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Aquelarre: El secreto de la inmortalidad

II. Viaje por tierras de montaña

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26/06/2018, 06:35
Fermín Ruiz Ezcurra

Al oír las voces desde dentro de la taberna salí a ver lo que sucedìa. Estaba Faustino con el cotilla de la taberna y éste muy excitado dando voces y haciendo aspavientos en contraste con la actitud tranquila de Faustino.

Habiendo aldeanos mirando me pareció contraproducente ser el primero en acercarme pues pareciese que le daría más importancia a la escena y de este modo invitase a cualquier aldeano a acercarse. Mantuve la distancia manteniéndome al margen y en postura relajada.

Vi acercarse a Toribio, quien saludé.

- Hola Toribio, aquí el hermano pequeño charlando con un hombre que se interesó por nuestra presencia en el pueblo. Le contamos que Faustino y yo somos viajeros de camino a ver nuestra madre que está contando sus últimas horas en cama a punto de presentarse ante el Altísimo. Pareciera que lo está asaltando pero sólo está compartiendo con él unas palabras ya que se marchó a toda prisa a media conversación. Dicen que su sobrina podría ofrecernos un techo para dormir esta noche pero no sabemos muy bien donde encontrarla.

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27/06/2018, 23:04
Habitantes de Zugarramurdi

Pues sí, Ostatxu, mi buena sobrina -explicaba malhumorado el aldeano, mirando a Faustino de mala gana-. Y allí está su casa, que acoje a viajeros por un precio razonable. Y aquí me montan el pollo, como suele decirse..

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27/06/2018, 23:04
Ostatxu

¡Tio! -dijo entonces una joven, apareciendo por detrás del inquisidor. Efectivamente, saludó a aquel deslenguado hombre que parecía haberos importunado en la posada minutos antes-. Heme aquí que he escuchado mi nombre... -entonces os presentásteis de nuevo, y ésta escuchó la historia de vuestro viaje (la coartada, vaya).

Pues sí. Si no tienen a donde más ir aquesta noche, que pueden alojarse en aquella, la casa de mis padres. Esta vacía, y los viajeros se refugian en estas frías tierras cuando las cruzan. Dos maravedíes por cabeza y noche, señores. Aquí no pedimos más. ¿Se quedarán muchas noches? -preguntó finalmente, mientras notásteis su desproporcionada belleza-.

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30/06/2018, 14:09
Faustino Vargas

Faustino volvía a estar descolocado, no sabía que decir ni que hacer. Parecía que a cada paso que daba en esta aventura no hacía más que meter la pata. Maldita inquisición y sus juegos de brujas.

Pero por fin encontraba algo agradable en toda esa misión y era la presencia de la bella posadera. No era normal encontrarse en los pueblos de la montaña tales bellezas.

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04/07/2018, 15:26
Fermín Ruiz Ezcurra

Perplejo me hallé ante la belleza de los rasgos y del cuerpo que se intuía bajo las bastas telas de la muchacha.
- Mujer, nos alojaremos sólo esta noche en su casa. Y le agradecemos que nos brinde esta disposición - quise parecer amable y así apaciguar los ánimos de los presentes. Con toda probabilidad permaneceríamos más tiempo en aquél pueblo
Y ésto desmontaría nuestra coartada. Deberíamos inventar alguna excusa... y mi mente ya barajaba alguna posibilidad. Quizá decir que se nos había comunicado la repentina mejoría de nuestra madre, o su deceso. Ya tendríamos tiempo de hablarlo y encontrar una salida lo menos sospechosa posible. Como último recurso, si no encontrábamos alguna excusa plausible deberíamos abandonar el pueblo unos días para hacer nuestra historia creíble y poder volver como simples viajeros que se demoran unos días antes de regresar a casa.
- Señor, creo que ha malinterpretado a mi hermano. Tan sólo quería entender lo que nos contó a medias en la taberna antes de escabullirse dejándonos con la palabra en la boca. Pues para nosotros era importante saber donde pernoctar. Así que ahora que ya ha quedado esclarecida nuestra duda, puede ir con Dios y que le guarde a usted muchos años.
Así intenté alejar el motivo del tumulto y dispuesto estaba para seguir a la muchacha a su casa. A poder ser sin perder de vista su sutil pero no poco atrayente contoneo.

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05/07/2018, 15:10
Ostatxu

Luego iré a verle, tío -y la mujer, la tal Ostatxu, se despidió de aquel hombre al que Fermín pidió perdón por el malentendido, y éste sólo barruntó algo quedando así conforme-. Las gentes comenzaron a dispersarse.

Vengan conmigo señores, la casa de mis señores padres está muy cerca, es allí -decía señalando con el dedo una vivienda grande de planta baja-. Bueno, es hora de comer, si quieren les preparo algo, al menos, la noche y las horas que estén aquí que les sepan a bien -lo cierto esque con todo el ajetreo del malentendido en un par de horas comenzaría a decaer el día-.

Entonces entrásteis en la vivienda. Una chimenea ahora apagada estaba en el fondo de la estancia. Una mesa y varios asientos se dibujaban a vuestra derecha, y a vuestra izquierda había una especie de sala grande, que debían ser las habitaciones. Eran en realidad tres (dos pequeñas y otra de matrimonio). Aquella casa debió vivir tiempos mejores, pues ahora era algo fría y poco acogedora en cuestión de decoración, pero en aquel lugar de montaña no necesitábais comodidades (más bien un techo bajo el que pernoctar).

