Partida Rol por web

¿Acaso soy yo el guardian de mi hermano?

Prologo: El pueblo de la plaga

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25/04/2011, 19:33
Director

El camino que trae desde el Toboso hasta la pequeña villa de Pedro Muñoz es tortuoso y, en plena temporada de lluvias por lo que el suelo mal empedrado esta repleto de baches llenos de agua marronuzca, que ni siquieran los dos caballos de monta que llevais  dos de vosotros se atreverian a beber esa sustancia. Una pequeña tormenta pasajera ha sido la que ha encharcado el mal camino, todavia se ve a lo lejos como una cortina de lluvia hacía la dirección que llevais, os temeis que no os librareis del barro que se ha pegado a vuestra ropa y vuestras cabalgaduras hasta que llegueis al pueblo. Pronto os sentis bastante cansados, no es que sea un gran camino desde el anterior pueblo, los mosquitos provenientes de la laguna que no se ve por los arboles pero que se oye por los graznidos de los patos y fieras que viven en su alrededor que la delatan. No habra descanso para los viajeros hasta que llegueis a vuestro destino, aunque podriais descansar en alguna clara en el bosque circundante no os atreveis, algunos "cazadores y leñadores" que se entreven en el bosque parecen estar esperando demasiado tiempo en vez de cazando y talando como deberian hacer, el hambre es muy mala, pero no por eso os vais a dejar matar, robar y violar en el caso de las mujeres.

Los viajantes son un grupo cuanto menos dispar, uno de ellos tiene el plante de un noble su maneras delatan el tiempo que ha estado en la corte y cuando habla tiene un tono ciertamente histrionico, como si supiera que sus palabras tienen que ser escuchadas, viaja en uno de los dos caballos mientrás que habla con el resto del grupo de una manera bastante cordial, parece estar a gusto entre gente de todo tipo y condición, aunque alguno son parte de su escolta. La otra figura que cabalga lleva una cota con repuestos para reforzarla un yelmo que cubre una caballera larga, un poderoso hacha y un escudo, la figura es conocida por la zona por ser alguien a tener en cuenta y sobretodo no enfadar, que este junto al noble dice mucho de su inteligencia al escoger compañeros de correrias. Una mujer bellamente vestida  de tal manera que podría hacer pecar a un santo, que a pesar de como esta el suelo ha sido precavida y lleva un traje de viaje dispuesto para estos trotes, se ha unido al noble por protección tiene asuntos que realizar en la pequeña población y le ha venido de anillo al dedo. Un poderoso guerrero que protege al noble, un tipo extrafalario aunque solo sea por el amuleto que lleva debajo de la pechera y el arma que lleva en la espalda, una poderosa cimitarra.Una figura vestida con ropa monastica sigue al grupo apenas ha hablado, pero sus dotes han sido evidentes cuando ha curado a algunos de vosotros en vuestro viaje, es un médico de viaje y siempre es útil tener a alguien dispuesto a sanar heridas en medio del camino. Finalmente se encuentra un arguacil que mira con preocupación los alrededores ha pasado mucho tiempo desde que salio del pueblo, por que le acortaba sus posibilidades, y ahora volvia al "hogar", pronto fue acogido por el grupo una espada más y la fuerte presencia del hombre era una razón muy evidente.

Estais a poco más de dos kms, pues la torre de la iglesia se ve ya cerca, una torre de guardia junto encima de un pequeño monte donde se ve el tejado de una casa señorial, y por el olor del ambiente estais en las cercanias de la cienaga que esta al lado del pueblo. Cuando estais llegando en el proximo recodo del camino se escucha unos poderosos ladridos y una voz llorosa que grita:- Alejate de mi alimaña, no tengo ya suficiente daño para que te cebes ...-

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25/04/2011, 22:51
Rodrigo de Valmaior

 Rodrigo escucha la voz del hombre, que por lo visto no se encuentra en una posición demasiado buena. No tiene especial interés por actuar, a menos que haya dinero de por medio, pero no puede evitar sentir curiosidad por la escena que arrancaba aquella frase en medio de la nada, así que, sin separarse de la comitiva, entorna su vista hacia el lugar de procedencia de los gritos..."que coño estará pasando" piensa mientras se acercan al recodo.

