Partida Rol por web

Ad intra mare (Mar adentro)

Parte IX. De vuelta en Burriac

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09/06/2021, 12:36
Eguzki el Calvo

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   Dejo retirarse al que había herido sin rematarlo por la espalda, pero no bajo aún mi bracamante hasta que se ha alejado.

   Luego, con toda la rapidez que puedo me arrodillo ante el caído a ver si puede salvarse, si veo que está más allá de mis habilidades y no voy a poder salvarle, pido a Sebastián que le de la absolución.

   - Don Sebastian, este hombre parece que se muere, ¿podría vos dadle la absolución, ya que es hombre de Dios? - comento dirigiéndo la cabeza hacia él.

   Luego, para que no sufra el moribundo, apoyo mi puñal en el corazón y lo remato piadosamente.

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09/06/2021, 20:48
Damiá, el Gavinet

El pirata sopeso su chuchillo en la mano mientras miraba la espalda renqueante de uno de los bandidos. Podría arrojarle el chuchillo, y con muchas probabilidades el pobre infeliz daría con sus huesos en el cementerio. Pero a sus pies ya yacía un cadáver y su chuchillo estaba impregnado de sangre hasta la empuñadura. ¡Correr insensatos! ¡Bastante sangre se ha derramado hoy!

Luego miro a sus compañeros, en el primero que se fijo fue en el monje, era el que menos experiencia en combate tenia y el que con más posibilidades podría ser herido. Pero para su sorpresa Eguzki estaba intacto, y los dos caballeros heridos.

Antes de nada. Dijo acercándose al moribundo. ¿Qué cambios ha habido en el reino? ¿Qué nuevas hay? Si contestas este hombre de dios te dará la paz eterna y la entrada al cielo a pesar de tus malos actos.

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11/06/2021, 10:59
Sebastián de la Torre Quebrada

Sebastián quería contener su rabia por haber sido herido por un simple bandido. Muchos combates tenía ya a sus espaldas, pero Dios había puesto a aquellos infelices en su camino para recordarle que jamás puedes bajar la guardia, pues pocas cosas te hacen tan vulnerable como el confiarse. 

Había encajado un golpe en el pecho y su sangre manchas el peto. Lamentábase por no poder enfrentarse con el demonio en plenas facultades, pues aquello no auguraba nada bueno para él, pero estaba dispuesto a dar la vida si con ello hacían volver al maligno a los infiernos y sellaban las puertas. 

 

Dejó que los bandidos huyesen, tampoco deseaba venganza ni tenían tiempo ni fuerzas que perder. De los jóvenes asaltadores al menos uno yacía a los pies de Damià, no le había temblando el pulso al hombre de mar. Y ahora el caballero de Santiago sentía cómo sus compañeros de viaje le ponían doblemente en un compromiso. Pues por un lado Eguzki le pedía que le diese la absolución, asegurando que aquel infeliz era un hombre de Dios, cosa que el caballero dudaba, dado que un hombre de Dios no debía actuar en el modo en que aquel muchacho lo había hecho. Y por otro el Gavinet usaba esa absolución y la entrada al cielo como medio para extorsionar al moribundo con el fin de que les diese la información solicitada. Cosa que tampoco era demasiado cristiana, aunque no podía negarse que conocer aquellos detalles les sería de buena utilidad. 

 

Quedóse Sebastián mirando a ambos villanos con esa cara de nada que le caracterizaba, resultaba imposible saber si aceptaba o no, si accedía a absolver a aquel tipo. Hizo una leve mueca de dolor o tal vez de molestia, y viendo que los bandidos se habían alejado optó por quitarse la protección del pecho con el fin de comprobar la gravedad de su herida y darse los primeros cuidados, tan importantes para prevenir la infección. 

 

-Antes de absolver a nadie es precisa la confesión- pues habían pecados que solo un obispo o el mismísimo Papa podían perdonar en nombre del Señor. 

 

No dijo nada más y se dedicó a él mismo, debía reponerse rápido, pues sabía que Dalmau y él mismo eran piezas imprescindibles en lo que se les venía. 

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11/06/2021, 12:31
Eguzki el Calvo

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   Mientras se debatían en sus decisiones, hago lo que buenamente puedo pues mientras hacía la petición no pedía tiempo. Viva o no, trato de contener la pérdida de sangre del moribundo y si ello no es posible, atenuar sus dolores. Ante la pregunta de Damiá, dudo que el joven bandido esté en condiciones de responder o de oirle siquiera.

