Partida Rol por web

Kanlil se coloca justo detrás de su maestro. No sabe el camino hacia las celdas, pero su agudo oído podría ayudar a la hora de detectar algún peligro. Atento a cualquier sonido, Kanlil camina silenciosamente. Solo espera que su tripa no le juegue ninguna mala pasada, en forma de sonora flatulencia.

Verom espera a que los demás desciendan por las escaleras.

...no soy un guerrero pero podré parar al que intente atacarnos por sorpresa...

Una sombra parece sobrevolar en el alma de faldoras. - Os mostrare la salida, pero no rompre el voto de mi orden, no puedo. Llegado el momento os pediré que os vendeis los ojos para que de este modo el secreto se mantenga a salvo ¿ Estais de acuerdo ?-Faldoras parece haber encontrado una solucion al dilema que le carcomia

Verom llama la atención de los demás y señala escaleras arriba.

- Creo que el follón ha alertado a los caballeros y vienen a ver qué pasa, si no desean que nos enfrentemos a ellos deberíamos volver a subir. Parece que al final tendremos que unirnos a uno de los bandos....

Faldoras se encarama a la escalera y sube los escalones de dos en dos, llamando a voces a Bonderas. Sortien va tras él. Cuando a Faldoras sólo le queda un cuarto más de escalera por subir, por fin alcanza a ver el piso superior, se detiene para ver qué sucede alrededor, ya que Bonderas no responde. Ve algunos pies de mercenarios, rodroguios seguramente, que entran corriendo por la puerta. Ve las botas de un iniciado o caballero, y escucha la de algunos más que bajan por la escalera. Y en el último momento siente el aire apartándose ante el rápido paso de la hoja de Bonderas, que, a su espalda y encorvado, cuela su espada por entre el hueco de la escalera y el piso.

Verom se enrabieta al ver la estupidez de sus nuevos compañeros.

- Estáis todos locos, luego dicen que los bárbaros son los del otro lado. No pienso morir aquí por vuestro orgullo.

El embajador se acerca a la celda donde está el pasadizo y les habla a los presos.

- !Escuchadme! En esta celda hay un pasadizo secreto y podemos salir todos de este lugar. Los caballeros y los rodroguios vienen hacia aquí para masacrarnos porque intentábamos liberaros y llevaros con nosotros. Necesito que cuando abra la puerta salgáis de la celda para buscar la salida. ?Estáis de acuerdo?

Al ver la situación realizo un desenvaine relámpago e intento detener el arma de Bondelas dirigida a Faldoras.

Abrid la reja!!!!rápido!!
[i]Lo siento Faldoras no hay más opción...

¡Maldita sea, maldita sea, maldita sea!
¡Maestro, Faldoras, tenemos que salir de aquí!
Kanlil se acerca rápidamente a la celda en la que supuestamente está el pasadizo, y tras ver que los ocupantes de esta no parecen ni tan enfadados ni tan peligrosos como los de la otra celda, intenta abrir la cerradura con la ayuda de la aguja que le prestó Forad.
Toma, sujétame la espada mientras intento abrir la puerta.- le dice a Verom, quien intenta dialogar con los presos.

Con determinación, Kanlil se aparta el pelo del rostro, se olvida del hilo de diarrea que cuelga entre sus piernas, de las mujeres y jóvenes que le miran al otro lado de la puerta, del moreno extranjero que le anima a seguir adelante, y se convierte sólo en un dedo que siente las vibraciones de la aguja y los crujidos del mecanismo contra el que se bate. Sabe que está en el buen camino, y que en breve la cerradura se abrirá. Pero... ¿será antes de que los mercenarios y los caballeros acaben con sus vidas?

La espada de Bonderas no llega a atravesar la recia armadura del caballero, pero al impactar por sorpresa contra el costado de Faldoras, éste se tambalea y corre el riesgo de caer de la escalera de caracol, mas el caballero se apoya contra la columna central de la escalera y se recompone.