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25/04/2011, 23:48
Constanza - Pietro

 "Debo mantener la calma y ayudar a estas gentes, de paso me ganaré un buen dinero. Si mi padre supiera se enfadaría conmigo, aunque quizás todo lo contrario, tal vez se sienta orgulloso de mí.", pienso toda orgullosa, bajo este ropaje holgado y de tonos claros que encaja perfectamente en mi papel de médico. Sé ser médico, de hecho lo soy, solo que unas cintas fuertes bajo mis ropas ocultan el hecho de que Pietro es Constanza. Mi voz, cuando interpreto bellamente este papel, es un poco baja, lo suficiente para parecer un mozo. 

Estoy mirando el paisaje, intentando aguantar los mosquitos molestos y que ningún rufián nos ataque; aunque vamos precavidos. Hay varios guerreros en el grupo o que aparentan serlo.

Entonces se siente, unos kilómetros más adelante, un pleito en el camino.

"¿Qué sucede... alguien herido?", me pregunto pero uno del grupo ya está un poco más adelante, preguntándose qué pasa.

Miro atentamente los alrededores, en busca de algún indicio de la situación.

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26/04/2011, 01:38
El Astuto Hidalgo Don Íñigo de Martínez

¡Por los clavos de Cristo! -exclamo al oir la voz llorosa al otro lado del camino. Realmente, nunca me ha gustado esta expresión, pero una de las matronas de la corte la solía utilizar cuando era niño y hacía alguna travesura, y ahora no puedo evitar que de vez en cuando se me escape.

Rápidamente, espoleo a mi caballo para ver que está ocurriendo, mientras hago un ademán con la mano, indicando al resto del grupo que me siga. En el estado del camino, poco avanzaré con el caballo, pero seguro que algo más podré hacer que caminando, y llenándome de barro hasta las rodillas.

Mientras avanzo con presteza, no puedo evitar pensar que tal vez, y sólo tal vez; me esté dirigiendo a una trampa, una trampa de esos "cazadores y leñadores". No obstante, decido que lo mejor será arriesgar. Así es como comienzan las grandes historias, los cuentos que gustaba de escuchar cuando era mozo de boca de los trovadores que a veces contrataban en la corte.

Desde luego, esto podría ser, en parte; una pequeña parte de lo que estaba buscando cuando abandoné el palacio...

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26/04/2011, 19:18
Martín Rodríguez

El suelo blando y encharcado, sumado al cansancio por las varias leguas de camino hechas, estaba consiguiendo que el último trecho del viaje fuera una verdadera tortura. En los peores tramos, a cada poco rato, el pie acababa tan hundido en fango que costaba horrores sacarlo. Con algo de suerte la media legua que quedaba hasta llegar a la villa podría hacerse simplemente gastando las últimas fuerzas y embarrándose hasta el cuello. En el peor de los casos, alguien se partiría un tobillo o sufriría el ataque de alguna bestia o bandido. A Martín desde luego no le interesaba que algo así pasase, pero si pasaba, rezaba para que por lo menos no fuera él el perjudicado. 

Al escuchar los ladridos y la voz llorosa Martín puso sus sentidos completamente alerta. Los bosques y la laguna de las afueras de la villa eran conocidas entre los habitantes por ser un lugar de asaltacaminos y, aunque las historias seguramente fueran exageradas hasta el exceso, tampoco debían andar muy desencaminadas, pues realmente el lugar era un buen sitio para pasar por el filo y robar la bolsa a los caminantes. Bastaba con echar un leve vistazo a los hombres que pululaban por el linde del bosque para darse cuenta de que estaban al acecho de alguna presa, pero de las que van a dos patas y no a cuatro. 

Adelantándose así a caballo lo único que encontrará rápido ese imbécil es la muerte. Si se trata de una trampa, Dios no lo quiera, para cuando lleguemos hasta allí el resto que vamos a pie nos encontraremos solo con su cadáver manchado de barro y sangre. Por lo menos algún hijo de puta afortunado se ganará unas monedas y un bonito caballo...

El alguacil, sin mediar palabra y sin estar nada seguro de todo esto, empuña su hacha y camina en dirección a los ruidos lo mejor que puede en pos del noble. No esta nada conforme, pero sabe que el resto va a acudir tras Don Iñigo y Martín no piensa quedarse rezagado del grupo ni una sola vara en este camino.

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26/04/2011, 20:04
Blanca

 El camino esta siendo bastante bochornoso y el noblecito tiene caballos... donde ha quedado la buena educacion de la gente?

El grito me sorprende, miro alrededor si quien ha gritado esta cerca de nosotros y no lo hemos visto antes. Al ir acompañada de valientes hombres, me quedo en el camino a resguardo de lo que pueda pasar.

