Partida Rol por web

Aunque sus compañeros no pudieron verlos, allí estaban. Observando desde un lugar que no era Andelivian, ni Hardak, ni la Tierra... Un lugar nuevo y diferente. Un lugar de paso... ¿Aquí era donde estaban todos aquellos que habían fallecido? Ambos aparecieron en un puente que daba a un río y ese río los conectaba con sus amigos de alguna manera.

Por más que intentaran usar sus poderes, no podían. ¿Por qué?

Cuando cerró los ojos como Anyx, había dado por hecho que su mente se perdería en el olvido o descansaría en paz sin ser consciente de todo. Pero los abrió y se descubrió en un espacio que no conocía. Volteó a todas partes y sintió que ya no poseía la forma corrupta, sino su yo humana que era testigo de todo lo que estaba sucediendo con sus amigos. 

Katherine quería llorar, pero al mismo tiempo se sentía... diferente. ¿Era a causa del plano en el que se encontraba y de su pleno conocimiento de que no estaba viva realmente? Se preocupaba por los que quedaban en la pelea, pero al mismo tiempo no. Era extraño. 

Siguió observando todo hasta que miró a Hikari, rememorando cuando lo vio muerto en su forma de Andelivian cuando ella se había entregado a la oscuridad. La culpa y la ansiedad crecieron y ahora sí lloró un poco sin atreverse a acercarse a su compañero.

-Yo...-dijo, desviando la mirada en un intento de ver si estaba Aimi, su hermano... otro rostro familiar; pero se forzó a ver al peliazul y se acomodó un mechón de cabello detrás de su oreja-. Lo siento, Hikari...

Fue lo único que pudo expresar, observando ahora cómo Scarlet invocaba enemigos junto a Dusk y una Mariko corrompida.

Había estado explorando aquel extraño mundo por quién sabe cuánto tiempo. Cada tanto, visiones de lo que pasaba en la tierra me distraían. Eventualmente, Katherine llegó hasta allí también.

-No te preocupes -le respondí al verla tan contrariada- Todos dimos lo mejor. Caímos como guerreros. No hay vergüenza en eso. Ahora todo está en manos de ellos. Incluso Lety, aunque se haya entregado a la oscuridad, yo sé que aún queda algo de humanidad en ella. Tarde o temprano, el destino la pondrá a prueba, a ella y a todos. Esperemos que lo logren.

Hice una pequeña pausa para reflexionar un poco.

-Pero es cierto: Si sólo pudieramos regresar, aunque fuese por un momento...

-Pero no podemos volver-dijo Katherine, suspirando mientras se abrazaba a sí misma y veía ahora a Dusk cuidar a Scarlet, Ilify yendo a por todo en la pelea y Lightning siendo fuerte para sobreponerse a lo que sucedía.

La inglesa suspiró, anhelando estar ahí para enmendar su error; sin embargo, sus ojos azules se centraron en su "cuerpo", en Anyx, y rememoró todo lo que sintió estando en esa forma, las palabras que dijo y sus deseos egoístas y oscuros. Un calosfrío recorrió su espalda y al final sabía que no habría marcha atrás. Ellos ya no estaban vivos.

-No creo que yo haya caído como una guerrera, Hikari-dijo, cerrando sus ojos un momento-. Cedí a la oscuridad; no importa qué tanto me justifique ni que Heleth me haya engañado, manipulado, controlado... como quieras verlo, o que acepté sin darme cuenta de lo que pasaba en realidad. Sinceramente, espero que nuestros amigos salgan adelante, ellos lo merecen.

Volvió a abrir sus ojos y de nuevo miró a su compañero.

-¿A qué te refieres con que el destino nos ponga a prueba? 

-No seas tan dura contigo misma -intenté consolar a Katherine- Es imposible saber cómo alguien va a reaccionar en una situación así.

Luego pensé en su pregunta.

-Pues... así ha sido siempre -respondí, algo dubitativo.

Luego me puse a pensar en aquella batalla.

-Sabes -dije luego de pensarlo un rato- El Umthi absorbe la energía de los caídos pero, me pregunto si eso es lo que realmente quiere. Quiero decir: es un ser vivo. Tal vez tenga conciencia. Si pudiéramos comunicarnos con él, hacerle ver el daño que está haciendo...