   Mientras presiono en las heridas con trozos de tela que arranco de la ropa con mi cuchillo e intento detener el flujo de sangre. Con las manos aún manchadas de sangre, le comento a Sebastián.

   - Mi señor, ¿no querría que le lavara esas heridas con un ungüento? Son hierbas naturales, aunque hable para mi mismo por costumbre cuando las extiendo en nada ofende al buen dios esa mixtura de plantas. -

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Notas de juego

   No tiro salvo que me digas, porque me da que este es ya cadáver prácticamente, pero si viera posibilidad de estabilizarlo, lo intentaría. Por ahora torniquete donde pueda y taponar el agujero que el bruto de Damián ha creado.

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15/06/2021, 22:47
Bandidos

Fue Damiá quien, acercándose más al moribundo (que aún podría conservar la vida), trató de amedrentarle para que hablara. El joven asaltador le miraba, con la boca ensangrentada por dentro, no entendiendo aquella pregunta tan general. No sabía a que reino se refería el pirata: él era un hombre dedicado a asaltar para comer y enriquecerse lo más posible, pero no sabía nada de nuevas, ni falta que le hacía.

No... no sé... no sé -el muchacho balbuceaba-.

Notas de juego

Como comenté en el off, no es que el tipo esté en puntos negativos, sino que le quitásteis 13 pv. Pero sigue sobre cero, es decir, vivo y malherido (muy malherido), pero vivo. Vosotros diréis qué hacer con él. Comentadme también vuestra intención para con vuestra ruta a St. Jeroni (si os lo lleváis con vosotros, si le dejaís libre, si ...). etc.

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15/06/2021, 23:46
Eguzki el Calvo

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   No me queda claro que va a pasarle al rapaz, pero si lo que voy a hacer.

   Primero apartar su arma de una patada y quitarle cualquier arma que vea. Luego hacer algún vendaje con las tiras de sus mangas, por ejemplo. Luego tratar de detener la hemorragia y tratar de dejar esos huesos más o menos sujetos, a ver si hay suerte y sueldan bien.

   Que los señores hablaran, que yo voy a lo mío, a curar.

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16/06/2021, 01:42
Sebastián de la Torre Quebrada

La herida del pecho dolía y ardía y escocía. Sebastián observaba tratando de discernir cuan profunda era con la idea de lavarla con un poco de agua, pero poco más sabría o podría hacer él mismo.

 - Mi señor, ¿no querría que le lavara esas heridas con un ungüento? Son hierbas naturales, aunque hable para mi mismo por costumbre cuando las extiendo en nada ofende al buen dios esa mixtura de plantas. -

Volviose entonces al vasco y ni corto ni perezoso se abrió las ropas mientras asentía con su semblante serio. 

-Por supuesto buen Eguzki- El joven poco agraciado y demasiado flacucho como para parecer capaz de recorrer todo lo que llevaban a sus espaldas ya le había alejado del frío abrazo de la muerte una vez. En esta ocasión la nieve no le había helado los pulmones y los huesos, pero bien sabía el caballero que jamás había que subestimar herida alguna, mucho menos cuando se avecina un enfrentamiento con el mismísimo diablo. - Suerte he tenido de que el Señor os pusiese en mi camino- le confesó con un ápice de aprecio en su voz, pues no es tan fácil olvidar que una vez puso todo su empeño y conocimientos para que hoy pudiese seguir respirando.

-Espero que esta herida no ofrezca demasiada ventaja al oscuro- dijo preocupado, con el ceño ligeramente fruncido. 

En cuanto al pobre infeliz, el bandido, dudaba de que sintiese arrepentimiento alguno, aunque cuando el final se acerca todos parecen volverse más temerosos de Dios, y de pronto el incrédulo cree, y el que jamás rezó se esfuerza por recordar y lamenta no haber memorizado mejor las oraciones.

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16/06/2021, 14:19
Damiá, el Gavinet

El pirata miro con desagrado al bandido. Déjemelo aquí, seguro que sus compañeros regresan a buscarlo. Al fin y al cabo, Eguzki había curado sus heridas.

Después aparto la vista cuando el caballero se desnudo mostrando el pecho al frio invierno. ¿Luego preguntara porque se constipa? Deberíamos de continuar cuanto antes, no es bueno pasar la noche al raso en estos parajes y menos con amigos como este rondado los alrededores. Dijo señalando al bandido.

