Partida Rol por web

Arquitectos de Voluntad. Libro-5.I: Residuos del Dolor

El Despeñapresos

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24/02/2017, 11:33
-El Despeñapresos-

Advertís que Crom ha cambiado su actitud. Sus ojos, que antes eran marrones, ahora lucen un iris negro como la pupila. El aura de valor que os inundaba en la celda ha cambiado, aumentado (si cabe) pero de una forma muy diferente. Si antes prometía ser un líder, ahora veis a un verdugo despiadado que asegura una muerte certera y lenta a aquellos que osen ir contra él.

Ojos negros, unos centímetros más alto, piel sonrojada. No sólo su complexión se ha visto modificada, también su actitud. Todos vuestros sentidos os muestran a un hombre completamente diferente.

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24/02/2017, 11:34
Miraria Daragón

No me detengo, Crom mira a Yzlin y yo rodeo la mesa llegando hasta Hazir. Con el gran alfanjón oculto tras el mueble y los comensales. Me detengo tras él y contemplo en silencio.

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24/02/2017, 11:36
Elvurith Ur'Dómine

No me gusta compartir la mesa con una medusa pero tampoco el giro de los acontecimientos. Necesitamos que todos conserven sus facultades o corremos el riesgo de perder la batalla de mañana. Doy dos pasos hacia él -Crom- lo llamo veo que da un paso hacia Yzlin y comienza a desenvainar su arma... casi puedo prever el desenlace -¡Crom!- le grito atrayendo la atención de Miraria que trae un enorme alfanjón -Ha cambiado demasiado pronto- le digo a la arquera para luego volver a dirigirme a nuestro líder -¡Concéntrate en el enemigo de mañana!- al decir esto se detiene. El escorpión sigue apuntando a la medusa en actitud hostil. Amok, que aún seguía comiendo alza la vista -no lo mires, no se te ocurra mirarlo- para mi alivio Crom me mira a mí cuando el bruto le dedica unos segundos de atención. -Mañana nos atacarán y...-

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24/02/2017, 11:39
Crom Daral

Asiento y retrocedo hacia mi puesto en la mesa, pero no me siento -...seeh... y los llevaremos al infierno. El ataque se producirá por el Este.- Dicho esto siento mi respiración agitada. Miro al cielo, aún la negrura revela que tardará en llegar el ataque, lanzo a Yzlin una dura mirada.

-Voy a prepararme. Elvurith, estás al cargo.- Me giro y lo primero es curarme la mano, pero antes de marcharme me detengo y miro por encima del hombro -Yzlin, cuando termines de cenar, búscame en el camarote del capitán. Ven sola.- tras ello reanudo la marcha -No aparezcas y dame una excusa, mujer medusa, dame una excusa...-

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24/02/2017, 11:41
Miraria Daragón

Le acerco el gran alfanjón a Hazir pero mi atención está con Elvurith. Soy consciente de los campios de Crom pero una duda se manifiesta cada vez que lo presencio -¿Desde cuando le pasa?- le pregunto a mi compañera elfa antes de ir a por las pertenencias de Ishrad.

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24/02/2017, 11:43
Elvurith Ur'Dómine

-Desde que el Bosque de las Bestias enfermó- Contesto a mi compañera. Cuando Crom se marcha, siento el alivio y veo cómo las manos de los presos van abandonando las empuñaduras. -Ha estado cerca- inspiro -Seguid comiendo- les ordeno mientras me coloco detrás de Hazir. Poso mis manos sobre él, sobre sus hombros y rozando su cuello desnudo. Dejo que sienta la magia curativa irradiando de mí, tras ello rodeo la mesa y voy a por Serge realizando el mismo conjuro, rozando con la suave yema de mis dedos su esbelto cuello. Por último, me acerco a Gohozor dispuesta a ejecutar un conjuro reconstituyente para que no sienta hambre pero su mirada me detiene. -No es la primera vez que los druidas de Arkhania han intentado hacerse oír en el consejo. Pero sí ha sido la primera en la que han sido escuchados. Dieron dos nombres pero sólo uno de ellos les será asignado.- Quedo de pie delante de él -¿Sabes por qué nunca les escuchan? Porque el único al que aceptaron antes que a ti no cumplió lo que debía hacer y aún así lo liberaron.- Así pasó y ello provocó que perdieran poder e influencia. -¿Quieres volver al Mar de Hojas? Salva nuestro bosque. Estás a bordo de este barco porque sólo tú podrás llegar a lo más profundo y descubrir qué lo está matando.-

El hobgoblin se incorpora levemente para hacerse notar.

Notas de juego

Hazir, Serge. Sanados al 100%

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24/02/2017, 11:46
Reo 641

Bebo un sorbo de vino antes de hablar y dejo el plato a un lado antes de incorporarme -Has dicho dos nombres.- Repito sus palabras -Los druidas dieron dos nombres. ¿Cuál fue el otro?- le pregunto visiblemente intrigado.