Un amigo más abría los ojos en ese lugar: se trataba de Notah, quien había dado su vida momentos antes en la batalla. No muy lejos de él estaban Hikari y Katherine. Los tres eran humanos en aquel lugar de paso.

Katherine sonrió tenuemente al percatarse de la comprensión de Hikari con la situación. El peliazul siempre se había caracterizado por pensar que todos tenían una oportunidad a pesar de las circunstancias y sí confiaba en que Leticia aguardaba humanidad a pesar de todo, no era raro que por lo mismo no la juzgara. La inglesa se limpió los ojos un poco y agradeció en silencio mientras veía a sus compañeros.

Sin embargo, la idea del chico le llamó la atención y se llevó una mano a su mentón reflexionando. Había lógica detrás de ello.

-Hay algo de sentido en eso. Ellos no nos ven, pero nosotros entre nosotros y a ellos sí. ¿Sabes? Me recordó a una frase que nos decían en la escuela: la materia no se crea ni se destruye, solo se transforma... Y no tenemos nada qué perder-estaba pensando en el método cuando vio lo que sucedió en el combate y el destino de Walker. Claro que también observó con sorpresa la aparición del gran dragón y agradecida con que aquél que aparentemente les había traicionado hizo una treta aprovechando que habían bajado la guardia.

Aún así, ver cómo los ojos de él se apagaban le provocó una profunda tristeza y, cuando vio que Notah apareció con ellos, la pelinegra camino hacía él y sin decirle nada, le abrazó. 

De algún modo el sitio cambió por completo y la fascinación me apresó. Miraba alrededor con asombro, como si todo fuese nuevo o, como poco, inesperado.

Hasta que sentí el calor de unos brazos rodeándome y respondí del mismo modo y cerrando los ojos para centrarme en mis sentidos. Era agradable y envolvente. Sólo por el olor pude saber quién era.

Kath...

Dije, en apenas un susurro. Sonreí alzando los ojos, pero sin soltarla.

... me alegra tanto que estés bien. Ya me preguntaba cuántas vidas íbamos a tardar en volver a encontrarnos.

Entorné la mirada y relajé los hombros.

Espero que mis padres puedan rehacer sus vidas.

Pensé en voz alta casi sin darme ni cuenta. Aflojé el abrazo, dejando que fuese ella quien decidiera cuánto tiempo quería seguir así. Yo estaba cómodo pero desde luego no quería incomodarla.

-Bienvenido, Notah -dije al verlo llegar. Iba a intentar conversar, pero cuando Katherine lo abrazó, pensé que sería mejor guardar silencio por un momento.

-Yo esperaba no verte aquí... a nadie más-contestó Katherine luego de un suspiro triste, aún abrazando a Notah con cuidado.

No era justo, no lo era. Sin embargo, todos habían tomado la decisión de pelear bajo sus propias convicciones y anhelos. Algunos por seguir a la Reina de Cristal y a la Sacerdotisa, otros buscaban redención, algunos por proteger a sus seres queridos y al planeta... pero al final, todos tenían en común salvaguardar de un peligro que se había llevado a muchos de sus amigos. Tan solo ver a algunos en esos capullos y claro, uno que se quedó en la Tierra para velar por su propio rey... ¿Cómo estaría Koichi? ¿Cómo estaría su madre?

-También lo espero por mis padres. Han perdido a sus dos hijos y no se si...-se interrumpió, imaginando un escenario donde su madre se comunicaba con su padre en el viejo continente para decirle contarle esa terrible noticia. ¿Qué haría ella en un país donde no tenía familia y ahora se quedó sola? -... perdónenme-susurró a sus padres, aunque sabía que no sería escuchada.

Al final, la inglesa suspiró de nuevo y decidió retirarse del abrazo con un apretón más y de ahí ver al chico con una sonrisa mientras le invitaba a acercarse con su compañero peliazul y así estar los tres. Era consciente que, al menos en apariencia, Hikaru y Notah no se hablaban mucho o era nula su comunicación, pero en ese espacio... ¿qué más podía pasar?

Notar su tristeza y el momento de silencio cuando hablaba de sus padres me llevó a imaginar a mis padres buscándome durante horas, días, o incluso semanas. Sabían que mi cabeza y mi sentido de la orientación eran pésimos, con lo que tardarían en darse por vencidos. Con suerte alguno de los supervivientes les ayudaría a dar aquel paso.

