Partida Rol por web

Al parecer el tipo del pelo largo quería bajar, solo que me dejaba a mi la tarea de niñera. Estarme esperando era algo que sencillamente me molestaba, pero no tuve tiempo de debatir, Mendes saltó como una serpiente enojada mostrando sus colmillos. Sorprendentemente no fue el único. Cuando ya todos parecían haber dejado salir su ira, era yo el que tenia que mantener la calma. Odiaba eso. Apoyé mis manos en la parte detrás de mi espalda, haciendo sonar varios huesos mientras inclinaba la cabeza tronando también mi cuello.

-Espero que esa explosión de recién les haya sentado bien- dije mirando a todos con el ceño fruncido, pero sin mostrarme especialmente molesto, mas bien comprensivo-. Eso servirá para que se relajen un poco, pero les recomiendo que no empiecen a discutir- deliberadamente miré a los ancianos, para que los demás entendieran la gravedad de una simple discusión-. Esto no es un picnic, nos necesitamos, sobre todo si no sabemos que pasa arriba. No tengo problemas en quedarme, aunque debo reconocer que me sentiría inquieto, pero lo haré porque se confía en mis capacidades- mire al tipo de pelo largo-. Somos personas adultas, metidas en mierda, así que procuremos salir de ella lo mas rápido posible- como odiaba hacer de "policía bueno", me exaspera ser mediador. Me acerque a Mendes y le apoye una enorme mano en el hombro, tranquilizándole con unas suaves palabras solo para él-. Muy bien niños, el viejo Jack se queda aquí y los esperaré. No tarden. Odio esperar.

-Él me dio su arma- le susurre tan bajo que creo que apenas me podría haber escuchado. No quiero que haga nada estúpido, pero también necesitaba que se mantuviera atento.

Cuando me hacia sonar los huesos de mi espalda, aproveche para guardar el arma de Kaleb en mi cintura, no quería armar un revuelo por eso. Luego revisaria que tuviera balas y demas.

Cuando Jack apoyó la mano en mi hombro inconscientemente bajé la guardia. No estaba acostumbrado a que nadie me diera un trato fraternal, así que no fui capaz ni siquiera de moverme.

- Bi-bien - titubeé desconcertado - Bien hecho hermano

Me crucé de brazos y me apoyé en la pared, recuperando la compostura.

Tras una brevísima conversación con Jack, permanecí apoyado en la pared con los brazos cruzados. Mientras él hizo mención a que odiaba esperar, pero que se iba a quedar con los viejos.

- Ok Warsong, no perdamos más tiempo entonces wey.

Me despegué de la pared y empecé a caminar.

- Órale, vamos pues - miré a Ray confirmando el hecho y al pasar cerca de Zoe, susurré - no te despegues de mi pequeña - el tono era severo, no estaba bromeando con ella.

No había podido escuchar nada de las palabras que Warsong le dirigió a César, pero estaba claro que el hombre no vendría con nosotros. Fruncí el ceño, por un lado me gustaba la idea de que los ancianos estuvieran mejor protegidos por él pero, por otra parte... Era un tipo que me inspiraba confianza, aunque no sabía muy bien porqué. Pero si aquella había sido su decisión yo no era quien para contradecirle.

Me dispuse a seguir a los otros y, al pasar al lado de César y escuchar sus palabras, no pude evitar lanzarle una mirada cargada de negros nubarrones. ¿Qué se había creído ese niñato? Respiré hondo para calmarme y no empezar una inútil discusión, tal y como había recomendado Warsong, pero que me trataran de cría sólo por mi apariencia era un tema que me sacaba de quicio.

Apreté los puños y me tranquilicé, lo que me permitió ser más sensata con mis pensamientos y darme cuenta que mi reacción podía resultar un poco excesiva.

Ya le has visto comportarse así. César no lo ha dicho con mala intención así que... relájate.

-Vale. No perdamos más el tiempo.

Los nubarrones negros de mis ojos pasaron tan rápido como habían llegado y le dediqué a César un movimiento afirmativo de mi cabeza, dando a entender que procuraría mantenerme cerca de él, aunque no me acabara de fiar por completo.

Parece que estaba todo decidido. Warsong había renunciado a bajar por el bien del grupo, por poner paz. Me acerco a él y le digo en un aparte.

Gracias, pero te echaremos de menos ahí abajo.

Le pongo una mano en el hombro y vuelvo con los que vamos a bajar.

