Partida Rol por web

Ad intra mare (Mar adentro)

PARTE II. Una nueva ruta en el camino

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08/12/2018, 16:47
Director

Mientras subíais la cuesta del castillo, vísteis caer unos copos de nieves. Comenzaba a nevar. De hecho, ya había una ligera capa de nieve de varios centímetros de espesos, y los escalones de la cuesta del castillo de Burriac parecía una gran alfombra. El pueblo, allá abajo a vuestra espalda, también comenzaba a poblarse de nieve, igual que sus campos aledaños.

Al cruzar el arco de entrada del castillo una pareja de abrigados soldados os saludaron con la cabeza. Entonces se abrió un portón de madera de la torre de la derecha, donde permanecía el cuerpo de guardia de la puerta de entrada al castillo. De ella salió un tercer soldado, cubierto con una manta.

Os preguntó entonces que quiénes érais, tras lo cual le explicásteis que érais los invitados de don Alejandro, aquellos que llegaron por la mañana y los que habían ido a buscar un remedio para doña Bárbara.

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08/12/2018, 16:49
Soldados del castillo de Burriac

Ah sí... -dijo, y parecía que aquel soldado de la manta era el que esa noche era el jefe de la guardia-. Les estábamos esperando. La salud de doña Bárbara ha empeorado. Don Alejandro está impacientes por recibirles -entonces el soldado hizo una señla a uno de sus compañeros, y éste se aproximó al instante-. Acompaña a éstos hombres ante la presencia de don Alejandro, ¡y tú! -gritó llamando al otro soldado-, lleva sus monturas a las cuadras. Daos prisa.

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08/12/2018, 16:50
Director

Entonces os saludó una última vez, y, cogiendo fueremente su manta, regresó a su puesto de guardia, metiéndose en la torre a través de la pequeña puerta. Mientras ya cruzábais el rastrillo del portón de entrada principal, comenzó a desencadenarse oficilamente una gran tormenta, sacudiéndolo todo y cubriendo el cielo de ahora grandes copos de nieve. Vuestras monturas fueron llevadas enseguidas a las cuadras del patio de armas.

Después de seguir al soldado por algunos pasillos y cruzar algunas puertas, éste os dejó en la sala de audiencias. Era una sala muy iluminada por gruesos candelabros y antorchas,y con varias entradas y arcos por doquiera. Realmente era una sala muy bella y caliente. Allí enfrente, al fondo de la habitación, había dos tronos. En uno estaba don Alejandro, y el otro estaba vacío (el que tiempo atrás ocupó su mujer). En la sala, entre el noble y vosotros, se congregaban los médicos que habíais visto por la mañana, una ristra de consejeros que charlaban entre sí muy bajito (como cuchicheando) y una pequeña parte de la guardia personal de Don Alejandro, repartida a un lado y a otro de la sala, pegados a la pared.

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08/12/2018, 16:54
Don Alejandro de Burriac

Don Alejandro se incorporó hacia delante, pero sin levantarse.

Acercáos -dijo entonces el noble de Burriac-. Y bien, ¿traéis las plantas? -se hizo un pequeño silencio, y todo el mundo se giró y se quedó mirándoos a los cinco-.

Notas de juego

Continuamos.

Recordad que debéis hacer la subida en vuestras fichas (ya os dí el visto bueno a vuestras subidas de experiencia).

Próxima actualización:  A MODO EXCEPCIONAL Miercoles 12  (ya sabéis que actualizo los martes y los viernes).

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09/12/2018, 23:49
Dalmau Font de Tossa

La nieve comenzó a caer de forma repentina sobre Burriac.
Le extrañó ese repentino cambio de clima, pero lo importante ahora era entregar las raíces.
Les recibieron los guardias del castillo y tras hacer las explicaciones pertinentes, fueron llevados a la sala de audiencias, donde ya aguardaba tanto Don Alejandro como un séquito de médicos y cortesanos.
El hombre parecía realmente preocupado y fue directo al grano.
En efecto, aquí las traemos. dijo, sacando la que llevaba él y esperando que el que llevara la otra hiciera lo propio.
Lamentamos no haber podido acudir antes, pero esperemos que lleguemos a tiempo... se disculpó. Por ahora no veía necesario contar todas sus peripecias, pues supuso que Don Alejandro querría usarlas cuanto antes.

