Partida Rol por web

La cara de "cuatro" era todo un poema luego de haber visto a "X" responder de esa forma tan particular. Una mezcla única de confusión y estupefacción que simplemente podrían traducirse como que, bueno, al parecer IV tomaba a X como una loca más.

-Ehem...-

Se aclararía la garganta, llevándose una mano a la boca en un intento más que tardío para disimular esa expresión. Luego tan solo... Asentiría ligeramente, mirando hacia el suelo mientras aunaba el valor suficiente como para poder decir todo lo que buscaba decir.

-... Soy... La Sheriff de esta isla.- Acabaría por decir, enseñándoles una placa de policía que no tardaría en guardar. -Tuve que forzar mi escritorio para... Poder recuperar mis cosas. Debería tener una llave conmigo, más... Me la robaron.- Un leve suspiro saldría de su boca, aún sin atreverse a levantar la vista.

-Debería pedirles disculpas, esto... Ha sido mi culpa. No he sido capaz de hacer mi trabajo y... Eso trajo todos estos problemas.- Su voz adquirió un tono un tanto molesto y frustrado a su vez. Ciertamente le pesaba bastante en su conciencia. -... No tengo la información suficiente de todas. Alguna de ustedes son nuevas trabajadoras que llegaron en el avión, pero... Todas servimos al mismo jefe, el... Amo de la mansión.-

Finalmente levantaría un poco la vista, esta vez para señalar a "III" con el dedo. -Tú eres... La encargada de cuidar a la mascota del amo. Es muy agresiva con todas las demás, pero... Por algún motivo a ti te obedece y te escucha.- Luego movería lentamente su dedo hacia "X" -Tú eres...- Habría una pequeña pausa, visiblemente incómoda, hasta que por fin tan solo se llevaría la misma mano con la que señaló a la frente. -... Enfermera. Con algo de suerte lo recordarán ahora mismo...-

Me quedé sorprendida por la nueva información, pero al menos ya teníamos una idea más clara de lo que nos había pasado y quienes éramos. Sin embargo, parecía que todavía no había dado toda la información.

- ¿Se sabe quien es ese amo al que servimos? ¿Qué hay de ella y yo? ¿Cual era nuestro trabajo? - dije señalando a V y a mi.

Antes lo último que dijo no pude evitar romper el silencio.

Che, ¿Vos bromeas verdad? ¿Vos decís que el gato que busco ser el del amo? Oh no he fallado, tengo que volver a salir a buscarlo cuanto antes. Gracias por decírmelo. ¿Alguien vio un gatito por ahí?

-No recuerdo... Mucho más. El amo, la mansión, es... Confuso. Tú y la quinta, las dos, son... Recién llegaron, o eso creo. Debía llegar un grupo de chicas nuevas en ese avión, más no tengo información extra... Pensaba ir a explorarlo ahora, pero...-

Levantaría ligeramente la mirada hacia III. Sin lugar a dudas se la ve bastante aproblemada a la pobre "Sheriff".

-... Esa bola de pelo... Me gustaría que esperasemos a que sea de día para buscarla, pero... Siendo del amo, tal vez... Agh...- Cuatro se llevó una mano al cuello, ligeramente agobiada. No solo tenía que hablar frente a ellas por todo ese rato, sino que además el problema que suponía esa bola de pelos era de por sí un desafío enorme. -Déjame ir... A mi casa. Volveré en unos minutos y saldremos a buscarle juntas. También deberías ir a la tuya... Tal vez tengas más comida de mascota, o juguetes... Nosotras tres somos del lote previo.- Señalaría a X, III y a sí misma. Luego vería su taza de café vacía... Y apagaría la computadora.

Su mirada se centraría una vez más en las muchachas, esperando a ver si alguna tenía algo que decirle para marcharse.

Cuando dejó la frase sobre quién era yo a medias durante un segundo, que para mí fue como una hora, contuve la respiración invadida por el nerviosismo... Ehm... al menos hasta que dijo la respuesta...

¡¿De verdad era necesario crear tanto dramatismo para una revelación tan... poco especial?!

Pero bueno... ya sabía algo de mi pasado...

Aunque... no diría que me sorprendió, ya que el recuerdo de ser enfermera lo tenía desde que le estabilicé la pierna a mi compañera. Pese a todo, asentí con la cabeza al escucharlo, especialmente cuando dijo que yo era una de las que estaba de antes en la isla.

—Gracias por la información —le dije, sonriendo amablemente.

En cualquier caso, ¿quién era el amo? No parecía que ninguna de nosotras tuviéramos noticias de ello. Y, más inquietante aún... ¿dónde estaba la mansión? En el pueblo no se había visto ninguna casa tan importante como para ser llamada mansión... pero... siendo una isla, no había debería sernos difícil dar con ella, ¿no?

—¿Alguna ha visto... la mansión? —añadí, tomando la palabra cuando IV dejó de hablar—. Deberíamos ir a buscarla mañana. No creo que hayan muchas mansiones en esta isla... y quizás el amo nos esté esperando allí...

- He ido a la mansión, pero está cerrada con llave y el muro es infranqueable. Tendremos que encontrar alguna manera de entrar - dije mientras me acercaba a la salida - mañana iré a explorar una cueva que hay detrás de una cascada, si alguien quiere acompañarme. No pude hacer nada porque no tenía luz, pero supongo que podré encontrar algo en una casa. Hasta mañana - bostecé saliendo por la puerta.

