Partida Rol por web

Ad intra mare (Mar adentro)

Parte VIII. El mal delante de los ojos

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17/04/2021, 12:27
Beherito

¿El enviado? Consiguió balbucear. ¿Quién es el enviado? Seria aquel moje maldito del convento.

¡JA JA JA JA! -rió el ser, como el que lo hace sabiendo todos los entresijos de un plan ante otro que no sabe absolutamente nada- ¿Aún no lo sabéis?

Un nuevo trueno asoló en el exterior, y aquella sala se iluminó de alguna manera por el mismo. La corona refulgió con fuerza un instante.

Notas de juego

Mini-post a la espera de la intervención de los caballeros.

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17/04/2021, 12:38
Eguzki el Calvo

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   Poco a poco, recule unos pasos y me puse detrás de los caballeros, que no era buena cosa estar a la vista de un demonio, chico o grande, y este tenía pinta de ser de los gordos. Para calmar mi desasosiego miré alrededor, por su hubiera alguna salida a este infernal lugar (nunca mejor dicho)

   Al oir el enviado, una sospecha se forma en mi mente al recordar ciertas letras, pero las desecho. En general, en estos momentos, intento no pensar en nada en especial, tener la mente en blanco concentrándome los pensamientos en la religión y la magia blanca para purificarme.

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18/04/2021, 23:18
Dalmau Font de Tossa

El viaje hacía la torre había sido largo y duro, además tenía la sensación de que todo en aquel lugar tenía el objetivo de conducirnos a la torre, como ovejas llevadas al matadero.

Notaba un extraño picor en el pecho, intenté rascarme un par de veces, pero la rígida placa pectoral de mi armadura impedía que pudiera aliviarme. Sebastián se dió cuenta, sabía lo que significa sin necesidad de palabra alguna.

Aquella torre negra era de factura claramente inhumana, las paredes estaban pulidas de una forma que ningún cantero habría podido imitar.

Al final llegamos. A una sala circular, sentí como demonios trataban de salir de las paredes para acabar con nuestra existencia, pero lo más perturbador de todo fue el caballero rojo sentado en el trono negro.

Aquel ser se burlaba de nosotros, nos hablaba con crípticas palabras, medias verdades que tenían como objetivo hacernos dudar. Vi el frasco romperse y la esperanza que contenía derramarse por el suelo.

Nada de eso ocurrirá.- Dije, aunque no había demasiada seguridad en mis palabras. Pues como el demonio suponía ni sabía quién podía ser aquel enviado del que hablaba ni cómo poder detener su plan.

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19/04/2021, 18:46
Sebastián de la Torre Quebrada

Sebastián mantenía su cara de nada, serio, como un jugador de póker muy profesional.

¿El enviado? ¿Ya había sido completamente poseído? El de la Torre Quebrada pensó rápidamente en el señor de Burriac, don Alejandro. ¿De quién si no podría tratarse? Ninguno de ellos parecía poseído en absoluto.

El demonio hablaba como si estuviese muy por encima de ellos, sobrado, pero el caballero de Santiago no creía que realmente fuese tan así, alguna molestia podían causar, si no ¿por qué se tomaría tantos esfuerzos aquel ser diabólico? Con un chasquido de sus dedos el frasco de Adelaida se quebró y el líquido fue derramado, aquello molestó a Sebastián que miró ceñudo como las ropas del curandero se oscurecían en la zona impregnada. 

-¿Qué juego es este?- se limitó a preguntar mientras aferraba su espada y apoyaba el bastón en el suelo con la otra mano. Cierto era que aquel era un demonio, un diablo, una criatura ancestral del averno, pero si Sebastián muriese lo haría luchando, y en lo más profundo de su ser sabía que Dios, su señor, el Señor verdadero de todo, acudiría para alzar su alma a los cielos. -Nuestros caminos no se han cruzado ni en una sola ocasión por casualidad, os habéis puesto en nuestro camino et ahora nos obligáis a descender aquí, a vuestro... castillo, tomándoos la molestia de informarnos de nuestro fracaso et nuestros esfuerzos en balde. Muy aburrido debéis estar- Sí, se le estaban hinchando las criadillas, porque llevaban muchos días de viaje para lograr aquel brebaje que ahora estaba desparramado, muchos días caminando, pasando frío y hambre e incluso superando una pulmonía de caballo para que ahora viniesen a reírseles en la cara. Y sí, aquel ser imponía, causaría pavor de no ser por todo lo que ya habían visto: Muertos alzarse de sus tumbas que trataban de matarles, sombras asesinas, este mismo diablo con su montura, un dragón, una orgía asquerosa, monstruosidades devorando hombres... ¿debían caer ahora de rodillas ante aquel demonio? Seguro que su poder era grande, pero Sebastián estaba convencido de que ellos podían representar una amenaza y por eso estaban allí precisamente.

