Partida Rol por web

¡Estás enamorado hasta de sus defectos! -Exclamó sonriendo y dejando escapar una risilla. Pero no le molestó, dejó que este siguiera hablando. Mientras lo hacía la joven dejó a los dos gatos que tenía sobre los cojines que tenía cerca y los acarició para que estos se quedaran tranquilos y no se fuesen. Sentía tener que molestarlos, pero aquello era necesario. “Eres Isabella... Actúa cómo ella...” Tomó aire lentamente, aquello sólo se trataba de una actuación, de desmontar lo que él decía, de demostrarle que... Podía equivocarse si sólo miraba la superficie de una persona.- ¿Quién dice que todo eso que ama Walker no lo puede tener Shiro? ¿La conocéis hasta ese punto?

Isabella después de acomodar a los gatos no se había sentado, si no que se había quedado arrodillada con los glúteos apoyados sobre los talones. La mirada de Isabella había cambiado por completo, desprendía un toque seductor y misterioso. Incluso el toque de sus cabellos rojos y negros le daban un aire travieso. Algo que Notah no había visto antes, seguro. Isy dejó las manos sobre el suelo y se inclinó hacia adelante hasta quedar a unos centímetros del rostro de su amigo, no perdió la calma, se mantenía serena ¿Era la misma chica que hacía unos segundos casi había desfallecido al intentar hablar de sus sentimientos? Si lo era, ahora estaba irreconocible. Posó la mano diestra sobre el pecho del muchacho y lo empujó con decisión hasta dejarlo con la espalda apoyada en el suelo.

-Hay una parte oculta en todos nosotros, una parte que sólo sale cuando nosotros lo decidimos.- Se inclinó para seguir susurrándole en ese tono cautivador y misterioso. Sus cortos cabellos caían por los lados imitando a una cortina y dando un punto de ¿Intimidad?.- Yo soy encantadora, amigable, cariñosa... Y muy llorona, pero con la persona indicada puedo mostrar otras partes que nadie más conoce. Lo que tú conoces de Shiro es sólo la punta del iceberg...Quizás con el tiempo descubras que posee cosas que podrían hacer temblar a Walker.-Se mordió ligeramente el labio, mostrando una sonrisa divertida.

Se mantuvo unos segundos, pero después de eso volvió a su postura inicial, quedando sentada sobre los talones. Su mirada volvía a ser la de Isy y Onírica y en sus labios lucía una sonrisa dulce.- ¿Lo ves? Yo también puedo ser tan guay cómo la Reina Oscura.-Le sacó la lengua.

¡Yo no he dicho eso!

Respondí del modo más infantil posible en menos de lo que tardaba una galleta de avena con pepitas de chocolate en desaparecer de la escuela. La pregunta de ella me dejó bastante pensativo, eso sí. Habían en realidad muchas cosas que no conocía de Shiro, eso ya lo sabía, pero ¿hasta ese punto? Es más ¿en qué momento esto se había convertido en una mezcla de consultorio amoroso e interrogatorio fusionados?

Lo que pasó después fue bastante impactante, el rollo llegó a mis orejas y la temperatura subió tanto que sentí que me costaba un poco respirar. Ella estaba mostrando una faceta que tenía bastante oculta y, cuando se separó y mencionó a la Reina Oscura, negué despacio.

Ten cuidado... podría besarte... o podría hacerlo Walker.

Sonreí un poco, pese a mantener el aire tímido, había un pequeño cariz pícaro o desafiante, muy sutil. Era como si una sombra estuviese debajo de mi piel. Estiré la mano echándome hacia delante para tomar su mentón y hacer que sus ojos miren los míos.

Con esa actitud, tu Rey no se atreverá a negarte un beso.

Estaba bastante convencida de ello. Era la actitud que le llevaría donde quisiera. Esa confianza que destilaba era realmente atractiva, para muchos. Pero claro, en realidad era mi amiga, no iba a terminar en un beso. Esas cosas sólo pasaban en los shoujos, y esto era el mundo real.

