Partida Rol por web

Jonhy estuvo un buen rato haciendo cuentas... claramente las matemáticas no eran lo suyo, y no tenía una puta calculadora a mano.

- 80 por 5 son 450...comenzó a decir en voz baja para él y si sumamos la heroina... mierda... tío, tu lleva la pasta y que sea él el que te diga cuanto te da por ello. Dijo entre avergonzado y cabreado por las matemáticas

Tras unos segundo en silencio continuó. 

- Le diré que os veréis en el segundo banco del primer camino a la derecha que sale cuando entras por la 5ª con la 66, es un lugar tranquilo y bien cubierto. Los números se le darían de culo, pero moverse por la ciudad era un arte, y Jonnhy lo dominaba como nadie. Eso si, acuérdate de mi cuando tengas toda esa droga... 400 joder, 80 por 5 son 400 dijo comenzando a reírse orgulloso de haberlo descubierto el solo.

Violet se levantó fresca como una lechuga, como un brote primaveral, como una mañana de invierno, como una adolescente con leggins para sordomudos... Era de esperar ya que había dormido un día entero. Aquello equivalía al menos a tres sesiones de compras por la quinta avenida. Cuánto tiempo desperdiciado... ¡Pero iba a recuperarlo!

Mientras hacía la cama rápidamente, intentó recordar el fiestón que se había dado en la gran apertura de Electrosand. Recordaba haber estado en el despacho de Asthon, haber acompañado a la periodista hasta la salida de la zona VIP, haber bebido un sorbo de su copa de champán... 

Mierda, ¿cuándo aprenderé? Violet perdía los papeles fácilmente cuando bebía y normalmente esperaba a que la noche estuviera bien entrada para comenzar a beber, pero se había dejado llevar por el espíritu festivo de la ocasión. 

Una copa de champán. Creo que luego vino el tequila, el vodka, me invitaron a dos combinados, tres chupitos de ron y quién sabe qué más.

Recordaba haber sorprendido a todos los presentes con un baile sensual y espectacular. También había alternado con un montón de clientes importantes y estaba segura de que se había granjeado alguna que otra simpatía. 

La bailarina revisó el bolso que había llevado aquella noche. Estaba lleno de pequeñas tarjetitas con números de teléfono apuntadas, en algunas de ellas había anotaciones acompañando al número:

"¡Qué culo!"

"GAAAAAAAAY"

"Orco"

"Asthon en rubio" Qué tentador...

"Escribo esto con tal de no poner tu número,¡pesado!"

Había decenas de ellas, definitivamente no había perdido su toque. 

Intentó seguir recordando el resto de la noche, pero no pudo. Al parecer, llegada a ese punto, había bebido lo suficiente para convertirse en un ser movido por instintos y altamente hormonado. Menudo peligro...

Recordó hasta que le dolió la cabeza de tanto esfuerzo, pero sólo consiguió recordar algunas escenas sueltas: ella colgada de la Jaula, ella colándose en el baño de caballeros, un pubis pelirrojo...

¡Borrar!¡Borrar!

El estómago le comenzó a rugir, llevaba más de 24 horas sin consumir otra cosa que no fuera alcohol, así que se preparó un enorme bol de cereales, tan grande que habría escandalizado a cualquier nutricionista. Para compensar le echó leche desnatada. Todo el mundo sabe que ese es el truco para no engordar, como acompañar una hamburguesa con una Coca Cola light. 

El sol entraba a raudales por la ventana. ¿Qué le depararía aquel día?

La joven sonrió ante el comentario.

-Todo son palabras de halago por parte de Derek hacía su persona. Yo confío en él, así que espero que no le haga quedar mal. -Bromeó. En ese momento Kate carraspeó la garganta para ponerse seria.

-Verá, no me gustaría hablar por teléfono de un tema tan delicado. ¿Podemos vernos en algún sitio?. Cuándo usted vea, no pretendo meterle prisa, aunque si que es cierto que el tema es urgente. 

Thomas volvió a destapar el auricular para responder.

-Oh, no habrá ningún problema, entiendo sus reticencias señorita Aldridge. En estos mismos momentos estoy finalizando unas gestiones. Si le parece adecuado hoy mismo indíqueme un lugar y allí nos reuniremos-

Total, ya de perdidos al río. Lo que estaba haciendo ahora debería quedar resuelto en cuestión de minutos

-Por la cuenta que le trae-

Y después tendría todo lo que quedaba de tarde para incluir esta nueva reunión en su apretada agenda

-¿No querías diversión Thomas? Pues toma cuatro tazas.-

Kate se sintió satisfecha por haber logrado convencer con poco esfuerzo a Thomas Jackson de que quedara con ella. No las tenía todas consigo antes de realizar la llamada y había temido que le costaría mayor esfuerzo lograr que el agente accediera.

-¿Conoce una pequeña cafetería al estilo francés que hay en la Sexta Avenida, Le Moulin?. Tiene la puerta roja, una terraza fuera y un molino dibujado en el toldo. ¿Lo conoce?. - A Kate le encantaba aquel lugar. -Si quiere podemos quedar allí a la hora que le venga bien.

