Partida Rol por web

Al ver cómo está el percal, hace aun más evidente su rendición. Levanta las manos bien arriba y da medio paso hacia atrás, hasta que topa con la espalda en la pared.

- Hey, tíos, que no se nos vaya la olla aquí, hombre. Yo... yo me rindo. Dejadme marchar y aquí no ha pasado nada.

Cuando dice esto va mirando a todos los presentes. De hecho, se encuentra de repente con tres pistolas apuntándole sólo a él y a otro tipo que acaba de demostrar que sabe dar buenos golpes.

La situación que se le plantea es muy jodida.

No, no tengo ese tipo de licencias... solo puedo usar las armas en defensa própia... y esta era una de esas situaciones, ¿verdad?- digo a los presentes intentando controlar la tensión que ser respira en el aire. - Tenemos que darnos prisa. Me parece buena idea sacar a estos dos de aquí y hacerles unas preguntas. -. Dicho esto, guardo el arma, y con un pañuelo registro cuidadosamente el que era hasta unos momentos el líder de los matones.

Conrad piensa rápido y sabe que el disparo acaba de suceder, por tanto tienen un margen de unos diez minutos antes que se presente la pasma.

Por contra, recuerda una frase de Eduardo a Joan justo antes que comenzara todo este lío:

- Joan, escondete en el baño. - mientras hablo le alargo mi blackberry - Cuando te haga un gesto con la mano, cierra la puerta con pestillo y llama al 112

Su mente pragmática sabe que de eso hará unos cinco minutos, que es lo que debe haber transcurrido con todo este jaleo. Teniendo en cuenta esto, el tiempo de reacción se reduce a la mitad en el caso que Joan haya hecho ésa llamada.

Esta situación tan inesperada, ha hecho que no pueda hacer más que apuntar nerviosamente al tipo gordo que tengo ante mi. A mi derecha está la puerta que conduce a la otra habitación, pero no me atrevo a moverme. Aun estoy asimilando lo sucedido.

Las palabras de Joan me sacan del trance en el que me encontraba, no se si es el peligro, o la euforia de seguir vivo, pero siento ganas de abrazarla, besarla, ...

Centrate, debemos salir de aqui.

- Nada de policia, no sabemos de que va esto, y podriamos meter en un lio a Conrad y Negro si están...

La verdad es que no tengo ni idea de que habra ocurrido, pero no hay tiempo para ir a comprobarlo, confiemos en que serán capaces de salir de esta por su cuenta.

- Vamos a mi casa, alli podremos pensar, y decidir que hacer.

Le indico a Joan mi direccion, y me agarro fuertemente a ella. Siento su cuerpo frágil entre mis brazos, y tengo que hacer un verdader esfuerzo para no dejarme llevar por las sensaciones que me invaden.

Bien, la situación parece que se va calmando. La sensación de recuperación del control me permite agarrar con mas firmeza el arma. 

- Conrad, intenta averiguar todo lo que puedas sobre tu víctima. Sospecho que al tratarse del líder de estos capullos, si es que lo es, podremos sacar alguna pista de provecho.

Dicho esto, apunto con firmeza al gordo y me acerco a el.

- Oye tu. Quieres vivir, no? Pues ya tardas en soltar todo lo que sabes sobre todo esto. - le digo sin levantar demasiado la voz y con cierta serenidad contralada en exceso, contrastando con una falta aparente de aire por mi parte.

Me reconozco a mi mismo poco firme y convincente. La verdad es que se me han pasado las ganas de montar ningun otro numerito en un buen rato.

Cuando estáis a punto de salir por la puerta, tu fino oído distingue voces desde el primer piso. La caja de la escalera hace de caja de resonancia distorsionadora, por lo cual no puedes distinguir de qué hablan, pero dirías que escuchas las palabras de varios de los que os juntasteis esta mañana en la facultad.

Dirías incluso que no parece que estén en apuros, pues sus voces parecen serias pero no asustadas.

Me detengo un momento y detengo tambien a Joan.

- Me parece que he oido las voces de algunos de los que estaban con nosotros esta mañana. quizá esten en problemas, aunque si es asi, yo no tengo armas, ni se usarlas, ni tampoco estoy en condiciones de hacer mucho. ¿que hacemos?

Le informo pero dejo en sus manos la decision, despues de todo yo no estoy en condiciones de hacer demasiado.

Vámanos a hora mismos de aquí. Llamaremos al resto desde tu casa.
No podemos permitirnos otra embestida como la de antes.
Ne

Ni puto caso... pienso mientras me acerco al gordo para registrarle yo mismo. Dando una larga calada a mi cigarro, lo coloco en la comisura de la boca para poder sujetarlo durante un rato sin manos. Apoyo el cañón de la pistola en la espalda del gordo diciendo.

- Como se te ocurra moverte, te dejo paralítico, cabrón. - Empiezo a registrarle. - Y ya puedes ir contestando a mi colega, no sea que me termine de poner de mala hostia - añado mascullando para no dejar caer la colilla.

Cuando termino de recoger sus cosas, las miro con calma mientras voy a abrir la puerta por la que se fue el reportero.

- ¡Eh! ¡Valiente! Venga, ya puedes salir, que tenemos todo bajo control y no demasiado tiempo... - digo mientras echo un vistazo rápido a la habitación en la que entró.

No tengo ganas ni animo para llevarle la contraria, aunque pensase que se equivoca, pero despues de lo visto estoy mas que deseoso de salir de aquí. Le doy indicaciones para llegar a mi casa y me agarro tan fuerte y tan cerca como puedo.

Espero que tengas antiinflamatorios en tu piso, Armero.

¿Antinflamatorios? Supongo que tendré.

El cabello de Joan golpea mi cara con el viento, mientras la motocicleta avanza, como caricias. Acerco mi cabeza al oido de Joan, y mi nariz se llena con su olor, y mientras hablo mis labios rozan suavemente el lóbulo de su oreja.

- Si, yo tambien

Registras al tipo que has dejado sin cara en el suelo, desangrándose.

Encuentras:

Pistola con silenciador
25 € en la cartera
Teléfono móvil

Al mirar su cartera, ves que se llamaba Juan Revuelta.

Conrad está registrando al tipo "sin cara" y parece que ha encontrado su cartera y un teléfono.