Partida Rol por web

Bajo las luces de New York

New York, New York

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05/12/2012, 23:40
Thomas Jackson [Muerto]

Thomas daba por hecho que le iría a preguntar algo relacionado con algún caso que estuviera siguiendo Rick a cambio de ponerle al día en otros temas... lo que no se esperaba era que salieran a relucir esas siglas. No pudo evitar que le cambiara la cara y mirase un poco alrededor por puro instinto.

-Rick, no sé si es el lugar adecuado- dijo bajando la voz- va siendo hora de que yo cierre mi jornada de  hoy. Si te parece vamos a comer algo por ahí, a una cafetería que esté a más de dos manzanas de aquí... - seguramente Rick ya entendería lo que debía entender.

Thomas apretó el comunicador -Jessica, ahora cuando salga con el "señor" Rogers-dijo con cierta mirada cómplice- te bajaré la información de la denuncia del señor Stanford. No la hagas efectiva aún, pero deja todo el papeleo hecho y preparado- por algún motivo no veía la razón para contrariar al peculiar personaje que había pasado por su despacho antes.

Cuando iban bajando al exterior ya era noche cerrada y con suerte encontrarían algo abierto -Vale Rick, dime qué demonios sabes tú de ese "mutuo amigo"- si no veían nada tendrían que recurrir al siempre manido puesto de perritos-¿cómo es que han contactado contigo precisamente?.-

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05/12/2012, 23:55
Rick Rogers [Muerto]

-Es decir, que no lo enviaste tu… Por lo visto quería a alguien que se encargara del caso y me llamo, lo más peculiar de todo es que tenía bastante información mía, lo cual no me termina de hacer gracia.- miro a la cara a su amigo, no le había mentido nunca, y no iba a empezar ahora. –Si no fuera porque estoy buscando respuestas, no habría recurrido a ti Thom. –

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06/12/2012, 00:01
Thomas Jackson [Muerto]

Thomas miró extrañado a su compañero mientras pedían algo que decía ser carne en algo que parecía ser pan. Puñeteros turcos jodiendo la economía de puestos de perritos...

-No, no iba de mi parte; pero también se ha puesto en contacto conmigo mediante un dossier con información sobre ciertos casos-miró alrededor asegurándose que nadie les estuviera escuchando- casos de desapariciones sobre los que la Policía no tiene constancia...-se encogió de hombros nuevamente, sin saber qué más decir- esperaba que tú pudieras arrojar algo más de luz sobre el tema.-

Intentó por todos los medios conservar la dignidad mientras comía aquel sucedáneo de todo bien bañado en salsa, lo último que le apetecía era mancharse la gabardina con ello; pero fracasó en cierta medida. No fue la gabardina sino los pantalones y maldijo en voz baja.

-Dime Rick, ¿te suena el Lúmiere? Parece que nuestro muy "común amigo" tiene indicios que apuntan a que hay algún tipo de conexión. Tenía pensado ir mañana a echar una ojeada a media tarde cuando ya lleve un rato abierto- a fin de cuentas su compañero también fue policía y contaba con una percepción muy por encima de la media. El hecho de tener a alguien de fiar cubriéndole las espaldas era un extra a tener en cuenta también. 

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05/12/2012, 23:41
David Stanford [Superviviente]

La sonora carcajada inundó el otro lado del teléfono. Era una risa de un hombre que, si bien no era un alcohólico o un bronquítico, tenía sus años. No tendría sesenta años, pero se acercaba a los cincuenta, y una vida de excesos pesaba en sus cuerdas vocales. Tras unos infernales siete segundos de risas, el hombre consiguió serenarse.

Aquello había sido la gota de vino en su día de alquitrán. Todo el día lidiando con la resaca, con las marcas de una noche de excesos grabada en el pecho con rotulador, peleando por encontrar a su hija desaparecida, y todo para que al final del día, como no podía ser de otra forma, una mujer llamase a su teléfono para ofrecerle al poco diablo un poco más de su droga. Si se anunciaba así, era imposible que David se negase. Era su debilidad.

Pero, debilidad o no, sabía discernir qué era lo más importante. Y sólo había algo más importante que paliar la vida podrida con los excesos del cuerpo. Paliarlo con amor. Sus allegados. Y sus allegados más cercanos eran su esposa y sus hijas. David no podía permitirse el lujo de descansar. No podía perder el tiempo con una bailarina y dominatrix en un evento con música y, conociéndole, dosis de alcohol, drogas y sexo. Sencillamente no podía.

No podía, pero su intuición le obligaba. Jackson había mencionado aquel local, y su aventura nocturna con Lew y aquellas marcas en el pecho atestiguaban algo. De normal hubiese sido una mera coincidencia, y no le había dado mayor importancia a una noche más de sexo desenfrenado hasta que aquel hombre se lo había mencionado.

