Partida Rol por web

Ad intra mare (Mar adentro)

PARTE III. Nuevas gentes y lugares

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25/12/2018, 19:21
Director

Tras salir por el arco-portón del castillo, veíais la nieve haciendo de blanco mantel de las tierras de Burriac. El escenario era frío aunque muy bello. Los soldados, una vez que lo atravesásteis, cerraron el rastrillo y el portón abrigados con sus correspondientes mantas gruesas. Bajásteis la rampa de la fortaleza con cuidado, uno de los caballeros en la vanguardia y otro en la retaguardia, y en medio el carro con Caitán y Eguzki sobre él (éste último manejando las dos mulas desde el pescante). Junto al transporte, Damiá con su pollino acompañaba la marcha.

En pocos minutos llegásteis al pueblo de Burriac, que se ubicaba allá abajo, y tras cruzarlos girásteis por el camino del este en dirección hacia St. Pere de Clarà. No había ni una sola alma por las calles del pueblo ni por el camino. Dejando ya atrás Burriac, el primer trecho de camino estaba custodiado por pequeñísimas patrullas de soldados que se abrigaban alrededor de improvisadas hogueras. Ninguna de estas huestes os hicieron caso (sólo se limitaron a miraros en comitiva, y tal vez por las enseñas de los dos caballeros militares).

Una hora y algo más después (casi dos), decidísteis hacer una pequeña pausa en el camino. Y eso que la comitiva no iba especialmente deprisa; las cinco bestias que os acompañaban no estaban cansadas, pero las pequeñas brisas de aquellas tierras se convertían en ráfagas afiladas y heladas, y eso os retrasaba bastante. Os detuvísteis en un pequeño claro junto al camino, y enseguida vísteis que había una silueta cocinando algo en una improvisada hoguera sobre el claro. El manto blanco de la nieve lo cubría todo. Aquel era un tipo vestido con armadura en ciertas partes. Su caballo estaba atado a un árbol nevado, y el hálito de la bestia sobresalía visible y frío a medida que respiraba.

Enseguida el tipo se giró, os miró, dejó de asar ciertas carnes sobre las piedras que había en la hoguera y os asintió en la cabeza (saludo típico de educación entre viajeros, o eso pensásteis). A su lado, enganchada al talabarte, pendía la vaina y dentro su espada, de la que sólo veíais su empuñadura metálica. Luego siguió asando sus carnes.

 

Notas de juego

Pues comenzamos nuevo capítulo.

Dathariar (Sebastián) es el único que a lo mejor no postea según el ritmo normal en esta época (como anunció). Os recuerdo un poco en situación: vais a St. Cristofol de Monteugues, a la taberna que hay allí (donde os dijeron que estaba el líquido para doña Bárbara). Se menciona St. Pere de Clará ya que, como podéis ver en el mapa, es el primer pueblo que hay de camino. Burriac ya ha quedado atrás.

El carro y vuestras pertenencias comunes:

-Ollas, cazuelas y diverso material para cocinar.
-Una manta por cabeza, oséase, cinco.
-Alimentos, varios sacos, uno de 5 Kg de arroz, otro de 3Kg de lentejas, otro de 2 Kg. de alubias, 1 jamón y dos ristras de morcillas.
-Cuatro lámparas, de aceite.
-30 metros de cuerdas dispuestos en tres fardos de 10m.
-Un juego de 5 antorchas.
-Un pico y una pala.
-Un mapa detallado de la ruta a seguir (al final de la escena II).

Próxima actualización: Viernes 28

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25/12/2018, 19:24
Director

Por supuesto, que vosotros dos, curtidos en bastantes batallas, sabíais que aquel no era un soldado cualquiera. Para empezar, era raro que un soldado de Burriac o de tierras aledañas descansara en solitario. Tal vez fuera algún tipo de emisario, o incluso, de caballero igual que vosotros dos (aunque no se le veían enseñas de ordenes en sus pertenencias).