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10/12/2018, 13:21
Eguzki el Calvo

.

   A la llegada al pie del castillo el tiempo nos recordo que era invierno con una bonita nevada... bonita mis narices, bajo techo y un buen fuego quizás, pienso mientras me abrigo como puedo con mis ropajes y echo un trago de vino a la bota para entrar en calor.

    A la entrada del castillo, los hombres del señor de lugar nos franquean el paso tras un breve intercambio de palabras, con uno de ellos como guía. Nos introducimos en el lugar y mientras los copos de nieve pronto se transformaban en una ventisca que pinta tenía de ser de las que hacen época.

    En la sala de impartir justicia y que hace de sala de audiencias no esperaba Don Alejandro, sorprendido me hallo de verlo vestido y en el asiento del trono, conociendo a los nobles y mandamases, esperaba que estuviera ya en sus aposentos y que habríamos de esperar a que le dieran aviso. Me quedo un poco rezagado en segunda fila, procurando no llamar la atención y esperando que alguno de los caballeros hablara en nombre de todos. Por fín tras un breve silencio, Don Dalmau toma la palabra.

.

- Tiradas (3)

Notas de juego

   Si ello es posible, me gustaría conservar un trozo de raiz, no hace falta entera con un trozo me vale, para poder con calma ver si tiene algún efecto medicinal. El resto de los dos montones, para Don Alejandro si así lo desea.

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10/12/2018, 20:55
Damiá, el Gavinet

El marinero observaba a un lado y a otro, tratando de encontrar a la sirvienta con la que había hablado antes de marchar en pos de la misión. ¿Habría descubierto algo nuevo?

Espero pacientemente a que Don Alejandro respondiera, Dalmau había contestado a la pregunta y había expuesto todo lo que el noble debía de saber. Era mejor no atormentar a las altas mentes pensantes con cuentos de gnomos y brujas.

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11/12/2018, 00:51
Caitán "el Largo"

La nieve mostró ante nosotros una suave alfombra blanca y húmeda. El paisaje se veía bello, pareciera como si de pronto hubiésemos estado meses en la cueva y fuera otra estación. A pesar de lo bonito de la nieve, pronto noté como el frío me calaba los huevos. Necesitaba entrar en el castillo, bajo techo, al calor de la lumbre. Entre el pozo de la cueva y la nieve, ya había tenído bastante. No me paré mucho a pensar donde estaría nuestra amiga Carme...se habrá mudado debido al frío invierno...pensé de buena fé.

Al llegar nos recibieron los hombres de Don Alejandro y finalmente en el interior del gran castillo le vimos a él. Su noble esposa había empeorado. Al escucharle me supo mal pero lo cierto es que nos dimos toda la prisa posible. No sabía cuantas horas o días habíamos estado en la cueva, pero no me parecio mucho tiempo.

- Si, Don Alejandro, aquí tiene usted las ansiadas raíces- me acerco a él y le doy una de las raíces del zurrón- Esperemos que sean de ayuda. No ha sido una tarea fácil encontrarlas. Sin darle más explicaciones me retiro y vuelvo con mis compañeros.

No creía conveniente mencionar en aquel lugar nada de seres peludos, ni piedras luminosas, ni siquiera mentar a la anciana Carme.

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11/12/2018, 22:25
Sebastián de la Torre Quebrada

Di gracias a los cielos por salir de aquella gruta con las raíces y recé porque los demonios que allí enfrentamos permanecieran en aquel lugar por siempre, lejos de las gentes de fe.

Regresamos al castillo de Burriac todo lo rápido que la nieve que comenzaba a caer con algo de fuerza y, una vez allí, nos condujeron hacia una sala de audiencias donde don Alejandro aguardaba en presencia de otras personalidades. Me mantuve recto, al menos todo lo recto que el recuerdo de la herida del pecho me permitía, mientras mis compañeros hacían entrega de las raíces. Parecía que el estado de su señora esposa había empeorado y eso realmente me apenaba y sólo me distraje cuando nos sentimos el centro mismo de la atención de toda aquella sala. Aunque incómodo, permanecí firme esperando las palabras del señor del castillo.