No recordaba dónde había estado, pero le habían mencionado un local, y ahora le ofrecían otro. Tenía que ir, pero no podía decir que iba. Clare le mataría. Tenía que hablar con Tracy. Aquella prostituta cara sabría más del tema. Y tenía que hablar con Lew. Ese farolero juerguista sabía qué había pasado la noche anterior, por lo que tenía que pillarlo sobrio. Y seguía estando lo de Samantha.

Joder, tenía que hacer muchas cosas, y si seguía pensando en todas se volvería loco. Aceptaría esa cita, pues prometía ser algo. David no podía permitirse el lujo de estar quieto, y no tenía muchas pistas para encontrar a su hija. Todo lo que fuese averiguar cosas sobre lo que había pasado durante su laguna mental etílica sería bienvenido. Alguien debía de seguir algo.

- Hice bien en colgar, pues me habrías pillado en comisaría- comentó como si nada, pisando el acelerador para llegar a casa, con una sonrisa imbécil de oreja a oreja, con las Ray Ban en los ojos y la vergüenza en el asiento de atrás. Decir que David pisaba la comisaría era como decir que los criminales cometían crímenes, pero era obvio que no le interesaba hablar con una dominatrix mientras ponía una denuncia-. Sea pues, por nuestro presidente negro, nuestra licencia de armas y su magnífica fusta- añadió, criticando todas las locuras de américa y sus habitantes, descarriados en un mundo donde la iglesia se mezclaba en la misma ciudad que el tráfico de armas y los clubes de sadomasoquismo-. Diga hora y lugar público, Violet. Pero hazme un favor y dime ya- alzó un poco el tono, volviéndose algo más serio, aunque sin perder el tono de irreverencia propio de un escritor sobreexcitado por un acontecimiento fuera de la tónica de la tarde, si bien lo de la azafata, la esposa de su agente y las marcas del pecho habían tenido su aquel- cómo has conseguido mi número y cuánta gente puedo llevar. Prometo ser malo.

Sabía que su mujer se lo reprocharía, pero no le vendría nada mal llevarse a tres o siete para allá. Eran gente que sabía moverse, y si necesitaba información sobre el club de Jackson, la fiesta de anoche y la relación con los casos de desaparición que parecían no ser pocos, necesitaría toda la ayuda posible. Lo que quedaba claro por teléfono era que a David no le importaban demasiado las palabras a aquellas horas. No las pensaba mucho, así que no eran de la misma calidad embelesadora que a primera hora de la mañana, pero eran todo lo que podía escupir tras forzarse tanto durante ese día. Las vendas de su pecho, su tarjeta de crédito, su coche prestado y su denuncia atestiguaban junto con más cosas que esas doce horas habían dado demasiado de sí.

Y aún tenía que comerse el pavo de acción de gracias con toda la tropa y explicarle a su mujer por qué la puta niña aún no había aparecido. Dios, aquello parecía no tener fin.

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05/12/2012, 23:46
Ulysses Brown
Sólo para el director

La sonrisa volvió a sus labios, aunque no a sus ojos; Esa preocupación era difícil de ocultar pese a sus años de experiencia como padre benefactor que en muchos momentos de su vida había tenido poquito que ofrecer a sus hijos..

-Qué tal George? Como ha ido al día?

-Bien "Pa", ya recogiendo... Espera un segundo y...bueno, que te trae por aqui? Sucede algo?

-No, nada...bueno...quería comentarte algo y...

-Dime "Pa", qué pasa?

-Esto...mejor en un sitio tranquilo. Quiero enseñarte algo y me gustaría que me dieses tu opinión...

-Vale espera... CHICOS, RECOGED POR AHI FUERA Y CERRAD CUANDO TERMINEIS, YO ESTARÉ EN LA OFICINA UN RATO MÁS!!

George termina de limpiarse las manos, deja el trapo sucio encima de un banco de trabajo y entra con su padre en una pequeña habitación con una pequeña mesa atestada de papeles y dos sillas desvencijadas. cierran la puerta, toman asiento y se miran cara a cara.

-Y bien, que es eso que quieres contarme? Sácame de la intriga...

Como única respuesta Ullyses mete una mano en su bolsillo y, sin dejar de mirar a su hijo, deposita la grabadora sobre la mesa delante de él, y con un movimiento pausado estira el brazo hasta ponerla al alcance de George, que lo mira con extrañeza y curiosidad. Los ojos de Ullyses no dejan de mirar a los de su hijo, y con un leve movimiento de cabeza lo invita a que la coja y la examine. Sus manos expertas en manipular mecanismos la recorren como si se tratara de una pequeña joya. Tras voltearla y descubrir la pegatina de la tapa trasera frunce el ceño con un gesto de extrañeza y con sus ojos interroga a su padre, que continúa mirándole. Un leve asentimiento de cabeza de Ullyses le da a entender que la historia aún no ha comenzado...

CLICK! "Aquí Ned grabando una nueva sesión para La Verdad que Nos Ocultan"....

Notas de juego

Me he tomado la licencia de escribir el diálogo padre-hijo para acelerar una escena que imagino es obvia: Ullyses le da la grabadora a su hijo y este la examina y la pone en marcha para ver su contenido.

