Partida Rol por web

Ad intra mare (Mar adentro)

PARTE III. Nuevas gentes y lugares

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03/02/2019, 10:11
Damiá, el Gavinet

Bunas tardes tenga su merced.   Saludo el marinero con las botas caladas por la nieve y el espíritu casi por los suelos. Él no era hombre de tierra y camino, si no de agua y olas. Y la nieve estaba siendo una losa sobre sus espaldas. Somos viajeros en busca de un lugar donde pernoctar y continuar nuestro camino, no deseamos pasar más tiempo del necesario.  Mi nombre es Damiá.

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04/02/2019, 07:30
Dalmau Font de Tossa

Por suerte el camino no presentó más sorpresas y pudieron llegar a la abadía sin contratiempos, salvo algún sudor debido a la pendiente del terreno.
La abadía tenía aspecto de estar abandonada o cerca de ello por la visible falta de mantenimiento.
Aún así había que probar, y llamaron con la esperanza de que hubiera alguien.

Y aunque tardaron lo suyo en abrirles, finalmente llegó un monje.
Su extraña petición de que sólo podían pasar allí una noche no dejó de desconcertar al ya paranoico Dalmau.
Será suficiente con una noche, muchas gracias. Más, si no fuera mucha molestia, ¿hay algún motivo para dicha limitación? preguntó, tratando de sonar lo bastante protocolario.

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05/02/2019, 03:14
Eguzki el Calvo

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   Camino pesadamente en dirección al edificio que Don Sebastián afirma con rotundidad que es una Abadía. Media hora después de dar traspies con el bulto a los hombros, observo aliviado que tenía razón. Miro nervioso alrededor - espero que no sea un nido de bandidos, - pienso con un temblor.

   El camino cuesta arriba se me hace duro. Hielo, nieve, rocas y esta condenada ladera resbaladiza. Pero ya estamos aquí, junto a gran conjunto de edificios y una gran muralla entre ellos y nosotros. - Que ambiente tan tétrico. - Sin saber porqué, mi vista mira hacia arriba, a una hornacina sobre la puerta principal donde está la imagén de un santo, que me quedo mirando.

Osvaldo   Veremos si vive alguien aquí. Espero que no esté abandonado o sea otro nido de bandidos...

   Para sorpresa mía, que ya veía esto semiabandonado, el portón se abrió. Y un monje de hábito marrón nos recibe, que tras darnos un vistazo, tal pinta de muertos de hambre debemos tener que nos suelta el discurso ensayado que dice a los peregrinos y viajeros pobres de paso. - Bueno, ahí entro yo, soy pobre como una rata, - barrunto en mis pensamientos.

   Me sorprende la pregunta de Don Dalmau, a mis cortas entendederas siempre supuse que era para que no se quedaran de balde varios días en estos sitios, que monjes y curas lo de predicar con ejemplo, poco dados son.

.

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05/02/2019, 08:08
Sebastián de la Torre Quebrada

Me dirigí sin perder más tiempo a hablar con aquel monje, mi pecho ardiendo de fervor por la proximidad a esa abadía y esa imagen del santo que gobernaba sobre la puerta principal.

- La paz del Señor sea contigo, hermano - dije al monje saludándolo - Mi nombre es Sebastián, caballero de Santiago, y junto a mis compañeros estamos en una santa misión que nos lleva por estas tierras - alcé la vista hacia la hornacina de nuevo - De alguna forma vuestro santo nos ha conducido aquí y no creo que sea azar, sino por designio divino. - inclinando mi cabeza en gesto de respeto y agradecimiento continué - Gustosos aceptamos vuestra hospitalidad y prometemos cumplir estrictamente con las normas de vuestra congregación. Me gustaría, si fuera posible, hablar con el abad cuando tenga un momento libre; creedme que es importante.

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05/02/2019, 21:15
Caitán "el Largo"

A regañadientes me dirigí hacía nuestra nueva parada. Al ver que todos estaban a favor de pasar por la Abadía no quise opinar. No me apetecía hacer otro alto en el camino...después de lo que pasó en la posada. Pero sin rechistar caminé hasta aquel monte.