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24/02/2017, 11:47
Virming "Comadreja" Davenrost

Alzo la vista y, a la vez que lo hacen Miraria y Elvurith, clavo mi mirada en Yzlin. Doy un paso al frente y salto sobre la mesa. Hablo moviendo mucho las manos y gesticulando en exceso -¡Yzlin, la medusa!- Veo que algunos fruncen el ceño y les aclaro -Los druidas creyeron que ambos podrían llegar al fondo del bosque y sanarlo. Dos criaturas exóticas propias del mundo natural. Pero ella es demasiado exótica para que otro de los gobernantes la dejara en manos de los defensores de la naturaleza.- Me acerco a la medusa, veo que Elvurith se aparta de Gohozor con ira en la mirada pero no me detendré, no ahora. Salto hacia la medusa, aparto el escorpión con una patada y me acuclillo delante de ella: -No, a ti te ha reclamado un miembro del consejo mucho más influyente y poderoso. El dueño de este navío: Dharkanian Gliargae, el semidragón rojo. El ser más rico de la ciudad, y te quiso después de escuchar tu historia. TODA tu historia.- Sostengo su mirada -Quiere que vuelvas a casa, a esa torre donde tus padres adoptivos te mantuvieron con apariencia humana durante toda tu infancia. Quiere que lo ayudes a entrar en su torre y robar todos los objetos mágicos que allí guardan.- Miro a los demás, indicando que son muchos, muchos los objetos que allí esperan ser recuperados y, con suerte, reincorporados al mercado negro.

-Ay, este Dharkanian... ¿O era Darkhanian?- cuando Elvurith llega hasta la mesa salto por el otro lado, doy un rodeo y me acerco al grupo que cena apartado -¡Oh! Pero su codicia aún es mayor. Lejos, muy lejos, hay cierta jungla. Una selva densa en cuyo corazón se alza un templo...- miro a Tizoc -Un templo al que cierto trasgo volverá. Junto con un ejército reclutará a sus compañeros de tribu y arrasaran el templo consiguiendo un objeto muy concreto y muy poderoso. Dos lugares que asaltar con la ayuda del Gremio de Ladrones- me giro hacia Serge -¿Y no os preguntáis quién es el rey de los ladrones?¿quién es tan influyente que ha dado el nombre de su hijo?- Alzo los brazos y me tapo la boca como si hubiera desvelado un secreto impronunciable -Así es. Los druidas quieren proteger, el semidragón rojo sólo busca satisfacer su codicia y... ¡un reencuentro familiar!-

Sonrío, estoy acabando con la paciencia de Elvurith y me estoy divirtiendo mucho -Pero hay mucho más. Arkhania también quiere buenas rutas comerciales y para eso debe controlar el comercio de cierta región- Doy otro rodeo, casi pierdo el equilibrio por culpa del vino, pero mis ojos no se apartar de Hazir -Sí, La Joya del Desierto. Buenas noticias, Hazir, volverás a casa antes de lo que pensabas.-

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24/02/2017, 11:53
Miraria Daragón

Traigo la espada larga y una armadura para Ishrad mientras presencio parte del espectáculo -Estás borracho- sentencio advirtiendo lo evidente del estado de Virming. 

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24/02/2017, 11:54
Virming "Comadreja" Davenrost

-Jajajaja pero yo estoy deseando ver el desenlace de este evento- digo mientras señalo a Lythrai y Pain que se miran sorprendidos -El primero- Pain -pertenece a los Schrossar... bueno, antes de que le traicionaran.- Me dirijo a Pain -Tu antigua sociedad les está poniendo las cosas muy difíciles a los Caballeros de Arkhania y, dado que gracias a ellos estás aquí... eres un candidato ideal. Pero esa sociedad no sólo nos está poniendo las cosas difíciles a nosotros. También a los...- miro a Lythrai -...Fonn'Aster.- Le sonrío -Quizá si ven a una de los suyos se muestren más receptivos a ser contratados y forjar una fuerte alianza con nosotros.- Callo un momento mirando a Lythrai mientras Miraria vuelve, seguramente, a por más armas o equipo y Elvurith comienza a mover las manos suavemente.

Verdaderamente Lythrai luce hermosa con esa armadura -Tus mercenarios, están ocultos. Desconfiados. Han perdido parte de su esplendor y son cazados, todo a causa de los Ssschorrossar. Con tu ayuda, Lythrai, los Fonn'Aster tendrán el respaldo de nuestra ciudad y juntos aplastaremos a los Schorossar con la ayuda de su antiguo miembro, Pain.- Miro a los dos, a los tres en realidad añadiendo a Esderian al grupo.

-Sois una joya de equipo a cuál más especial- digo ilusionado -Derrocar un reinado es algo en lo que Ishtar tiene experiencia y qué mejor lugar donde cumplir su condena que haciendo lo que mejor se le da.- Me acerco a él -Según he oído, por cada tres reinos uno será tuyo.- Alzo las manos y señalo al palo mayor -¡¿Y qué mejor reino por el que comenzar a derrocar que uno podrido por la corrupción?! ¿Eh Nickar?- le grito desde abajo...

y aún tengo mucho por decir de Alona, Amok, Krishnarj... pero Ugeus hace su aparición en forma de una montaña de escorpiones, rompiendo el momento. Aunque la ausencia de labios hacen que parezca un ser siempre sonriente, sé que está molesto. Me he excedido hablando pero aún no he terminado.

-¡Pero no!- Digo volviendo a saltar sobre la mesa. Cojo la jarra, bebo y señalo a Ugeus y Elvurith -Je, jeje, jejeje...- Río sonoramente -¡Y este grupo de brutos! Las tribus de Alona y Amok...- Veo el resplandor salir de las manos de la elfa. La función ha terminado... baja el telón...