Si me aguardan, les traeré el estofado que hice en mi casa. Siéntense aquí, y miren el hogar. Están en su casa... -entonces la joven se marchó, y mirásteis y vísteis que no se iba muy lejos-.

Notas de juego

Tenéis un post más para comentar algo antes de que vuelva Ostatxu.

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06/07/2018, 21:47
Faustino Vargas

Mientras la joven iba a por el estofado, Faustino dio un segundo vistazo mucho más exhaustivo a la estancia. Tampoco se demoró en demasía, no quería que la bella chica le pillara con las manos en la masa.

Cuando volvió Ostatxu trato de entablar algo de conversación, ya que parecía mucho más abierta al dialogo que los otros habitantes de la aldea con los que había coincidido. Hermosa niña. Comenzó con palabras lisonjeras. ¿Qué nos puedes contar sobre estas tierras? El camino es largo y hombre prevenido vale por dos. Dijo continuando con la excusa que habían usado hasta ahora.

- Tiradas (1)
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08/07/2018, 02:56
Fermín Ruiz Ezcurra

La casa era grande pero humilde. Cuando Ostatxu se marchó a buscar el estofado me acerqué a la lar y dejé apoyada mi alabarda contra la pared. Eché un vistazo alrededor para matar el tiempo hasta su llegada pero poco había que ver. En la estancia había sólo algún mueble y un cajón de madera con algunos troncos y piñas al lado de la chimenea.

La noche sería fría. 

Con llama de un candil prendí un unas ramas con hojarasca a la que añadí unas piñas y sin ahogar el fuego apoyé un par de troncos que pronto empezaron a arder.

A la vuelta de Ostatxu sentí que debía haber pedido permiso pues estaba en casa ajena

- He encendido el fuego. Debería haberle pedido permiso. Espero que no le moleste. Esta noche parece que va a ser fría. Ha sido una suerte para nosotros poder dormir bajo techo esta noche.

Faustino la inquirió acerca del lugar. Escuché con la esperanza que arrojara alguna luz a nuestras pesquisas. Por el monento sólo habíamos conseguido llegar al pueblo. Pero por el momento no disponíamos de ninguna infornación. Toribio estaba meditabundo. Esta noche cuando nos quedasemos solos le preguntaría si había descubierto algo en su visita a la iglesia.

- Tiradas (1)
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09/07/2018, 14:15
Ostatxu

Entonces Ostatxu, trasu nos minutos, volvió a la vivienda. Traía entre sus manos un puchero de barro que olía estupendamente, a carne guisada. Aquello os reconfortó el alma. Lo dejó entonces en la mesa y miró a Fermín.

No se preocupe, señor -dijo-, que lo hiciera yo mismo antes o después, pues estos montes son fríos por la noche, aún en verano. Entonces respondió a Faustino.

¿Sobre estas tierras? -dijo sonriendo un poco-. Pues estas tierras son las que vi desde pequeña; tierras de nieve y muy frescas, de buen ganado y trasiego de viajeros, como vos. Y las gentes sencillas y humildes, qué más puedo decir. Espero que mi tío no les haya importunado antes, no se suelen ver forasteros en Zugarramurdi. Vengan, siéntense...

Entonces sacó del mandil que llevaba un pequeño fardo, como el herrero que guarda sus herramientas en uno similar, enrrollado sobre sí mismo. Del suyo sacó varias cuchasras y cuchillos. Luego fue a la sala contigua y trajo varios vasos, y os sirvio algo de agua.

He de marcharme, por lo que les dejo descansar. Echen toda la lecha que precisen -señalando un montón de madera en una esquina de la gran sala-. Mañana volveré a ver si necesitan algo. Que duerman bien.

Y de aquesta guisa, que se marchó Ostatxu.

Notas de juego

Haced un último post conclusivo para cerrar esta escena. Si queréis preguntarle algo a Toribio, lo haré yo pnjotizándole

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12/07/2018, 10:58
Faustino Vargas

Comenzó a dar cuenta de la comida con voracidad. Amistosa, lo que se dice agradable no son las gentes de esta villa. Sé que la gente de la montaña tiene fama de huraña y reservada, pero esto es un poco extraño.

Toribio, usted ha tenido más suerte que nosotros. ¿El párroco de la aldea le ha contado algo?

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14/07/2018, 00:04
Fermín Ruiz Ezcurra

- En un lugar tan poco frecuentado por forasteros nuestra presencia estará en boca de todos y ocupará todos sus chismes en muy poco tiempo. Estamos al descubierto y rodeados aquí en esta aldea.
Comento cuando la chica ya se ha ido.
- Ya podría haberse quedado la muchacha y alegrarnos un poco la noche - callo de repente cuando recuerdo que nuestro compañero de viaje sigue siendo ante todo un inquisidor de la Iglesia.
Bruscamente cambio de tema y me apoyo en la pregunta de Faustino.
- Sí, eso. Dinos como fue en la Iglesia.

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17/07/2018, 14:37
Toribio de Benavente

PNJOTIZADO.

Don Toribio miró a Fermín tras el inoportuno comentario que salió de su boca.

La iglesia estaba cerrada, amigos -dijo el inquisidor-. Así parecía desde fuera, y así comprobé al llamar al portón. Encontré dos lugareños que aseguraban que el párroco venía cada ciertos días a dar la misa. Entonces volví y vos encontré en la riña con el tío de la tal Ostatxu.

Uhm... -refunfuñó un poco-. Aún no sabemos nada, pero ya anochece. Será mejor que nos organicemos y durmamos un poco, señores.

Notas de juego

Escena cerrada. En breves abro la última escena.