¿La ponía a prueba? Alzó ligeramente la barbilla cuando él la tomó de aquella manera. Le mantuvo la mirada, Isabella volvía a mostrar ese aire desafiante y atrevido, no quería dejar que las palabras o movimientos de su amigo la hicieran chiquita, por eso simplemente sonrió traviesa y ladeó ligeramente la cabeza a la par que se acercaba de nuevo a Notah.- Lo dudo...-Con delicadeza le retiró la mano y aprovechando el movimiento acercó la mano hasta el sonrojado rostro de su amigo, deslizó uno de sus dedos por la mejilla de él, hasta terminar sobre los labios. Dejó el dedo sobre ellos, cómo silenciándole.

- A Notah le pongo demasiado nervioso... Y es uno de mis mejores amigos, sé que no haría nada de eso.-Le dio un toquecito en la nariz y sonrió con seguridad.- Y Walker... ¿Acaso cree poder hacer tal cosa? -Lo miró a los ojos de manera intensa, cómo si lo analizase.- Se esconde cual conejillo...-Recuperó distancia, pero se mantuvo alerta. Jugaba con fuego, pero eso no la hacía ser descuidada.- Necesitaría muchísimo más para ganarse mi atención... O para poder alcanzar a rozar mis labios.-Le acarició la mejilla.

Como si quisiera.

Espeté de un modo casi automático. ¿O fue él? Las palabras de mi amiga habían conseguido lo que buscaban. Quería provocar mi parte más del pasado y, bueno, si quería jugar a las facetas ocultas pues lo estaba consiguiendo. Relamí mi labio inferior, poniéndome en pie. El gato negro que estaba cerca decidió que era mejor alejarse, como si pudiese notar la diferencia.

Es divertido asomarse al abismo, pero sé que no saltarás. No harás algo así a Notah, porque es soy tu amigo, porque te preocupo, porque sabes que confundiría mis sentimientos.

Mis ojos se deslizan por un momento al dedo juguetón de momentos atrás y por mi mente tuve el pensamiento de que hubiese sido divertido morderlo.

Juegas a la sensualidad, y no al amor. Como eres mi amiga, te avisaré: si vuelves a tentarme una sola vez más, vas a probar la miel de la traición en tu interior.

Mi labio se arrugó en lo que podría ser el comienzo de un gruñido que no llegó a salir. Avancé hacia ella y extendí mi mano.

¿Y bien? ¿Quieres seguir a tu oscuridad... o a tu corazón?

Aunque no parecía muy dispuesto a seguir la orden de Notah... terminó por ni siquiera tener ganas de replicar. Se pasó una mano por la cara mientras suspiraba y terminó comiendo junto a Notah. Aunque no lo aceptó en el momento, era lo mejor que pudo haber hecho. ¿Cuántos días llevaba comiendo solo ramen instantáneo? Los hojaldres... fueron la gloria.

Cuando terminaron de comer, Mamoru sintió parte de sus energías renovadas. Se levantó, se estiró y tomó distancia de Notah, después de ver cómo este se transformaba. De inmediato, y con seriedad, Mamoru dio paso a Dawn... Era bastante raro ver cómo un pequeño y enclenque chico se convertía en una dragona alta, guapa y de cuerpo voluptuoso... aunque golpeada también por el mismo descuido de Mamoru; se veía bastante demacrada.

—Cuando quieras —se puso en guardia, invitando a Notah a que fuese quien comenzase la pelea.

Que al final se comiese los hojaldres me hizo sentir feliz en cierto modo. Estaba pasándolo mal, no hacía falta ser un genio para notarlo, y si bien podía aliviar un poco la presión tampoco quería agobiarle demasiado.

Por ello en cuanto se transformó, hice exactamente lo propio. Dejé paso a Walker... y a su hastío habitual.

Ey, Dawn. ¿Estás segura? Han cambiado muchas cosas desde la última vez.

Me incliné con cierta gracia y decidí empezar suave, con la espada de mi hermana apareciendo en mi diestra.

No te ves tan mal.

Dicho lo cual batí las alas para lanzarme contra ella, a gran velocidad, para darle un tajo superficial.

Dawn se mantuvo seria ante las palabras de Walker. Aunque era un entrenamiento, estaba muy seria. No. Quizá para Dawn fuese algo más que un entrenamiento. Se mantuvo atenta, esperando cuál sería el primer movimiento de Walker, hasta que vio que este hizo aparecer esa espada. Abrió sus manos, afilando más sus garras de dragón. 