El impacto destroza la jarra esparciendo el vino que retenía. Siento el aire silabar en mis oídos y un fuerte golpe que me sume en la inconsciencia más placentera. -Mañana... me saldrá un chichón...-

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24/02/2017, 11:59
-El Despeñapresos-

El conjuro de Elvurith ha lanzado a Comadreja por los aires, haciéndolo caer aparatosamente sobre la cubierta del navío. Una pareja de marineros lo recogen y lo sacan de allí.

Todo queda sumido en un silencio tenso roto por la brisa nocturna y los sonidos de los (ahora) arácnidos que componen el cuerpo de Ugeus.

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24/02/2017, 12:36
Lythrai Fonn'Aster
- Tiradas (1)
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24/02/2017, 12:44
Nickar

Comida, agua, brisa nocturna, y en esos momentos un espectáculo, pésimo y lleno de explicaciones, pero espectáculo al fin y al cabo.

No obstante le gustó saber que pretendían hundir el reino que le había cobijado, no porque le hubieran condenado, si no por que le culparan a ella de corrupta por aprovecharse de esa mofa de humanos, en vez de asesinato por acabar con un muchacho inocente.

Tiro el plato con los restos hacia el vacío, antes de enderezarse y dejarse caer hacia adelante. Una caída libre que frenó a escasos centímetros de la cubierta abriendo las alas de golpe por un instante, y cerrándolas tras el frenazo para caer con sutileza en la madera del navío. Se agachó al lado de uno de aquellos escorpiones sonriendo.

- eres una caja de sorpresas, seguro que estos si tienen veneno - tomó a uno por la cola para examinarlo - sabía que nos escuchabas a través de esos escarabajos, de no ser así hubiera dicho muchas cosas malas, jejeje - se permitió bromear al respecto, para luego mirar al hombre planta - no acabo de entender que os diferencia, ¿la naturaleza no aprecia la vida y la muerte? - dejó al escorpión con calma en el suelo y se dirigió a la mesa, donde tomó una jarra de vino y tras tomar su maza ligera, la regó con el jugo - no se como puede gustarte este licor amigo golem - salpicó la cubierta retirando el exceso del arma.

- interesante el tal Crom - dedicó una caricia a otro de los escorpiones y miró a todos con calma - Tizoc a mi no me ofenderás si adviertes de que las manzanas pueden estar envenenadas, pues si tengo oportunidad, es posible que sea verdad, en fin, espero que las camas sean más cómodas que las jaulas - iba caminando hacia la puerta de los camarotes bostezando - Gohozor si no comes nada, cierto que no lucharás, pero por desfallecer, no por que no quieras, y si tu no luchas, ¿dejarás que luche ese lobo solo? Su naturaleza le llevará a atacar, por lo que o comes algo para no dejarle solo cuando te desmayes, o le pones una correa, y no tienes pinta de ser de los que esa segunda opción les atraiga. Un buen ejemplar por cierto.

Se apoyó al lado de la puerta, quería saber que pensaban antes de ir a dormir, de cuclillas, hizo gestos a otro de esos octópodos, para ver si el señor de las plagas le decía algo. Estaba encantada entre tantas cosas interesantes, hacía un tiempo que no disfrutaba tantas cosas poco comunes.

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24/02/2017, 18:48
Esderian Fonn'Aster

La situación había sido de lo más variopinta, el inesperado cambio de humor o personalidad de Crom, Virming yéndose de la lengua a propósito, más que por el vino diría yo, al tiempo que Miraria nos armaba por si la situación se le iba de las manos a Crom, y Elvurith, con su rollo sadomasoquista, dándole caricias en el cuello a los presos y fustigando al capitán Virming por los aires... Sin embargo una duda había surgido en la mente de Esderian, una pregunta cuya respuesta estaba al alcance de su mano, tan solo debía formularla en voz alta a la persona indicada, acto seguido se giró hacia Lythrai - Hay algo que quería preguntarte desde hace rato, he adoptado tu apellido pero ¿Que significa realmente ser un Fonn'Aster? ¿Y cómo puedo demostrar que realmente soy un Fonn'Aster?, quiero decir, ¿Hay alguna prueba que deba superar para demostrar al mundo que soy un Fonn'Aster o cualquiera que diga que lo es, el resto debemos creerlo?-

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25/02/2017, 02:42
Serge Leblanc

De repente la situación en el barco había dado un giro de 180 grados a lo peor que podía haber pasado. No sólo había quedado patente que no podían fiarse de Crom y de su imprevisible personalidad, sino que además tenía algo personal contra Yzlin. Bien cierto era que el ladrón apenas conocía a la medusa, pero se fiaba bastante más de ella que de aquel hombre de doble cara. Tal vez siguiera a la doncella a una distancia prudencial para asegurarse de que no le pasaba nada. No es como si ella no fuera capaz de defenderse, que lo era, pero a nadie le incomodaba tener un apoyo extra en forma de aliado, ¿no?

Y entonces pasó. El tal Virming empezó a hablar acerca de los motivos por lo que ellos, simples criminales sin cualidades especialmente destacables, estaban juntos en aquel barco. Serge Leblanc sintió cómo sus hombros se tensaban cuando el hombre pronunció aquellas palabras. “¿Y no os preguntáis quién es el rey de los ladrones? ¿Quién es tan influyente que ha dado el nombre de su hijo?”