Retroceded, la escalera es estrecha si les esperamos abajo tendrán que ir saliendo de uno en uno y alli tendremos ventaja ya que nosotros gozaremos de una ventaja de 3 a 1, mientras los otros abrid la celda
[b]- Por Hakoon, que me guia y proteje que mi espada y mi brazo sirvan a la justicia apartando las sombras que se reunen este lugar, pues que hoy se haga en este lugar la voluntad de Hakoon

Segundo asalto

Segundos después de ponerse bajo refugio Sortien, los rodroguios aparecen dando la vuelta a la escalera de caracol. Ignoran a Ankor, Verom, Forad y Kanlil, que se han quedado en la puerta de la celda. Tampoco tienen ángulo para disparar a Sortien, así que los dos primeros rodroguios descargan sus ballestas contra el único que hay al pie de las escaleras, Faldoras, entre gritos de ¡Murdraan!¡Por Cosiga!¡Por los Pastores Locos!¡MURDRAAN!. En cuanto disparan sus ballestas, las sueltan, desenvainan dos hojas cortas cada uno, y ante los gritos de ¡A POR ELLOS! se descuelgan por el lateral de la escalera, al lado contrario de donde está Sortien y entre Faldoras y Ankor. Los dos rodroguios que los seguían preparan sus ballestas para dispararlas contra quien quiera que haya al pie de la escalera.

Verom deja caer su mochila y se coloca el casco de una coraza. Blande su lanza corta como si comprobara que no ha perdido su habilidad.

- Hoy es una lanza, mañana será mi hacha. Sea el arma que sea servirá para defender mi vida y los intereses de mi pueblo. ¡No moriré hoy!

Verom va a apoyar a Ankor indicando a Faldoras que ayude a Werter.

Al oir los gritos de los Rodroguios Ankor gira la cabeza y ve como sacan las espadas cortas.
Kanlil, date prisa o esta fortaleza será nuestra tumba. Seguidamente retira la mano que tenía sobre Kanlil y se dirige a los dos Rodroguios que se han descolgado hasta el piso y amenazan con sorprender a Sortien si nadie hace nada. Aprovechando el tiempo que tardan en recomponerse tras el salto, carga sobre uno de ellos.

Concentrado en su maniobra Sortien da una vuelta sobre si mismo y ataca al Rodrigo acorazado

faldoras golpea al primero que pasa !Valor compañeros !

El primero de los rodroguios que se descuelga cae sobre la rodilla derecha y luego se incorpora justo a tiempo para encajar el devastador golpe desde arriba de Ankor. Se cubre con la hoja izquierda, y es tal la fuerza del impacto que no puede evitar interponer por miedo el brazo derecho. La pesada hoja del enorme mercenario hace trizas la parada del rodroguio y lo clava en el suelo, penetrando el filo más allá de los anillos de hierro y la camisa para clavarse con hambre en el antebrazo del asaltante. La sangre mana oscura brazo abajo, bañando el hombro y el cuello de su dueño, la extraña espada corta que porta cae tintineante de la mano inerte y el rodroguio lanza un doloroso grito diciendo ¡¡MIERDAAAAAAAA!!.

Con el brazo derecho inutilizado, no puede hacer nada por detener el golpe de Verom, que le alcanza tras haber cogido impulso en el muslo izquierdo, clavando varios centímetros de madera endurecida en el músculo del rodroguio. Skarge retira raudo la lanza y su víctima se ve obligada a arrodillarse por el dolor, blandiendo casi inofensivamente ante los dos la espada que le queda con el brazo bueno. Grita nuevamente pidiendo ayuda a sus compañeros.

El segundo cae encarado hacia Faldoras. Se dispone a cubrirse con sus dos espadas del caballero cuando ve que éste deja la escalera y carga contra él. Con maestría, el rodroguio detiene el primer golpe lateral con la hoja izquierda, y corta la finta del caballero desplazando con un tajo rápido la espada de Faldoras. Parece que al menos será un adversario digno.

El rodroguio acorazado intenta detener a toda costa la rapidísima apertura Molhan de Sortien. El espadachín, como siempre, muestra especial predilección por los puntos vitales, y si el rodroguio consigue detener la estocada, es por que instintivamente se protege la cabeza y el cuello con ello. La estocada es desviada lo suficiente como para que la punta del estoque rebote contra los dos centímetros de hierro del pectoral de la armadura del rodroguio, dejando un nuevo surco en él.