-Alimaña...- digo con un aire de asco. Más faltaria encontrarnos algun bicho asqueroso...

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26/04/2011, 23:23
Elena del Valle

Llevávamos ya un buen camino hecho, pues incluso podía percibir el cansancio de los caballos, que agotados seguro que deseaban tanto como yo el poder esconder en algún sitio en el que poder guarecerse de aquella maldita lluvia que había conseguido adherir la capucha de mi capa a mi cabeza y que me había calado ya absolutamente todo lo que llevaba en el cuerpo. Además, a casco que movía el caballo se podía escuchar el sonido del pringoso barro pegándose, haciendo aún más difícil el avance.

- Cuanto daría por un buen trago, un baño caliente y ropa seca en estos momentos...

Iba pensando en lo que sería disfrutar de aquellas cosas cuando aquellas palabras me sacaron de mi propio mundo y me hicieron levantar la cabeza, aunque sinceramente, me importaba un pimiento lo que estuviera sucediendo si no me influía para nada y por eso precisamente, para que siguiera sin influirme, hice un rápido movimiento para terminar con el hacha en la mano, dispuesta a espolear al caballo si debía cargar contra alguien.

- Si la cosa se anima un poco quizás pueda desentumecer mis huesos... creo que necesito algo de acción o en su defecto, una posada.

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27/04/2011, 13:22
Director

Quizás la valentia o la simple curiosidad de esa que acabo con el gato muerto, os lleva a dirigiros hacía el siguiente trecho del camino lodoso, Pietro el joven embozado y la hermosa Blanca han quedado detrás pues prefieren ir sobre seguro, además los gritos vienen de bien cerca y por eso no creeis que termineis victimas de una emboscada de algunos palafraneros, al menos si lo sois estais cerca del resto del grupo.

Los que van en caballo trás hacer un giro especialmente peliagudo con sus cabalgadura, que hace saltar el barro del suelo como si fuera una lluvia vespertina llegais pronto a la siguiente escena trás los arboles del recodo, una pequeña jauria de perros se lanzan contra los pies de un preso que esta colgando de una pequeña celda de acero que es tán pequeña que los pies y las manos estan en el exterior y su cabeza se apoya como puede para mirar al exterior, los animales al ver en esa situación al hombre y movidos por el hambre han empezado a lanzar mordiscos contra sus piernas desprotegidas, una estupidez digna de un animal, pues el hombre de edad media, calvo, de pocos dientes, ojos bizcos, poblada barba que en algunos sitios esta blanca y por la extraña coloración de las ronchas que cubre su cuerpo esta muy enfermo. Los perros gruñen al veros acercaros, pero al ver a tanta gente y a los dos enormes caballos de monta salen huyendo, escapando entre la arboleda, dejandoos a todos delante del extraño hombrecillo que os sonrie desde su celada y que proclama:- Muchas gracias, vuesas mercedes no pensaba que nadie vendría en ayuda de alguien en la picota. Aunque creo que ha sido más por que no lo sabiais que...- Entonces sus ojos se agrandan como platos y dice:-¿Martín, eres tú? Vaya si que te han tratado bien los años jajaja, y buena compañia te veo con nobles incluso- Dirigiendose al noble le dice:- Espero que no se moleste, pero como comprendera morir de hambre o por la espada mismo me da, y sino fuera pecado pediria que tuvierais alguno de vosotros clemencia y que me cercenara la testa para acabar este calvario...- Pietro y Blanca terminan de superar el recodo, pues han ido a paso más calmo. El hombre sigue divagando y dice en su locura provocada por el hambre, la enfermedad y las heridas:- Bienvenidos ustedes tambien, parece que nuestro pueblo diez veces maldito por dios y diez veces bendito por el diablo se ha ganado visitantes, espero que acabeis mejor que yo.-

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27/04/2011, 20:23
Constanza - Pietro

Me doy cuenta que un hombre es el causante del alboroto. Tiene señales de estar enfermo, unos perros lo estaban molestando pero al oír las monturas y todo eso, se han marchado a la fuga.

La joven llamada Blanca está a mi lado, nosotros "nosotras" nos hemos quedado un poco rezagadas para nuestro bien, por si ésto resultaba ser una emboscada. Por fortuna eso no ha pasado pero me llama mucho la atención el estado del señor. Parece que conoce a uno de los nuestros con quien entabla conversación, o al menos intenta hacerlo desde su jaula.

 Con mi voz baja, aprendida de tanto imitar a un ronquido, digo:

-Mi señora, disculpadme. 