Non…

Tal vez fuera el alcohol el que le había hecho decir aquella sarta de mentiras al llamado “Comadreja”. O a lo mejor disfrutaba inventándose historias sólo para ver la reacción en la cara de la gente. Historias de muy mal gusto. Mientras los marineros se llevaban a Virming, el ladrón se forzó a sí mismo a sonreír mientras terminaba la copa de vino que tenía en las manos.

 -Parece que notre ami ha sucumbido ya a los efectos de la bebida. Y a mí también me empieza a hacer efecto, por lo que lo más prudent será que me retire a descansar. Bonne nuit, mes amis.

Dicho esto, Serge se levantó de la mesa dispuesto a buscar el lugar que tenían asignado para descansar. Sin embargo, a pesar de que lo intentaba con todas sus fuerzas, las palabras de Virming se repetían una y otra vez en su cabeza.

C'est impossible… Mon père est mort…

De repente la situación en el barco había dado un giro de 180 grados. Ahora la próxima batalla ya no preocupaba a Serge Leblanc.

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25/02/2017, 11:02
Reo 640

Un escalofrío recorre mi espalda a medida que el insecto se transforma en arácnido. Al ver las pinzas abrirse hacia mí quedé congelada en el acto. Era evidente que los escarabajos han escuchado mi discurso, presenciado mi actitud ahí abajo y ahora debo enfrentarme a este ser, a este no-muerto.

Los músculos se tensaron. No podía apartar la mirada del escorpión. No porque temiera su dolorsa picadura -el veneno es algo a lo que estoy acostumbrada- sino porque por el rabillo del ojo fui testigo de la transformación de nuestro anfitrión...

-Yzlin, cuando termines de cenar, búscame en el camarote del capitán. Ven sola.- Sus palabras atravesaron mi mente arrancando cualquier pensamiento, cercenando la capacidad par urdir un plan, una estrategia. -¿Cómo puedo medir el curso de acción si Crom es imprevisible?- Cuando el caballero se marchó respiré por primera vez y me sumí parcialmente en mis pensamientos.

No sé cuanto tiempo estuve distraída, centrada en el camino al camarote del capitán y los que pudiera venir despues. Pero, entonces, Comadreja saltó sobre la mesa, apartó el escorpión he hizo una revelación que aumentó el pesar que aguantaba en ese momento. -¿Volver?-

Automáticamente preferí centrarme en mis compañeros y los motivos por los que están aquí. Miré a Gohozor... los druidas me habían llamado a mí y, junto a él, esperaban sanar un bosque enfermo. Pero parece que nuestros caminos se separarán... -¡¿Nos van a separar a todos?!- No podemos permitirlo. Seremos más fuertes juntos y así debemos hacérselo ver a nuestros captores. Incluso Pain, puede leerse la soberbia en su rostro y si ciertamente se cimenta con buenas aptitudes de combate, mejor aguantar sus fanfarronerías y excentricidades... -¿Por el bien del grupo?- No, por causar mayor mal a nuestros enemigos.

...

Arrastran a Comadreja a algún lugar del navío y el silencio reina en la estancia. El nudo en el estómago por el curso de los acontecimientos me impide tomar ningún otro bocado. -De todas formas, mi hambre está saciada-.

Inspiro hondo. -Voy a ir a verme con Crom, con decisión- Alzo la vista y me sorprende ver la mirada conciliadora de Serge. Siento cierta compenetración con él y asiento.

Arrastro la silla hacia atrás intentando producir el menor ruído posible pero atrayendo algunas miradas -Voy a ver qué quiere Crom de mí- sentencio pese a las boces de mi interior -¡Huye! ¡Salta por la borda si es necesario!- pero esas boces se hunden, sepultadas por mi orgullo. -Maldito orgullo. ¿Por qué decidí hacerme notar de esa manera?-

Miré a mis compañeros de celda haciendo un gesto con la mano para que estuvieran tranquilos. -Lo tengo controlado- les miento, pero no quiero que se preocupen o que la situación empeore. -Soy una medusa con aptitudes arcanas no ofensivas. Mi único valor en batalla es curar heridas, pero de eso ya se encarga Elvurith con una mestría muy lejana de mis actuales capacidades.- Con un nudo en el estómago revelo la verdad -Soy prescindible-. Quizá eso fue lo que me empujó a intentar ser una líder conciliadora... -no lo sé, pero ya no importa.-

Desarmada pero con la cabeza en alto en signo de seguridad, cruzo la cubierta dejando atrás a este espléndido grupo.

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25/02/2017, 12:31
Ishrad Corlav

Comienzo a comer de una forma tranquila, aun que bien era cierto que estaba hambrieto, no era la primera vez, ni sería la última...

Crom comienza a darnos un discurso sobre lo que sucederá mañana, y asiento a sus palabras. Veo como el no-muerto cambia a una forma de escorpión y apunta hacia Yzlin, lo cual me hace sacar una sonrisa, su soberbia sería acabada si seguía de esa forma.

Incluso Crom, cambia de una manera extraña, dando un aura de maldad, lejos de la de valor que nos proporcionaba a todos, en ese momento sentí un escalofrío, ese hombre podría matarnos a todos si quisiera...

Elvurith consigue que Crom vuelva a su estado normal, al mismo tiempo que Miraria nos trae las pertenencias, armandonos. ¿Realmente quería que nos enfrentaramos a ese hombre si se descontrolaba?