Si no te parece correcto o prefieres que lo montemos de otra manera, edita mi mensaje sin problemas.

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06/12/2012, 00:30
Rick Rogers [Muerto]

Rick sonrió de medio lado. –De algo me suena ese lugar.- Había días que Rick pasaba más tiempo en el Lumiere que en casa, y si esos días eran especialmente malos, directamente no llegaba a casa.

Cuando le sirvieron su comida la cogió con gusto, estaba empezando a estar contento, esa extraña llamada había cambiado bastantes cosas en un rato.
Para Rick volver a tener las expectativas de investigar un caso de este calibre le daba esperanzas.

-A mi no me menciono nada sobre ese lugar, pero si Harry y su Lumiere pueden estar en problemas, más me interesa todo.-  Miro directamente a los ojos a su compañero. –¿Volver a ser policía durante una temporada y tener compañero? Vaya… parece que Santa Claus me ha traído algo antes de tiempo…-

Parece que tendría que volver a llevar una vida diurna, no estaba mal el cambio. –Por cierto, te has manchado.- Dijo señalándose la solapa de la gabardina.

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06/12/2012, 00:19
Violet

Se está riendo. ¡Será condenado! Al menos es una buena señal. Ojalá acepte, no quiero que Asthon me recrimine que no cumplo con mi trabajo. Aunque está tan sexy cuando se enfada...

Los segundos pasaban y la risa continuaba. Violet ya no sabía ni dónde mirar. Evitaba fijarse en el dueño de aquel despacho por miedo a que estuviese reprobando su actitud. 

- Hice bien en colgar, pues me habrías pillado en comisaría - Bueno, podría ser peor y haber dicho que estaba en un burdel -. Sea pues, por nuestro presidente negro, nuestra licencia de armas y su magnífica fusta- ¿Eso es un sí?¿Por qué tiene que ser tan críptico? En las escenas de sexo de sus libros no se anda tan por las ramas-. Diga hora y lugar público, Violet. Pero hazme un favor y dime ya cómo has conseguido mi número y cuánta gente puedo llevar. Prometo ser malo.

Vaya, así que es un niño travieso... Quizás al final me caiga mejor de lo esperado. 

-¿Tan extraño es que una encantadora joven consiga el número de un apuesto y famoso escritor? -aquel hombre le divertía y había conseguido sacar la vena más traviesa de la muchacha. Si el contexto hubiera sido otro, incluso se habría atrevido a ir más lejos- Me lo proporcionó mi jefe cuando me encargó esta tarea. ¿Le parece bien que nos encontremos mañana en la pista de hielo del Rockefeller Center? A eso de las once de la mañana, así no tendrá que madrugar demasiado. En cuanto a sus acompañantes... Puede usted llevar a quien deseé, siempre y cuando pueda pagar sus entradas, aunque estoy segura de que podrá engatusar al personal de la entrada para no tener que hacerlo -Violet moduló su tono de voz para llenar esta última frase de picardía-. Y ahora discúlpeme, pero me encuentro en medio de una importante reunión y no puedo seguir atendiéndole -Suavizó la voz para que aquella frase no sonase con dureza, de verdad no tenía más tiempo que gastar-. Le veo mañana, Señor Standford. 

Y, sin más, la joven colgó el teléfono móvil y compuso su mejor expresión de inocencia y arrepentimiento para pedirle perdón a su acompañante por la interrupción. 

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06/12/2012, 00:42
Violet
Sólo para el director

Violet se aclaró la garganta con un melodioso carraspeo. 

-Espero que pueda disculparme la interrupción -la muchacha pasó de mostrarse sensual a parecer más inocente y frágil. Colocó ambas manos en su regazo para acrecentar la sensación de arrepentimiento. Con un poco de suerte, aquel ejecutivo caería sucumbido a los encantos de aquella muchacha que parecía necesitar un gran hombre poderoso, seguro de sí mismo y poseedor de un lujazo de silla ergonómica-. Como le iba diciendo, le traigo un pase VIP para la gran inauguración que tendrá lugar mañana por la noche. Sería un verdadero honor para nosotros que un hombre de su categoría asistiese. No dude de que pondremos todo nuestro empeño en que, para usted, sea una noche difícil de olvidar. 

En aquella última frase, la lujuriosa personalidad de la Violet de más allá del espejo (o del chupito en este caso) hizo aparición en forma de travieso destello. 

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06/12/2012, 00:58
Director

La cara de George se fue convirtiendo poco a poco en un poema hasta que, llegado a cierto punto, apagó la grabadora dejándola en la mesa y encarando a su padre.

- ¿Donde has encontrado esto?- pero ni siquiera dió tiempo a que Ulysses respondiera...George conocía las intenciones de su padre y, aunque se notaba que el hombre estaba algo violento, le lanzó un mensaje tranquilizador- Mira, Pa, se que te ponen nerviosas estas cosas, pero esto es un trasto de un chiflado. Lo único que se oye son interferencias, el viento y alguna rata. Por un momento, su mano se posó en la de Ulysses, manchandola con un leve rastro de aceite. No hay fantasmas en los túneles de metro, Pa. Hizo una pequeña pausa, antes de añadir convencido. Ni en ningún sitio.