Y me alejo de Blanca y hacia el sitio en donde el sujeto se encuentra.

-¿Qué enfermedad os aflige? buen señor.

Pregunto.

-Soy Pietro y soy el médico del grupo; el resto mantened vuestra distancia. No sabemos si es contagioso, cof, cof.

Siempre toso algo en mi papel de Pietro, me ayuda a controlar el tono de voz. Pongo los brazos cruzados y siempre camino con las piernas un poco separadas, como suelen hacer los varones. Lo he ensayado tanto que ya me sale natural, pero debo estar atenta, realmente me preocupa la condición del tipo éste, quizás tenga algo grave y todos nos contagiemos antes de siquiera darnos cuenta.

Notas de juego

No tienes montura :P solo el noble y la pardo, por lo que vosotros a pata XD.

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27/04/2011, 20:50
Martín Rodríguez

Al ver a la jauría huir Martín devolvió el arma al cinto y avanzó con paso firme hasta situarse a una distancia prudencial de la jaula colgante. El hombre encerrado lucía con evidencia algún mal y el alguacil era, ante todo, bien prudente. 

Veo que las cosas van peor que de costumbre por aquí, Pedro —dijo levantando la vista hacia el preso—. ¿Cómo has acabado así? 

El tipo no era más que un viejo conocido con el que Martín había bebido en la taberna y jugado algunas partidas de rifa en los últimos años de su estancia en la villa. Nunca llegó a tener demasiado vínculo con él, pues era bien sabido que no era de mucho fiar.

Seguramente se este haciendo justicia al tenerle ahí colgando. Algo habrá hecho y si no... poco importa. 

¿Qué hay de mi familia? —la pregunta salió de sus labios a trompicones.

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27/04/2011, 22:29
El Astuto Hidalgo Don Íñigo de Martínez

Esperad, Pietro... -digo al muchacho, antes de que llegue al preso. Que está enfermo es una cosa evidente. Pero antes de darle atención, quiero saber si es peligroso. Sería una insensatez permitir que Pietro se pusiese en peligro por ser demasiado bueno con un delincuente.

Miro al enfermo, para preguntarle- ¿Y vos sois... -dejo la pregunta en el aire. Desde luego, he oído como Martín le llamaba Pedro, pero quiero oirle a él. Antes de que me responda, le digo- Antes de nada... ¿Por qué estáis preso?. Supongo que habréis cometido algún delito grave para que estéis aquí.

Decido de momento, ver qué me cuenta el hombre. De momento, no doy importancia a lo del pueblo maldito diez veces. No creo en esa clase de cosas, Dios es piadoso para maldecir a un pueblo diez veces.

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27/04/2011, 23:52
Elena del Valle

No me moví del sitio, observando con una medio sonrisa fría el hecho de que aquel hombre estuviera en aquel estado, no porque me hiciera gracia el ver a alguien en su situación, sino porque sus palabras eran las de alguien al que se le empezaba a ir la cabeza, seguramente, por lo enfermo que parecía estar..

- El día que cuelguen a un hombre atractivo de esa manera, yo misma le abriré la jaula y de ser necesario hasta..

Ya estaba pensando en cosas que no venían a cuento, pero era lo que hacía normalmente, ya que como no acostumbraba a dar una excesiva conversación, pues era una de esas mujeres bastante silenciosas, al menos perdía el tiempo en pensar, que venía a ser igual de productivo.

No pensaba ni bajarme el caballo y como alguien debía de quedarse un poco más alerta que el resto, decidí que ese alguien debía de ser yo. Por lo que comencé a moverme despacio y observando a todos lados, eso sí sobre el caballo.

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28/04/2011, 15:51
Rodrigo de Valmaior

 Rodrigo sentía curiosidad por la escena, la verdad es que era algo cruel dejar a un hombre así, pero a el que coño le importaba. Lo que importaba era él, y hasta ahora seguía vivo, y ganando dinero, que al fin y al cabo era por lo único que estaba allí. 

No podía importarle menos aquella estampa, no obstante, sus pies agradecían una pequeña pausa, así que se quedó a la espectativa de lo que hacían los demás, con una mano en la empuñadura, por si las moscas.

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29/04/2011, 12:55
Director

 Os acercais a la picota, aunque el intento de acercarse de Pietro para sanar la enfermedad es impedido por el noble que no se fia de las buenas intenciones de alguien que ha sido condenado en lo que presumiblemente pronto seran sus tierras, al menos durante unos años en tanto los hombres de armas, Rodrigo y Elena se quedan a la expectativa de una emboscada, pero excepto los aullidos de los perros a lo lejos no hay ser vivo a la redonda. Blanca llega un poco después lo que hace que el preso se anime un poco por la bella mujer, aunque no comenta nada.