Ella y Virming comienzan a explicarnos realmente lo que está pasando aquí, una ciudad en paz, donde realmente no dejamos de ser esclavos, pero unos esclavos que pueden llegar a ser señores, sí, ocupar el puesto que me pertenece estaba por fin en mis manos, solo debía cumplir y aprovechar las oportunidades.

Finalmente Virming es golpeado por un hechizo, dejando claro que no necesitamos saber más por ahora, si sobrevivimos a mañana, quizá sigan contandonos como funciona la cosa.

Sin pensarmelo dos veces, empiezo a ponerme mi coraza, lo cual me llevará un rato ponermela solo, mientras escucho a los demás hablar sobre ellos mismos. La pequeña Nickar convenciendo a esa especie de planta, y el guardia de la prisión, queriendo saber donde realmente se ha metido, seguramente para el hubiese sido mejor quedarse en la prisión.

Una vez preparada la armadura, meto la espada en el ciento y miro a Miraria con cara de aprovación por entregarme mi equipo.

Cojo mi copa y la lleno de vino, tras eso la levanto en una especie de brindis.

Mañana derramaremos la sangre de los enemigos y forjaremos nuestro propio destino.

Tras eso bebo mi copa de un solo trago y me dejo caer en la silla.

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25/02/2017, 14:11
Tizoc
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Notas de juego

Pongo la oreja en la conversación del capitan. 

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25/02/2017, 14:54
Gohozor del Mar de Hojas

Toda la palabrería de Crom eran humo si se tenía en cuenta que uno de los gobernantes era el Rey muerto y en la mesa había una silla para una abominación como Ugeus. — ¿Y para qué podría querer ese vergel escoria como nosotros? — salió de su boca dejando claro que las palabras que pronuncia Crom eran sólo una forma refinada de mentir. Por lo que contaba a él le recordaba un campo de batalla continuo. 

Ante el cambio de actitud y el acercamiento de Crom a Yzlin las manos de Gohozor se acercaron a dos de sus cuchillos —Ha tardado menos de lo que esperaba en mostrarse como lo que en verdad es — Esperaba que eso hiciera ver a todo el mundo lo que desde el principio había sido claro para él: usen los modales que usen son los carceleros. 

— Gracias — fue todo lo que dijo antes la intención de Elvurith de usar un hechizo de sustento sobre él y se acercó a la mesa de la que cogió un par de frutas que guardó en su armadura. Había pecado de orgullo y podía haberle costado un alido al alejarse tanto de ellas tres. No se repetiría. 

—¿Te sorprende que el bosque de las bestias esté enfermo cuando esos nigromantes no paran de alterar el orden natural? — escupió sobre el asiento de Ugeus y escuchó lo que tenía que decir el capitán. Krishnarj hizo la pregunta que tenía en los labios y Gohozor sonrió,  tal vez el hobgoblin había entendido la necesidad de coloborar, no tenían que caerse bien,  ni siguiera soportarse;  pero tenían que estar unidos contra el enemigo común. — Volver al Mar de Hojas...  Haría cualquier cosa por volver — miró a Elvurith y un atisbo de agresividad pudo verse en sus ojos — pero,  ¿por qué debería creer en vuestras palabras cuando el mismo Crom ha dicho que el poder en la ciudad cambia constantemente según quien sea más fuerte? 

Elvurith estaba siendo lista. Sin dudas podría haber callado al capitán en las primeras palabras; pero lo dejaba hablar mostrando su contrariedad, seguramente tan falsa como las buenas maneras de Crom. El comadreja sólo hacia su trabajo: darles motivos para que quisieran colaborar. Les hace sentirse importantes, alimenta su codicia y por lo que Gohozor sabe de los seres civilizados casi con toda seguridad lo conseguirá. Eso debía ser lo que los civilizados llamaban política.

Le sorprendió especialmente los comentarios sobre Ishtar. Le había parecido alguien peligroso desde el principio aunque no hasta el punto de derrocar reinos ¿qué sería un mago,  un asesino, un envenenador o tal vez uno de esos cléricos que profetizan el fin del mundo? Tendría que prestarle más atención. O quizás todos murieran a la mañana siguiente y nada tendría importancia. Bueno,  una cosa sí,  asegurarse que aquel maldito nigromante no levantaba su cadáver. 

La aparición de Ugeus le asqueó — tal vez,  si sería divertido;  pero aún no — aún tenía que encontrar una forma de desmontar los planes de aquella gente — Y luego Ugeus. Rió sin tapujos al ver a Nickar jugar con los escarabajos de Ugeus. 

Sonrió a Nickar por su apreciación de que no le parecían distintos Ugeus y él — La naturaleza no diferencia entre vivos y muertos siempre que los muertos se queden como tales y se descompogan. — Hizo un gesto a Ruffus para que se acercara y lo acarició —  En cuanto a Ruffus no te preocupes, él no luchará luche yo o no. Por nada del mundo metería a su lobo en un combate de interese entre dos ejércitos. El único combate que Ruffus libaría era el de la supervivencia como todos ellos aunque creyeran lugar por alguna otra cosa. 

 — vuestros druidas deben haberse vuelto locos si liberaron a alguien que falló. — miró de reojo a la diabilla — La naturaleza tampoco entiende de piedad. Es un mal precedente,  podría negarme y toda vuestra estrategia se hundiría, podría negarme y que ese dragón que menciona el comadreja se quede sin sus tesoros. 

