Partida Rol por web

Desde mi segura posición me dedico de vez en cuando a iluminar hacia atrás, por si acaso, de todos modos me doy cuenta de que estamos parados

-no creo que así consigamos mucho, confio plenamente en las habilidades de Duncan, así que avancemos-

Duncan tantea la puerta y la abre daga en mano.-Vamos señores, que no se diga de nuestra valentía.- 

- No, si al final... - dice el guerrero haciéndose paso entre el grupo mandoble en mano - entremos - comenta mientras avanza traspasando la puerta que cubre los misterios de aquel subterráneo.

Duncan abre la puerta y la luz del candil ilumina un pasillo de unos tres metros de ancho con suelo de piedra que se extiende hacia adelante unos 9 metros. De repente los dos guerreros con las ansias de entrar empujan al ladron y este al avanzar de esta guisa ilumina un poco mas la zona descubriendo que en la pared de enfrente, unos metros más adelante, hay una puerta de hierro y que el pasillo se dobla enuna bifurcación hacia el este y el oeste.

Ambos guerreros entran a tropel empujando al ladrón quien al trastabillar se adelanta un paso e ilumina mas el lugar donde se encuentran. Romualdo, armas en ristre, mira en todas direcciones, y al no ver a nadie señala a la puerta de hierro.

- Quizás esa puerta sea un buen lugar para empezar a buscar, antes de perdernos por estos pasillos.- Comenta.

- Sí, hagamos un barrido de todo esto - asiente ante la propuesta de Romualdo - Duncan, si haces los honores - pide al pícaro mientras le ayuda a recobrar su sitio ante la puerta metálica.

No sé porqué correis tanto, la muerte os llegará cuando os toque, no hace falta que vayais a buscarla con tanta prisa, además, hasta que el gran guerrero Sirielelquehacrecidounpalmo Ramarota no pelee no podreis derrotas a los malos. Esa puerta no me gusta. Las puertas grandes esconden cosas grandes, y esa tiene muy mala pinta.-

el halfling se había puesto nervioso, se imaginaba a escarbajos gigantes con espadas en todas sus patas intentando cortarle sus pequeños brazos

Como esperaba Ataulfo es demasiado inquieto e indisciplinado como para guardar la retaguardia, de modo que le dejo pasar echándome a un lado

-tu ahora concéntrate en la retaguardia Siriel, que nada nos soprenda a traición- me aseguro de recordar al halfing su papel, o acabare mal

A pesar de la tensión del momento, la jovialidad del halfling hace que el guerrero sulete una carcajada al escuchar sus palabras.

 - Sin duda Gran Siriel que me alegro de tener tu brazo de mi lado- contesta mientras se coloca a un lado de la puerta.

En un segundo, el ladrón se vé arrastrado, empujado, aplastado contra la pared y casi levantado en volandas para dejarle otra vez al frente de una puerta metálica que no sabe de donde ha salido quedando delante de ésta sin saber bien que hacer. Duncan recupera la compostura, se gira hacia atrás y observa la posición que antes tenía y los metros recorridos en la "estampida".-¿Pero a vosotros que os pasa?.

Mientras se rie, el bribón se gira molesto por haber sido arrollado por los guerreros. Romualdo observa al ladrón como les mira con el ceño fruncido y de nuevo comienza a reirse.

- Oh vamos Duncan, nada impresiona mas que una buena entrada!!-  responde al ladron tratando de quitarle hierro al asunto.

-La cuestión es que la entrada está ahí detrás y yo aquí adelante y el suelo no estaba bajo mis pies hace un momento.-El ladrón sacude el dedo delante de los dos guerreros conteniéndose las palabras. Al final suelta un bufido y examina la puerta de hierro mascullando algo entre dientes.

¿Estoy el último y detras de Siriel? tiene que ser una broma.

-Oye, oye, desde aquí Petra no puede guiaros en el camino correcto- me quejo-.

No tengas miedo amigo barbudo, que el guerrero Sirielquecasiesdetualtura Ramarota te protejerá ante los malos.- le dijo dedicándole la mejor de sus sonrisas

Después se colocó la armadura bien, sacó su espada (casi se corta en el movimiento) y se dispuso a seguir a sus compañeros

En cuanto Duncan da unos pasos hacia adelante seguido por los guerreros para llegar a la bifurcación algo sucede y es que repentinamente proveniente de la pared de la izquierda escuchais una voz que pregunta - ¿Cual es la contraseña? - y tras decir esto el suelo se abre hacia los lados repentinamente dejando sin apoyo a Duncan y a los dos guerreros que lo siguen ansiosos.