Ante las preguntas tanto del alguacil Martín como a las hechas por el noble, el preso no se lo piensa mucho y responde, dais gracias a la distancia pues la vaharada de aliento os huele desde donde estais practicamente, obviamente no ha podido asearse demasiado estando en la pequeña celda que apenas le permite moverse- Iremos por partes, mis buenos señores, gracias doctor, pero esta enfermedad corrompe a todo lo que toca, aunque parece cebarse con los del pueblo no quiero que usted que ha tenido misericordia conmigo vaya a sufrirla- Dirigiendose a Iñigo, que aunque no ha sido primero tiene el rango por delante:- Me llamo Pedro como bien ha dicho Martín y he sido vecino y amigo de su padre muchos años, mi profesión era zapatero, aunque hacía tambien de sastre para los casos puntuales, estoy en la picota por una razón y es la de escapar de este pueblo maldado, por la enfermedad que veis en mi cuerpo, mis hijos murieron hace unos meses y a mi mujer se la llevaron, por la enfermedad, pero bien que se que era por las tetas que tenía y lo bien sentada que estaba, que los soldados del conde bien que se apretaron para que no "forcejeara", trás eso cerraron mi establecimiento y querian que me quedara encerrado otro tanto yo en mi casa, no pude aguantar más y salí por patas...- Sonriendo con sus dientes desiguales haciendo que el aire silbe entre ellos:- Como veis no tuve demasiada suerte, mi crimen querer demasiado a mi pellejo que era lo único que me quedaba... Disculpe, pero ahora tengo que comentar al buen Martín lo de su familia...- Y por primera vez se muestra serio y con cierta ronquera comenta:- Me temo, que como a mi esposa se han llevado a tus padres, tus hermanos pidieron piedad, pero ya sabes de poco sirve...- Y quejumbrosamente se calla cuando un arranque de tos no le permite hablar, para después miraros solicitamente y deciros:- Bueno os he dado la información que pedis, podeis tener clemencia y hacer favor a un buen cristiano y terminar con mi dolor...- Os mira esperanzado, aunque a saber que decidais hacer...

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29/04/2011, 15:19
Rodrigo de Valmaior

 Rodrigo, viendo el relato del hombre, y la precaria situación en la que estaba, decidió adelantarse y sesgarle el cuello con su puñal, al fin y al cabo, tampoco pedía tanto.

 

- Bueno, que vaya con Dios- dijo al tiempo que limpiaba los restos de sangre con la ropa del hombrecillo.- ¿seguimos o vamos quedarnos mucho tiempo en este camino?- dijo al tiempo que ojeaba el bosque que los rodeaba...no le daba buena espina.

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29/04/2011, 16:19
Constanza - Pietro

No había podido averiguar demasiado de la enfermedad, debido a que debería examinarlo y no me era posible. Escuché atentamente cada palabra que nos decía y mantuve la distancia, como me pidió el Hildalgo. Me apenó sobremanera todo lo que hombre, el pobre hombre había sufrido. Pidió, muy humildemente, que dieran fin a su dolor y aquel llamado Rodrigo lo hizo de un sólo espadazo. Giré mi cabeza hacia otro lado.

Una cosa era ver la bestialidad de las enfermedades, pero ésto... la ejecución, era algo totalmente distinto.

-Ni siquiera dejaste que alguno de nosotros se despidiera de él.

Dije, con enfado. Luego me dí vuelta y me encaminé a mi montura, a la cual subí con presteza: como todo un "hombre". La dama de cabellos rojos seguía allí.

-Lo siento mi señora, no esperaba que presenciáramos una ejecución pero... este camino tendrá muchas cosas horribles, me temo.

Respecto a qué hacer con la información del hombre, sólo comenté, para todos.

-Debemos tener precaución... la plaga puede seguir allí...

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29/04/2011, 17:16
El Astuto Hidalgo Don Íñigo de Martínez

Miro al hombre cuando habla, aunque a veces su cruel alitosis hace que aparte la vista, y eso que estoy a varios metros de él, mojado y sobre el caballo. Incluso el olor del rocín mojado es más agradable que su aliento. Aún con todo, intento averiguar si lo que nos está contanto es verdad, o simplemente es una milonga. Nadie me puede asegurar que, pese a que antes fuese un zapatero, en sus últimos años se haya convertido en un vulgar ladrón.