Se levantó de la mesa, volviendo a dibujar la sonrisa en su rostro, aunque algo insegura. Al parecer, aquel momento de duda de su padre le había marcado algo.

- Anda, vamos. Ma tendrá ya el pavo, y tendrás hambre después de hacer de Ghostbuster... rió intentado quitar hierro al asunto, antes de pasar la mano por el hombre de Ulysses y marchar a casa, a disfrutar de una copiosa y feliz cena de acción de gracias...

Notas de juego

¡Sin ningún problema! Es más, si quisieras y dado que no es un PNJ vital para la trama podrías haber desarrollado tu también la siguiente parte del dialogo ^^

Pero ahora toca cerrar el día. Puedes añadir un último mensaje en Home, Sweet Home para resumir la cena de Ulysses o dejarlo así y directamente postear el nuevo día. Que mañana será un nuevo día en NY...^^

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06/12/2012, 00:56
David Stanford [Superviviente]

David pulsó el botón de finalizar llamada en su bolsillo, para que aquello no siguiese contando de forma estúpida. Bien. Aquella chiquilla era una más del rebaño, pero sabía como utilizar sus encantos, estaba claro. Si quería que fuese, iría, pues allí dentro tendría cosas que hacer. Copas que beber y respuestas que sacar sobretodo. Eso, y que se pensaba mejor con la entrepierna pacificada. Pero aquello era otro tema. Lo primero era su hija, y no iba a perder sus fuerzas haciendo el tonto. Iría con el séquito que podía reventar un local a base de locuras, y ya se encargaría de escaquearse e irse a hacer su verdadero trabajo si es que no tenía nada práctico que hacer ahí dentro. Por no hablar de que ya era hora de poner a todo el mundo a su buscar a la cría, que para eso tenía un tropel de aliados.

Sea como fuere, estaba demasiado cansado como para pensar con claridad. Tenía mucha hambre, y le dolía la cabeza tras todo el día sobreviviendo a base de tabaco y resaca. De verdad necesitaba ese pavo relleno y un lecho sobre el que dormir toda la noche. Comida y sueño, por el diablo.

Aparcó el coche al lado de casa de su esposa, y se fumó dos cigarrillos ahí dentro, esperando, haciendo tiempo. Mañana tendría que levantarse pronto, por lo que aquella noche dormiría en su casa. Cenaría, pero dejaría que luego cada uno se quedase en su casa, arropado. Charlie y su esposa querrían disfrutar de ese día a su manera, pues ya bastantes problemas tenían, y tenía que dejarle espacio a Clare, aunque fuese por él mismo. Necesitaba ponerse ropa limpia para la semana que viene, y tenía que llamar a todos los allegados y contarles toda la movida. Más buscaban ocho que uno.

Pero todo eso ya no importaba. El pobre David tenía las neuronas echas papilla, y no estaba para seguir con la empresa de su hija. Demasiada seriedad y dedicación para un hombre que acostumbra a vivir con otros tirando del carro por él mientras la resaca del océano lo arrastra.

Era hora de mentirle a su mujer diciendo que todo se solucionaría al día siguiente, aunque fuese mentira. Era hora de cenar con su agente y contar chistes mientras la silla de su hija seguía vacía. Pero bueno, podría ser peor. Podría entrar por la puerta y recibir la noticia de que Becca también acababa de desaparecer.

- Dios me libre- pensó en voz alta mientras salía del coche ranqueando y cerraba la puerta, rumbo a la recompensa por un día de esfuerzo.

Notas de juego

Si notas algo caótico en estos últimos mensajes es porque estoy fuera de casa y me cuesta más ponerme en la piel de David y centrarme en escribir con una estructura lógica.

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06/12/2012, 01:35
Señor

El hombre escuchó no sin cierta curiosidad la conversación, aunque si bien era una curiosidad más parecida a la de un profesor viendo el nivel de barbaridad que puede alcanzar un alumno explicando un tema que no se estudió para el examen. Pero los sutiles cambios de registro de Violet parecían haber captado su atención de una forma y otra, y cuando la bailarina se disculpó por la interrupción se limitó a hacer un gesto con la mano para quitarle importancia.

- Las disculpas se las pido a usted por haberle hecho venir para nada. El hombre apoyó durante un momento el codo sobre la mesa, y sus dedos hicieron un gesto bien parecido al de tenderle de vuelta el arma al adversario. Me temo que pese a que avisé que mi agenda no me permitía la asistencia el testarudo de su jefe quiso volver a darme esa oportunidad. Quizás otro día. Su tono tiene algo peculiar, un sarcasmo tan bien usado que sería imposible recriminarle que lo estaba usando, aunque era verdaderamente obvio que allí estaba: perfectamente embutido en cada sílaba en su justa medida. Pese a todo infórmele de que acudirá alguien en mi nombre. Una sonrisa leve apareció en su rostro durante un par de segundos. Guárdese el pase. Estoy seguro de que más de una persona en NY daría un buen pago por él. Si me permite...