Al llegar nos ofrecieron descansar allí una sola noche, a lo que aceptamos, pues el camino a pie se hacía pesado y ya puestos pues al menos comeríamos algo..que desde la vomitona no me había atrevido a comer nada y ya el hambre asomaba. No dejaba de dar vueltas a las revelaciones de Eguzki...y es que por el tiempo que había pasado con el vasco me daba la impresión que en esos temas no se confundía. Al recibirnos el monje me mostré educado pero callado, dejé hablar a los caballeros.

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05/02/2019, 22:34
Director

Antes de entrar supísteis que aquella figura de la hornacina sobre la puerta de la entrada de la abadía no era ni más ni menos que una representación del Arcángel Gabriel, arcángel protector del miedo y del robo cuida y da ánimos a los que confían en él.

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05/02/2019, 22:38
Hermano Berengario

El tipo asintió al Gavinet, que saludó el primero describiendo un poco las intenciones del grupo. Luego, el hermano miró al caballero Dalmau.

El motivo es la clausura, señor -respondió el clérigo al noble aragonés-. Quizá vos deberíais saberlo bien... -añadió al mirar su porte y sus insignias de la Orden religiosa de Montesa-. Entonces, éste miró al caballero Sebastián, tras narrar que vuestros pasos no eran sino un desgnio divino. Por ello levantó las cejas y se sorprendió de ello, pues aquella abadía era de vieja construcción, y muy sencilla, en mitad del Principat. Y poco más. Entrad, pasad, señores -os dijo a todos-. Entonces, una vez que cruzásteis elmuro de la abadía, delante de vuestras narices se extendía un campo blanco, repleto de nieve. A cuatro docenas de distancia de allí, estaban los edifcios principales de la abadía. Mientras íbais hasta allí, el hermano os seguía hablando.

Mi nombre es Berengario -se presentó mientras andábais hacia adentro-. Os llevaré adentro, y os enseñaré vuestras celdas. El abad os recibirá en cuanto pueda. Entonces dejásteis a un lado una herrería, y tomando el camino principal, os dirigísteis hacia la iglesia. Más allá de la iglesia, junto al corral y el Scriptorium de la biblioteca, están las celdas -os comentó, y en cuestión de minutos os llevó allí. Aquí es. Entrad.

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05/02/2019, 22:40
Director

Acto seguido entrásteis en un edificio donde había celdas muy lóbregas y sin apenas mueble: jergón, cruz en la pared y una silla. Las paredes de piedra y la madera fría de la entrada de cada celda eran el resto de detalles. Pese a éste panorama, la mayoría sabíais que monasterios y abadías tenían así dispuestas las habitaciones de los monjes como de los visitantes si éstos los disponían. A cada uno de vosotros se le asignó una celda, todas ellas dispuestas en filas (por lo cual nadie estaba separado del resto). Acto seguido, el hermano Berengario se despidió, pidiendo paciencia para la llegada del abad.

 

Durante una media hora estuvísteis colocando vuestro equipaje, sacos, alforjas, ropas y demás elementos en la celda. Las armas estaban prohibidas, y pese a que no las depusísteis en ningún armario o sala especial, Berengario os recordó no utilizarlas, bajo ningún concepto, en aquel templo y espacio sagrado. Entonces llegó el abad, reuniéndoos a todos en el pasillo.

El hombre llevaba la tonsura en la cabeza, el hábito reglamentario con la cuerda como cinturón y unas sencillas alpargatas.

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05/02/2019, 22:44
Abad Arnau

Mi nombre es Arnau, soy el abad de esta casa de Dios -comenzó-. Ya me ha dicho el hermanio Berengario que estaréis aquí un día -y antes de hacer preguntas o comentarios, comenzó a soltar una retahíla propia del reglamento interno-. Os recuerdo, señores, que podéis visitar la abadía y descansar bajo sus muros, pero no está permitido interferir en la vida de los hermanos, ya que algunos están enfermos y se encuentran descansando en paz absoluta en el hospital. Les advierto que para evitar confrontación alguna, sean lo más discretos posible. También me ha comentado el hermano -ahora miró a Sebastián-, que Dios os ha mandando los pasos hasta aquí por algún motivo. ¿Qué palabras son esas? ¿Acaso no será sacrilegio alguno, verdad? ¿Porqué están aquí? -preguntaba como simple formalidad-.