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25/12/2018, 19:28
Director

Notas de juego

Nota: te recuerdo que llevas aquel libro de la cueva contigo. Para tratar de leerlo/estudiarlo/leerlo, deberás narrarlo. Si lo lees durante determinado tiempo (aaah... sólo un servidor sabe cuánto), tal vez aprendas algo de él) :) También te recuerdo que estaba como dividido en dos partes: una escrita en hebreo y latín (de contenido incierto), y otra más actual, como añadida a ésta primera, en castellano (y era una pequeña enciclopedia herborística)

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25/12/2018, 19:33
Director

Notas de juego

Nota: te recuerdo una cosa: apúntante un anillo de oro (y dime, en privado, dónde lo llevas, si guardado entre tus pertentencias o si lo llevas puesto, y en ese caso, dónde).

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26/12/2018, 11:12
Eguzki el Calvo

Notas de juego

   Pues en los descansos, ya que conduzco el carro, procuraré narrarlo, anoche, supondremos que con las emociones me olvidé totalmente del libro. Y cuando paremos tras anochecer, a la luz de la lámpara de aceite. Leer, primero la parte de la herboristería, por dos razones, para aprender de plantas curativas y porque está en castellano. De la primera parte, sólo me puede servir para aprender a leer en latín o hebreo y poco más, pues no voy a entender nada de lo que pone.

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26/12/2018, 11:18
Eguzki el Calvo

.

   Tras el desayuno y rellenar el mío zurrón de viandas, tras darme cuenta de que hablaba sólo, pues no me percaté que el médico se había ido y la soldadesca no me hacía caso, gruñí para mis adentros seguro que es porque soy calvo. Luego, mientras nos preparabamos para salír y en un rincón tranquilo fuera de ojos curiosos, eché un vistazo rápido a los apartados de herboristería para luego con calma poder mirarlos, dejando entre las páginas alguna flor o hierba de guía.

   Y me dispuse a partir con los demás.

   Eso sí, antes hago lo posible por agenciarme algo de ropa de abrigo, por muy basta o remendada que sea. Si no hallase, arramblo con una de las mantas donde hemos pasado la noche*.

 


 

   Me reuno con los demás en el patio, echado sobre los hombros a modo de capa o ponche las pieles o mantas que haya podido encontrar, si no he podido disponer de ropa de abrigo.

   - Estt.tttoy listo, mis señores, dios mío que frío. - Me tapo en lo posible y me aproximo al carro, que estaba preparado y veo que el mozo de cuadras se acerca con los caballos de los caballeros. Tras despedirnos, subo al carro y echo un rápido vistazo. De lo que hay, meto en mi zurrón uno de los tres rollos de cuerda y una antorcha para tenerlos a mano y subo al pescante. Madre mía que estas tozudas bestias no sean rebeldes o nos despeñamos en la primera curva, pienso para mí.

   Cuando estamos a punto de partir, Dalmaou se agacha y recoge algo del suelo, que resultó ser algo escrito, pues ni bien lo tuvo empezó a leer y nada bueno barruntaba. - Seguro que se refiere al anticristo, murmuro.

   Después de tener conocimiento de lo escrito en la nota, que hizo que mi natural nerviosismo se acentuara, nos pusimos en camino. Manejando el carro con cuidado, bajamos la escarpada ladera y atravesamos el pueblo y partimos hacia la aventura, nunca mejor dicho, pienso. A nadie vimos, salvo alguna patrulla dispersa abrigada al calor de las hogueras. Despacio íbamos, ya que despacio conducía para que fuera fácil por mi escasa habilidad al pescante en el manejo de los carros, el tiempo tampoco animaba a ir más rápido.

   Una o dos horas después se decide una pausa, en la cual podré leer algo de herboristería en el libro y ampliar mis conocimientos, hay un pequeño claro en el camino y ahí encaminamos carro y bestias. Y ahí encontramos que el claro está ocupado por otro viajero, algún noble supongo, ya que porta espada.