Pretendía ducharme e irme a dormir en una de las casas que quedaran vacías en el pueblo.

-Este... Espera, Las casas... Las casas están asignadas. No estoy segura del orden exacto, pero... No sirve cualquiera.- Agregó IV rápidamente, de forma un apresurada y nerviosa debido a las prisas que "I" parecía tener por marcharse. Por supuesto no parecía tampoco que fuese a impedirle o guiarla hasta su casa... Pero a fin de cuentas es la encargada de seguridad. Tarde o temprano debería hacerse cargo de ello.

-X... Me gustaría pedirte que fueses mi asistente, por favor, con las cosas como están lo voy a necesitar... Algo así como una secretaria...- Se rascó la mejilla, con cierta incomodidad. -... Quizá son las gafas...- Y con esto dicho, se marcharía de la comisaría en busca de su casa correspondiente.

Aquella Maid que seguía sucia decidió salir de la Comisaría en busca de una cabaña en la que poder darse una buena lucha y descansar, a fin de cuentas, si el resto prefería quedarse en la Comisaría para dormir en las sillas o en alguna de las celdas, ellas eran libres de hacerlo.

Escasos minutos después de que la Maid I se marchara, otra de las Maids siguió su ejemplo aunque esta parecía que tenía un rumbo algo más fijo que la anterior que le bastaba cualquier cabaña que tuviera una ducha con la que lavarse. Aunque claro, el hecho de tener cierta información, tampoco le valdría para encontrar la casa adecuada.

Al parecer el resto de las Maids no buscaban hacer nada más por esta isla durante la noche, ni siquiera ir a una de las cabañas a descansar, por lo que simplemente cogieron un hueco por donde pudieron encontrar en aquella comisaría y se dispusieron a relajarse y así poder tener una buena noche, no tan buena como en una cama calentita y mullidta, pero mejor que en mitad del bosque.

Durante la noche, aquella Maid tuvo un sueño extraño...

En caso de que le pasara algo al gato, mil veces lo recibirás tu en tus propias carnes. Quedas avisada. Sé que es travieso y suele esconderse por todos lados, pero tú fuiste encargada específicamente para cuidarlo, por lo que es tu responsabilidad.

Suele gustarle el olor a vainilla, pero también otros animales del bosque son atraídos por ese olor, así que no abuses de esto o pasarán cosas...

Durante la noche, aquella Maid tuvo un sueño extraño...

¡Princesa!. No hace falta que vaya usted en persona, ya tenemos a alguien ahí dentro que se encargará de todo. Estoy seguro de que cederá a nuestras exigencias una vez que consigamos hacernos con su punto débil. Por favor, no hace falta que vaya...

Durante la noche, aquella Maid tuvo un sueño extraño...

La Princesa va a presenciarse en la isla donde estás apostillada, no pudimos evitarlo, así que más vale que tengas un ojo puesto sobre ella; vale que la misión sea importante, pero que a la princesa no le pasa nada lo es aún más. No me importa lo que pase, pero que ella esté a salvo. ¿Ha quedado claro?.

El tiempo siguió pasando en aquella isla, y poco a poco con el sol alzándose, terminando con el reinado de la noche, expulsando la atenta mirada de la luna y las estrellas que perderían su poder bajo el Astro Rey.

En el día también había monstruos hostiles ocultas por sonrisas falsas y sombras inocentes. Y las viles conspiraciones se camuflaban como las más simples acciones mundanas aún a pleno día.

Era un buen momento para levantarse, aunque quién sabe si el sueño de la noche había hecho cambiar los corazones...

Me desperté sobresaltada en la comisaría con un sueño recuerdo bastante peculiar.

Vainilla ¿Eh? No recordaba haberla visto en ningún lugar así que corrí a las cabañas una debía de ser la mía y debería de tener.

De forma silenciosa, la Maid III salió al exterior encaminada directamente al pueblo, al parecer aquel sueño había revelado algo de información interesante que podía usar durante su estancia en aquella isla. O simplemente quería buscar algo que no fuera dormir en una silla de oficina...

Cuando me desperté, ya la mayoría de las chicas se habían ido y yo estaba sola con una con la que había hablado bastante poco. Quizás por eso, miré hacia todos lados, buscando alguna otra cara conocida... que no encontré. Luego miré a la chica que quedaba y sonreí ligeramente.

—¡Qué buen día hace hoy! —dije, independientemente de si hacía buen día o no.

Después de todo, era la frase ideal para comenzar un diálogo, ¿no?

Sin embargo, tras ello, hice una pausa durante unos segundos, antes de atreverme a volver a hablar... Tiempo que dediqué en mirar su precioso y elegante traje maid, bastante diferente al mío y al del resto de nuestras compañeras.

—Ehm... ¿tú no serás una princesa por casualidad, verdad?

Me he despertado, y me molesta el estómago. Tengo algo de hambre, la verdad. A todo esto, mi compañera me mira con una cara extrañada.

Uhmm, pues sí. Deberíamos de salir a comer. Y eso de princesa, ¿hay una de las maids que lo sea? Sorprendente. No tengo muy claro que soy ahora mismo, no recuerdo bien.