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11/12/2018, 23:42
Don Alejandro de Burriac

Mientras Dalmau ofrecía su parte de las raíces encontradas, el curandero vasco tomó un pedazo de raíz mientras Caitán, que llevaba el resto más voluminoso, sacó las que faltaban de su zurrón. Todos en la sala estaban muy expectantes ante aquel presente, y mientras Damiá intentaba vislumbrar a la sirvienta con la que había hablado aquella mañana (de manera infructuosa, pues no era lugar ni momento en donde estar), Sebastián de la Torre permanecía firme pese a la fea herida que tenía por dentro de la armadura. Caitán y Damiá aún tenían húmedas las prendas.

¡Ah! -exclamó sorprendido y a la vez eufórico don Alejandro-. ¡Bien! ¡MÉDICOS! ¡Tomadlas y haced que mi esposa alivie su dolor!

Entonces algunos de los doctores allí congregados se acercaron a Caitán y Dalmau, y tomaron con sus propias manos las raíces, observándolas un poco mientras asentían (pues debían ser aquellas mismas que os pidieron). Luego desaparecieron por una de las puertas del gran comedor.

Os doy las gracias, señores, y uno es hombre de palabra -señaló el noble-, que aquí tendréis casa y cobijo, y dineros que gastar cuando abandonéis estos muros, por vuestro buen hacer -aquello sonaba muy bien, ciertamente-. Mas debo decir algo más... Esas raíces, son sólo para mitigar el dolor de mi esposa. Por eso... os quiero pedir algo más, aquí, delante de toda mi servidumbre -entonces se hizo un silencio en la sala. En esos momentos un gran trueno procedente de la ahora ventisca exterior interrumpió la calma en aquel espacio de congregación-. Quiero que viajéis en mi nombre para buscar otro presente: un brebaje. Mis médicos ansían ciertas medicinas para intentar salvar a Bárbara... Por supuesto, no os puedo obligar, más no hay nadie a quien pueda dar tal encargo en estos momentos.

Notas de juego

Dado que todos habéis posteado con un día de antelación, adelanto el turno y volvemos al ritmo de siempre (martes-viernes).

Eguzki, apúntate una rama de raíz en tu inventario.

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11/12/2018, 23:44
Médico del castillo

Entonces, uno de los médicos que allí habían quedado interrumpió a don Alejandro con un carraspeo. Le miró, hizo una reverencia inclinando la cabeza hacia su persona. Luego os habló.

Con su permiso -dijo al noble. Lue a vosotros-. Don Alejandro se refiera a un líquido muy extraño, y díficil de encontrar. Se trata de un fluido parduzco que, mezclado con las hierbas adecuadas, incluyendo las raíces que habéis traído, pueden producir efectos milagrosos. En el castillo creemos que puede ser la único solución para doña Bárbara -se hizo un silencio al hablarse con tanta franqueza del estado de salud de la esposa-. Pero hay que tener cuidado con él, pues hay quien lo aprecia más que el oro. Si complacéis a nuestro buen señor, que habréis de saber que sólo yo sé dónde se puede puede encontrar tal brebaje, que ni siquiera mis compañeros saben dónde hallarlo. Tendríais que dirigiros hacia...

En esos momentos el rostro del médico palideció, y sus ojos se abrieron incrédulos y aterrados. Apuntó con el dedo hacia delante, extasiado.

-¡¡ D I O S    S A N T O  !! ¡¡EL ANTICRISTO!!

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11/12/2018, 23:45
Ser aparecido

Entonces, algunos de los soldados que estaban a un lado y a otro de la sala, parte de la guardia personal de don Alejandro, desenvainó las espadas antes lo que todos vísteis. Delante de vuestras narices y de todo el personal allí dispuesto apareció un ser en medio de la sala, infestando todo con un penetrante olor a azufre. El ser permanecía quieto y en silencio, habiendo aparecido en el aire. Tenía la forma de un macho cabrío con tres cuernos en la cabeza. Mantenía erguidas sus orejas de zorra, y tenía el cabello crespo y ojos redondondos y muy abiertos que parecían no parpadear en ningún momento. Además, tenía barba y cola de cabra.

