Partida Rol por web

Fue un gran alivio para Sebastián poder recuperar a Tormenta, el camino sería más sencillo y raudo con ella.

Cuando se detuvieron a descansar aguardó a que Eguzki y Damià estuviesen a lo suyo y que Dalmau andase un poco apartado. Entonces Sebastián acudió para sentarse a su lado, susurrando para que los que dormitaban no despertasen dijo:

-Un día complicado et extraño ha sido el de hoy. Seguro que muchas preguntas rondan tu cabeza, lo mismo ocurre en la mía. Et visto lo visto creo que es importante compartir contigo lo que  me ocurrió la noche en que os aparecieron las marcas en el cuerpo- recordaba los gritos del caballero de Montesa y las extrañas ¿letras? que se habían grabado en su piel - Yo no lograba conciliar el sueño et escuché un ruido, alerta me mantuve por si peligro fuere, pero no pude asir mi espada pues me hallé paralizado por una fuerza desconocida para mi. Entonces toda la estancia se llenó de una luz blanca, et esferas blancas, amarillas et rosadas  se movían danzarinas por el aire. Un coro angelical se escuchaba, entonces vi una forma, alguien que me habló et entregó este anillo- mostró el anillo a Dalmau -Me dijo que debíamos ir a Sant pere de Clarà, allí encontraríamos muchas verdades. Que debíamos tener fe et mucho cuidado- Miró a su compañero por si acaso estuviese abrumado por sus palabras, por todo esto que le revelaba.

-En Sant Pere de Clarà hallamos el bastón. Ojalá hubiese fablado con aquel monje antes de que pereciese, tal vez él pudiese explicar qué son sus símbolos et en qué puede servirnos.- bajó un poco la mirada al recordar el funesto final para todos los monjes que allí moraban -El anillo brilló cuando estábamos pasando a la altura del monasterio. Por esta razón et las palabras del que, yo entiendo era un ángel, os insté a todos a pasar por allí. También me mandó señales allí en la plaza, por esa razón acudí a liberar a Camila, de otro modo no hubiese actuado así. Pero en verdad te digo que estoy seguro de que no es demonio, si no ángel, quien me entregó la sortija-

Recuerdo esa noche.- Aún podía notar el olor a azufre, el tremendo calor y las marcas grabadas a fuego que aún tenía en el pecho.- El caballero rojo y sus palabras resuenan en mi cabeza, las viví como si fueran reales. Más parece que nuestras visiones fueron completamente diferentes a las mías.

Medité unos segundos más ante lo que el caballero acababa de compartir conmigo.-Tened pues cuidado Sebastián, los anillos que hablan y son capaces de quemar vivos a varios soldados son peligrosos incluso aunque estén en las manos de un piadoso caballero de Santiago. Así que es mejor que nuestros compañeros de viaje desconozcan lo que acabas de contarme.

Al mencionar las marcas en el pecho, el caballero Dalmau la sintió en ellas, y no se atrevió a mirárselas de nuevo. Efectivamente, la llegada del Anillo había sido en la misma noche que la Aparición de las marcas, "AG". Aún no sabíais mucho, mejor dicho, nada, del anillo, y tampoco de lo que podían significar tales marcas, pues otros destinos y aventuras habíais tenido antes de prestarles demasiada atención.