—No me alegra recibir halagos de un hombre —gruñó Dawn, viendo cómo Walker venía hacia ella. La velocidad de Walker era mayor que la suya, por lo que la sorprendió un poco lo rápido que había recortado la distancia. Sin embargo, eso no la acobardó. Cruzó sus brazos y echó sus garras hacia adelante, desviando como pudo el corte de Walker—. Veo que de verdad ha cambiado más de una cosa —apenas desvió el ataque, viendo que su cuerpo había sido empujado un poco hacia atrás, extendió sus alas y tomó impulso para lanzar sus garras hacia Walker; era un ataque que no sería difícil de esquivar o bloquear para el guardián—. Pero eso no me acobarda.

Katherine podía sentirse un poco más tranquila. Por supuesto, aún se sentía mal pero ya no embargaba ese sentimiento por completo su sentir y podía ver las cosas un más claridad. Además, parecía que había ayudado a Notah y eso le alivió, asintiendo a su agradecimiento hasta que vio cómo su rubor aumentaba. No entendía por qué, pero de pronto cayó en cuenta que estaba a pocos centímetros de él y... ella tampoco pudo evitar ponerse roja tomando su distancia también mientras se acomodaba un mechón de su cabello detrás de una oreja.

-N-no te preocupes-contestó tomando aire y terminando de beber lo último que quedaba de su café-. P-pero, con lo anterior que dijiste, si trabajamos todos juntos en equipo podremos hacerlo. También cuento contigo-volteó a verlo para sonreírle un poco. Aún estaba apenada, pero no por ello debía comportarse diferente.

Cuando él extendió la mano, ella correspondió riendo un poco. Se le hizo muy formal todo este asunto para estrechar ello como si fuese un trato de negocios.

-La sinceridad es una virtud de doble filo. Simplemente es saber cuándo y cómo usarlo, incluso entre amigos. Sin embargo, los amigos también deberían estar agradecidos cuando tienen a alguien que gusta de decir la verdad-se encogió de hombros y miró su recipiente vacío-. ¿Quieres ir por otro café?

La joven inglesa continuaba atenta a los movimientos de Isabella, le parecía que siempre se movía con ritmo, sutileza. Recordó su verdadera forma como Onírica y pensó que eso debía ser, pues aún con esa apariencia la chica dejaba escapar detalles de su esencia. No era nada malo, pero le agradaba darse cuenta de eso.

-Sea parte del enemigo, cada quien tiene sus razones para actuar y aunque él haya tomado esa decisión, lo importante es que tu estés segura de ti-no podía decir mucho, era un peso que la chica llevaba y no podía compartirlo con cualquiera. Por supuesto, Alioth y Mike lo saben, pero seguía siendo su propio dolor-. Creo que Alioth debe sentirse afortunado de tener a alguien como tú a sus espaldas. 

Katherine volvió a ver a los peces, distrayéndose un poco. Se sentía tranquila, quería disfrutar eso.

No era un halago, era una observación.

Expliqué, mientras había conseguido recortar la distancia. Ella se impulsó hacia delante, la idea era desplegar nuestras habilidades pero pudo ver cómo mi habilidad defensiva no era la gran cosa. Sus garras sacaron algo de sangre de mi piel, me limpié y me relamí, asintiendo para dejar claro que no había estado mal.

La muerte es hermosa.

Comencé a decir, mientras un millar de mariposas negras se abalanzaban sobre ella. Las mariposas no dañarían, si no que volarían a su alrededor o sobre su piel para tomar energía y entregármela a mí. Mis alas se agitaban para retroceder ligeramente y mantener un poco la distancia.

Bueno, ahí estábamos los dos, con una reacción un tanto infantil para ser seres con un alma tan antigua. El pensarlo casi me hizo reír un poco. Al menos representaba que manteníamos una buena porción de nuestra humanidad. Por ello cuando dijo que contaba conmigo asentí con firmeza. Pero mi costumbre de perder la atención hizo que fuese más rápido que mi mente.

¿Qué dije? Cuenta conmigo, con lo que sea, pero digo muchas cosas al cabo del día.

Entonces, con el cruce de manos y su risa, aquello estaba sellado.

No voy a rechazar ese café -accedí, tomando el vaso vacío para dejarlo en una papelera, el lugar era demasiado bonito como para mancillarlo-. Y aunque sea sincero, sé guardar un secreto. Son cosas diferentes.