Notas de juego

Os dejo aquí el plano de la abadía para que podáis, en grupos o individualmente, ir a cualquier lugar. Eso sí, cada visita llevará su tiempo (os comento ésto ya que sólo podéis estar 24 horas en el lugar, es decir, al día siguiente a las 11.30 mas o menos tendréis que estar fuera). Sí, como un hotel.

Si queréis visitar algún lugar señaladlo en vuestra próxima intervención (estáis en el punto 7):

 

Próximo turno: viernes 8

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06/02/2019, 16:06
Eguzki el Calvo

   No tenía pensado intervenir, ya que estas cuestiones entre nobles y superiores me quedaba grande para gente como yo, de casa bajuna, pero ante la revelación del abad no puedo evitar que se me escape un, - ¿enfermos? -

   Ante la mirada del abad, me doy cuenta de que lo he dicho en voz alta y enrojezco, tartamudeando me dirijo hacia él.

   - Ruu..ruego, me meme disculpe, su señoría. - hago un esfuerzo y continuo, - ppepero, algo sé de resteñar heridas y tratar enfermedades en alguna ocasión, con su venia, gustoso ofrezco mi ayuda en cuidar a los enfermos en pago a su generosidad al ofrecernos cobijo. -.

Notas de juego

   No sé cuanto tiempo tenemos antes del siguiente mensaje, si ya habremos dejado el lugar. De equipo llevo el habitual encima (libro zurrón), aunque los sacos de comida en la celda, claro, no es cuestión de ir cargado.

   1.- Mi idea es ayudar en el hospital.
   2.- Si me doy cuenta de que hay una botica o herboristería, de oídas, porque me tropiezo con ella, etc., ir a mirar, más si hay un hermano que sepa de plantas.
   3.- Por último si me surge la ocasión y está abierta a mis posaderas ir la biblioteca (scriptorium no creo que nos dejen entrar). Cualquier biblioteca o centro del saber me atrerá como una polilla a la luz.

   Para no ser descortesr, si en mis vagabundeos hay misa, al menos a una iré, a presentar mis respetos al arcángel, a Dios y como cortesía. (Si voy a misa, es sincero, no voy para aparentar) Si esto es una abadía, cada dos por tres estarán rezando en alguna liturgia.

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07/02/2019, 07:45
Dalmau Font de Tossa

La respuesta del monje hizo ver a Dalmau que realmente se había vuelto paranoico.
Eran monjes de clausura, por lo que era normal que quisieran cuantas menos visitas mejor.
Dalmau asintió con una sonrisa inocente.

El monje los guió a sus celdas, un lugar humilde pero que serviría para no tener que pasar la noche al raso.
Más tarde vino el abad, al cual parecía no haberle hecho mucha gracia el comentario de Sebastián en la entrada, sobre que aquello era deseo del Señor.
Dalmau saludó.
Os agradecemos profundamente vuestra hospitalidad.
Soy Dalmau Font de Tossa.
Nadie osará interferir en vuestros quehaceres diarios.
dijo finalmente, dedicándole una reverencia.

Tras hablar con el abad, Dalmau le dijo a sus compañeros que se pasaría por los establos, a ver si con suerte podían obtener alguna montura.

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08/02/2019, 09:01
Sebastián de la Torre Quebrada
Sólo para el director

Esperé a encontrarme a solas con el abad Arnau, pues temía que mis palabras quizá no sentaran por igual al resto de mis compañeros de viaje al tratar temas tan delicados.

- Verá, mi señor - traté de adaptar mi tono de voz a uno que mereciera la seriedad y preocupación de lo que iba a contarle - Hace poco que hemos presenciado la aparición de un ente demoniaco, y juro por la santa cruz que porto que fue peor que la más cruel de las pesadillas. Es por eso que viajamos, pues ese mal amenaza al señor de Burriac y a su señora esposa y nos ofrecimos para ayudarles - tragué saliva y continué - Aquella misma noche tuve un sueño en el que esferas luminosas y celestiles me visitaban junto a una figura de luz llamándome por mi nombre y pidiéndome acudir a Sant Pere de Clará. Me daba un anillo, depositándolo directamente sobre mi mano.