La mano del hombre se perdió por un momento en un cajón de su escritorio, sacando un pequeño pin con un estrella representando la bandera americana. Tenía cierto encanto distante a las horteradas qeu solían ser ese tipo de cosas.

- Por las molestias. Sonrió, arrastrándolo con el dedo hasta dejarlo frente a la tailandesa. Celebre con orgullo el día que sobrevivió nuestra gran nación.

Era dificil saber si aquello iba con algún tipo de sorna dado el origen de la bailarína, pero lo cierto es que ya había varias generación de asiáticos de rasgos y norteamericanos de nacimiento. Pero no tuvo tiempo de preguntar. El hombre hizo un sutil gesto con la mano y, con rapidez, los dos encargados de seguridad que habían estado apostados en la puerta entraron en la sala, sujetando la puerta con fría educación para que Violet pudiese salir.

- Es un placer haberle conocido, Sra. Carson. aquella peculiar sonrisa volvió a aparecer en su rostro, y Violet tuvo la extraña sensación de que estaba siendo sincero. Desde luego, su cirujano plástico se había ganado su parcela en el cielo, aunque teniendo en cuenta que el tio no le había mirado las tetas ni una sola vez...

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06/12/2012, 01:36
Director

- Señor. Saludaron los dos hombres, antes de desaparecer con la bailarina. Y entonces Violet se dió cuenta de que, efectivamente, seguía sin saber que iba detrás del puñetero Señor. Pero estaba claro que aquellos marmotretos con traje no iban a responderle.

El mismo viaje incómodo en ascensor con dos hombres incapaces de mirar sin ruborizarse sus grandes encantos (o así lo veía Violet) y volvía a estar en la planta baja. Por las grandes cristaleras pudo ver al taxista, que estaba fuera fumándose un cigarro mientras se abrazaba a la chaqueta por el frio. La mayoría de la gente que entraba le lanzaba miradas entre confusas y despectivas, pero el hombre parecía estar a lo suyo maldiciendo su suerte.

¡Que no llorase más! ¡Violet había vuelto de un cielo lleno de sillas orgásmicas!

- Ya pensaba que no bajaba...dijo el hombre, que comenzó a andar hacia el taxi, mal aparcado algo más adelante. ¿A donde vamos ahora?

Notas de juego

Lo dicho. Puedes cerrar con tu planeada jaqueca y continuar con ello mañana ;)

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06/12/2012, 01:41
Director

Con un par de cigarros en el cuerpo y las manos heladas pese a haber estado en el auto, David volvió a entrar en casa. Dentro había un olor delicioso y ruido de conversación familiar. Clare estaba allí, con el batín y cara de preocupación, pero al menos Becca también estaba a su lado. Al parecer la madre ya le había avisado de las circunstancias de la cena, pues tenía un aspecto sombrió aunque sereno, y el abrazo que dió a su padre cuando entró en casa fue más largo de lo normal.

Por suerte, Charlie y Anna estaban allí, sentados en una mesa tan llena de comida como cualquier otro año. Y su agente, como no, pronto alegró el ambiente haciendo de bufón. Las risas sonaron algo huecas y tristes, pero eran risas. Fueron una familia con una silla vacía, que en la serie hubiera bailado entre las sombras de las llamas que crepitaban mientras sonaba una música melancólica. Pero aquello era la vida real y lo único que pedía David era que aquella escena solo fuese un pico dramático con un posterior reencuentro ya marcado en el guión.

Becca habló de su noche de pijamas con las amigas, Runkle sobre los bien que iba la serie y como les estaban pidiendo merchandaising. Clare fue la única que se quedó callada, interviniendo de vez en cuando con mal disimulada tristeza. Por suerte, con un par de copas encima, Anna habló por cuatro mujeres.

Pero todo acababa, y las horas pasaron hasta que ninguna excusa valía más para hacer compañía. Charlie se llevó a una Anna bastante tocada, que gastaba una enorme sonrisa en el rostro despidiéndose con alergía y dándoles ánimos. Estuvo hablando tan alto, con tanta energía, que le escucharon incluso cuando se subieron al taxi.

Pronto llegó también el turno de David. La edad no perdona y, por mucho que le doliese, David apenas podía tenerse en pie. Se había sacrificado al máximo por su familia pero hay cosas que un nombre no puede hacer. Aunque le duelan. Y es que el escritor estaba seguro desde el momento en que se despidió de su mujer con un largo abrazo en la puerta, justo antes de entrar al taxi que le llevaba a su piso de soltero, de que Clare lloraría aquella noche. A escondidas, para no alarmar Becca, pero lo haría. Y aquello le dolía en su malherida alma.