   - Kaixo jaunak, estooo, saludos a vuecencia, - y hago una leve y cortés inclinación de cabeza. Y me quedo callado en segundo plano y dejo que hablen los que están más versados para ello.  

.

Notas de juego

   *Aparte de que en el carro se lleve mantas o no.
    Ah, la habilidad de conducir carros, en todas las fichas que ví en aquelarre, creo que sólo una sabía XD (hablo de jugadores)
   Kaixo jaunak = Hola señor.
   Procuraré leer algo del libro de herboristería en el descanso, si ello es posible.

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27/12/2018, 14:55
Dalmau Font de Tossa

Rápidamente les habían preparado un carruaje para emprender su camino a St. Cristófol de Monteugues.
La distancia debería entretenerlos un día como mucho, dos si se contaba con la vuelta, pero en el carro parecía haber provisiones para bastante más tiempo.
Habían sido precavidos o... había algo que no les habían contado.

Sólo salir, Dalmau encontró aquella nota en el suelo.
Sus trazos seguros delataban que su autor o autora era alguien culto... y no podía dejar de pensar en la posibilidad de que se tratara de la bruja de la que habían oído hablar.
Sea como fuera, solo podían seguir su camino.

El frío era considerable, y Dalmau, originario de la Villa de Tossa, a unos tres días de camino de Burriac, encontró algo extraña tal cantidad de nieve.
Sea como fuera, en medio del camino hallaron a un hombre que Dalmau identificó como a un caballero, aunque la ausencia visible de sus insignias podían indicar que no lo era.
Sea como sea, Eguzki se acercó primero para saludar.
Dalmau fue después tras echar un vistazo a los alrededores.
Buenas tardes, buen hombre. Mi nombre es Dalmau Font de Tossa, caballero de la Orden de Montesa.
¿Puedo preguntaros qué os trae por estos inhóspitos caminos?
preguntó el caballero esperando alguna respuesta.

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27/12/2018, 18:10
Damiá, el Gavinet

El capitán se envolvió lo máximo que pudo en su capa, en la mar nunca hacia tanto frio como en las montañas. Mientras maldecía su mala estampa por haberse visto metido en un trabajo tan oscuro. Hasta el hecho de parar para descansar le molestaba, implicaba bajarse de la mula.

Al ver al desconocido, Damiá mucho más desconfiado que sus compañeros, se colocó detrás de ellos mientras apoyaba su mano sobre la empuñadura de una de sus armas.

 

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28/12/2018, 13:06
Caitán "el Largo"

Me acerqué a ver las pertenencias que nos habían dejado. Al menos esta vez iríamos sentados, que con el frío polar que hacía se agradecía no ir con los pies en la nieve. Dalmau se encontró una misteriosa nota que resultó ser de una tal Camila...nombre que me resultaba familiar. Y por supuesto que me era familiar...Camila era el nombre que mentaba la señora Bárbara en sus primeros delirios...Pues ahora parece que ha cambiado sus delirios y menciona a un tal Leonardo, según me dijo la criada en el desayuno. Dije a mis compañeros a modo informativo y dando por hecho que recordaban a la Camila.

Una vez en el camino divisé el paisaje blanco y helado por la nieve, apenas había ser viviente por los caminos. El frío hacía mella, por lo que decidimos hacer un descanso. En aquel claro nos encontramos un tipo que amablemente nos saludó. Asaba carnes en una hoguera...quise acercarme a calentar las manos al calor de la lumbre, pero no sabía si aquello le molestaría, asi que me limité a devolverle el saludo- Buenos días señor, yo soy el pardo- dije siguiendo el saludo de Dalmau- ¿qué le trae por aquí? Nosotros estamos de paso, reposamos un momento y seguimos.

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06/01/2019, 15:49
Sebastián de la Torre Quebrada
Sólo para el director

Notas de juego

Perdón por lo del anillo, pensé que sí que te lo había comunicado ya antes. Lo llevo guardado por ahora entre el resto de mis pertenencias.

