Partida Rol por web

Bajo las luces de New York

Hogar, dulce Hogar

Cargando editor
05/02/2013, 20:17
Aster

Era pronto cuando el despertador de Ulysses sonó. Otro día mas de trabajo, y a saber que cosas interesantes sucederían el día de hoy. Las ultimas jornadas estaban añadiendo ese toque emocionante que cualquier joven disfrutaría en su vida.

En la tele había un avance informativo sobre la desaparición de una chiquilla. En los tiempos que corrían New York no era un sitio seguro. A pesar de todo Ulysses tenía que ir a trabajar, el no podía permitirse desaparecer ni un día de su trabajo.

Cargando editor
06/02/2013, 23:02
Edward Bradley
Sólo para el director

Ni siquiera pudo acabarse el desayuno. Una cosa era pensar que tu jefa es una niña de papá con afán por el gasto compulsivo, y otra muy distinta era quedarse de brazos cruzados mientras la susodicha estaba desaparecida. Además, era el abogado del padre de la desaparecida, así que tenía que estar preparado para cualquier cosa. Ignorando totalmente el restante manjar que le quedaba por engullir, se puso la chaqueta, el abrigo y salió por la puerta mientras marcaba en uno de sus móviles el número de su jefe. Necesitaba contactar con él cuanto antes, y consensuar ciertos asuntos de abogado y cliente.

Notas de juego

Quería pedir perdón por mi ausencia en estas fechas de exámenes. He hablado ya con Petitmort y hemos aclarado que estoy a tope para la partida, así que no volverá a ocurrir.

Cargando editor
07/02/2013, 19:43
Ronald Charlmers

El móvil de su jefe comunicaba, y Bradley lo marcó un par de veces más hasta que al final consiguió contactar con él. El habitual torrente de voz autoritario y determinado de su jefe era poco más que un hilo en esos momentos: un hombre roto y un hombre asustado.

Un hombre que acababa de perder una hija. Y no sabía exactamente como, pero Bradley sabía que también era consciente del por qué.

- Dios, Bradley ¿donde coño estabas? Lo que habitualmente era una riña capaz de erizarle la piel ahora era casi una petición de auxilio que le golpeo en su habitualmente inalterable estómago.

Cargando editor
10/02/2013, 12:23
Edward Bradley
Sólo para el director

La voz de Charlmers estaba distorsionada por el altavoz del teléfono, pero Bradley no notó en ella la garra de siempre, el mordiente de tiburón de las finanzas. Sonaba más bien como una ballena herida, pidiendo auxilio. En cualquier otra circunstancia le hubiera encantado hacer algún comentario mordaz, pero ni siquiera Edward Bradley podía reírse de una situación como aquella.

- Iba justo de camino para el trabajo, pero lo que necesito es saber dónde está usted. - los instintos de abogado habían aflorado, en un momento en que su cliente le necesitaba, aunque no lo supiera. - Es importante que no hable con nadie hasta que yo llegue salvo que tenga una placa y un rango en condiciones. No es necesario que sea hostil, sólo declare que no dirá nada hasta que yo esté delante. Que no parezca que tiene algo que ocultar, sólo que necesita mi asesoría. Estaré allí en un instante. - finalizó Edward mientras paraba un taxi.

Cargando editor
15/02/2013, 20:42
Ronald Charlmers

- Estoy en el Day.- Charlmers parecía no tener muchas ganas de hablar, cosa totalmente comprensible. Sonaba triste, y sonaba preocupado. Y Edward no estaba del todo seguro de que podría hacer, aparte de su obvio asesoramiento legal. Era un bocazas, y tenía mucho menos corazón de lo que era habitual. Si, hasta esta situación era bastante para tocar su fibra sensible, pero no sabía hasta que punto. Y necesito verte. Rápido. 

Notas de juego

JODER; JODER ¡LO SIENTO! Cinco días para esta mierda >_<

Cargando editor
17/02/2013, 19:37
Katherine Aldridge

Tras el encuentro inesperado de Le Moulin, Kate decidió ir a casa. Sentía una extraña sensación invadiéndole el cuerpo, y supuso que su vida acababa de cambiar de un modo u otro. Mientras caminaba por la calle iba pensando en todo lo que había sucedido aquel día, y los días anteriores. Todo se había torcido de manera inesperada cuando parecía estar en el mejor momento de todos.

