Partida Rol por web

 Mientras bajas las escaleras de la universidad dejas que tu memoria se recree en los recuerdos de cuando conociste a Zafra.

 Corrían unos años convulsos en tu vida. Tu carrera profesional había acabado por motivos que tu mente prefiere ignorar y te habías alejado de todo y de todos, aprovechando un apartamento que tu familia tenía en Castellón. Todo estaba muy reciente y te costaba olvidar. Cuando parecía que comenzabas a encauzar nuevamente tu existencia, comenzaste a recibir una serie de correo anónimos que te amenazaban con sacar a la luz todo aquello... o eso parecían sugerir. Lo cierto es que en ningún correo mostraba explícitamente información alguna que pudiera comprometerte, pero la sola amenaza volvió a despertar en ti todos los fantasmas del pasado.

 No querías recurrir nuevamente a la ayuda familiar, bastante habían hecho ellos con facilitarte el alejarte de todo aquello sin hacer demasiadas preguntas. No se lo habías dicho a nadie, y conseguiste contentar a tu gente con algo que parecieron interpretar como un lío de faldas incómodo que podría traer un heredero no deseado al clan familiar.

 Una de tantas noches, intentando ahogar tus penas en un local oscuro, de humo tan denso que podría masticarse, donde el jazz sonaba en vivo y el alcohol ardía en las gargantas, un conocido con el que hablaste algo más de lo que estás dispuesto a admitir te pasó la tarjeta de Zafra.

 El bueno de Zafra se hizo cargo de tu situación, investigó al cabrón que pretendía chantajearte y destapó más mierda de la que nunca imaginasteis. Resulta que el muy cabrón no era sólo un chantajista profesional que se trabajaba las familias de clase alta, si no que, además, estaba metido en el mundo de la pornografía infantil. Así que Zafra, tirando de tu hilo dio con un ovillo que hedía a mierda. Se las ingenió para obtener pruebas contra él y enviarlas a algunos contactos que tenía entre la policía.

 Aquel hijo de puta dio con su asqueroso cuerpo en la cárcel, donde no tardó ni dos años en ganarse cinco centímetros de acero alojado directamente en el hígado.

 Zafra no quiso cobrarte. Según él se sintió suficientemente pagado con sacar de circulación a aquella escoria. Pero eso no quitó que te sintieras en deuda con él. Resultó ser habitual del mismo club de jazz donde aquel conocido te dio su tarjeta y pronto te acostumbraste a encontrártelo por allí, de vez en cuando. Entablasteis amistad fácilmente, era un cabrón cojonudo Zafra. Sí señor.

 La última vez que lo viste por el club de jazz debió ser hace dos meses. Hablasteis y parecía bastante preocupado por un caso que tenía entre manos, pero no te dio ningún detalle.

 De algo estás seguro: tu tío no daba clases en la facultad de medicina. 

 Lo cierto es que hacía como un par de meses desde que hablaste con tu tío por última vez. Por aquel entonces estaba bastante preocupado por un caso que tenía entre manos, pero del que no te dio ningún detalle.

 Estos últimos meses has estado muy liado en el trabajo como para poder permitirte ir a ver a tu tío... y más ahora que se había mudado a la oficina. Te queda bastante más lejos que el piso donde vivía antes. Así que nunca encontrabas un momento para ir a visitarle... y ahora es demasiado tarde.

 Tras la respuesta de Arnau, los tres os sumís en vuestros propios pensamientos y no volvéis a abrir la boca hasta que bajáis a la planta baja de la facultad y salís al campus. 

 Ya han levantado el cordón policial. Sobre la zona donde estaba el cuerpo de Zafra hay esparcido serrín. Carmen ya no está, ni ningún policía merodea ya por la zona. El campus parece retomar su ritmo normal y el maratón médico comienza a atraer a gente hacia las diferentes casetas donde toman la tensión y hacen chequeos médicos los estudiantes de último año de medicina.

 El calor aprieta con fuerza, aunque lo aligera algo los aspersores que están regando las zonas de césped que hay adyacentes a la facultad de medicina. De todas maneras, los estudiantes que pululan por la zona siempre que pueden lo hacen cobijados a la sombra de los árboles y edificios del campus.

 Salimos de nuevo a la calle y el sol nos impacta con toda su fuerza, el calor hace que moméntaneamente quede mareado y algo confuso e incluso retrocedo unos pasos para buscar el cobijo de la sombra de la puerta. Joder, que calor....

Miro hacía mis compañeros para ver si el calor les afecta de la misma forma y propongo seguir hablando en otro sitio. No se como lo veis pero a menos que querrais investigar un rato la escena del crimen, si es que la policía no la ha destrozado ya, deberíamos continuar la charla en un sitio más fresco. La idea de una bebida fría aparece por mi cabeza. Siendo esto un campus seguro que tienen una cafetería con bebidas frías, y allí me podéis decir que hacía mi tio en la facultad de medicina. Es una pregunta que se me tenía que haber ocurrido al principio, pero la conmoción de los acontecimientos me había aletargado.