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06/01/2019, 15:50
Sebastián de la Torre Quebrada

Tras abandonar Burriac, viajaba absorto en mis propios pensamientos aunque sin dejar de lado la atención a los alrededores, si bien pocos se atreverían a asaltar una caravana con la nieve tan alta.

Aquel hombre con el que nos encontramos no parecía un soldado como cualquier otro por lo que pensé que bien podría resultar ser un caballero o algún tipo de mercenario; llevaba espada y no habría que precipitarse. Incluso bien podría tratarse de alguna emboscada preparada con astucia bajo la apariencia de una plácida comida en mitad del camino.

- Sebastián, de la Orden de Santiago. Prometemos no molestarle en su descanso, señor.

No dejé de mirar los alrededores preparándome para cualquier posible amenaza.

- Tiradas (1)
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11/01/2019, 22:29
Osvaldo

El tipo se giró al oir la primera voz que se dedicó hacia él, y no fue sino la de Eguzki el Vasco. Quedó tras el carruaje el Pardo, subido al asno y preparado par a casi lo peor (ya que casi no soltó su arma). Aunque Caitán quiso acercarse y calentarse, no lo hizo por temor a molestar, y tan sólo se limitó a ser educado. Por su parte, los dos caballeros, Santiago y Dalmau, se presentaron como caballeros militares. Ésto fue lo que atrajo la atención de aquel tipo, ya que soltó el palo de azuzar las brasas, se levantó del todo y se giró, andando hacia vosotros un poco.

Buen día caballeros -dijo en general, cuando estaba a pocos pasos ya-. Entonces pudísteis verlo mejor, y vislumbrar con más precisión sus vestimentas. Llevaba puesta una cota de malla bastante descuidada, y un yelmo negro atado también al cinto. Su capa blanca ondeaba al viento helado de la zona, mostrando de cuando en cuando el mango de la espada de su cinto. En el pecho de su armadura lucía una cruz roja cristiana, oculta en parte por otras prendas, como el sobreveste. Mi nombre es Osvaldo, caballero templario, y de Castilla -añadió presentándose-. ¡Vos! -dijo a Caitán ahora, viéndole que el frío le congelaba las muñecas-, si quieres puedes calentarte en la hoguera, y todos vos, que no es molestia.

Ante la pregunta de Dalmau éste parecía ser franco.

Regreso de un encuentro con unos señores que me pidieron acabar con un grupo de bandidos que atemorizaban un pueblecito a unos días de aquí -narraba-. Cuando acabamos con ellos nos recompensaron con algunas parcelas de terreno cultivable. Ahora voy de camino a mi casa, en Maratá. ¿Puedo preguntarles qué les trae a todos vos yendo en comitiva? La nieve pesada no anda muy  lejos como para aventurarse así como así...

Notas de juego

Continuamos el viaje.

Próximimo turno: martes 15

Sebastián: no logras divisar nada interesante.

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13/01/2019, 23:43
Dalmau Font de Tossa

El caballero resultó llamarse Osvaldo y venir de Castilla, en una misión para acabar con unos bandidos.
Les ofreció cobijarse del frío en su hoguera, a lo cual Dalmau asintió agradecido.
Gracias... pues nosotros estamos de paso. Vamos a un pequeño pueblo a un día de viaje de aquí llamado St. Cristófol de Monteugues, en misión para el Señor de Burriac.
Si os viene de camino, podríais compartir viaje con nosotros.
ofreció el caballero con un tono amable.

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14/01/2019, 10:04
Sebastián de la Torre Quebrada

Escuchar la presentación del caballero me hizo relajarme y me acerqué junto al resto de mis compañeros.

- Gracias - dije - un poco de calor nos dará fuerzas para continuar nuestro viaje.

Ya más de cerca me fijé en los detalles de su apariencia física, reparando más detenidamente en la cruz templaria de su pecho.

- Bueno es saber que el pueblo se encuentre libre de las pillerías de esos bandidos. Por curiosidad ¿qué pueblo fue?