Entre la mezcolanza de sentimientos que embargaban a la joven se encontraba cierta tristeza y algo de ira. La rabia le hacía apretar los puños y caminaba casi inconscientemente hacía su casa sumida en sus pensamientos. Podía haberse cruzado con su madre y no se habría enterado. Se miró la mano y se lamentó amargamente. -Justo cuando casi podía tocarlo...

También pensó en la oferta de Señor, y en las posibles consecuencias de su decisión. Se negaba a trabajar para ese hombre. No quería formar parte de su sucia trama, a pesar de que sintiera mucha curiosidad por conocer su verdadera identidad. Pero no pensó ni por un segundo traicionar sus principios. La amenaza de que hundiría a sus contactos le preocupó bastante. Tenía tres días para tratar de cambiar de nuevo su suerte.

Cuando llegó a su piso recordó que habían tenido que registrarlo y se preguntó como se lo encontraría, lamentando el posible desorden que suponía que debía haber. Kate recordó también el mensaje de Scott al pasar junto a los buzones. -¡Oh, no! Que no hayan encontrado esto por favor... -Rebuscó rápidamente las llaves en su bolso.

Cargando editor
17/02/2013, 20:29
Director

La ira presente en las manos de Kate se trasformó en nerviosismo, agitando las llaves hacia el buzón con un suave tintineo. Tras un par de intentos consiguió meter la llave y, de un rápido giro, abrió la puerta súbitamente. Pudo suspirar al ver un pequeño pendrive de color metálico, con el logo del ayuntamiento grabado en color azul.

Al menos hasta que vio otro negro, completamente liso, al fondo. Otro pendrive, sin ningún texto ni identidad que le acompañase, que sin embargo sabía muy bien de quién era.

Por lo menos su casa estaba bien. Es más, su llave abría perfectamente una puerta en sus goznes, y cada objeto parecía en su sitio. Si no fuese porque sabía lo que iba buscando nunca se hubiera dado cuenta. Solo una silla algo más arrastrada de lo normal, un jarrón en la esquina de la mesa que no tocaba. El resto de cosas estaban como Kate las dejo, o eso querían hacerle creer. 

¿Y si todo era un truco de Señor? Quizás había conseguido la carta de otra forma. Quizás aquel papel que le había enseñado en el Moulin ni siquiera era la carta, y era ella quién se estaba volviendo paranoica. A lo mejor era eso lo que buscaba...

Se estaba comiendo demasiado la cabeza. Tenía motivos, pero seguía sin ser sano...Y lo único que sabía que tenía en claro era que, en su bolso, ahora había dos pendrive con información que podría ser vital.

Notas de juego

Siento si me tomo un poco de manga ancha, es para agilizar el proceso ^^

Cargando editor
19/02/2013, 11:46
Katherine Aldridge

Suspiró aliviada al comprobar que no habían destrozado nada de su piso ni se lo habían dejado muy desordenado. Incluso parecía que no había estado nadie allí dentro. Lo cual le hizo dudar, por lo que decidió buscar la carta de Jack, tanto el original que había metido dentro de un sobre y le había enseñado a Grendell como la copia que ella hizo. Si hubiera caído en la misma trampa que ella le tendió al director de la exposición del museo se sentiría muy estúpida. Pero había visto la carta, había visto el papel arrugado, había visto la letra de Jack... ¿Lo había hecho?. Sentía la cabeza a punto de explotar y empezaba a volverse paranoica.

No pronunció palabra por miedo a que hubieran puesto micros, se cambió de ropa tapándose como si alguien la mirara a través de una cámara, miró con desconfianza su propio ordenador cuando lo encendió para comprobar la información de los dos pendrives.