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16/06/2021, 14:23
Eguzki el Calvo

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   Terminó ahí Eguzki el vendaje del bandido y lo apretó para que con el tiempo, soldasen esas costillas rotas y así se dijo.

   - No te quites el vendaje salvo que se infecten de suciedad las vendas, en cualquier caso dejalo como mínimo un par de semanas si quieres que esos huesos se junten bien. -

   Luego, dejando el destino del hombre a los demás, pues lo mío es curar, no ajusticiar, saco el saquito con los frascos y destapo uno de ellos. Un olor fragante a hierbas, betónica, mirto y otras.  De color verdoso y aspecto aceitoso.

   Y con este aceite de realizado con hierbas lavo las heridas de sangre seca e impurezas, aliviando el dolor de los cortes.

   Luego, cuando estaba terminando ya, como viera que la actitud de los caballeros estaba fija en el bandido pensando que hacían con él, de espaldas a su vista, realicé los pases y dije las palabras como si fuera un remedio popular campesino, lo que realmente, no estaba demasiado alejado de la realidad. Y si bien las heridas no se cerraron, si que mejoraron algo su aspecto.

   - Ya están lavadas las heridas y limpias, mi señor Don Sebastián, por hoy no se puede hacer más, quizás mañana se pueda echar otro vistazo. -

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- Tiradas (3)

Notas de juego

   Gasto un puntito de suerte y un bálsamo.

   No sé si es necesaria tirada para tratar al bandido, los vendajes y detener la hemorragia o no, pero la dejo realizada por si acaso, saldría aunque fuera tirada difícil.

   Curate 2 puntitos de vida, Señó Sebastiá XD, y si consiente, mañana más, mientras queden frascos y salga la tirada, que sólo se puede 1D3 de vida al día curar.

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16/06/2021, 21:52
Dalmau Font de Tossa

Por suerte para nosotros, los salteadores huyeron al caer herido de gravedad el primero de ellos. Superados numéricamente el signo de combate bien podía haber sido peor para nosotros.

Con las heridas sanadas el bandido se negaba a hablar otal vez no supiera que contestar. -Hasta ahora podría decirse que ha sido tu día de suerte. Si nuestro curandero no hubiera vendado esos cortes no creo que hubieras visto un nuevo amanecer.

En vuestra mano está que la suerte os siga sonriendo. Decidnos que rumores hay en la zona y entra dentro de lo probable que os dejemos con vida.

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18/06/2021, 19:10
Bandidos

Una vez que Sebastián hubo de quitarse la armadura, las prendas*, y Eguzki le hubo practicado unos ungüentos sobre su piel acompañado de unas palabras en la lengua vasca, el bandido que aún reteníais os habló.

No sé señor... -respondió al caballero Dalmau, que tenía las mismas intenciones de apretarle la lengua que el pirata-. Robar, correr... -hablaba con esfuerzo, por las heridas pese a las vendas aplicadas por Eguzki-. No ha mucho vimos a una comitiva a la que asaltar, pero... pero... -se quedó un instante pensativo, como recordando algo con cierto desamparo-, acudían en ella una niña y... y... hombres de piel negra y alas negras... algo... terrible.

El muchacho os señaló, además, que tal reunión iba en la misma dirección en la que vosotros íbais.

Notas de juego

*Cuidado: que estáis en un entorno nevado constantemente, y hace mucho frío (Damiá tiene razón). Sebastián, has estado a punto de palmar por una pulmonía, ¡alma de dios! :)

Tenéis que decidir qué hacer ya con el bandido (aunque sea en el off), ya que hay que avanzar en la trama. Si no llegáis a acuerdo lo llevaréis a St. Jeroni con vosotros y allí podréis "soltarlo" a las autoridades que haya.

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19/06/2021, 10:22
Damiá, el Gavinet

Al escuchar la referencia a los hombres de pieles negras y alas, el semblante de Damia se torno aun mas pálido. Creo que deberíamos de darnos prisa, tendríamos que partir cuanto antes. El pirata tuvo la tentación de zarandear al bandido para ver si dejaba caer algo más de información, pero ese pobre desgraciado tenia ya suficiente con las heridas.

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19/06/2021, 21:44
Sebastián de la Torre Quebrada

Sebastián estaba centrando por completo en como Eguzki procedía en curarle las heridas, sin embargo algo le llamó fuertemente la atención, y es que no sólo Damià había tratado de extorsionar al bandido con darle o no la absolución,  si no que Dalmau le amenazaba ahora con quitarle la vida si no hablaba, a pesar de que el curandero le había estabilizado. Aquello llamó tanto la atención del de la Torre que finalmente Eguzqui había podido recitar sus letanías sin demasiado problema. 