Pero también sabía que lo único que él podía hacer era dormir. Dormir para poder acabar de localizar mañana a la condenada de su hija, porque un viejo resacoso y cansado puede hacer poco más que arrastrarse por las esquinas. Mañana hablaría con Lew, y hablaría con la bailarina dominatrix. Mañana aparecería Clare, seguro...

Notas de juego

Sin ningún problema. Si no tienes nada que objetar, cerramos el dia. Si aún así quieres hacer un último post en Home, Sweet Home, ¡ya sabes que tus entradas son siempre bienvenidas! :D

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06/12/2012, 11:11
Thomas Jackson [Muerto]

Thomas sacudió una servilleta contra la mancha más por inercia que por intentar limpiar algo.

-Será que te estás volviendo un blando y has sido bueno este año...- le comentó a Rick con una sonrisa.- Como te veo interesado, si te parece mañana cuando te dé por amanecer te pasas por la comisaría, tomamos un café o comemos y miramos a ver qué tenemos cada uno. Ya por la tarde nos acercamos al garito éste, que seguro que te sabes mover mejor tú que yo por él y puedes sacar algo más de utilidad.-

A pesar de la colaboración Thomas no podía evitar pensar que estaban empezando a morder más de lo que iban a poder masticar. ¿tanta desaparición y nadie sabía nada? Eso olía mal, muy muy mal. Con gesto más serio comentó a su compañero

-Esto me huele algo gordo Rick, no nos emocionemos demasiado y mantengamos la guardia alta... aquí hay algo que no me termina de cuadrar viejo amigo- tras terminarse el remedo de cena y tirar los envoltorios a una papelera cercana se acercó y tendió la mano al ex-policía- descansa un poco y mañana te veo-En realidad él también tenía que descansar y ordenar un poco las ideas de su cabeza. Tal vez la almohada le diera alguna nueva idea o por lo menos le permitiera tener la cabeza más despejada.

-Joder, estoy bajo de forma... tanto tiempo sin hacer nada y ahora un día de trabajo me deja baldado-

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06/12/2012, 11:43
Katherine Aldridge

En el taxi sonaba Charles Mingus y Kate sonreía placenteramente mientras la música inundaba sus oídos con suaves tonos de saxofón y el taxi la mecía suavemente en su asiento. Allí, casi acunada, se dejó llevar mientras el taxista afroamericano la llevaba con delicadeza hasta su casa.

Le hizo gracia como Scott había corrido tras el taxi para despedirse de ella. Le resultaba gracioso cuando se rompía su escudo de apariencia seria y ejecutiva y salía el adolescente que llevaba dentro. Y a Kate no le costaba mucho romper esa barrera. Al llegar allí tenía la apariencia de un hombre de negocios, la apariencia propia para un secretario del alcalde. Pero a ella no le había costado mucho hacer que tartamudeara, se pusiera nervioso y actuara como el joven que realmente era. Solo le había dado un beso en la mejilla y el muchacho había salido corriendo tras el taxi como en una película de enamorados.

No quería hacerle daño a Scott. Ella no sentía nada por él más allá del mero afecto que le tenía por su relación profesional. Pero era evidente que el muchacho sí que sentía algo más por ella. Se preguntó si a veces estaría aprovechándose inconscientemente de ello.

A pesar de todo, lo cierto es que Scott le había dado una buena información. Una buenísima información, y Kate tenía mucho trabajo por delante. Le interesaba aquella historia, creía que tenía mucho jugo y que se podría sacar muy buen partido si lograba investigarlo a fondo. Aún no lo sabía a ciencia cierta, pero algo le decía que tenía entre sus manos una de las mejores historias que había escrito jamás.

Sin tiempo que perder, comenzó a organizarse mentalmente el trabajo para el día siguiente. Lo primero sería investigar cuantas desapariciones había en la ciudad de Nueva York al año por termino medio. Si tenía un poco de suerte podría incluso saber cuantas personas desaparecían al mes. Si contrastaba este dato con lo que le había dicho Scott tendría la argumentación de que aquello se salía de los límites normales. Luego tendría que comprobar que aquello era cierto. Aquel punto, sin Richard Black de su lado, le costaría lo suyo, tendría que patear mucha calle libreta en mano. Puede que hablando con sus contactos en la policía pudiera saber si los familiares habían puesto denuncias de desaparición de sus seres queridos y buscar a partir de allí.

Entonces el taxi se detuvo y Kate se despertó de inmediato. Había estado pensando en ese estado de duermevela en el que uno cae antes de quedarse dormido del todo. Trató de disimularlo y pagó la carrera al taxista. Salió del vehículo y se arregló el vestido antes de enfilar camino a su casa.

Una vez dentro de su apartamento no quiso pensar más en el articulo, se quitó el vestido y lo dejó en el armario. Antes, mientras subía en el ascensor, ya se había quitado los zapatos para liberar sus pies del dolor que suponía llevar tacones y zapatos incómodos y había ido descalza por el rellano hasta llegar a la puerta de su casa. El alivio que sentía en los pies era tremendo. Se puso el pijama, se quitó el maquillaje, se soltó el pelo, se lavó los dientes y se metió bajo las sabanas y el edredón de su cama. Se acurrucó arrebujándose hasta tener una buena postura y se quedó profundamente dormida mientras pensaba en las notas que se repetían en aquella canción de Charles Mingus que llevaba puesta el taxista.

