Partida Rol por web

Forad llega jadedeante. No es una fortaleza física como Ankor y portar a Kanlil le ha dejado exhausto.

- ¿Pero que dices Hadros? Bien sabes que lo que hice a mi hermano es un tratamiendo de heridas y que el fuego fue necesario para ganar tiempo. - Forad se queda dubitarivo e indeciso, no sabe si decir lo que va a decir a continuación. - Dolor... dolor suelo sufrir yo cada vez que tejo la realidad pero hay veces... hay veces... que lo sufren otros. Me lleva pasando desde la fiebres. Pero seguro que a Madre le dolió más el parto de mi hermano. Seguro que aprecia ese dolor por verlo sanar la pierna. - El rostro de Forad se muestra compungido y cabizbajo.

Después de cruzar "confidencias" con Sortien, Forad se queda apartado y cayado mientras recupera el resuello.

- Más gente. ¿Y estos quienes son? ¿Son mis amigos? Sus caras van y vienen. Mejor descansa Forad, mejor descansa. - Se abstrae, como tantas y tantas veces, mientras de sus labios sale el mismo susurro repetitivo de siempre.

Y así permanece apoyado en su lanza como si fuera un bastón y dejando hablar a los otros.

Pasáis por el arco de una gruesa puerta de madera, tan ancha como pocas que hayas visto nunca. Está reforzada por láminas laterales de acero y enmarcada en un acero negro de imponente aspecto.

Luego os aguarda un largo pasillo de sucio suelo lleno de estiércol y tierra, con dos puertas más pequeñas y cerradas que la de la entrada, otras dos puertas de madera junto a las que al pasar oléis la fragancia de un corral o una caballeriza, y una puerta al final del pasillo que se abre a un patio donde cuatro altas paredes de al menos diez metros de altura os encierran.

En el patio se abren decenas de ventanas y saeteras, y otras tres puertas dan acceso a distintos lugares del edificio. En una esquina hay una diana con la que tres hombres del valle vestidos con casacas de cuero teñidas de rojo practican la puntería con un arco. Se detienen al veros pasar y os observan con atención.

-¡Buena caza, Ooray! Aunque está un poco huesudo, ¡sólo va a servir para hacer pucheros!-,grita jaleoso uno.

Otro, rubio y con coleta, se dirije a Kanlil:

-¡Duerme con un ojo abierto!¡Ooray sólo cura a la gente para que al comerlos no se encuentre postillas!

Todos ríen sonoramente, y Oolay hace caso omiso a las chanzas. Mientras salís por la puerta del norte del patio, los hombres se agrupan y cuchichean algo mirando hacia vosotros, pero ni el fino oído de Kanlil permite escucharlo.

Finalmente, otro pasillo desemboca en una puerta que se abre a una torre ocupada en su centro por una escalera de caracol como aquella que usásteis en Puertagua. Ooray os hace subir dos pisos, para salir por una puerta que da a otro pasillo y por fin meter a Kanlil y Ankor en una amplia estancia de techos altos e iluminada débilmente por la luz que se filtra por ventanas que dan al patio interno de este ala de la fortaleza. En la habitación hay más de dos docenas de cama, en su mayor parte ocupadas por hombres heridos. Varias mujeres y unos niños de sucio aspecto van de un lado a otro, cargando cubos de agua vacíos, o llenos de agua sucia o limpia, o cajas, o sábanas... Ooray hace que Ankor suelte a Kanlil en una cama de sábanas límpias.

Antes de salir para llevar a Ankor ante Vantras, llama a una de las mujeres, una joven regordeta de párpados caídos, y dice algo sobre que vigilen que no te levantes de la cama y que le avise si eso sucediera.

Se lleva a Ankor (que se despide con un fuerte apretón en el hombro de Kanlil) de la enfermería dejando descansando al joven vallés.

Joril refunfuña, añade:
-Bien, pero como des por culo, después te lo daré yo a ti.
Y avanza hacia el ala sur de la fortaleza.
-¡Vamos, señores! Que la noche avanza y querrán tener un lecho caliente antes de que el frío nos invada...
Al llegar al portal, hace una señal a su hermano y pasa bajo el dintel de una enorme puerta de madera reforzada con bardas laterales de acero negro.

[b] Caballeros, no piensen que dejare mi arma tirada por aqui, eso seria desonroso, pero llevaré el arma embainada en todo momento

-...que pararle los pies, y librarse de unos...

El hombre se calla y os mira con su único ojo. Se lleva la mano a la empuñadura, parece que va a gritar algo a Joril hasta que ve a Faldoras y un gesto de sorpresa se le cruza en la cara.

-¿Eres un hermano?¿De dónde vienes?¿Traes noticias?

El hombre se ha ido acercando a Faldoras moviendo las manos como si no supiera qué hacer con ellas. Se gira hacia Joril:

-Tú y yo hablaremos después. Ahora, déjanos sólos.

Se queda mirando expectante a Faldoras.

