Partida Rol por web

Como gustes -Presiona un botón en el arma, sacando el cargador de esta y comprobándolo con fugazidad para insertarlo de nuevo y apuntar a Viktor- Podemos hacer las cosas a mi manera o hacerlas a la tuya, compañero, mejor sera que tengas la boca bien cerrada, ¿Capito?

Dispara cabrón, matame delante del niño y demuéstrame que no eres mas que un asesino de uniforme.-Alzó la cabeza con orgullo.-Quieres hacer esperar aqui a que me desangre...me muero, joder¿no lo ves?...o nos vamos contigo u os quedáis aquí sin mi, pero yo no pienso dejarme matar por un desconocido.

Mientras presiono la herida de Viktor me interpongo entre éste y el soldado.

Tranquilidad. Es obvio que las comunicaciones no funcionan así que no podemos esperar ayuda de ningún tipo.  Entiendo que Levinov no quiera dejarnos ir así como así pero aquí quietos no hacemos nada. 

Me dirijo a Levinov. Ayúdenos a salir de aquí este hombre necesita ayuda y no debe morir y menos delante de un niño. Usted juró proteger a los débiles. Le necesitamos. Haga lo correcto. Movámonos para dar a Viktor una oportunidad de vivir.

Ohh, venga -Comienza a desesperarse con el pobre chaval- ¿Puedes cerrar la boca? Esta gente intenta ayudar, no vas a ir a ningún sitio así... Estas hecho mierda, ¿Lo pillas, imbécil? ¿Sabes? Debí haber respetado el protocolo y haberlo dicho al puto loco que soltara el machete, en vez de haberle disparado -Alza la voz, señalando el cadáver- Putos civiles -Escupe al suelo y vuelve a coger la radio- Batallón, aquí Kilo 2-1, ¿Me copian, cambio?  Volvía a repetir por la radio, quería escuchar una orden lo antes posible, comenzaba a desesperarse.

Indecisa, así era como me sentía. Miré a Kaleb dudando si dar media vuelta para ir de nuevo al encuentro de los que habían quedado atrás o dar un par de pasos al frente y salir de la oscuridad. Pero César ya había dicho que dos personas iban detrás de él, y si no aparecíamos igual aquel soldadito volvía a perder los nervios. Por otra parte, sus palabras seguían martilleando mi cabeza y yo no saldría muy bien parada si se enteraba donde vivía y con quién.

Así que, tomando una decisión de la cual esperaba no arrepentirme, me adelanté unos pasos quedando a la vista de los que estaban enfrente. Aparentando sorpresa y miedo, tampoco es que fuera demasiado difícil simularlo, me coloqué cerca de César y, fingiendo inocencia, di a entender que no sabía que estaba sucediendo.

-César... ¿Qué-qué está pasando?

Me quedé mirando la escena como si fuera la primera vez que veía a aquella gente.

Apunta instintivamente hacia Zoe al oírla, bajando el arma casi al momento. ¡Mierda! -Resopla- Puto susto, joder -Anda en círculos, mordiéndose los labios- Y el puto batallón no da señales de vida... -Se apoya contra la pared del túnel- Joder...

La radio sigue sin contestar a las peticiones de Anastazy pese a su insistencia. 

Zoe entra en escena, colocándose al lado de César y dejando claro que no es una amenaza.

Tras ella sale de las sombras un hombre vestido con una chaqueta roja. Sus dos manos están alzadas, colocadas tras su nuca, en una posición habitual en aquellos detenidos por la policía.

Chicos, lo siento, no los he escuchado llegar -se disculpó el hombre cuando, inmediatamente tras él, surgieron un hombre y una mujer. Ambos estaban armados, uno con una ametralladora ligera y la otra con un rifle que apuntaba directamente a la cabeza de Anastasy.

Os habéis cargado a mordisquitos. Estaba zumbado pero sabía que no debía meterse con nosotros y controlaba este lugar. Bueno, que le den por culo, parece que necesitáis ayuda ¿queréis que os llevemos a onde nuestro matasanos? ¿u os prefereis seguir quedando en este lugar jugando a ver quien los tiene más grandes? -os pregunta la mujer cuyo rostro, marcado por las ojeras y las arrugas, le da un aspecto más viejo de lo que debe ser en realidad.

Xia asiente ante tu pregunta -Si, se me da bastante bien, una pena no tener un arma -te responde la mujer pero, antes de que puedas responder, te tapa la boca con la mano -luces -te susurra, señalándote el hueco de debajo de la puerta, parcialmente iluminado por una luz potente.

Mierda -Mira a los recién aparecidos, su mano hace amago de intentar coger su arma pero este se para en seco- Ey ey... Jeje... Tranquila amiga, baja... baja eso.. -Esboza media sonrisa, nerviosa- ¿Vale? 

El chaval malherido empezó a discutir con el soldado. Mal asunto... más le valdría guardar fuerzas, las iba a necesitar si es que aún tenía alguna posibilidad de sobrevivir, esas heridas no tenían buen aspecto.

- ¡Vamos no me jodas wey! - no pude evitar exclamar cuando ese niño se dio a conocer. A cada segundo que pasábamos ahí abajo, todo se iba complicando más y más.

Escuché la voz de Zoe tras de mi y al momento la tuve al lado. Instintivamente el soldado la apuntó pensando que podía tratarse de una amenaza, así que rápidamente rodeé sus hombros con un brazo mientras con la otra mano levantada le daba el alto al militar.