Notas de juego

¡Pues ahora a esperar al nuevo día!

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06/12/2012, 13:07
Rick Rogers [Muerto]

-¿Algo no te termina de cuadrar? Ha sido a mí al que han llamado, ese tipo tiene demasiada información, y busca a los mejores ¿porque si no nos hubiera llamado, y juntado?- Rick necesitaba descansar, había pasado de investigar a la mujer de cualquier cornudo de Nueva York, a investigar unas desapariciones bastante misteriosas, con tipo misterioso de por medio, mas parecía una película que la vida de Rick.

-Nos vemos mañana… temprano.- Dijo tendiéndole la mano. -Compañero.-

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06/12/2012, 13:27
Violet
Sólo para el director

-Las disculpas se las pido a usted por haberle hecho venir para nada -¡¿QUÉ?!-Me temo que pese a que avisé que mi agenda no me permitía la asistencia el testarudo de su jefe quiso  volver a darme esa oportunidad. Quizás otro día.

Violet habría intentado convencerle de que acudiera, pero el tono de voz del hombre no admitía réplica.

-Es una verdadera pena -respondió al muchacha con tono afectado-. Esperamos que pueda venir a visitarnos en otra ocasión.

-Pese a todo infórmele de que acudirá alguien en mi nombre. Guárdese el pase. Estoy seguro de que más de una persona en NY daría un buen pago por él. Si me permite... -Aquel misterioso hombre le tendió un patriótico pin que la joven aceptó con agradecimiento-. Por las molestias. Celebre con orgullo el día que sobrevivió nuestra gran nación.

Antes de darse cuenta, los dos empleados de seguridad la flanqueaban de nuevo, indicándole que debía marcharse.

-Es un placer haberle conocido, Sra. Carson.


-Igualmente, Señor. Espero que el destino nos vuelva a encontrar -Incluso en aquellos momentos Violet no podía evitar flirtear.


El taxista la esperaba la en la puerta, al parecer era un señor muy bien mandado.


- Ya pensaba que no bajaba...-la muchacha y el hombre en el coche- ¿A donde vamos ahora?

Violet le dio la dirección de su casa, de repente le había entrado un terrible dolor de cabeza. Algo le decía que iba a estar fuera de combate lo que le quedaba de día. Ya repartiría el resto de entradas la mañana siguiente.

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06/12/2012, 14:47
Director

Había trabajo que hacer antes de acabar de arreglar Electrosand. Nadie se quejaría de recibir los pases VIP para la discoteca el mismo día...pero si si no los recibía. Y esa era la responsabilidad de Violet. Bastante estres tenía ya su pobre Asthon como para encima causarle el cabreo de que supiera que no todas las entradas habían llegado a sus dueños. Es más...¿Como se tomaría la ausencia del misterioso Señor?

Con lo ocupado que estaba su jefe con la inaguración apenas le había visto, y mucho menos había podido comunicarle aquello. Lo único que podía hacer era esperar a que llegase la noche y verlo en persona. Bueno, y rezar porque no se tomase la ofensa demasiado a pecho...

No tuvo mucho tiempo de pensar, porque resultó que la inmobiliaria caía bien cerca de casa. El taxi pronto dejó a Violet en la dirección, justo enfrente de la puerta. Allí estaba la inmobiliaria, un local de varias plantas, con el logo pintado en un potente azul en el segundo piso. La planta baja estaba formada casi exclusivamente por enormes cristaleras, que dejaban ver gran cantidad de anuncios y una mesa donde trabajaba una mujer bastante atractiva, pero con cara de ligero aburrimiento. No parecía estar siendo un buen día. El cartel rezaba que el local estaba abierto hasta la hora de comer, pero dado que Violet tenía otras cosas que hacer, no le haría falta más de media hora.

El hombre apagó el motor pero ni siquiera quitó la llave del contacto, antes de girarse hacía la bailarina.

-¿ Va'tarda mucho? pregunto con un fuerte acento cubano. Que si eso le'pero aqui mi'mo.

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06/12/2012, 15:29
David Stanford [Superviviente]

David apagó el despertador de un manotazo. No podía ser ya la hora. Seguía sintiéndose como si necesitase hibernar durante una semana, pero sabía que debía de levantarse. Como pudo, se arrastró por la cama, cayendo al lado del vaso de whisky. El golpe contra el suelo le devolvió a la realidad, recordándole que el mundo no iba a esperarle ni a tenerle en cuenta.

A regañadientes, con un rictus a medio camino entre la sonrisa inerte del vividor y la seriedad del padre caminó hasta el baño, pulsando el botón del mando a distancia a medio camino. En la pantalla de la televisión salieron las ondas de radio, llenando de vida la escueta casa vacía hasta de almas.