Con presteza, haces el símbolo del Pentágono entre los dedos, que representa las cinco virtudes de Hakoon, Fe, Valentía, Tesón, Mesura y Sed de Justicia. Aunque el hombre titubea, responde cruzando las muñecas en un rápido movimiento de manos, con lo que demuestra sus ataduras al Pentágono. Sin duda, es un hombre armado Caballero de la Justicia. Un hermano.

Aún así, el que no te haya saludado de la forma habitual entre los hermanos (\"que la justicia nos guíe en este encuentro\") demuestra que es algo laxo con los procederes de la orden. O que duda que tú seas un hermano.

No lo reconoces, puede que sea un hermano de los valles sureños, pero su rango es el de Caballero. No es ni Castellano, ni Capitán ni ningún rango superior, ya que no lleva los nudos que debería en la cota de malla.

El hombre parece estar impacentándose.

-Que así sea, hermano. ¿Qué te ha traido aquí?

Lanza una furtiva mirada a Sortien y a Skarge, como sopesando qué hacen ellos ahí. A sus espaldas, el otro caballero entra por la puerta en la que ellos estaban apoyados. Joril se aleja mascuyando algo sobre caballeretes y sus culos.

Lanza una mirada gélida a Skarge.

-No seré yo el que decida quién se reúne con Vantras. En todo caso, nuestro hermano aquí presente o en última instancia Vantras mismo lo decidirá. Y dudo que mi hermano guste de la compañía de gordrinos de lengua sibilina.

Se aparta un poco de la puerta y señala a Verom, a la vez que se dirige a Faldoras.

-¿Sabíais que este hombre viajaba en la comitiva del rey de esos bárbaros asesinos? Sólo con ver cómo viste es evidente de qué pie cojea...

Ahora se dirige nuevamente a Skarge:

-El estúpido vendelano que le abrió las puertas debería en vez de eso haberos aliviado de la pesada carga que es vivir con vos mismo. Suerte tenéis de que Vantras sea un hombre que se apiada de los que se equivocan.

Al escuchar el nombre que pronuncia Sortien, los dos caballeros le miran sorprendidos primero y inquisitivos después

-¿Faldoras? ¿El hermano Faldoras, ayudante del Castellano del Descanso de Hakoon?- El hombre del pelo gris hace una rápida reverencia que es contestada por otra igual por parte del otro caballero. -Es un honor tenerte entre nosotros, te dábamos por muerto como a todos los demás que estaban en el Descanso. Seguro que la historia de tu huida ante los bárbaros es la mar de interesante...

Ankor, mientras entrabas al recibidor, antes de que Bonderas comenzara a decir que estos eran los dormitorios de los caballeros y todo eso, has creido ver a alguien en la oscuridad del pasillo más adelante. Alguien o algo alto y desgarbado, y que al brillo de la linterna de Bonderas se ha retirado hacia las sombras...

Te asomas cuando Bonderas sale de la cámara y ves alejarse la burbuja de luz que le envuelve. Cuando da la vuelta a la esquina, todo queda sumergido en la completa negrura de la noche. Nadie parece moverse por el pasillo, y el viento apenas se atreve a silbar por las saeteras. Aparte del murmullo que proviene del interior de la cámara, no se escucha nada más. Quizás el correr de las ratas por los entrepisos muy levemente, pero no estás seguro de ello. La oscuridad del pasillo te produce un escalofrío cuando llevas demasiado tiempo mirándola. Te sientes observado por ella.

Compañeros desde hace tiempo, Sortien y Ankor escudriñan la oscuridad con celo, pero con la seguridad de saberse resguardados el uno junto al otro. El cubo en la mano de Ankor y la vela en la de Sortien son las armas con las que se enfrentan a los peligros del negro pasillo.

Ankor señala en silencio hacia donde creyó ver a alguien. Avanzan los dos con resolución hacia allí para no encontrar a nadie. Allí el pasillo hace una esquina e iluminando hacia el otro tramo (que no tiene saeteras, al contrario que en el tramo de pasillo donde estáis) no se ve nadie. En frente de Sortien hay una gruesa puerta de madera oscura con dos baldas de acero y cerradura que desconocéis hacia donde va.

El silencio es todo lo que obtienes por respuesta durante un rato...
... después algo repta en el suelo a gran velocidad y... chilla. Es un simple ratón. Diríase que estás solo aquí.

Kanlil se calla por un momento, no le ha gustado como suena lo de llevarle a otra cama. Se intenta tranquilizar, y seguirle la corriente, para encontrar el mejor momento para intentar desatarse.

Ante la imprecación de Sortien, Ankor le mira algo airado y empuja la puerta... que sorprendentemente está abierta.

Ilumináis adentro para ver unas cuantas cajas y ánforas apiladas en una esquina, varios barreños, un montón de sábanas polvorientas y varios maniquíes para armaduras. Y en el centro de la habitación, una escalera de caracol. Esto debe ser una de las torres de la fortaleza.

Sortien se dispone a añadir algún comentario mandón cuando un apagado grito llega hasta vuestro oído. Viene de abajo, a través de la escalera de caracol.