Le había aliviado ver el pendrive de Scott allí, pero también le había extrañado ver el otro pendrive anónimo. Cogió el portátil y se encerró en el baño, se sentó en el suelo apoyando la espalda contra una esquina lejos de ventanas y posibles cámaras y una vez allí metió el pendrive de Scott para ver que información tenía. Antes de abrirlo le pasó el antivirus, ya no se fiaba ni de un pendrive del ayuntamiento. Le echó un rápido vistazo sin detenerse demasiado, solo quería asegurarse de que la información estaba allí. Después colocó el misterioso pendrive anónimo y antes de abrirlo hizo lo mismo, le pasó el antivirus y una vez se aseguró que no había peligro abrió el archivo para ver que contenía.

Cargando editor
19/02/2013, 20:33
Director

Efectivamente, la carta de Jack no estaba allí. En su lugar, una copia, como la que había hecho Kate el día anterior. No se lo había imaginado: la verdad era incluso peor que la imaginación. Aquel desgraciado había allanado su casa, hurgado en sus cosas y robado una carta. Había pasado de no deber hablar a nadie de aquel críptico mensaje a que un capullo cuyo nombre ni siquiera conocía la tuviera en su posesión y pasase a buscar al vagabundo como un perro de presa.

Y si era verdad que habían entrado...Podía haber cámaras. Podía haber cualquier cosa. Con un nerviosismo patológico realizó las tareas normalmente mundanas y tranquilas, antes de intentar comprobar que es lo que estaba pasando.

Con el culo frío por a la espera en el suelo del baño, Kate esperó nerviosa pero paciente el escaneo del antivirus, que se hacía eterno en cada archivo. Pero el pendrive del ayuntamiento estaba limpio, y la última modificación de los archivos figuraba casi una semana atrás. No habían sido alterados, yendo en un PDF como iba. Con un pequeño documento de texto con Scott saludando y disculpándose que ignoró preocupada como estaba por otras cosas, Kate pasó a lo verdaderamente interesante: un documento PDF que haría las delicias de cualquier investigador.

Mereció la pena los minutos que tardó en examinar el colosal archivo, con los ojos de Kate clavados en la pantalla como un fumador observa con ansia la maquina de tabaco atascada.

Aquello no era una simple lista: era la madre de todas las listas. Adjuntando fichas policiales, fichas dentales y todo tipo de fichas que uno puede conseguir legalmente con una placa, allí había un fiel retrato numérico de los desaparecidos de Black. Alturas, trabajos, multas, altercados con la ley, problemas médicos.

Hasta treinta y un personas. Sin embargo el ojo crítico de Katherine superaba con mucho al sentido de deber de Richard. Allí había muchos vagabundos, adolescentes conflictivos, abuelos con alzheimer y gente que podría haber acabado hundido en el puerto por molestar a quién no debía. El mundo era así de sordido, lleno de oscuridad en la ciudad de las luces, donde tipos como Señor acosaban a jóvenes que acaban mirando archivos escondidas en su cuarto de baño.

Gente con motivos para desaparecer. Cosas que, según Jackson, era todo lo contrario a el único factor que tenían en común: ser totalmente desconcentrantes. Quitando a esa gente, la lista de Black se quedaba en un "modesto" veintitrés, que seguía más que duplicando la que le había pasado Thomas. Por supuesto, la mayoría de los nombres de la lista de Jackson figuraban también en la de Richard, quitando las más recientes.

En resumen, veintisiete desaparecidos sin motivo en Nueva York, de los que nadie se había preocupado hasta la desaparición de la hija mona del dueño de un periódico local. Y eso, sin examinar el archivo a fondo.

Kate se lo pensó dos veces antes de meter el segundo pendrive, bastante más sospechoso, en el ordenador. Sin embargo el antivirus actuó rápido, mostrando un historial limpio. Allí solo había un archivo. Pense que querría revisarlo.pdf. Su puto contrato. Al parecer Señor había decidido que, tras la revisión del piso de Kate, estaría bien dejarle aquel recordatorio de que estaba jodida.

Maldito hijo de puta...