 

Don Alejandro se quedó completamente helado. En ese corto espacio de tiepo la guardia completa se puso alerta y dió la voz de alarma en el castillo. Entonces comenzaron a entrar más y más oldados armados junto con un gran griterío. Los cortesanos gritaban de terror y comenzaron a correr despavoridos de un lado a otro, como pollos sin cabeza...

El ser señaló a don Alejandro, hablándole con una voz ronca surgida de ultratumba.

Josué ben Jonás, ¿qué intentas? Te olvidas del pacto de tus antepasados. Zenobia es mía, y Salomé ya está muerta. Si intentas algo contra mí o contra nuestro palacio date por muerto, pues me encargaré de que tres plagas ´mas asolen tus tierras, tu pueblo y tu gente. ¿¡Me has entendido!? ¡¡JA JA JA JA JA JA!! -entonces el ser rompió a carcajadas delante del noble de Burriac-.

 

Notas de juego

Con vuestra próxima intervención, haced todos unat irada de 2d10. Será lo que ganéis en IRR y perdáis en RAC.

Próxima actualización: viernes 14.

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12/12/2018, 09:38
Sebastián de la Torre Quebrada

Me giré todo lo rápido que pude, con la mano viajando instintivamente hacia la empuñadura de la espada, en la dirección que el médico de palacio señalaba. La grotesca criatura que allí había por Dios y la Virgen que debía ser el mismísimo Belzebú, o al menos uno de sus demoniacos agentes en la tierra, pero ¿qué hacía allí? Me hice la señal de la cruz para tratar de espantar el mal mientras la sala se llenaba de más y más soldados.

Las palabras de aquel ser iban dirigidas directamente a la persona de don Alejandro, terroríficas, amenazadoras; su voz helaba la sangre de quien escuchara.

¿Zenobia? ¿Salomé? ¿De qué hablaba? Con la mano temblorosa desenvainé la espada y la puse apuntando hacia delante, hacia aquel engendro. Oh, Cristo; danos fuerza, recé mientras daba un par de pasos laterales que me interpusieron en el camino entre el demonio y el noble.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Ficha actualizada con el cambio de IRR/RAC.

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13/12/2018, 11:39
Dalmau Font de Tossa

Parecía que aquellas raíces no eran suficientes para curar a la esposa de Don Alejandro.
Ahora les pedía que fueran en busca de un brebaje. Eso retrasaría más su viaje a tierras castellanas, pero no podía negarse estando en juego la vida de una buena cristiana.

Pero no tuvo tiempo a responder, pues uno de los médicos de Don Alejandro les fue a ampliar la información acerca del brebaje. Dalmau escuchó con atención, pero todo dejó de tener sentido cuando allí, delante de sus mismas narices, apareció un demonio.
Y por su aspecto, era una manifestación de los mismos infiernos.
Los ojos del caballero catalán se abrieron como platos, e instintivamente reculó un paso... pero entonces en su interior ardieron nuevas energías.
La fuerza de la fe se impondría a esa aberración.
¡Proteged a Don Alejandro y a sus médicos! gritó a los guardias que corrían de un lado para otro, mientras desenvainaba su montante.

Se puso delante de los guardias que cubrían al Señor de estas tierras, formando una doble línea de defensa, asintiendo a Don Sebastián para que se preparara para atacar.
¡Aberración! ¡Ser de los infiernos! ¡Atrás o sufrirás la ira del Señor! gritó, apretando el mango del montante con sus manos.

- Tiradas (1)

Notas de juego

No se muy bien como va eso del IRR / RAC, si puedes hacer tú los cambios o me cuentas qué debo cambiar. Saludos!

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13/12/2018, 21:25
Damiá, el Gavinet

¿Pero qué….? El capitán había navegado mucho, incluso por zonas llenas de leyendas de sirenas y serpientes marinas, pero nunca había visto algo como eso. Era el mismísimo belcebú viniendo a recoger el alma de un condenado. Damiá, a que era católico lo justo para no ir al infierno, empezó a rezar mentalmente todos los Pater Noster y Ave María que conocía

- Tiradas (1)

Notas de juego

+ 13 a IRR y -13 a RAC, Menudo golpe. La ficha ya está cambiada.
 