Miró a Lythrai y a Pain. Se encogió de hombros, Pain no le parecía un gran rival para la mercenaria aunque sería mejor nl subestimarlo. Mordió una de las manzanas que había cogido. — Además del comadreja alguien más sabría manejar ese barco?  — supuso que si y eso lo eliminaba como objetivo por el momento. 

Se acercó a Yzlin y se aseguró que todos los presentes lo escucharan — No te dejes intimidar por Crom, es sólo un lacayo que no se atreverá a enfurecer a un dragón.

Después con paso lento se acercó al lugar donde se encontraban los salvajes y se sentó junto a Tizoc — De modo que vas a asaltar un templo.  ¿qué se siente al saber que otros ya han planificado tu vida y tal vez tu muerte?

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25/02/2017, 19:42
Hazir Al-Tamsa

La cena iba bien, y la comida era deliciosa, llenaba su estómago con el agradable peso de la fruta, el vino, la grasa y el aceite de la carne. Siguió comiendo mientras Crom les respondía, con un hambre tal que se diría que no había comido en la vida. Comió más incluso de lo que una persona de su corpulenta constitución podría haber querido: parecía que su estómago fuese un pozo sin fondo. No le gustó nada el comentario de Pain, con una amabilidad tan artificial como la copa que sostenía en su mano. A continuación miró a Hazir, como evaluándole, tal vez pensando si sería un impedimento para sus planes, fueran los que fuesen. Hazir ni le miró, hizo como si no se hubiera dado cuenta de la mirada, aunque una ligera tensión se instaló en sus hombros. No, de momento no sería un impedimento para Pain; además, estaba seguro de que Lythrai era más que capaz de defenderse sola. Pero, más adelante, tal vez, si trataba de hacer algo... ya se vería. 

Crom les habló sobre la ciudad a la que iban, que parecía ser un poco como todas as ciudades grandes del mundo: luchas de poder y avaricia. A Hazir le gustaban, aunque no para pasarse en ellas años, puesto que las maravillas del mundo estaba ahí fuera, tras los muros de la ciudad, y sería un desperdicio pasar años recluido en una ciudad sin ver ninguna de ellas. Aunque, por lo que contaban, sí que parecía un sitio digno de una visita larga. Ahora faltaba que les dijera qué papel desempeñaban ellos en todo eso, quién les había seleccionado y por qué. 

Sin embargo, no lo hizo, y Hazir dejó por primera vez de comer para observarle. Aquél gesto, aquella postura, le resultaban muy familiares. Sus ojos se nublaban, canalizaban la rabia hacia dentro. Estaba debatiéndose consigo mismo, luchando contra algo... y ese algo ganó. Quedó claro en cuanto la copa reventó, explotando en su mano, cortándole y haciendo que el vino se manchara con su sangre. Hazir no se sobresaltó, pues estaba esperando ese desenlace, y le observó con curiosidad volviéndose más alto, con sus ojos de otro color, sus posturas y gestos... aunque el cambio principal era de personalidad. Nada quedaba ya del caballero, y su aura de valor desapareció. Claro, el aura solo afecta a los que el que la produce considera aliados. Si deja de vernos como tal, sus efectos se desvanecen...

Ahora, su aura era más bien intimidante, no la de un poderoso líder, sino la de un poderoso enemigo. Era un cambio curioso y notable: seguía siendo justo y recto, pero ahora era también colérico. Era un ejecutor. Si antes era el amable caballero que ayuda y sana a sus aliados, ahora era el implacable guerrero que destruye a los herejes a sus creencias.

Sólo la sangre enseña las lecciones. Bien sabía eso Hazir: bien se lo habían enseñado desde que pudo tenerse en pie, y bien lo había aprendido después, en sus propias carnes. El transformado caballero avanzó hacia Yzlin, y Hazir tensó los músculos, dispuesto a saltar de la silla. Por el rabillo del ojo vio a Miraria rodear la mesa, pero de momento su atención estaba puesta en Crom, o en aquello en lo que se había convertido. Se preparó para saltar sobre él en caso de que atacara, ya que la medusa había demostrado ser un integrante valioso del grupo, con muchas habilidades, y no podían permitirse perderla. Sabía defenderse sola, seguro, pero si se sumaban la elfa y Ugeus...

Pero no lo hicieron, sino más bien al contrario. La elfa detuvo a Crom, y Hazir volvió a relajarse. La ira que latía en los ojos del caballero era más que conocida para Hazir, aunque parecía que había salido demasiado pronto. Así que esta es la verdadera forma de nuestro caballero... Era interesante, pero también peligroso. En cuanto Crom se fue, por fin terminó de relajar los músculos y se giró, dirigiendo su atención hacia Miraria. Le tendía un gran alfanjón, pero de momento no se fijó en él. Si mirada se dirigía a los ojos de la mujer, y compuso su sonrisa más encantadora mientras cogía el arma con gentileza, asegurándose de sus manos se rozaran suavemente. 

-Gracias, mi señora. Nunca había conocido a una arquera tan hermosa como vos, y cuando mañana el enemigo ataque desde el aire, vuestras habilidades serán de lo más útiles-su voz era suave como la miel, y su acento quishashi hacía sonar sus palabras melódicas y exóticas. Su mirada era alegre, fija pero cortés. 