Cargando editor
20/02/2013, 00:01
Katherine Aldridge

-Será hijo de p...- Kate no pudo contenerse al ver el puñetero contrato allí y terminó mordiéndose el labio para evitar decir barbaridades. Si su madre la oyera... Aquel desgraciado malnacido no había tenido una ocurrencia mejor que dejar su contrato en formato pdf en un pendrive dentro de su buzón. La, en aquellos momentos, paranoica mente de Kate empezó a temer que Señor hubiera visto el contenido de su buzón antes de dejar su pendrive y hubiese descubierto el de Scott. Tal vez solo fuera una casualidad, pero Kate ya no sabía que creer, y con ese tipo cualquier cosa era posible. Si habían registrado el piso y lo habían dejado como si nada hubiera pasado, a excepción de la carta desaparecida, igual de fácil les hubiera resultado registrar el buzón de Kate. Su única posibilidad era que Scott se hubiera pasado por allí antes que ellos.

Como una toxicómana que necesita con desesperación un chute de su droga para paliar el mono, la mano de Kate buscó por el sueño del baño un cigarro y después buscó como loca el mechero que tenía cerca del paquete sin despegar la vista de la pantalla. Prendió el cigarro y aspiró varias caladas seguidas. Tenía que ordenar su cabeza, tenía que trabajar y olvidar lo que había sucedido o se volvería loca.

Había terminado casi el cigarro cuando por fin consiguió centrarse, y había pasado varias veces su mano por el pelo echándolo hacía atrás antes de conseguir calmarse. Entonces decidió ponerse manos a la obra. Quitó el pendrive de Señor y en último arrebato de furia lo lanzó con todas sus fuerzas contra la pared del baño. Colocó el que le había dado Scott y leyó el documento que había escrito. Siempre tan atento con ella. -Lástima que no sienta nada por él...- No negó que aquella nota le había alegrado un poco el momento como una mano amiga en el hombro cuando las cosas se tuercen.

Se levantó del frío suelo y fue a por dos cosas que necesitaba con desesperación, su bloc de notas con el bolígrafo sujeto a la espiral y un cojín para el duro suelo del baño, ya le empezaba a doler el culo y además se le estaba quedando helado. Empezó a leer con ahínco y a apuntar nombres en el cuaderno. Había abierto el documento desde el pendrive por seguridad y no quiso pasarlo al ordenador por si acaso se lo pirateaban, pensaba que aquella información estaría más segura viajando con ella.

Desechó todos los nombres que su ojo crítico y su intuición le decían que no tenían que ver con el caso que estaba investigando. Y únicamente se quedó con los veintitrés nombres que consideró dentro del patrón de desapariciones que buscaba. Apuntó todo lo relativo a cada sujeto y depuró una buena lista de nombres con la que empezar a trabajar. Añadió a su lista propia los que le había dado Thomas y que no estaban en el documento. -Tendré que visitar unos cuantos lugares...

Eso ya sería al día siguiente, Kate apoyó la cabeza en los azulejos de la pared del baño y descanso por primera vez desde que había empezado a trabajar. Notaba como le dolía la mano y el cojín ya había dejado de funcionar como al principio. Entonces recordó algo como si una flecha se hubiera clavado en su mente y se levantó de golpe. Casi no podía andar pero fue anadeando hacía su cuarto y recogió el móvil para llamar a Donna.

-Espero que no piense que yo también he desaparecido...

 

Notas de juego

Otra duda, ¿la copia que hice de la carta también ha volado?.

Cargando editor
20/02/2013, 15:45
Director

Notas de juego

No, la copia está. Se me olvidó ponértelo. Que cabeza XD

Bien, te explico. En principio voy a estar OUT desde el jueves y se que eres activo también los fines de semana, pero es que voy a dar una sorpresa a Jarlnian y no se puede enterar xD La cosa es que analizar el documento te llevará un buen rato, seguramente lo que quede de día, al ser algo tan amplio. Kate tiene la capacidad de hacerlo, sencillamente necesita tiempo.

Como no quiero tampoco que os aburráis sin hacer nada, y en principio lo tendrás el viernes colgado, quería sugerirte rolear con otros personajes jugadores que conozcas...aunque no sean muchos xD Por supuesto, dentro de la coherencia y tu libertad como jugador, que no quiero obligar a nadie.

En fin, que siento un poco el caos actual, pero anda todo un poco movido ultimamente....xD

Cargando editor
20/02/2013, 23:11
Katherine Aldridge

Notas de juego

Pues creo que al único personaje que conozco es al amigo Jackson... Que poco social que soy, solo me relaciono con PNJs... No sé que va a pensar mi psiquiatra de todo esto.