 Cuando al fin salgo del edificio, ejecuto el gesto natural y automàtico de ponerme un cigarrillo en los labios y encenderlo apasionadamente. Aspiro profundamnete y miro a mi alrededor, desolado por el asfixiante calor.

Escucho las palabras de Pablo y observo la zona del crimen. Yo tampoco creo que vayamos a encontrar nada por aquí, y la idea de tomarme algo fresco me inspira mas que una bailarina de streaptease a principios de mes.

- Me parece bien, aunque ya te digo ahora que no sabemos mucho mas de lo que has visto y oido hoy aqui - le digo a Pablo

Recordando que habíamos quedado, saco el móvil del bolsillo para mirar la hora. Bien, aún tenemos tiempo.

- No seré yo el que le diga que no a unas birras - digo mientras guardo nuevamente el teléfono. - Además, con el calor que hacía en esa azotea se me han fundido hasta las neuronas.

Miro a mi alrededor buscando algún letrero de cervezas o un lugar que pueda indicar un bar, pero en el campus no hay más que facultades. ¡Joder! No me extraña que luego se desfasen al salir. Necesitan un poco de diversión porque por aquí no hay ni un puto bar de viejos. Me vuelvo finalmente hacia mis acompañantes.

- Bueno, vosotros direis... Yo por aquí no tengo ni idea de dónde ir... - añado con una sonrisa sin poder evitar fijarme en el extraño grupo que formamos.

 Entre los tres, localizáis rápidamente el bar del campus, donde se reúnen los estudiantes de las facultades adyacentes para escapar de las clases o, en algunos pocos casos, para estudiar. Por lo menos, aquí pueden fumar, cosa que en la biblioteca no podrían.

 Me acerco hasta la barra y pido dos cañas bien frías y una coca cola con hielo. No me siento con ánimo como para tomar una cerveza ahora mismo. Espero a que la camarera me sirva las bebidas y me dirijo hacía la mesa en que me esperan Arnau y Negro.

Aquí tenéis las bebidas chicos. Poso las bebidas en la mesa y me siento junto a ellos. Vale, si no os importa algo ando perdido. Tomo un pequeño trago a la coca cola y apoyo un codo en la mesa. Podéis decirme exactamente a que os dedicáis y que sabéis de mi tío. Yo soy su sobrino pero ultimamente no sabía nada de él, se que tenía un caso pero al cambiar de oficina dejé de verle y dejamos de tener las conversaciones sobre sus suposiciones de los casos en los que trabajaba.

 El bar/restaurante del campus no está muy concurrido. Se nota que no estamos en época lectiva, pero igualmente hay algunas mesas ocupadas con algunos grupos de estudiantes. Algunos jugando a cartas, otros simplemente charlando y tomando un café.

 Ocupáis una de las mesas más cercanas a la puerta de salida de la cafetería.

 Veis un reloj de agujas bastante grande en la pared del fondo, donde está la barra. Marca las diez en punto.

 - Gracias - le digo a Pablo, asumiendo que va a pagar el la ronda.

Le doy un par de tragos largos a la cerveza y enciendo un cigarrillo.

- Nos conocemos de un caso donde podriamos decir que "coincidimos". Des de entonces lo considero un gran amigo. Referente al caso, sabemos tanto como tu, que basicamente es que ninguno de nosotros nos creemos lo del suicidio. De momento somos un grupo bastante interesante, no? - Digo mirando a Negro, y esperando que el siga la conversacion a partir de ahi.

Me bebo la cerveza deprisa, prácticamente de un solo trago, y enciendo otro cigarro mientras escucho a Arnau y Pablo.

- ¿Interesante? - digo repitiendo la última palabra del hombre trajeado. - Sí, puede ser interesante... Desde luego, somos un grupo bastante improbable. En fin, - vuelvo al tema original - tu tio era compañero de mi padre y le conocí hace algunos años. Era un buen tipo y... bueno, me echó una mano cuando lo necesitaba. - Doy una larga calada al cigarro, quedándome pensativo mientras expulso el humo lentamente. - Mantuve contacto con él hace un par de años, pero hacía tiempo que no nos veíamos. De hecho, prácticamente ni reconocí el nombre cuando me llamó tu prima, pero de alguna forma estoy... estaba en deuda con él, así que vine aquí a investigar qué había pasado.

Miro el reloj al otro lado del bar. Aún nos queda una hora, tiempo de sobra para llegar a la cita, por lo que le hago una seña al camarero pidiéndole otra cerveza.