Aclaré, no sabía si iban por allí las cosas, pero fue lo que supuse. Tampoco quise negar su gratitud, pero añadí un:

Gracias. Por seguir aquí.

Entorné la mirada y cambié el vaso de café de lado. Lo tiraría en la primera papelera que encontrásemos.

Dawn se sorprendió un poco al ver que su ataque había tenido efecto. No esperaba que eso pudiese dañar a Walker. ¿Quizá se estaba conteniendo? La frase de Walker la desconcertó. Rápidamente se notó el disgusto en su rostro. ¿Hermosa? ¿Qué tenía de hermosa? ¿Acaso estaba jugando con ella?

Fue en ese momento que se vio rodeada de las mariposas, sin entender bien lo que sucedía. Se detuvo abruptamente. Se cubrió el rostro, pensando que las mariposas la dañarían, pero no fue ese el caso. Sintió cómo algunas de sus fuerzas empezaban a abandonar su cuerpo. No dudó dos veces antes de saber qué hacer.

Casi en un instante, una pared de fuego apareció alrededor de Dawn, consumiendo así todas las mariposas. Cuando el fuego se extinguió, se pudo ver a la misma Dawn confundida. No era eso lo que se proponía en primer lugar.

—¿Qué hiciste? —le preguntó a Walker, sin entender muy bien lo que sucedía, tomando, de forma vacilante, de nuevo una posición de guardia.

No me pasó desapercibido el gesto de sorpresa, pero no comprendía bien cómo había cambiado tan rápidamente a disgusto. Y de ahí a quemar mis mariposas. Asentí con un gesto de aprobación, realmente me había gustado su respuesta, aunque había regresado a la confusión.

Magníficas llamas. Sólo quería probar tu energía. Mis mariposas hacen más que destruir, también me sustentan. Son frágiles y hermosas.

Por cierto -rápidamente me puse detrás de ella-, deliciosa. Y eso sí es un halago.

Me relamí. Quería provocarla, volví a la posición original y asumí una posición defensiva, invitándole a ella a venir por mí.

¿Así que podía hacer cosas como eso? Eso le daba sentido a por qué sentía que perdía energías... Aunque aún se notaba confundida. De repente sintió a Walker detrás de ella. Abrió los ojos. De verdad era muy rápido. De un momento a otro, volvía estar en su posición inicial. Dawn hizo una ligera mueca de disgusto.

—Sí estás consciente de que soy chico, ¿verdad? —hacía tiempo que él había asimilado que cuando se transformaba se volvía una mujer... muy guapa. Pero aunque por fuera fuese chica en esos momentos, por dentro seguía siendo Mamoru... Levemente influenciado por el temperamento de Dawn, pero Mamoru en esencia.

Se volvió a lanzar hacia nota con sus garras afiladas. Aún parecía estar calentando.

La joven no pudo evitar sonrojarse ante las últimas palabras de su amiga, con dulzura le sonrió y asintió con suavidad.- Yo me alegro... De haber tomado la decisión de venir a la tierra. Haber conocido a todos es de las mejores cosas, me llevo grandes amigos y eso es increíble.-Volvió a ofrecer pan a su amiga mientras llevaba la mirada hacia otra zona.- Por cierto.... ¿No sientes nunca que echas de menos Andelivian? Sí, sé que me has dicho que te sientes más de aquí, pero... Me resulta curioso. A mí la tierra me gusta, tiene tantas cosas que me encantan, pero siento un vacío cuando estoy lejos de Sonoe. También es cierto que esta es la primera vez que me voy de mi hogar.-Rió ligeramente y miró a Kat con calma.

- Tienes una mecha demasiado corta, Walker.-Isy ganó distancias con él, no le tenía miedo, pero prefería tener el espacio suficiente por si le daba por hacer algo. Con tranquilidad cruzó los brazos sobre el pecho y soltó un suave suspiro a la par que cerraba los ojos durante apenas unos segundos. A sus siguientes palabras ni siquiera le respondió, era cómo entrar en un juego del que no le apetecía ser participe en ese instante, pero.... Isy agradecía poder intercambiar unas palabras con esa parte oculta de Notah.- ¿Jugar a la sensualidad? Vaya, soy buena actriz si te dejé con ese regusto.-Sonrió con calma y tras eso negó suavemente.- Nunca tuve intención de seducirte. Lo siento si eso te molestó o confundió. Mi intención era dejarle claro a Notah que... Todos tenemos esa parte oculta.-Miró a los gatos, muchos de ellos habían preferido alejarse y subirse a zonas altas, Isy negó con suavidad y sonrió.- Deberías tomarte la vida con más calma. Y por cierto ¿Me has llamado amiga? -Sonrió satisfecha. Eso quería decir que se había ganado la parte oscura de Notah.