El policía lo único que tenía en mente era finalizar cuanto antes pudiera todo aquel jaleo en el que estaba metido, así que respondió rápido a la cuestión planteada.

-Creo que no conozco el sitio, ¿Le Moulin dice? pero sabré llegar con esas indicaciones descuide-hizo una pausa sopesando sus opciones-Creo que en una hora y media podría estar allí. Agradecería que me indicara cómo podré saber que es usted señorita Aldridge- por instinto siempre salían a relucir los problemas a solventar rápidamente los primeros.

Después de todo, aquello parecía relevante y venía con buenas referencias. Llevaba unos días de lo más movido y su olfato le chillaba que no era pura casualidad.

-Así que de cabeza y hasta el final-

-Sí claro, llevaré un abrigo rojo para que le sea más fácil reconocerme. Usted busque una chica rubia, alta y delgada. -Con esa descripción bastaría para que el agente Jackson supiera reconocerla, casi parecía más una cita que una reunión de trabajo. -Ay, si mi madre me escuchara ahora...

-Entonces le espero allí dentro de una hora y media. Que tenga un buen día y muchísimas gracias.

-Sí claro, llevaré un abrigo rojo para que le sea más fácil reconocerme. Usted busque una chica rubia, alta y delgada. -Con esa descripción bastaría para que el agente Jackson supiera reconocerla, casi parecía más una cita que una reunión de trabajo. -Ay, si mi madre me escuchara ahora...

-Entonces le espero allí dentro de una hora y media. Que tenga un buen día y muchísimas gracias.

Una vez colgó el teléfono, Katherine fue directa a la ducha. Una hora y media no era mucho tiempo para prepararse e ir hasta allí, pero por el tono de voz del agente Jackson parecía que el hombre llevara una agenda muy apretada y tampoco quería dejar aquello para otro día. Al igual que ella, parecía una persona que desconocía el significado de la palabra vacaciones. El lunes tendría más trabajo y además estaba lo del museo, y el martes sería alargarlo demasiado, además de que seguramente el trabajo se acumularía. El mejor momento era el domingo. -Lo siento mamá, ya iré otro día a la iglesia...

Tras salir de la bañera fue hasta su cuarto para vestirse. Eligió ponerse un pantalón vaquero, unas botas y un suéter oscuro de cuello alto para protegerse del frío. Rebuscó el abrigo rojo que había dicho que llevaría, no solía usarlo pero de toda su ropa era lo más llamativo que tenía. Después se secó el pelo y se maquilló ligeramente. Se peino con su fiel flequillo cayendo a los lados y se dejó el pelo suelto una vez que ya se había quedado seco, cayendo en ondulaciones por sus hombros. Cuando miró la hora se percató que iba con el tiempo justo y salió de casa a toda prisa. Esperaba llegar antes que el policía.

segundo banco... derecha... 5ª con la 66....  tuve que pedir que me lo repitiera y apuntarmelo en un papel...

Vaya, como siempre, se sabe la ciudad como su palma. ¿Acaso se acuerda de siquiera si hay bancos en esa calle?

Si, si. Sabes que me acordaré de ti. Nos veremos pronto... Chao yon.

Fue colgar, y en seguida me cogí el largo abrigo negro y una bufanda ancha que me resguardara, a parte del frio, de miradas indiscretas. Cogí la colt también, cargada para resguardarme. Saqué 400$ de mi modesta caja fuerte, y de camino otros 300 en el banco... 

La cantidad de tarjetas era digna de alabanza, aunque solo una decena tenían de verdad un número apuntado. Y una de ellas, más grande y con el símbolo de Electrosand tenía mucho escrito. Por un momento Violet tuvo que cerrar los ojos, la gran cantidad de letras estaba haciendo que se mareara. cuando los abrió tras ver un millón de lucecitas en el aire pudo por fin leer lo que ponía en la tarjeta. Te recuerdo que tu querido Asthon se va el domingo de vacaciones. Te quiero a las 12 de la mañana en el local por si quiere dejarte algún recado.

Frente a Violet un reloj marcaba ya las 11:55, la joven estaba en un pequeño apuro. Y su adonis a punto de dejar la ciudad.

¡Mierda!¡Mierda! Su amado partía y ella el tiempo perdía. 

Rauda cual bellota, Violet se enfundó los primeros vaqueros que encontró y cogió una blusa blanca, una chaqueta de cuero negro y unos tacones. 

¡El bolso!

Salió de casa dando un portazo y bajó la escalera a trompicones. Sólo su entrenamiento de bailarina la salvó de no partirse la crisma en uno de aquellos escalones. Pasó corriendo al lado de la joven portera, la cual sólo pudo ver un remolino de pelo azabache que se abrochaba una camisa. 

Cuando cogió el taxi todavía iba descalza. 

¡Por favor, que me espere! exclamó en voz alta, para asombro del conductor. 

Y que no se enfade mucho, terminó para sí.