Una de las cosas que tenía pendientes para hacer era llamar a Jackson, pero Kate se había vuelto tan paranoica que para eso tendría que salir de casa, comprar un móvil desechable y luego hablar en el rellano de su casa. Era lo que tenía pensado para el próximo día (en el juego).

Si quieres que me relacione con otro personaje se me ocurre que Kate podría necesitar ir a desahogarse a un bar esa noche y tomar una copa y fruto del azar coincidir con alguien allí. No sé, que opciones hay muchas. Solo dame un pie y yo te sigo cual Antoine Batiste.

Cargando editor
22/02/2013, 12:26
Director

Con su dosis de nicotina despejando su instinto y eliminando los restos del aturdimiento tras el subidón de adrenalina, ante los ojos de Kate se comenzó a dibujar una imagen perfectamente definida. Con rapidez buscó un mapa de Nueva York en la web y fue marcando cada uno de los lugares que figuraban en la lista. A la mitad de la lista, ya sabía por donde iba a poner el siguiente, incluso en las zonas en las zonas que no conocía. Casi culpándose por no haberse dado cuenta de todo eso antes, buscaba con precisión el siguiente punto como un niño uniéndolos en busca del animalito de turno en la hoja de pasatiempos del periódico. 

Con las fechas, nombre adicionales y lugares de desaparición tan marcados como los había dejado Black, era fácil encontrar un patrón. Fuese quién fuese el que estaba haciendo eso, lo hacía con una precisión metódica. Las primeras desapariciones se concentraban en la zona más pobre de Nueva york, pero había ido avanzando poco a poco, en un baile de barrios aparentemente caótico, pero que seguía una extraña serie que Kate no llegaba a comprender. La frecuencia, cada dos semanas perfectas, por la noche. Pero la noche era muy larga, y también había reducido ese factor: entre las 20:00 y las 00:00. Horas donde hay gente en la calle, pero no demasiada.

Sin embargo ya no eran solo barrios. Kate tenía acotadas las zonas de desaparición con tal precisión que podía centrarlas en una única manzana, en una única calle en el mejor de los casos. Sabía donde podía golpear el asesino...lo que aún no conseguía definir del todo era en que punto concreto sería la siguiente...Queens, Harlem. Manhattan. Puntos demasiado alejados.

Desaparición que, a todas luces, sería mañana. ¿Y si se había equivocado? ¿Y si Linda había sido la víctima de este turno?

No. Lo tenía claro. Que el humo del tabaco enturbiase la pantalla del ordenador, ávida de su droga como estaba, no significaba que enturbiase la clara imagen mental de la periodista.  El museo no estaba cerca de ninguna de las zonas de desaparición...

Había algo más en Nueva York. Y lo peor de todo, es que tenía la sensación de que solo lo sabía ella...

- Tiradas (2)

Notas de juego

La idea del bar me gusta...Ricky y David están en en el Lumiere...pero son un poco perros verde los dos. Te dejo ver la escena, y si quieres posteas ;)

Si aún así quieres rolear la parte de la llamada con Jackson, puedes sentirte libre de comprar el móvil y llamar desde el portal narrándolo tu mismo. Eso sí, Jackson esta un poco disperso este fin de semana, así que no te aseguro demasiada actividad...^^U. 

Cargando editor
22/02/2013, 13:45
Katherine Aldridge

Kate miró el mapa en su pantalla, torciendo la cabeza y frunciendo el ceño. Mandó la imagen a la impresora que tenía conectada mediante WiFi para poder imprimir con el portátil sin necesidad de tener que enchufarla y fue a recoger la hoja que había expulsado la impresora para mirar el mapa con más detenimiento. Allí había un extraño patrón difícil de comprender. Tal vez si llegara a descifrarlo no sólo descubriría a que hora y en que día se iba a producir la siguiente desaparición, además sabría dónde y podría anticiparse. Tenía que hablar con Jackson de aquello.