Busqué entre mis pertenencias hasta dar con el misterioso anillo y se lo mostré para que pudiera verlo de cerca, aceptando incluso si el abad quisiera cogerlo para estudiarlo con más detalle.

- Al despertar lo encontré bajo mi almohada, igual que en mi sueño. Os juro que jamás antes en mi vida había visto este anillo.

Le dejé unos segundos mientras lo miraba mientras seguía narrándole.

- Llegamos a Sant Pere de Clará y allí volví a tener otro sueño. Vi esta abadía, igual a como la vieron mis ojos esta misma mañana, y tras contemplar la hornacina que corona vuestra puerta me di cuenta de que esa imagen era la que me habló en sueños. No dudo de que su voluntad es la que me ha arrastrado aquí... - Cambié el tono de voz de nuevo, a uno considerablemente más preocupado - Mi señor Abad, temo que algo terrible esté a punto de suceder, pues en ese último sueño de anoche vi perfectamente cómo esta abadía comenzaba a arder... y el anillo brillaba azul con intensidad. Creo que merece saber todo esto; tome las medidas que considere oportunas para el bien de la congregación y cuente con todo lo que en mi mano esté para ayudarles.

Me quedé en silencio entonces, esperando la reacción del abad mientras esperaba también a que terminara de analizar el anillo.

Notas de juego

Si necesitas otra intervención en la que marque destinatarios al resto de compañeros, avisa y me pongo a ello.

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08/02/2019, 19:39
Caitán "el Largo"

No se podía decir que nos tratasen mal, ni que fueramos mal recibidos...pero por lo que sea me encontraba algo incomodo en el convento. Me preocupaba ser una molestía para aquellos monjes. Solo me límite a dar las gracias tanto al Hermano como al Abad- Gracias, no les molestaremos durante nuestra estancia aquí.

El lugar lo que se decía acogedor no era, por eso decidí salir de la celda-habitación que nos habían dejado para ese día. Me fui para la herrería, solo por curiosisdad...y pensado en que ya que estaba allí podría afilar la lanza. Aunque antes pasé por los baños (que me cogían de paso) para asearme.

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08/02/2019, 21:46
Abad Arnau

El abad Arnau miró a Eguzki y aquel tartamudeo suyo le produjo algo de extrañeza. Escuchó sus palabras y no le sabió a mal que éste pidiera ir al hospital a tender la mano a los hermanos que allí había.

Id pues, si queréis, y hablad antes con los hermanos que cuidan al resto -respondió al curandero vasco-. Acto seguido escuchó la presentación de Dalmau y asintió. Mientras el pirata catalán y el Pardo marchaban hacia la herrería, don Sebastián se quedó hablando unos instantes con el abad. Por su parte, Osvaldo marchó hacia la iglesia, en el centro de la abadía, con la intención de orar un poco.

Notas de juego

Próximo turno: martes 12

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08/02/2019, 21:49
Abad Arnau

Primero juráis por la cruz que portáis -comenzó diciendo-; después habláis de esta abadía envuelta en llamas, y finalmente decís que San Gabriel, que guarda las puerta de la misma, ¿os habló en sueños? -decía mirando el anillo que le mostrabas sujeto en tu mano, pero sin tocarlo, pues no le estaba gustando nada lo que le estabas contando-. Dad gracias a que Dios me dio paciencia y misericordia, o de lo contrario vos y vuestros amigos ya estaríais saliendo de este santo lugar...

Y te quedaste así, con la palabra en la boca, viendo cómo el abad se marchaba de allí ofuscado, pues la sarta de mentiras que acababa de oir no era menester en comparación con las labores verdaderas que ocupaban a todo buen clérigo.

Notas de juego

Postea sólo para tí. Ahora estas sólo. No señalaste destino como os comenté. Si quiereis ir a algún sitio de la abadía sólo dilo.

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08/02/2019, 21:57
Hermanos de la abadía

Tras marcharte de las celdas, cruzaste los huertos en los que trabajaban algunos hermanos, deslomados y agachados para mantener limpias y vivas sus siembras (aunque con la nieve aquello era difícil); y luego llegaste hasta un pozo que, justamente estaba delante de las cuadras. Entonces entrastes en ellas, y constaba de un edificio de madra, tejado a dos aguas simple, y columnas de gruesos troncos. En el interior había un hermano con un rastrillo, trillando y recogiendo la paja de los cubículos de las bestias. Dos mulas y un caballo de labor, que bien parecía viejo y huesudo, eran su única compañía.