- Tiradas (1)
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14/01/2019, 15:02
Eguzki el Calvo

.

   - ¿Ban...bandd..idooss? ¿dodddnnde? - Me retuerzo nervioso mirando a un lado y a otro esperando ver harapientos bandidos acechando...

   Cuando me tranquilizo un poco, bajo con precaución del pescante y examino el claro con la vista, en cuanto veo un rincón al abrigo del viento donde pueden descansar nuestras sufridas mulas, me encaramo al carro y agarro la pala.

   - Descansen sus señorías, voy a acomodar a estas nobles bestias y montar el campamento. -

   Con ayuda de la pala, despejo la nieve de suelo, o al menos, lo más grueso de forma que los animales puedan acceder al forraje y no tengan los cascos hundidos en la nieve. Luego vuelvo y agarrando de las bridas las traigo junto el carro, andando. Después soltar los arreos de las dos mulas las llevo a un rincón resguardado del viento y procuro que los pobres animales coman un poco. Maniobro un poco la carreta de forma que procure algo de protección contra el viento. Por último desempaco los cacharros de cocinar y me preparo para hacer un fuego de campamento.

   Echo un vistazo para recoger algo de madera y por si veo algunas hierbas para hacer alguna infusión, pero ninguna hierba encuentro, salvo quizás, como forraje para las mulas.

.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Algo así XD.

 

Si no hay leña, cerca, recogeré una poca, sin alejarme visualmente de los demás, es un bosque, tiene que haber. Si está humeda, sacrificaré una antorcha para que poco a poco se vaya secando y coja fuego.

Si hay tiempo, intentaré leer el libro para aumentar mis conocimientos curativos de yerbajos.

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14/01/2019, 19:27
Damiá, el Gavinet

Se tranquilizó un poco al ver que el hombre era un caballero y no tenía intención de buscar pelea. Pero le tranquilizo aún más saber que los bandidos de mar, como él, no eran su objetivo primordial, solo buscaba malhechores de tierra firme y marineros de agua dulce.

Sera un placer compartir el fuego con usted. Mi nombre es Damiá. Se decidió al final por decir el callado pirata. Aunque estuviera dispuesto a dormir entorno al mismo fuego, eso no quería decir que confiara del todo en el caballero. Iba armado y todo hombre armado es peligroso.

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15/01/2019, 13:44
Caitán "el Largo"

Aquel desconocido de nombre Osvaldo se mostró amable. No le ví muy distinto a nosotros, por lo que agradecí su ofrecimiento y me acerqué de buenas formas a la lumbre. Gracias señor, estamos congelaos, este temporal no es bueno para viajar. Eguzky se ocupó de montar el campamento, no sin antes hacer varios espavientos creyendo que los bandido de Osvaldo andaban por ahí cerca. Venga para aca y calientese un rato Eguzky, le vendrá bien. Le dije en voz alta (para que me escuchará) cuando acabó de acomodar a las mulas.

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15/01/2019, 22:35
Osvaldo

Sant Cristofol... -musitó arqueando las cejas tras la respuesta de Dalmau-, pues entonces que vuestros pasos y los míos caen de camino. Iré pues con todos vos, si no les importa -pidió mirando a todos-. Pues marchaba a Vallromán, caballero Sebastián -ahora hablándole a él-, cerca, precisamente de Burriac que nombráis. Pero no llegué a entrar en ella, que quiso Dios ponérmelos delante y que los abatiera casi a las puertas, como así hice.