Entonces la elfa volvió a llamar su atención al explicar el por qué estaba Gohozor allí. Hazir no se interesaba demasiado por los asuntos de los druidas, en su país eran gente seca y árida como el propio desierto, y poco amigable. Era mejor no meterse en sus asuntos, o uno podía recibir uno de sus brutales conjuros que arrancaban la carne de los huesos a la menor equivocación. Sintió un escalofrío que nada tenía que ver con la magia curativa cuando la elfa le acarició. Sus manos eran suaves como la seda, y seductoras como un susurro. Hazir estaba seguro de que con aquellas mismas manos podría romperle el cuello de haber querido, y aquél peligro la hacía aún más excitante. Sin embargo, no le prestó demasiada atención, ya que se disponía a volverse hacia Miraria, o examinar el arma, cuando Comadreja habló. 

Resultó evidente su estado de embriaguez en cuanto se subió a la mesa, y eso hizo a hazir poner aún más atención, ya que los borrachos suelen contar más cosas y con más claridad que los sobrios. 

Y así fue. El capitán desveló que hacían allí tanto la medusa como el trasgo. Después de eso, habló a Serge, y además de decirle por qué había sido llamado, reveló algo aún más interesante. Vaya, vaya... el hijo del jefe... Ya sabía que no podía ser un ladrón corriente. Parece que aquí tenemos lo mejor de cada casa.

Pero dejó de pensar en ello cuando el capitán se acercó a él por la mesa y le dijo, sin tapujos, lo que Arkhania deseaba de él. 

En un primer momento, sintió un leve disgusto. Se había ido de su país por un motivo, y los viajes le estaban reportando gran cantidad de maravillosas experiencias y vivencias. Además, él no era ningún comerciante: jamás podría llevar una vida tan aburrida. Sin embargo, aquel disgusto tan sólo duró un segundo, un instante, un aleteo de pájaro. En cuanto pasó, se dio cuenta de lo que realmente le ofrecía aquella oportunidad. Podría volver, de forma muy distinta a como se fue. Recordó haber dicho algo que realmente no había pensado poder cumplir. Podéis arrojarme al foso de los devoradores de la arena y volveré liderando la manada. Ahora podría hacerlo. 

Y, por lo que decía Comadreja, la cosa no acababa ahí. Lythrai debía reconstruir una orden de mercenarios, dispersa y debilitada. Se imaginó recorrer todo el viaje de vuelta a Quisan, mientras por el camino Lythrai iba reagrupando a todos los mercenarios, con ambos reuniendo un ejército, se imaginó acompañarla mientras devolvía las fuerzas a su moribunda orden y entrar, con ella a su lado, en la capital de Quisan, acompañados por toda una compañía libre de mercenarios de armadura negra. Tembló de excitación, aquella perspectiva hacía que la sangre le hirviera de puro júbilo.

Al ver que la elfa ponía un rápido fin a las explicaciones del capitán, por fin examinó el arma que había recibido. Se sorprendió al ver las marcas en la funda: aquél no era un gran alfanjón, era su gran alfanjón. Lo había perdido hacía tanto tiempo que casi lo había olvidado, pero no podría pedir un arma mejor. La empuñadura era del color de la arena, con varias gemas verdes y destellantes engarzadas en la cruz, y los gavilanes del arma se combaban y doblaban, tallados hábilmente para que parecieran serpientes que se enrollaban unas con otras, con sus afilados colmillos apuntando amenazadores hacia delante. Era un arma enorme, casi tan alta como él, con una hoja que tenía casi dos palmos de ancho en su parte más gruesa. Era mucho más grande que un alfanjón normal, pues era un arma de ejecutor, concebida por los matarifes, usada por los verdugos para ejercer las sentencias de muerte. Una hoja capaz de rebanar un cuello limpiamente, al estilo de las grandes hachas o los espadones del norte. Por eso mismo se habían vuelto tan populares en las arenas de combate, donde había que enfrentarse a veces con monstruos y animales del desierto con los que más valía tener un arma bien grande. Su hoja describía una pronunciada curva, pensada para maximizar el área de corte, y un solo tajo con ella podía rebanar con facilidad la cola de un dragón de la arena.  

Extasiado por haberlo recuperado, con un centenar de recuerdos brillando tras sus ojos, lo desenvainó, y el acero emitió destellos a la luz trémula que les rodeaba. Sin duda era su alfanjón, y sin duda era un arma de su tierra. El acero emitía destellos fractales, como de gema, y tenía un color mate en torno al filo. Era acero de arena, una técnica de milenios de antigüedad, acero endurecido al templarlo y forjarlo con abrasivos chorros de arena, que lo dejaban duro y resistente como las rocas del desierto. Sin comprobarlo, sabía que el filo se había mantenido igual de letal. 

Por fin lo sostuvo con ambas manos, y lo blandió un par de veces, haciéndolo girar en las manos. Bastaba verle para ver que no sólo había sido entrenado en su uso, sino que era un experto con él. La empuñadura se ajustaba a su mano perfectamente, y parecía una extensión de su brazo. Se volvió a familiarizar lentamente con él, mientras sus compañeros respondían a las palabras del capitán de diversas maneras. Las armas son como las amantes, y cuando uno se ha separado de ellas un largo período, hay que tomarse un tiempo para volver a conectar, para volver a conocerse. 

Finalmente volvió a guardar el alfanjón en su funda, y se lo ató a la espalda, de manera que la hoja quedara sobre los riñones y la empuñadura en su cadera. Algunos estúpidos los llevaban al hombro, y sólo lograban rebanarse una oreja al desenvainarlo.  

