiguo. Tambien me gustaria visitar su oficina si es que me lo permiten.

Hola Joan, me llamo Conrad. Me aproximo saludándola después de Eduardo, a su debido momento.
Creo que hemos hablado en alguna ocasión por teléfono, ¿verdad?... Como ya sabes, coincidimos en que lo del suicidio de Ramón no tiene ni pies ni cabeza. Huele a podrido.. Procuro no enfatizar demasiado por respeto a Carmen.
Quizás tu puedas ayudarnos a "poner las cosas en su sitio", aunque me huelo que en esta ocasión tener la razón podría resultar-nos algo peligroso.

Hola a todos Sonrío Siempre es bueno contar con ayuda, pero no estaba que fuera tan buena. Gracias a todos.
Me pongo seria
Tenemos que establecer un plan de acción lo antes posible y distribuirnos las tareas, desde luego.

Creo que yo misma debería encargarme de la oficina por varios motivos: soy la que mejora la conoce, la última que ha estado allí y ya he visto los expedientes con los que podáis estar relacionados ligada por el secreto profesional.

Arnau puede tirar de su contacto para averiguar más datos y la teoría que la policía considera más plausible.

Carmen tiene que revisar los objetos personales de todos modos y sería la primera en notar la ausencia de algo.

Por otra parte, creo que distribuirnos por parejas será lo más seguro dadas las circunstancias, pero deberíamos ponernos en situación de quién es cada uno porque el autor del asesinato podría estar entre nosotros para discriminar si Ramón filtró información peligrosa.

Los miro a todos con postura relajada y amistosa, me encojo de hombros y alzo ambios brazos con las palmas hacia arriba Sé que a veces soy demasiado directa. Pero en esta ocasión no hay tiempo para rodeos. Manos a la obra...

- Bueno, la verdad dudo que si hay un asesino, este entre nosotros, pero lo tendre en cuenta - digo con una sonrisa - sobre lo de ir por parejas, aunque puede ser interesante contar con un apoyo en algun momento dado, yo suelo tener mejores resultados en solitario. Lograr que alguien suelte la lengua es mas sencillo cuando no hay mas testigos, no se si me explico.

 Observa al grupo que comienza a organizarse con una mezcla de gratitud y asombro en la mirada.

 - No... no sé cómo agradecer vuestra ayuda. Si puedo ayudaros en lo que sea, no tenéis más que llamarme. Joan tiene el número de mi casa y sabe donde vivo. Ahora trabajo de cajera en el hipermercado de Complejo Comercial Aguaclara. Si no estoy en casa, lo más seguro es que esté allí.

 - ¡Joan!

 Un policía se acerca al grupo.

 - Cuando me he enterado he venido enseguida. Supuse que vendrías.

 Mira un momento a Carmen.

 - Debes ser Carmen. Lo lamento mucho, de veras. Conocí a tu padre y supongo que estoy tan sorprendido como cualquiera que haya hablado unos minutos con el viejo zorro de Zafra. - Lamenta inmediatamente sus inadecuadas palabras. Baja la mirada. - Perdón.

 Se dirige un instante al grupo.

 - Hola.

 Vuelve a mirar a Joan.

 - He estado investigando en el edificio y hablando con los agentes.

 No has tenido éxito con tu llamada. Ha acabado saltando el buzón de voz. Dos veces.

Observo al agente con interés, pero dado que se ha dirigido tan claramente a Joan, opto por permanecer en silencio, pendiente de la conversacion.

Después de intentar infructuosamente establecer comunicación con mi colega de la policia, cierro el móvil con un "mierda" silencioso entre los dientes. Me incorporo otra vez al grupo silenciosamente, mirando a Joan con expresión de asentimiento y escuchando al Sr. Gutierrez que nos tiene que decir, aunque con reservas. No me acabo de fiar de el  y no escondo mi expresión al respecto.

Saludo al policía con un rápido gesto de mano y un leve movimiento de cabeza.
Tras un escueto segundo respondo con un descafeinado - Hola -... nunca he acabado de confiar en las típicas personas que no se presentan por su nombre, aunque la situación no dé para sudados protocolos sociales.
Observo con interés la reacción de Joan y la gesticulación del recién llegado, escuchando con atención, mientras con calma saco un paquete de pastillas de regaliz fuerte.
Quien sera este hombre, de qué conoce a Joan y que relación tenia con Zafra? pienso para mi...

Hola Sento Le sonrío Dinos, ¿qué has podido averiguar?