- Tiradas (2)
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19/04/2021, 22:28
Beherito

Mientras Eguzki permanecía callado y pensativo, el caballero Dalmau respondió con rotundidad y discreción las infames palabras de aquel ser. Tal vez era mejor mostrar confrontación de una manera sobria, llevando "la profesión por dentro". El picor aún le escocía bajo las placas.

-Nuestros caminos no se han cruzado ni en una sola ocasión por casualidad, os habéis puesto en nuestro camino et ahora nos obligáis a descender aquí, a vuestro... castillo, tomándoos la molestia de informarnos de nuestro fracaso et nuestros esfuerzos en balde. Muy aburrido debéis estar-

¡JA JA JA! No es eso cierto -respondió el ser-. Allá en el monasterio ardido en llamas... ¿acaso no me vístes, caballero, sobre los tejados?  JA JA JA -le preguntó a Sebastián, a carcajadas-. Seguro que vuestro congénere sí reconoce este rostro, el mismo que le dejó esas marcas en el pecho... ¡y encima sois desagradecidos! -aquellas palabras eran vanas, inútiles, pues atendían a una verborrea que no valía para nada más que para incitaros a todo lo malo que pudiérais pensar. Ese ser parecía conocer vuestros actos, vuestro camino y vuestra empresa, y parecía tener todo atado y bien atado. Dalmau lo miraba también incrédulo... ¡ABANDONAD TODA ESPERANZA! ¡EL DOMINIO ESTÁ CERCA! ¡JA JA JA! AHORA... ¡MORID!

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19/04/2021, 22:29
Director

Aquel tipo no era sino Beherito, según reconociste tras recordar unos relatos de un viejo clérigo tiempo atrás. Beherito era el lugarteniente de un demonio mayor, y vestía siempre de rojo. Sin embargo, pese a ello, Beherito era uno de los demonios más embusteros que podrían haber existido. Nunca, según se decía, decía la verdad, expresándose siempre mediante mentiras.

Por otro lado, lo que dice no parecen mentiras, sino que la retahíla que os ha soltado parece bien aprendida, como la ejecución de un plan inamovible.

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19/04/2021, 22:33
Director

Y cuando dijo esta última palabra, las llamas de la corona comenzaron a arder con más intensidad, al tiempo que los rostros y manos que se movían en los muros de piedra comenzaron a salir hacia afuera, es decir, el interior de aquella sala donde estábais. La marca del pecho de Dalmau comenzó a dolerle bastante, hasta hacerle gritar un instante. En medio de más risas incontrolables, el ser ígneo observaba cómo los seres de pesadilla comenzaba a caer al suelo como muñecos pesados, se levantaban y se arrastraban hacia vosotros. Unos lo hacían más lentamente que otros, pero pronto os rodearon, pues su cantidad era innumerable, y tal que así pudísteis sentir sus alientos nauseabundos, sus tactos fríos y pegajosos y el sentir de las uñas y los colmillos.

El montante de Dalmau se levantó. El bracamante de Eguzki y los cuchillos de Damiá se desenfundaron, y la espada y escudo del caballero Sebastián hizo lo propio. Matar o morir, o al menos defenderse.

Pero cuanto hubísteis de dar el primer mandoblazo.... ¡¡ZASS!! Se hizo la oscuridad.

Fundido en negro.

Notas de juego

Fin del capítulo 8 (interludio). Procedo ahora a actualizarlo en el resumen de los capítulos. En breves comenzamos el siguiente.