- ¡Tranquilo Levi! - dije primero en tensión al ver su respuesta, y luego forzando una sonrisa - ella es mi jaina, venía tras de mi ¿recuerdas?

- Te estuve extrañando chata - le dije en un tono mezcla de cariño y sorna - dame un beso anda - giré mi gorra y me acerqué a Zoe aprovechando la ocasión.

Ya estaba casi pegado a ella cuando el cabrón de Kaleb interrumpió mi momento.

¡Maldito pinche cabrón!

Me giré dispuesto a mandarle a la mierda y me encontré con que iba acompañado de dos malditos yonkis destrozados, que por si fuera poco iban armados.

La gran puta chingada... - con mi mano izquierda empujé levemente a Zoe por la cintura instándola a colocarse tras de mi.

- ¿Mo-Mordisquitos? - dije titubeando y girándome para ver el cuerpo del hombre que yacía muerto en el suelo - entonces gracias al soldado... ahora volvéis a controlar este lugar, ¿si? - miré a Levi y volví a mirar a la yonki. Por suerte el militar fue capaz de mantener el temple, de lo contrario eso podía haber acabado mal para todos.

- Eso estaría bien amiga, el chico necesito ayuda - dije tratando de mantener la máxima serenidad de lo que era capaz y fingiendo estar tranquilo bastante mal - pero joder, deja de apuntarnos con eso quieres...

Viktor miró a los nuevos tipos armados con una sonrisa de esperanza, al fin y al cabo había dicho la palabra matasanos.-ya no eres el único chico duro con un arma eh?.-dijo al soldado antes de tener un arranque de tos un tanto virulento.-llevadme a ese matasanos, por favor.-Les pidió a los desconocidos armados, sus dos nuevos salvadores seguramente.-si hace dos semanas sobreviví a una bala en el pulmón y hoy a un bombardeo, sobreviviré a esto.-Dijo con optimismo mientras se intentaba poner en pie, se acerco a Nacer y se apoyo en su hombro.-Oye tío rec...-Durante un instante perdió el equilibrio y tropezó casi cayendose al suelo pero en el momento justo recuperó la compostura.-Estoy bien, estoy bien...Michael, ven...ayudame a andar.-Miró a los desconocidos y sonrió al chico.-Estos hombres me van a llevar a ver a un medico para que me ponga bien y podamos ir a ver a papá...se valiente y cuida de mi mientras me recupero anda.

Viktor aprovechó el momento de cercanía a Nacer para susurrarle algo.-el machete, escondelo.-Necesitarían ese arma en un futuro, para defenderse, para defender a Michael y si ese soldado los veía cogerlo los dejaría desarmados de nuevo, así que con calma y mucho teatro fingió que caía al suelo y recupera el equilibrio, habló a todos y acercó al niño hacia si mismo para que nadie se fijara en Nacer, su único amigo en esa situación y siendo sinceros la única perdona en la que había confiado desde que murió su padre.

Me sorprende no recibir siquiera un bofetón, así que asiento obediente a sus palabras.

Los aullidos me erizan el vello de la nuca. ¿Qué demonios es eso?, estoy a punto de preguntar, pero sus prisas aumentan mi miedo y decido callarme. Alejarme ahora y preguntar después es mucho más sensato.

Sin decir palabra echo a andar por delante de él.

Sales fuera y observas el campamento. Ves a seis hombres y mujeres, todos ellos armados, hablando entre sí, preparando algo de comer, limpiando o simplemente dando una vuelta. El uso de drogas y narcóticos es visible en el rostro de alguno de ellos. Todos parecen tipos peligrosos de una u otra manera, personas despreciadas o perseguidas por la sociedad de arriba.

Por una de las entradas ves aparecer a un grupo formado por dos jóvenes que caminan apremiados por las armas de dos hombres. Sin duda estos últimos son habitantes del campamento y los que van delante unos desafortunados que se han salvado del bombardeo. En sus caras se refleja el miedo pero son incapaces de hacer otra cosa que andar. Ambos sostienen un buen número de bolsas de aspecto pesado que te parecen familiares. Son tus bolsas de comida.

Poco después entra otro hombre de aspecto aún más peligroso que lleva del brazo a una chica joven.

Avanzáis durante un buen rato, seguramente más de media hora. Has tratado de fijarte en el camino, de memorizarlo. Sin embargo la falta de luz y la posición en la que te mantiene tu secuestrador te hace imposible tal tarea.

Finalmente llegáis al lugar que estos hombres llaman hogar, un lugar que te sorprende. La zona es una gran explanada cavada directamente en la roca, con decenas de linternas de aceite y velas que iluminan las paredes. La entrada está fortificadas por maderas y cubiertas de hilos con pequeñas campanas, un sistema de seguridad simple pero efectivo. Dentro de la zona han dispuesto varias tiendas de campaña de gran tamaño, seguramente robadas, mesas amplias, un lugar que parece servir de cocina, Incluso tienen un generador. Y un billar

Ya hemos llegado pequeña -te susurra al oído el hombre mientras algunos de sus compañeros se acercan a vosotros. El uso de drogas y narcóticos es visible en el rostro de alguno de ellos. Todos parecen tipos peligrosos de una u otra manera, personas despreciadas o perseguidas por la sociedad de arriba.