Allí, en aquella sala, con un gran alfanjón en su funda, rodeado de comida, luchadores, vino y mujeres, y con la inminencia de una batalla al día siguiente, le pareció que volvía a estar en las arenas de combate, le pareció oler ya la sangre, el sudor, la excitación y la arena manchada de muerte. Aquello le traía los recuerdos más excitantes de su vida, y sonrió más de lo que parecía posible, y observó a las mujeres que allí quedaban. Recordó lo que decían los guerreros que allí había conocido: Antes y después de la batalla. Antes de la lucha, el guerrero debe buscarse una mujer, porque puede ser su última noche y no debe desperdiciarla. Después de la batalla, triunfante, es el mejor momento para conquistar a una mujer, ya que solían decir que es cuando más energías tiene el guerrero para el amor. 

Claro que eso era realmente difícil de comprobar en las arenas de combate: las mujeres de los nobles de la ciudad, normalmente mujeres muy jóvenes casadas con maridos demasiado mayores por conveniencia, se lanzaban sobre los luchadores de la arena como una bandada de buitres sobre la carne podrida, y más si acababa de ganar una lucha. Hazir aún recordaba el día en el que Darkhon el Mayor mató en la arena a una crocohidra sólo con su descomunal garrote de madera y hierro. Sólo de pensar en la noche que siguió, la cabeza le daba vueltas: había sido como ver una jauría de hienas atacando a un cordero. Tardó tanto en poder volver a andar que pensaron que se había quedado paralítico. 

Miró allí, y se sintió de nuevo como en aquellos días, y su pecho se hinchó de júbilo. Esta vez, no pudo evitarlo: soltó una carcajada, limpia y clara, de pura alegría, un sonido que nació de lo más profundo de su pecho, como un mar que desborda. Sus ojos eran un torbellino de emociones que daba vértigo mirar: estaban llenos de lujuria salvaje, de hambre desatada, de excitación suprema, de ferocidad animal, y, sobre todo y ante todo, uniendo todas las emociones, de júbilo. 

Se dio cuenta de que todos se habían vuelto hacia él, y sonrió tanto que pareció que se le rasgarían los labios. 

-Disculpadme, mis señores-dijo, mientras sus ojos lanzaban chispas, brillaban como un fuego azuzado-No he podido contenerme-Vio que nadie lo entendía, que nadie lo veía igual. Bueno, tal vez Lythrai sí, al fin y al cabo, ella es de los míos. Abrió los brazos, como si buscara abarcarlo todo-¿Es que nadie se da cuenta? Aquí, sentados frente a una cena espléndida, en deliciosa compañía, a bordo de un barco volador-giraba sobre sí mismo, mirando a todos los presentes. Cuando llegó a Lythrai, buscó la señal, el brillo que indicara que le entendía-Con una batalla dentro de pocas horas, rumbo a una ciudad magnífica en la que cada uno tiene un papel, a cada cuál más grandioso. ¿Es que nadie lo ve como yo lo veo? ¿No os recorre por dentro la excitación como si fuera un rayo? No sabemos lo que pasará mañana-dijo volviéndose hacia Miraria con los ojos brillantes, dejando que viera la insinuación en sus palabras- Miles de caminos se despliegan ante nuestros pies. ¿Cuáles tomaremos? ¿Cuáles dejaremos?-Se volvió hacia el hombre planta-¿Que otros lo han planificado? ¿Qué han planificado? Porque a mí me está pareciendo que han planificado el mejor momento de nuestras vidas, y que nadie sabe qué haremos ni cómo lo haremos. Y si hay que asaltar un templo-se volvió hacia Tizoc, el brillo en sus ojos y su sonrisa rozaban los bordes de la locura, una enajenación placentera y maravillosa como la de los enamorados, o la de la música de los bardos-se hará. ¡O no! ¡Vuelve a la jungla y vuelve con tu gente! Y si tú quieres ser un Fonn'Aster-se volvió hacia Esderian-¡Pues adelante y acéptalo! ¿Acaso importa lo que los demás pensemos? ¿Si yo pensara que eres un dragón, te volverías un dragón?-se volvió hacia Lythrai-¿O no es así? ¡Tienes una orden que reconstruir, y él es un buen comienzo!

Hazir suspiró, y se calmó. El brillo en sus ojos se redujo, y la expresión enajenada desapareció, aunque no la sonrisa, que se hizo un poco más normal. Se metió otro trozo de carne en la boca-uno de los últimos de la mesa-y tragó como para serenarse. No le importaba que los demás le consideraran loco. No lo era, realmente: sólo disfrutaba de todo cuanto le pasaba. Su tranquila personalidad volvió rápidamente, y se volvió. Se acercó a Lythrai, y fue a susurrar, pero entonces miró un momento al hombre planta, le sonrió y le hizo un gesto de disculpa medio en broma medio en serio. 

Tras eso, se aseguró el arma a la espalda, se volvió hacia Miraria y sonrió mucho más calmadamente. Le habló con voz suave como la seda, cortés y galante. 

-Mi señora, sería un honor que me enseñarais el resto del barco esta noche. Me gusta ver dónde voy a luchar antes de hacerlo. 

Notas de juego

Uf, espero no dejarme nada, pasan muchas cosas xD Tomad tochopost. Creo que me he pasado de largo