¿Nos vamos?

Antes de que tus nuevos compañeros pudieran responderte tus ojos se quedan momentaneamente ciegos cuando la luz de varias linternas apunta directamente a los ojos.

¡No os mováis si no queréis que os cosamos a tiros! -escucháis como alguien os grita. Poco a poco vas recuperando la visión y puedes ver, gracias a la linterna de Rob, a tres hombres que os apuntan con pistolas. Su aspecto es propio de mendigos, parecido al que tu tenías hace menos de un mes.

Vaya, vaya. Esa comida que lleváis ahí es un buen regalo para el jefazo. Puede que incluso decida no mataros.

El jefazo sonríe ante tus palabras -Veo que entiendes las reglas del juego. Si, cuando todo esté tranquilo saldremos a la superficie para ver que ha ocurrido. Una vez allí nos da igual buscar por una zona o por otra.

Te percatas de que, aprovechando la oscuridad, Kaleb ha entregado algo a Warsong y le ha susurrado. 

También eres capaz de memorizar a la perfección el mapa y de buscar el camino más rápido para llegar a una de las entradas más cercanas de la mina. Parece que tus años de enseñanza no han sido en vano.

Ante la violenta respuesta de César a sus palabras, Kaleb simplemente lo mira sin decir nada. Los ancianos observan preocupados la escena mientras que Xia y Jose María se apartan un poco, tratando de evitar salir dañados si una confrontación ocurre.

Por suerte Jack apacigua la situación y todo se normaliza tan rápido como se creó la tensión. Parece que lo ocurrido comienza a hacer mella en vosotros.

¿Puedo hablar contigo, Warsong? ¿Me puedo fiar de Kaleb? No sé si os conocíais de antes, pero algo hay entre vosotros. Voy a un sitio que no conocemos, creo que debo tener toda la información que pueda?

-No lo conozco de nada- le dije con sinceridad-, como tampoco a los demás. Pareces listo, no dejes de observar todo y procura tener siempre una forma de escapar a lo que sea. De ahora en mas podría ser la diferencia entre vivir o morir- parecía asustado y seguramente mis palabras no le tranquilizarían, pero eso quizás le mantendría con vida.

Me alegra que te des cuenta de que soy observador porque entonces no te extrañará que te pregunte esto..¿Qué te ha dado?

Sonreí ligeramente, medio de lado, el tipo comenzaba a caerme bien. 

-Un arma, me dijo que protegiera a los ancianos- arrugué el ceño mirando hacia el grupo-. Pero no se de qué. Quizás le teme a algo o alguien. 

Asiento con la cabeza. El tipo me parece razonable. Debe ser uno de tantos bellacos sin escrúpulos, como tantos que con los que he trabajado en mi barrio, pero al menos parece tener códigos claros y para mí eso es suficiente.

Busco un lugar donde sentarme a esperar al curandero. Recién ahora me quito la zapatilla, debí hacerlo antes, el pie se encuentra muy hinchado.

Ok, Warsong, seguro que los vas a proteger sin problemas. Sólo que..si te ha dado una...él lleva otra.

Buena suerte. Nos vamos a explorar.

Doy una palmada en el hombro a Warsong. Definitivamente es un tío en el que se puede confiar.

Sin nada más que decir el trío de César, Zoe y Raymond salieron de la pequeña estancia, seguidos por un Kaleb que guardaba las distancias, tratando de evitar nuevos conflictos con el primero.

Poco después de que los otros se marchasen un silencio denso se apodera del lugar y de todos vosotros. Parece que, ahora que solo debéis esperar, todo lo ocurrido y sus consecuencias han inundado vuestra mente, dándoos demasiado en lo que pensar.

Fue el hombre impertinente, José María, el que rompió el silencio -Tal vez deberíamos colocar unas mesas o algo frente a la puerta, para evitar que se pueda abrir fácilmente desde fuera.

Camináis lentamente, guiados por la luz de vuestros móviles. Todos tenéis muy claro que el hambre y la sed no tardarán en aparecer y que la batería de vuestros celulares no durará muchas horas más. Con ello en mente camináis en silencio, siguiendo a un Raymond que parece saber perfectamente el camino hasta vuestro objetivo, mirando al mapa que sostiene en las manos solo en contadas ocasiones.

Sin embargo los problemas no tardan en aparecer y os encontráis ante una bifurcación que no aparece en el viejo mapa que habéis encontrado.