Se lavó la cara frente al espejo y cogió la maquinilla eléctrica, dejándose aquellos escuetos puntos grises que sólo se podían quitar con cuchilla. El chorro del grifo lavó las manos con jabón, pues no lo había hecho el día anterior más que al ducharse y para cenar, y el sentimiento de suciedad estaba ahí. Aquello le acompañó en la ducha, intentando borrar las marcas de la fiesta de hacía dos noches, con o sin éxito. Al salir, toalla, pelo encrespado como era menester y un puñado de vendas más para tapar las vergüenzas. Se calzó la ropa más limpia que pudo encontrar. Unos bóxers limpios nuevos, a juego con los calcetines. Una chaqueta gris y una camisa negra, a juego con unos pantalones azules.

Mientras el café se cocía en la cafetera dejó que el símbolo de Apple se iluminase junto con su teclado, y redactó una nueva entrada para el blog.

This is the new shit

Como si de una canción de Marilyn Manson, el antiguo grupo favorito de sus dos hijas, se tratase, hizo una recopilación breve y escueta de lo que pasaba por el mundo. Habló de Electrosand, criticando al sistema de las entradas baratas y la invitación gratuita a festividades. Pero no podía culparles por seguir el juego del capitalismo y el oportunismo, por lo que atinó a decir que no descartaba la idea de pasarse a liársela un poco. Para acabar, un breve resumen de sus pensamientos, centrados en darle al mundo el sencillo mensaje de que ni ellos sabían lo que querían.

Porque él en ese momento tampoco lo sabía. Mientras se bebía el café y miraba su teléfono móvil, dudaba. Iba a hacer lo de siempre, pues parecía imposible que aún con una hija desaparecida no se fuese de marcha y pusiese patas arriba la ciudad. Pero se debatía de si realmente deseaba aquello o un poco de paz. Tantos años de experiencias vividas confunden a cualquiera, pues no eran pocas. Con cuarenta y siete años David había vivido demasiado, y había llegado al punto de no retorno en el cual sólo tienes claras dos cosas. Por un lado, que tu familia es lo más importante. Por otro, que nunca conseguirás dejar los placebos para una existencia vacía, haciendo el papel de hombre feliz en un mundo gris.

Cerró todo y salió por la puerta, camino a su reunión con Violet. Por el camino en el coche fue llamando a sus contactos, dejando caer el evento de aquella noche. Charlie. Lew. Sasha. Dani. Samantha. Intentó llamar a Tracy, la prostituta de lujo con tanta maña para la gente y los negocios, pero no pudo localizarla. Daba igual. Compró un tercer paquete de tabaco, pues el tercero ya raqueaba con sus últimos coletazos, y se dispuso a hacer lo que debía hacer.

Se dispuso a seguir dejando que la resaca le moviese en un mundo gris. Se dispuso a dejar que los demás engrandeciesen a un David que por sí mismo no era más que un contenedor vacío salvo por las lágrimas y el alquitrán.

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06/12/2012, 15:55
Violet
Sólo para el director

El taxi se detuvo sin darle tiempo a Violet ni a retocarse el gloss. ¡Qué cerca! Mejor, así acabaría antes con aquella tarea y podría irse a recoger aquel vestido que se hacía más de rogar que un cura convencido de sus votos (aunque alguno que otro había caído). Pero seguro que merecía la pena la espera. ¡Era un Brawl!

El conductor pudo ver, a través del retrovisor, los pequeños saltitos que dio la muchacha en el asiento trasero mientras pensaba en aquel vestido. Violet se percató de ello y paró inmediatamente, avergonzada. 

-¿ Va'tarda mucho?. Que si eso le'pero aqui mi'mo.

¡Oh!¡Tiene acento latino! Es una oportunidad para practicar mi español.

-Sí, espéreme, senyoura -El español le parecía bastante difícil debido a la diferenciación de géneros y las conjugaciones verbales, pero era una lengua muy hablada en Miami y no perdía oportunidad de aprenderlo-. Yo salir en un sacar y meter y ojos. 

Violet le despachó una cándida sonrisa y entró en la inmobiliaria sin darle tiempo al taxista a reaccionar ante el aborto de español que acababa de escuchar. Pero ¿quién se iba a atrever a decirle que hablaba mal? Con lo adorable que era cuando lo intentaba...

La inmobiliaria le pareció como cualquier otro negocio de la zona: una oficina fría e insulsa que mataba cualquier atisbo de originalidad. Qué deprimente. La tailandesa no se imaginaba a ella misma trabajando en otro sitio que no fuese una discoteca, bailando rodeada de machos en celo y luces estroboscópicas. 

Con decisión, se acercó a la mesa más cercana, donde una atractiva joven desperdiciaba su belleza rellenando papeleo. 

-Disculpe. ¿Podría decirme dónde encontrar al Señor Memphis? Le traigo una invitación. 

Si el Señor Memphis era un hombre como debía ser, se mostraría ante ella inmediatamente. No todos los días se recibía la visita de una diosa se pelo ondulado.