- ¿Dónde esté el despacho de Ramón? - pregunto para confirmar el horario.

 Conoces perfectamente la ubicación del despacho de tu tío. Está en este mismo barrio, pero en el lado este del mismo.

 El campus de profesiones sanitarias queda en el lado oeste del barrio Centro, así que debéis cruzaros todo el barrio centro para llegar hasta allí. Si el tráfico es moderado, en unos quince o veinte minutos podéis plantaros en la oficina de Zafra. Si el tráfico es algo más denso, media hora o algo más.

 Hace ya bastante tiempo de la última vez que estuviste en el despacho de Zafra. De hecho sólo has estado una vez. Recuerdas que está al este del barrio Centro (ahora estáis al oeste en este mismo barrio). Teniendo en cuenta el tráfico, podéis necesitar media hora para llegar hasta allí. No sabes si podrías encontrar el lugar exacto.

 No has estado nunca en el despacho de Zafra, esperas que estos dos sepan donde está.

 Un grupo interesante....Negro me quita las palabras de la boca al decir lo de un grupo improbable. Un fontanero y dos supuestos detectives o al menos dos interesados en saber que pasaba aquí.

Vamos, que los dos conocíais a mi tío de antes y como es natural os llevasteis bien con el al instante, típico de mi tío. Suspiro y momentaneamente me quedo pensando en la forma de ser de mi tío. Dando por concluida la conversación sobre de que conocemos a mi tío. Cojo el vaso de mi coca cola y bebo lo que queda antes de levantarme de la mesa.  El despacho de Ramón está aquí al lado, si queréis os llevo en mi coche. Se tardan unos 20 minutos si no hay demasiado tráfico.

 Observo el reloj de la pared y lo corroboro con el mio. Efectivamente, nos sobra una media hora.

- Oid. Dado lo que me dijo el decano, creo que no estaria de mas preguntar por ahi sobre Zafra y su colaboracion en la maraton de los medicos, o como se llame. Si Zafra estaba aqui es que estaba investigano algo o alguien, y seguramente la maraton era su tapadera asi como un buen lugar para hacer preguntas. A ver si alguien recuerda alguna de ellas. Tenemos media hora, o sea que la podriamos aprovechar. Si quereis quedaros aqui mientras yo voy a preguntar.

Acabo la cerveza de un trago y me dispongo a salir.

- Referente a llevarnos, no le tomes a mal Pablo, pero quisiera sacar el coche de donde lo dejé. Si no te importa, después te sigo, que no recuerdo exactamente donde esta su oficina.

 Vale, no tengo ningún problema en que me sigas con tu coche, yo lo decía para facilitar las cosas. Viendo que Arnau se disponía a salir abandoné la cafetería con él y ya en la calle seguimos hablando. ¿Quieres preguntarle a la gente de por aquí cosas sobre la maratón o sobre mi tío? porque yo no se que clase de preguntas hacer.

Siempre había querido ser investigador pero mi tío sólo me dejaba leer libros y de vez en cuando ayudarle a pasar a limpio algunos apuntes, nunca me dejó salir con el a la calle ni preguntarle cosas a la gente.

 Por el campus hay estudiantes que vienen y van, normalmente con una mochila cargada al hombro o con algún maletín de ésos que se adivina un ordenador portátil en su interior.

 Desde aquí se ven diversas áreas de césped. Cuando algún árbol tiene a bien regalar su sombra, esta está infestada de estudiantes que se arremolinan alrededor leyendo, charlando o fumando, a veces todo eso a la vez. La zona central del campus está tomada por las casetas del maratón médico. Muchas de ellas están ya abiertas y con ostensible actividad.

 Más lejos quedan los demás edificios del campus médico, con otras facultades en su interior.

Joder... Ahora que he pedido otra birra os entra la prisa... Pienso dejando el precio del botellín en la mesa y saliendo con él en la mano.

- Yo he venido en moto, gracias, así también os seguiré porque no tengo ni puta idea de dónde ir - digo mientras me uno a ellos. - ¿Entonces Zafra estaba en el maratón ese? ¿Daba una charla o sólo las escuchaba? Bueno, supongo que tendremos que hablar con los cerebritos que van a esas conferencias para saber de qué cojones va todo esto... Oye, - me doy la vuelta mirando al bar del que estamos saliendo, mientras le doy un trago a la cerveza - ahora que lo pienso, ¿este garito es lo único que hay por aquí o en la facultad pueden tomar algo también? Porque el mejor sitio para encontrar estudiantes es el bar, está claro... Bueno, si son tan empollones como para apuntarse a la cosa esta, igual están chapando en la biblioteca - termino diciendo en tono sarcástico mientras caminamos de vuelta hacia el edificio de la facultad hacia las casetas del medio del campus.