Entonces Eguzki acomodó el carruaje, las dos bestias y los fardos más pesados en el hueco de un abrigo rocoso, cerca de dónde tenía la hoguera el tal Osvaldo. Nada encontráréis en estos momentos para hoguera, hombre -le decía al curandero vasco mientras veía que se alejaba un poco para traer las pocas ramas que podía encontrar, todas heladas-. Calentad lo que sea en esta hoguera, y tomad estas carnes todos, si es que tenéis hambre -el tipo parecía portarse, y siendo siervo de Dios que también casi parecía el vuestro, y así de bien se comportaba el del Temple. Damiá y Caitán, uno algo receloso y otro muerto de frío, invitaban a Eguzki que se acercara a la lumbre mientras ya traía ramitas, pues ningún leño de importancia logró traer. Las bestias descansaban, y tras calentarse un poco, el curandero sacó su libro, el encontrado en la cueva, y comenzó a ojearlo un rato, como para entretenerse.

Pues no conozco yo a ese señor de Burriac, pero sin duda debe ser bondadoso y bien precavido -dijo mirando al carro, que estaba un poco más allá, donde Eguzki lo había dejado-; que bien viajáis en carreta y dos mulas, y fardos bien visibles. Pero la nieve es dura, y heme aquí, con apenas una manta por desconfiar de las ventiscas -añadió, mientras ofrecía la carne que había asado hasta el momento de vuestra llegada y también la comía-.

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15/01/2019, 22:37
Director

Y tal que así, que en nueva compañía anduvísteis desde entonces; que aquel hombre no parecía mala persona, y persona de Dios era (como Dalmau y Sebastián). Y que Damiá y Caitán tal vez cogieran más confianza más adelante, que parecían más reservados sobre todo en mitad de una empresa como aquella, con viaje incluido. Tras un pequeño rato de acampada, sabiendo que el frío apretaba en aquel recodo de descanso y reposición improvisado y que estar allí más tiempo significaba perder sensación en dedos y muñecas, que levantásteis el campamento (nunca mejor dicho). El caballero Osvaldo tomó su jamelgo, pero lo llevó de las correas un buen rato. Eguzki estaba en el centro de la marcha, y sobre el pescante conducía con alegría forzosa las mulas, y Caitán estaba estaba junto a los fardos, sobre las ruedas. Los caballeros y el pirata catalán seguían en sus respectivas monturas las huellas de la carreta.

* * *

Tras varias horas de camino, y con un frío que pelaba, tras atravesar hasta casi el imperceptible mediodía las tierras del Principat y saliendo de los dominios de Burriac por completo, localizásteis en la lejanía un pueblo. A lo lejos una gran masa oscura entre la niebla que se estaba empezando a formar asomaba la población. Osvaldo anunció que era el pequeño pueblo de Sant Pere de Clarà, y que sus habitantes se dedicaban a la agricultura, y que vendían también la miel de sus panales (ya que lo hacían también en Maratá, su hogar). Tras otro descanso y otras dos horas de marcha apretando el paso para que la niebla no os pillara por sorpresa, accedísteis la interior. Una veintena de casas componían el sitio. Parecía un sitio bonito y tranquilo.

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15/01/2019, 22:40
Osvaldo

Podemos descansar en una posada llamada "El barril de Oro" -comentó Osvaldo mientras bajaba del caballo miraba en derredor-.

A medida que íbais entrando en el pueblo, algunas casas salen al paso. Largas hileras de humo surgen de las chimeneas de éstas. No se ve a nadie por las calles, pues la niebla, instalada ya en el sitio, es el único invasor presente. El crudo invierno está castigando duramente las tierras. Tras llegar a una zona algo amplia, lo que debía ser la plaza del pueblito, comprobásteis que érais los únicos sobre la misma. Eran alrededor de las siete y media de la tarde.

Está allí, la posada que os digo -efectivamente, vísteis un edificio alto, de dos plantas y varias ventanas, en las que claramente sobresalía luz y ambiente distendido en su interior-. Parecía tener una ubicación privilegiada en St Pere, con una pequeña cuadra que sobresalía en el ala este del edificio. Además, comenzaban a caer de nuevo pequeños copos de nieve del cada vez más oscuro cielo.

Notas de juego

Eguzki, haz una tirada de Leer y escribir (aunque es referida a lo del libro que leíste en el descanso).

¿Qué hacéis?

Próxima actualización: viernes 18