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14/12/2018, 00:43
Caitán "el Largo"

Pues el señorito del castillo, Don Alejandro ya nos quería enganchar para un nuevo encargo. Cosa que no me hizo mucha gracia...ya podía pagar bien para que el pardo aceptará. Aún así me dispuse a escuchar al médico que se acercó a nosotros de forma misteriosa, para contarnos algo que parecía que no podían escuchar los demás. Pero poco nos contó..pues antes nosotros se apareció una criatura que a su lado los seres peludos de la cueva eran hormiguitas inofensivas. Aquel ser era una especie de demonio cruzado con cabra y además desprendía un fuerte olor. Al ver semejante cosa dí un respingo hacía atrás.

El demonio cabrío se dirigía a Don Alejandro, y por sus palabras y voz ronca parecía bastante enfadado. Su tono era amenazante...algún chanchullo tiene Don Alejandro...en que estará metido...y me da que por su culpa vamos a salir malparados...

Sin saber las intenciones de ser que teniamos antes nosotros, saqué y agarré fuerte la lanza, pero sin amenazarle aún. Por un momento llegué a pensar que aquel monstruo se iría una ver que acabará de amenazar al señor de Burriac. Me mantuve espectante a los movimiento de la criatura.

- Tiradas (1)

Notas de juego

No se muy bien como hacer los cambios en IRR/RAC
 

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14/12/2018, 01:55
Eguzki el Calvo

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   Los ojos se me abren como platos, durante un par de segundos que me parecen eternos me quedo paralizado, miro a Don Alejandro, miro al Demonio y por fin reacciono:

   - IIIIEeeeaaaaaaaaa socorrooooooo - grito mientras doy un par de pasos hacia atrás tropezando con algo y cayendo al suelo de espaldas y arrastrándome sobre mis manos y mis pies unos pasos hacia atrás.

   Y en verdad que eso fue buena cosa, pues ahí, tapado por todos los demás, semioculto por la altura de los guardias y mis compañeros y con la poca o mucha decoración que había en la sala, puedo escabullirme sin saber muy bien como y ocultarme entre unos tapices o columnas de la pared fuera de la vista de todos, que bastante tenían con lo que tenían y no para prestarme atención a mi, un pobre y asustado curandero.

   Ahí, bien oculto, agarro con fuerza el pomo de mi bracamante mientras trato de de controlar mi temblor y murmuro para mi mismo, buscando tranquilizarme, una vez más o menos tranquilo, me atrevo a asomar la cabeza de mi escondrijo y echar un vistazo a ver que pasa.

.

- Tiradas (6)

Notas de juego

Actualizado el binomio Irracionalidad / Racionalidad.

Sin ninguna duda, es el anticristo o algo muy similar (al menos para el pobre Eguzki), que sorprendentemente se ha esfumado debajo... de algún sitio o detrás de alguna columna, no se sabe como (ni él lo sabe, je)

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14/12/2018, 10:18
Director

Sebastián sacó enseguida su espada, estupefacto por lo que estaba oyendo (aquellos nombres extraños salidos de la boca del terrible demonio). Dalmau, de igual manera, sacó su montante mientras instaba a los soldados a que protegiera a su señor don Alejandro. Ambos estaban preparados para atacar. No así tan fervientemente fue la actuación de Caitán y de Gavinet, que mientras uno quedaba expectante, esperando que pasara aquel trago, el otro rezaba a Dios como cuando las mareas lo cogían de imprevisto en alta mar... Por suparte, el curandero Eguzki se lanzó como águila contra liebre detrás de un gran tapiz con las barras y las enseñas del principat que colgaban de uno de los muros; eso sí, tomó el bracamante en su mano por lo que pudiera pasar.

Notas de juego

Pifiaza en Teología, Eguzki.

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14/12/2018, 10:19
Director

Antes de esconderte miraste el rostro de don Alejandro, y la reacción ante los nombres y las acusaciones de aquel demonio fueron de total sorpresa; es decir, el noble no tenía ni idea de qué diantres le estaba hablando ese ser caprino.

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14/12/2018, 10:19
Don Alejandro de Burriac

¡¡A mí la guardia!! -gritó en esos momentos don Alejandro con una expresión total de terror en su rostro, después de que el demonio presente se dirigiera a él-. Entonces el ser desapareció, esfumándose en el aire con un increíble truco mágico que provocó una pequeña humareda en el aire. Fue un visto y no visto.