Antes de que pueda replicar al hombre, decirle cualquier cosa que tranquilice su espíritu antes de ir con Dios o el Diablo, Rodrigo se acerca y con un buen tajo secciona su cuello. Eso no me gusta, no me ha gustado nada. Y mucho menos, la forma de ejecutarle. Así se mata a un cochino, no a un pobre desvalido.

— Recordad en un futuro, Rodrigo, que las órdenes de ejecución las doy yo —Sentencio ante la acción del hombre, notablemente molesto. Desde luego, el destino que pensaba darle no iba a ser distinto, pero aún no había acabado de hablar con él— Tenedlo presente, no quiero más acciones de este tipo sin mi consentimiento.

Dicho esto, sólo puedo decir al resto del grupo, con las palabras del reciente difunto aún en mi cabeza— Muy bien, veamos cuan malvado es este lugar... —A la par que digo esto, espoleo al caballo, poniendo dirección a la entrada del pueblo.

- Tiradas (1)

Tirada: 1d100
Motivo: Psicología
Dificultad: 55-
Resultado: 36 (Exito)

Notas de juego

Aunque haya muerto, me queda el consuelo de saber si era sincero o no xD

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29/04/2011, 23:33
Elena del Valle

Estaba escuhando la conversación mientras hacía lo mejor que podía hacer y era asegurarnos de que no íbamos a tener compañía en aquel lugar, al menos compañía hostil, pues por cosas más insignificantes moría la gente.

La verdad era que lo que decía aquel hombre no es que fuera demasiado alentador, pues si había entendido bien, lo que no era fácil con la forma de hablar que tenía y con todo lo que había dicho, la cosa iba a estar un pelín difícil. Primero una enfermedad que afectaba a la zona, lo que nos ponía ya en situación de que cualquiera de nosotros podía enfermar sin querer y además, a eso teníamos que sumarle que los guardias o lo que fuera de aquel lugar parecían ser una panda de hijos de puta, aunque eso era menos raro, pues a la gente con esa clase de poder siempre le gustaba hacerse de notar entre los habitantes sin voz ni voto.

- Si podía tener algo de divertido este viaje acaba de perderlo de golpe pues ahora incluso venir a lo que venía se ponía difícil... quizás llegue tarde y no pueda cobrarme mi víctima..

Rodrigo fue rápido, yo hubiera hecho lo mismo, pues cuanto antes se le quitase la vida antes podríamos seguir y total, era como hacer la buena obra del mes ¿ no? Una de esas que te dejan incluso contento contigo mismo por haberlas realizado. Eso sí, al que no pareció hacerle tanta gracia fue al noble, pero sólo porque no le habían dejado dar las órdenes.

- Tonterías. Por mucho que le reprendas parece actuar más rápido de lo que tú eres capaz de ordenar... - sonreí para mis adentros - Eso se arregla con una cadena al cuello, pero a ver quién es el guapo que se la pone..

Ya que estaba, esperé " la orden " de continuar montada en el caballo y mirando como caía al suelo la sangre del reciñen degollado.

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30/04/2011, 03:40
Rodrigo de Valmaior

 Rodrigo no puede evitar esbozar una sonrisa cuando todo el mundo le recrimina su acto. Primero se dirigió a la señorita

- Disculpad mis modales señor médico, no estoy acostumbrado a la gente que tarda menos en hacerse amigo de un desconocido enjaulado que lo que yo tardo en desenvainar. No habñasteis con el en ningún momento, y pretendéis hacerme creer que os ibais a despedir de el...en caso de que lo hicierais sería un gesto con menos sentimientos que el que he hecho yo...pero no voy entrar en discusiones.

Luego, borrando ya la sonrisa de su cara, pues sabía que no convenía burlarse de quien le estaba dando dinero dijo:

-Disculpad mi señor, en la próxima ocasión esperaré a que déis la orden - mintió-, no obstante, mis actos acabarían siendo los mismos, o eso me parece.

 

Viendo que el resto de sus acompañantes le echaban miradas furtivas, algunas acusadoras, otras de complicidad, dijo:

- No os equivoquéis, a pesar de lo que acabo de hacer, sigo siendo el que a actuado de manera menos egoista de todos vosotros. Puede que os caiga mal, pero no soy u mentiroso.

Tras decir esto, como si no hubiese pasado nada, preguntó:

-Y bien...seguimos?