Pero el caso de Linda Chalmers se salía de ese patrón. Tal vez no tuviera nada que ver, o tal vez el evento del museo hubiera precipitado los movimientos de sus raptores, no habría mejor momento para secuestrarla. Fuera como fuese, Kate tenía en esos momentos la cabeza demasiado embotada para pensar en descifrar misterios y patrones extraños. El humo de los cigarros que había consumido se acumulaba denso entre la pantalla y ella, y sus ojos comenzaban a enrojecerse tanto por el humo como por la misma pantalla. Necesitaba que le diera algo el aire.

Sin saber muy bien porqué, empezó a encaminar sus pasos hacía el Lúmiere, aquel bar que Jackson le había comentado que las victimas tenían en común. Su mente no lograba desconectar de aquel caso por mucho que ella quisiera darse un descanso. -Kate, no tienes perdón. Hasta el ocio lo conviertes en trabajo... - Le dijo aquella voz de su cabeza a la que siempre solía ignorar.

Notas de juego

El post en el bar lo dejo a la vista a ver si me dicen algo :P

Si no he entendido mal, he descifrado que golpea en una calle concreta, pero no se de qué barrio. Por ejemplo la sexta con la undécima, pero no se si es la de Queens, Harlem o el barrio que sea, ¿no?

Cargando editor
22/02/2013, 14:01
Director

Notas de juego

Digamos que Kate sabe en que parte de los barrios han sucedido las desapariciones, (no necesariamente la misma en todos) pero no sabe en que barrio será la siguiente ^^

Cargando editor
25/02/2013, 20:23
Director

Edward volvió a casa, aunque más tranquilo que el casi vuelo que hizo su taxi por la mañana. Al menos en duración, por que el interior del abogado era un hervidero de pensamientos y emociones a flor de piel. La desaparición de Linda no era moco de pavo, y aunque el subidón de saber que el jefe confiaba en él era fuerte, tenía que reconocer que en realidad no tenía ni puñetera idea de que había pasado.

 

Con la facilidad con la que un hombre esclavo de su trabajo hace una maleta para un viaje de negocios improvisado, Bradley colocó ordenada pero instintivamente cuatro o cinco cosas en su pequeña maleta de cabina, pensando en su modo de actuación. Tenía todos los datos apuntados, muda para un anciano incontinente y su mejor corbata.

Solo quedaba ponerse manos a la obra.

 

Cargando editor
26/02/2013, 00:38
David Stanford [Superviviente]

David volvió a despertarse. No quiso ni saber donde estaba, así que no abrió los ojos. Bueno, quizás un poquito, pero no prestó atención. El hombre prefería no ponerse a pensar sobre la noche pasada, con aquella periodista que gustaba del whisky. Ni él ni su mujer querían, seguro.

El hombre miró el móvil, sólo por si acaso, y se aferró a las llaves. No podía dilatarlo más. Se podía perder en una orgía sinfín con tanta gente en su vida, así que tenía que centrarse. Ir a lo esencial, a su hija, y no desviarse en tantas ramas que tenía el árbol.

Iba a ir a casa de El Ruso ese. A beberse su alcohol y caerle en gracia, a ver qué demonios le sacaba. David solía acabar de tres formas cuando se iba a ver a un rico. La primera, en la cama con alguna prostituta que no había pagado él. La segunda, con un trato entre las manos. La tercera, corriendo calle abajo con el rabo entre las piernas y el rico gritándole a sus espaldas, ya fuese por insultarle, mearse en sus plantas o decirle a su mujer lo buena que estaba.

Encantador, sí. Más valía acabar con la segunda opción si quería recuperar a su hija. Y para eso, esperemos que se acordase de David y le cayese en gracia. A partir de ahí lo tendría todo rodado, como siempre.

Notas de juego

A casa de El Ruso, mi señora. No te respondo más por las horas que son y lo dead corpse que voy.

Cargando editor
26/02/2013, 17:56
Katherine Aldridge

A la mañana siguiente Kate despertó en su piso, las copas le habían ayudado a olvidar la violación a su intimidad que había sufrido por Señor y su organización. De todos modos no bebió mucho, no quería levantarse al día siguiente con una resaca tan grande que no pudiera ni tenerse en pie y había sabido contenerse para evitarlo dejando la cifra en solo dos copas, a pesar de que su cuerpo le pidiera media docena más. Ahora se encontraba fresca como una rosa e incluso empezaba a pensar con claridad.