¿Puedo ayudarle, señor? -dijo el tipo, dejando de recoger y apoyándose en el trillador-.

Notas de juego

Postea sólo para tí.

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08/02/2019, 22:08
Hermanos de la abadía

Tras marcharte de las celdas, cruzásteis la parte central de la abadía, pasando al lado de los baños. Éstos no eran sino un edificio aparte donde había dos letrinas y unas especie de termas al estilo de los antiguos de Roma. Cuando las visitásteis salísteis al exterior de nuevo, y caminásteis hacia la herrería, encontrando otros hermano clérigos que iban de acá para allá. Finalmente accedísteis a un edificio que desprendía calor, cubierto con un tejado a dos aguas y una gran chimenea de piedra que lo atravesaba justo por el medio. Era la herrería, que despedía el calor del horno del interior. Ello os reconfortó, pues la nevada allí también era fría. Oísteis el repiqueteo de yunque y martillo desde dentro y entonces entrásteis. Allí, un tipo delgado pero fuerte, también con hábito, soltó el martillo y puso el metal en una cubilla de agua.

¿Puedo ayudarles, señores? -dijo el tipo entonces-.

Notas de juego

Postead sólo para vosotros dos.

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08/02/2019, 22:09
Hermanos de la abadía

Tuviste pues que atravesar de punta a punta toda la abadía. Tu intención era ir al hospital de enfernos, lugar en el que tal vez pudieses tender tu mano de ayuda. Atravesastes las huertas en las que trabajaban otros hermanos (aunque estaban cubiertas de nieve), pasando junto a la gran iglesia central. Víste cómo el Gavinet y el Pardo entraban en la herrería justo al lado del hospital. Cuando te acercate, viste un edificio de piedra en su base y madera en su altura, de una planta, con tejado a dos aguas simple, y que tenía muchos ventanucos. Al entrar en él, aquel hospital tenía dos salas diferenciadas: en cada una de ellas se hacinaban enfermos sobre camastros de paja y mantas. Una era para enfermos leves y otras graves. Había cuatro y tres, respectivamente. Y todos ellos eran vigilados por otros clérigos que los cuidaban. Había crucifijos varios en las paredes.

Allí, un hermano delgado y anciano también con hábito, se dirigió a tí, en la entrada de la misma.

¿Puedo ayudarle, señor? ¿está... enfermo? -dijo el tipo interesándote por tí-.

Notas de juego

Postea sólo para tí.

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10/02/2019, 18:40
Dalmau Font de Tossa

Sin contratiempos llegó a los establos, un lugar sencillo y donde no parecían invertir demasiados recursos.
En su interior, dos mulas y un caballo que parecía haber vivido épocas mejores era todo cuanto había.
El encargado del establo le saludó, a lo que Dalmau le devolvió el saludo.
Buenas tardes, mi nombre es Dalmau Font de Tossa.
Debido a... trágicas circunstancias, he perdido a mi montura, del mismo modo que lo han hecho mis compañeros.
Dado que nos dirigimos a Sant Cristófol de Monteugues, sería de gran ayuda si me pudierais vender estos animales. Comprendo que esto no es una tienda, pero espero que os hagáis cargo de nuestra situación, pues con la intensa nieve, no disponer de montura alguna es un gran contratiempo.
¿Qué me decís?
preguntó el caballero, esperando tener suerte.

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11/02/2019, 18:33
Damiá, el Gavinet

El pirata solo pudo pensar en sus armas cuando vio la forja, y como manera de entablar conversación le mostro uno de sus cuchillos al hermano herrero. Soy Damiá, un viajero de paso por estas tierras. ¿Podría afilar mi cuchillo? El paso del tiempo ha hecho que perdiera parte su filo.  Espero a que el hermano herrero accediera a su petición antes de entrar en temas más interesante. Hermano, podría contarme alguna historia o algunas cosas que tenga que tener en cuenta un viajero por estas tierras.