Eso no es demasiado cristiano pensó sobre el comportamiento del otro caballero. Pero lo achacó a los símbolos que el maligno había grabado a fuego en su piel. ¿Significaba aquello que la cruz de oro no funcionaba? ¿o tal vez se activarían sus poderes divinos en un momento clave? Le resultaba imposible que un guerrero de Dios estuviese dispuesto a matar a un chico ahora indefenso si no soltaba la lengua.

-Gracias Eguzki- dijo al curandero mientras volvía a abrocharse las ropas -Es muy curiosa vuestra lengua, ¿que significan esas cancioncillas o refranillos que pronunciáis?- preguntó inocentemente.

Notas de juego

Actualizados los PV, gracias Eguzki ^^

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21/06/2021, 17:24
Eguzki el Calvo

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   Miro al bandido cuando termino de tratar a todo y recojó mis bártulos.

   - Tienes que elegir, puedes convertirte en criado del caballero Don Sebastián o puedes largarte de aquí, pero toma la decisión rápido. -

   Hago un rápido vistazo a la comida que disponemos. Si se puede prescindir de una ración y no se viene el hombre con nosotros, le doy una.

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22/06/2021, 23:27
Dalmau Font de Tossa

La niña, la comitiva con demonios alados, mala cosa eran. En esos momentos opinaba como el marinero.- Sabias palabras. Hemos de partir con premura.- Dije, más antes de partir le dediqué una última mirada al bandido, estaba claro que el pobre diablo no sabía más y que en el pecado de atacarnos había llegádole su propia penitencia en forma de heridas.- Parece que la suerte os sigue sonriendo.

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23/06/2021, 00:41
Sebastián de la Torre Quebrada

Sorprendiole también la iniciativa de Eguzki en referencia al bandido, y sin embargo resultaba una buena solución si se salvase el mundo. Era posible que les retrasase en su misión, e incluso que el maligno se aprovechase de su débil espíritu, pues dudaba de que tuviese fe en Dios, era un pecador. Pero las palabras del vasco sí eran de buen cristiano y Sebastián decidió que no estaba de más obrar el bien, más aún cuando la oscuridad se cierne sobre toda la humanidad.

Cuanto mayor es la sombra más se aprecian las luces, por pequeñas que sean.

Terminó de recomponerse, ahora sentía bastante menos su herida, era curioso lo que unas curas podían hacer. Se incorporó en toda su estatura y se dirigió al bandido, que era poco más que un chiquillo.

-No te pediré que te unas a nuestra lucha, ya habéis visto cuáles son nuestros adversarios. ¿Qué más prueba necesitas para comprender la existencia de Dios?- hizo una breve pausa mirando al joven a los ojos con ese semblante frío y duro típico de Sebastián -Pero sí te ofrezco una alternativa a esta vida de pillaje y de pecado. Si salimos victoriosos y el infierno no conquista la Tierra, dirígete a Sant Geroni de la Murtra y búscame, mi nombre es Sebastián de la Torre Quebrada, por servirme te daré techo , comida y te pagaré un módico sueldo, y te garantizo aprender algún oficio para que puedas vivir sin necesidad de robar, matar o morir - 

A Sebastián le parecía una gran oferta y un buen servicio a Dios, enseñaría la Fe al joven, cuidar de las armas, tal vez pudiese remendar las ropas, cuidar las monturas o cocinar. Algún trabajo honrado debía de gustarle, y si no terminaba sirviendo a Dios al menos podría congraciarse con él y librarse del fuego eterno.

Esperaría un poco por si obtuviese respuesta del todavía bandido, pero estaba de acuerdo en que no debían demorarse y actuaría en consecuencia, marchando con sus compañeros cuando estuviesen listos.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Hago tirada de elocuencia por si la ves necesaria, la hago oculta para que respondas libremente teniendo en cuenta o no la tirada.

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30/06/2021, 16:04
Director

El joven bandido se sentía ahora presionado por el hecho de que aquellos a quien había asaltado hacía escasos minutos le requería para hacer penitencia, o algo por el estilo. Así lo pronunciaba Eguzki y el caballero Sebastián (quien incluso le dio una localización para encontrarle posteriormente). El joven descarriado, desprendido de toda arma, miró incrédulo a lo que le decían, pero no añadió nada más, si no que sólo a correr, pues así le habíais dejado libre, y despareció más pronto que tarde entre el linde del bosque cercano por el que había aparecido con los suyos.

