Partida Rol por web

-Yo personalmente escondería la espada en un sitio imposible de encontrar, pero si tenemos en cuenta que era un viejo loco y además tenía mucha confianza en sus trampas y bichos, es muy posible que la escondiera en la habitación que ha mencionado el mago.-Duncan no quería haberlo mencionado. Si acertaba se arrepentiría de no haberse callado y vender o intercambiar la espada por separado y si fallaba nunca hubiera pasado nada.-Muchos magos camuflan los objetos mágicos para que parezcan vulgares, estatuas de barro en vez de oro, palos de escoba camuflando bastones de gran poder, espadas oxidadas y desequilibradas que cualquier guerrero dejaría por no cargar con ellas...puede que ya la tengamos pero no lo sepamos.-

- Pero que listo es mi Duncan - suspira la ladronzuela - quizas sea esa espada que hemos encontrado pero que le han quitado la joya de la empuñadura -

-No- respondo tajantemente a Sarrah -ya he examinado la empuñadura, no hay muesca ni hueco para una joya, si esa es la espada esta bajo una ilusión. Y si es el caso creo que podré saberlo con los hechizos adecuados. Cuando acabemos aquí. De momento deberíamos comprobar la puerta metálica, luego examinare todo nuestro botin-

Desandais pesadamente vuestro pasos, ya que segun vuestros calculos debais de llevar un dia entero aqui abajo, a traves de los oscuros tuneles del subterraneo de la mansión del mago hasta llegar ante la pesada puerta de metal con el letrero encima avisando del peligro.

-Bueno pues...-dice el ladrón mirando el letrero.-..ya estamos aquí. La última puerta de este maldito subterráneo. Cuando acabemos os juro que voy a partir la cama al medio de tanto dormir, aunque antes comeré un asado crujiente y jugoso.-

-totalmente de acuerdo Duncan- digo mientras sigo pensando en el contenido del laboratorio y en como llevarmelo -que la prisa no te haga imprudente, puede que aquí este la defensa mas importante-

Luego pregunto como si recordara algo -¿esa estatua de cristal decíais que pegaba fuerte?-

Siriel sonrió ante esa nueva oportunidad.

No tanto, pero es que algunos no soportan bien los golpes, eso lo decía por el caraenano de Vasily por si no te habías dado cuenta, es que fue al único que golpeó, porque después cayó fácilmente bajo nuestro acero. Aunque para que no se enfade podemos decir que Vasily le distrajo para que pudiéramos acabar con él, ¿verdad Rom?

Duncan examina la puerta y la cerradura con mucho cuidado logrando averiguar que no hay ninguna trampa presente, por lo menos mundana, asi que comienza a intentar abrirla con su instrumental. Pero desafortunadamente esta parece que es de mejor calidad que la del resto de puertas del subterraneo.

Despues de este intento Sarrah mira pensativamente a Duncan. - Esta muy bien que nos demuestres tus dotes de cerrajeria pero no quizas sea mejor que uses ese juego de llaves que llevas al cinto. Quizas alguna de ellas sea la de esta puerta -

Por supuesto Siriel, a mi ni siquiera me dio tiempo a desenfundar mi espada, pero sin duda cogió distraído a Vasily, si no hubiera sido por eso no dudo que Vasily habría vencido a la estatua.

- No fue más que un simple adorno de cristal que se quebró bajo mi afilado golpe - dijo algo molesto por el comentario de Siriel en el que ignoraba su gran parte de mérito en la destrucción del gólem - por cierto, ¿recordáis cuánto tiempo nos dijeron que disponíamos?- preguntó a sus compañeros preparando de nuevo el arma.

Duncan parece dubitativo ante la insinuación de Sarrah y saca el manojo de llaves una vez desiste de contestar una respuesta. Comienza a tantear con una llave,-estaba...las ganzúas...-otra llave, la pregunta de Ataulfo le dio la oportunidad de cambiar de tema-creo que un día o un par de ellos como mucho.-luego otra llave y otra más...

Despues de unos cuantos intentos Duncan da con la llave correcta y abre la puerta permitiendoos ver una sala de unos 10 metros de largo y 6 de ancho repleta de armas bien ordenadas en varios armeros. Al fondo de la sala veis al guardian, una cosa horrible, un monstruo con cuernos, garras y talones afilados y alas de murcielago. Su piel está hecha de piedra y tras dar un chillido muy agudo agita sus alas y comienza a atravesar volando la sala en vuestra dirección.

Una espantosa criatura se abalanzó contra el grupo. El pequeño Siriel se apartó un poco para dejar pasar a los demás e ir haciendo hueco en la sala. 

Duncan reaccionó enseguida. Rodó hacia adelante entrando en la habitación e intentando no llamar la atención de la criatura. Su intención era encontrar la espada que andaban buscando mientras estuviera distraída.

Al escuchar el grito de esa cosa parpadeo con sorpresa abandonando mis pensamientos sobre el laboratorio

"o genial, y yo sin hechizos"

Doy unos pasos hacia atrás mientras arrojo una daga no muy seguro de que sirva para algo

- Vaya mierda... - logra refunfuñar el guerrero mientras toma posición junto al otro guerrero para dar la bienvenida al nuevo guardián.