Tomó un copioso desayuno y salió a la calle vestida con ropa cómoda. No se fiaba de Señor y sus métodos le daban tanta mala espina como él mismo. Todavía recordaba con un escalofrío como únicamente chasqueando los dedos había desalojado Le Moulin. Seguro que en esos momentos tendría a alguien vigilando sus pasos y estaba convencida de que habían pinchado su teléfono. Si era capaz de entrar a su piso, coger una carta y salir de allí como si nada, ¿qué le costaría hacer todo eso?. - Y además me había dejado un pendrive en el buzón el muy hijo de puta...

Kate cogió su teléfono y llamó a Donna. Tenía que devolverle la llamada para que no se enfadara con ella, y además le picaba la curiosidad para saber si su llamada tenía que ver con el caso de Linda o era por otra cosa. Fue hasta unos grandes almacenes mientras hablaba con su editora y llenó el carro de la compra con lo que necesitaba para la semana: comida, bolígrafos para sus apuntes, algo de leche y también compró un cd de jazz, John Coltrane. Disimuladamente recogió uno de los teléfonos desechables y lo añadió al carro.

Mientras caminaba de vuelta a su casa con la compra paró a tomarse un café en el primer bar que encontró. Eligió una mesa pegada a la pared en la que no la pudieran ver completamente desde el exterior. Colocó las bolsas de la compra en la parte más escondida y sacó el móvil desechable de su caja. Lo sostuvo en su regazo y apuntó el número de Jackson en la agenda. Únicamente puso una jota. De momento era su único contacto y no necesitaba recordarlo con más detalle. Entonces empezó a teclear un mensaje.

Soy su molesta amiga rubia. Necesito hablar con usted en un lugar seguro. Me vigilan. Tengo información importante.

Notas de juego

No he podido hacer las dos escenas a la vez, he ido con el tiempo justo. ¿Este día también durará dos semanas?.

Cargando editor
26/02/2013, 18:49
Director

Una furibunda Donna apareció al otro lado del teléfono. Casi podía sentir su mirada acusadora clavada en su rostros tras aquellas pestañas postizas. Pero la redactora estaba muy lejos de la periodista, gracias al cielo, porque casi podría oír sus gritos incluso sin teléfono.

- Ya era hora. ¿Donde has estado? Preguntó, como una madre rencorosa. No era un descriptivo muy alejado de la realidad, teniendo en cuenta que Donna era, en muchos sentidos, la guardiana y patrona profesional de Kate. Me vas a decir ahora mismo en que andas metida, Kate, o vamos a tener más de un problema...

Notas de juego

En principio si, aunque según vea como avanza puede que me plantee que los días de tres semanas sean la norma

Que raro suena leído así sin contexto...

Pero bueno, a lo que vamos. Dado que la conversación va situada temporalmente antes de la compra, intuyo que es desde l móvil no desechable de Kate, pero avísame si me equivoco.

Cargando editor
26/02/2013, 19:03
Katherine Aldridge

Donna estaba muy cabreada y Kate lo comprendía perfectamente, no solo no le había contestado cuando le había llamado, sino que había tardado todo un día en devolverle la llamada y dar señales de vida. Seguro que a pesar de su furia en esos momentos, hasta estaba preocupada por ella.

-Lo siento Donna. De verdad que lo siento. Pero he estado trabajando en lo que te comenté. - Hacía falta conocer poco a Katherine Aldridge para saber que estar trabajando era lo único que podía hacer. -Ayer cuando me llamaste estaba metida en algo y... me he pegado toda la noche trabajando, tengo poco tiempo y es un caso muy gordo. Lo siento. - Repitió poniendo voz lastimera. Sabía que si le lloraba un poco a Donna conseguía calmarla fácilmente y evitar que se enfadara con ella. Incluso puso ojos de cordero degollado a pesar de que la editora no podía verlos.

Notas de juego

En efecto, el móvil por el que llamo es el que Kate tenía de antes.

Yo también he pensado que sonaba muy extraño cuando he preguntado.. También te digo que según que días deberían durar todo eso, aunque habría otros que serían una pesadilla si duraran tanto... ;)