Y así, reanudasteis el camino, ahora Sebastián remendado, sobre la capa blanca de nieve acumulada en el paisaje. Era ahora media tarde, y tras recorrer algo más de dos leguas cerca de la costa levantina vislumbrásteis una localidad no muy lejos.

Tras un rato caminando, atravesasteis los primeros cultivos, y delante de ello se abría el pueblo, bañado por un sol primaveral que hacía difícil creer que estaba sucediendo todo lo que os estaba pasando. Desde el montículo que llevaba al pueblo donde ahora os encontrábais, pudísteis ver una vista maravillosa del mar. El sol tardío, el que casi refulge más antes de su caída, reflejaba en el mar como un espejo, arrancando de éste brillos y reflejos que bailaban al son de alguna extraña danza.

Finalmente llegásteis al pueblo por la calle principal. La entrada del mismo se producía por entre un pequeño conjunto de árboles que se encontraba en la falda de una pequeña montaña. El águila en el cielo, quien había guiado vuestro viaje en las alturas se marchó en vuelo alto y dejásteis de verle: habíais llegado al destino.

Vuestra veía deducía que si seguíais la calle que pisábais llegaríais a la zona del puerto, pero acudiendo previamente y en mitad de dicho paseo, a una plaza, que parecía la única del pueblo. Tras caminar hasta ésta, vísteis que en el medio de la misma había un pozo rodeado de árboles que daban buena sombra. A ambos lados de la plaza se encontraban una iglesia modesta un edificio, que debía ser el edificio del corregidor o algún cargo administrativo, custodiado por un par de hombres de armas en sus puertas.

En la esquina de la plaza había también un hombre muy fornido, con un peto de cuero sujeto al pecho, trabajando herraduras en una fragua o cuadra, con su puerta abierta.

En esos momentos comenzaba a anochecer.

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06/07/2021, 08:55
Damiá, el Gavinet

Lo primero que hizo el pirata al llegar al pueblo fue acercase al pozo. Al ver al hombre en una de las esquinas de la plaza decidido ser cauto y preguntar al lugareño. ¡A las buenas de dios! ¿Es buena y sana el agua de este pozo?  Después de la contestación del lugareño, continuo con la retahíla típica de preguntas y presentaciones. Somos viajeros en estas tierras ¿Hay alguna posada o alberge para no pasar la noche al raso? Ya se sabe… “Año de nieves, año de bienes”, pero las nieves también traen enfermedades por los “malos aires”. 

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08/07/2021, 12:31
Eguzki el Calvo

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   Mientras mordisqueaba algo, algo de fruta, un fruto seco, la ramita de un árbol... avanzaba con cuidado detrás de los señores. Tras dejar marchar al rapaz que quedó de los asaltantes y limpiar la sangre de las armas, para no ir alarmando a los habitantes del pueblo, ahí que fueron.

   Avanzaba con el corazón en un puño, bien sujeto el talismán de la cruz de caravaca, aunque al estar bajo las ropas, realmente se me veía agarrar un trozo de tela en el pecho, pero a poco que se fijara alguien, era obvio la forma de cruz que estaba bajo las ropas.

   Miré la bolsa en la que bailaba un maravedía tras el pago del pollino*, y me daba que no juntaba dineros ni para dormir en el establo y tomar una sopa de yerbajos y raices. Más no dije nada cuando Damiá hablo de posada, aunque sospechaba que mi posada iba ser al raso.

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Notas de juego

   *Creo recordar que eran 15 maravedís y que me tocó apoquinar mi pollino, XD, luego remiro, pero por ahora daremos por sentado que mi fortuna es una moneda.

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08/07/2021, 18:05
Dalmau Font de Tossa

El bandido puso pies en polvorosa en cuanto tuvo ocasión, cosa que agradecí, pues un hombre malherido poca utilidad tenía en nuestra empresa.

Seguimos caminando, siguiendo al águila que nos guiaba hasta llegar a un pueblo. A primera vista no había rastro del Demonio en él, pero en nuestro peregrinar habíamos visto tantas cosas que no podía dejar de estar alerta.

La idea de la posada buena era, nos permitiría descansar del viaje al menos unas horas.