- No seas aguafiestas y libera a Notah, mi cita era con él, no contigo... Prometo llevarte al Karaoke un día.-Le sacó la lengua riéndose.- Ahora... Fuera fuera. Quiero a mi Notah.-Se acercó para cogerlo por las ropas y zarandearlo suavemente mientras hacía un pucherito de niña pequeña.- ¡Vaaaamos!

¿Y qué si eres un chico? Eso no cambia el sabor de la energía. Ni mi percepción de ti.

Respondí, directamente, un poco tosco ante su defensa. En realidad no podía evitar sentirme una mezcla entre divertido por sus reacciones y ofendido por sus respuestas. Estaba claro que no le gustaban los chicos, pero eso no debería influir en que puedan decirte puntos positivos o negativos.

Pero aquello era principalmente un entrenamiento, así que me preparé para su ataque... y pese a mi velocidad, volvió a rozarme y chasqueé la lengua.

¿Es lo mejor que tienes? Vamos, Dawn. ¿Voy a tener que ponerme más serio? Tenemos que proteger la vida de la Sacerdotisa y con esa habilidad...

No ataqué ni terminé la frase, dejándolo a su imaginación, pero alcé la tez y le animé a seguir con la mano derecha.

Sonreía confiado al ver cómo ganaba distancia. Mientras ella hablaba, movía la mano derecha como indicando que siguiese con aquel rollo.

He dicho jugar -maticé, pero no le dí más importancia al resto, no tenía necesidad de defenderme de sus palabras-. Notah... yo, sabe que todos tenemos una parte oculta. Pero no todos tienen la misma cara oculta. ¿O crees que si renacieras en otro cuerpo y siguieras suspirando por el Rey, te dejarías llevar porque alguien dijera que en tu nueva vida tu antigua némesis es posible que tenga las mismas cosas que te gustaban del Rey? ¿Tan débil es tu amor... amiga?

Repetí, usando aquella palabra con cierto filo. Y es que las palabras podían significar muchas cosas diferentes en función del contexto y del tono.

Eres amiga de Notah, y Walker sólo es una parte de su pasado. Una que no puede borrar sin dejar de ser él. Además, te preocupa lo suficiente y te esfuerzas como para llegar al aprobado raspado. Tampoco te lo creas.

Sacudí la cabeza con fuerza. Sentía que dentro de mí mi parte más humana luchaba con la más draconil, siendo la primera reforzada por la petición de Isy. Finalmente pude respirar profundo y recobrar el control de mí mismo. Me giré hacia la puerta.

Quizá debería marcharme entonces. Isy... yo soy yo. Los nombres son sólo máscaras para los sentimientos. Lo sabes bien, pero dejas que tu miedo te domine, Onírica.

No llegué a salir, esperé por si tenía algo más que añadir.

Lo siento.

Para Dawn era difícil saber si Walker le estaba tomando el pelo o no; eso la fastidió un poco. Ni en su otra vida ni en esta había tenido gustos por los hombres. No podía evitar que las palabras de Walker la provocaran. La mirada de la dragona se afiló un poco más al ver que su ataque solo había rozado al dragón. Oh, no... Se le estaba empezando a olvidar que todo aquello era un entrenamiento.

—Si no te pones más serio vas a salir herido —gruñó, sin separarse de Walker. Parecía ser que por el enfado sus ataques se estaban volviendo más predecibles.

Si no te pones seria -repliqué- no voy a ver nada de lo que tienes para darme. Vamos... no es divertido si sólo yo muestro las cartas.

Mh... -tuve una idea- Si no lo das todo, mandaré a mis mariposas que devoren tu...

No terminé la frase. Sería más divertido si lo intentaba o si lo dejaba a la imaginación. Mis alas se agitaban inquietas. Ella estaba pensando demasiado y aquello no estaba siendo apenas ni un calentamiento, pese a las rozaduras que tenía en la piel.