Cuando se retiró mi sonrisa se amplió aunque mantenía un aire nostálgico. Miré a Hikari, no había hablado demasiado con él, pero lo poco que conocía parecía coherente.

Hola y gracias Hikari. Por desgracia temo que no seré el último en venir. Aunque hice lo posible por... minimizar las pérdidas.

Puse una mueca de resignación, y luego mis ojos recorrieron el lugar, como si fuese la primera vez que lo veía -y lo era-, deteniéndome en los detalles.

¿Qué sabemos de este sitio? Si podemos verles, quizá podamos darles nuestra energía o algo. ¿Habéis probado a cruzar el puente? ¿A tocar el agua? ¿Os habéis acercado al palacio?

Por algún motivo, sentía bastante curiosidad de probar cosas.

-Ahora que lo dices, no, no lo habíamos intentado -dije mientras mojaba mis dedos en el agua para ver qué ocurria.

En el momento en que Hikari se inclina para tocar el agua, esta genera ondas ordenadas, una tras otra que se expanden infinitamente. Más allá de eso, no sucede mucho más.

El agua parecía... sólo agua.

-Intentemos cruzar el puente -propuse.

Katherine se mantuvo al lado de Notah mientras él también cuestionaba el sitio y hacía las mismas interrogantes que Hikari había planteado antes y sonrió un poco. A ella no se le habría ocurrido el buscar o intentar ayudar por considerarse una mera espectadora a la espera de lo que sucedería luego del combate que llevaban a cabo quienes aún seguían con vida. A la propuesta de examinar mejor asintió, pero cuando apenas iba a moverse vio a Mirari caer y esperó por si Irisu aparecía ahí con ellos... y nada. Le dolió ver a su amiga caer, pero dijo otra cosa en voz alta.

-¿Por qué nosotros estamos aquí y los demás no?-su tono era triste, pero no podía dejarse llevar por la tristeza. Si estaban ahí, era por algo.

El agua parecía eso... pero aún así la inglesa quería pensar que había algo más.

-Vayamos al palacio-confirmó, empezando a caminar sin adelantarse mucho. Sin embargo, quiso usar sus poderes para detectar algo más en el ambiente y recordó que ya no podía usarlos. Se sintió como una humana normal, así que descubrió con cierta resignación que la idea original que tenía en mente no sería posible. Pero aún así...-... hay que averiguar si hay algo más por los alrededores.

-Tal vez los demás aparecieron en otro lugar -respondí a la pregunta de Katherine- En cualquier caso, si su razonamiento es el mismo que el nuestro, seguro irán al palacio. Tal vez los encontremos allí. Vayamos.

El aire de ese lugar exhumaba paz, con cada bocanada de aire, con cada paso... Todo era paz. Caminaron por lo que se sintió como una eternidad por el puente hasta el castillo y, al llegar, vieron que en las paredes de una estancia que recordaba a un salón de baile habían pinturas peculiares, por no decir otra cosa: siluetas traslúcidas donde solo se distinguían las formas de ¿armas? ¿Joyas?

Un remolino de cadenas, una espada de hoja curva negra y roja, una tiara, un collar, una espada con una hoja enorme, un arco, un tridente, una espada roja con borde negro, una espada de hoja negra... Y por último, lo que parecía una rama de un viejo árbol. Todas juntas brillaban pasando por los colores del arcoiris. ¿Qué eran y qué era ese lugar?

La espada roja con filo negro parece el arma de mi hermana.

Fue todo lo que dije, y es que había permanecido un poco reflexivo por el camino.

Supongo que el arco representará tu arma.

Observé, mirando a Katherine. Y luego a Hikari.

No sé cuál es tu arma, lo siento.

Luego me quedé enfrente de la ramita.

¿Y si esta ramita representa el poder de Umthil? ¿Y si podemos arrebatárselo?

Pregunté, pero mientras preguntaba mi mano ya tocaba la silueta.

-Sí, tienes razón. No me parece casualidad que esta silueta porte un tridente -respondí a ala observación de Notha- No sé si podamos arrebatárselo, pero quien construyó esto pudo haber querido expresar que el Umthi está conectado de alguna forma con nuestras armas. Tal vez la rama sea un arma también, arrancada del mismo Umthi. Si pudiéramos encontrarla... tal vez sea la clave para mantener al Umthi bajo control.