Partida Rol por web

La joven se despidió con una sonrisa del tendero mientras sujetaba con cuidado a la pequeña carpa que bailaba dentro del agua con gran elegancia. Con un par de pasos largos consiguió colocarse a la altura de su compañero y con un suave empujón le sacó la lengua ante su último comentario. Aunque bien sabía que era cierto que en ese aspecto... Él siempre iba con ventaja.- Comida. Me parece genial, creo que por aquella zona están los tenderetes de comida.-A la joven le costó decidirse por un lugar, aunque terminó declinándose por la comida tradicional,  tenían una gran variedad y todo olía delicioso.

No tardaron en darles un lugar donde sentarse y la joven aprovechó para dejar la bolsa de agua sobre la mesa, para observar al animal. Aunque tras eso se volvió hacia Alioth.- ¿Qué te parece el lugar hasta ahora? Estás... Especialmente callado. No sé si realmente  es lo que esperabas ~

Sonreí al escuchar su risa. Se sentía bien, en realidad. También la confirmación de que no le molestaba que le llamara a ciertas horas intempestivas.

Sí sí, estoy bien. Quiero decir, estoy sano y preparándome para la siguiente batalla. He pasado unos días con la mente un poco difusa, pero tampoco es que pueda hacer nada por solucionarlo pronto, así que sigo todo recto.

Mi tono era bastante más relajado al ver que no era una molestia. Cerré los ojos y pensé en qué más tendría que decir.

Ah, sí, la relación con mi compañera dragón ha mejorado un poco, pero parece bastante afectada por algo y no sé cómo ayudar. Al menos hemos hablado y nos hemos entendido, también bien por ahí creo yo.

Bebí un poco y apreté los labios.

¿Mañana nos vemos en clase? ¿Hay algún examen? Dime que no, por favor, porque con toda esta movida no he estudiado nada... y mi madre mata.

¡Claro que me preocupa! -respondí al segundo- Siempre lo ha hecho. Como la Reina Oscura, siempre ha movido sentimientos fuertes en mí, aunque no siempre fuesen particularmente buenos.

Luego comentó lo de herir a los que amamos y agaché la cabeza. No estaba seguro de si la amaba o no, pero desde luego dañarla no era lo que quería hacer. Asentí ante el comentario del concierto.

Sí, se esforzó mucho por entender de qué hablábamos. Veía las cosas diferentes a como yo las veo, pero era... ¡Espera! Me estás timando. Estás desviando el foco de algo que puede pasar con algo que ha pasado. ¡HM! Qué lista... -gruñí un poco- Pero quizá esté exagerando aunque... -la palabra, beso, me sonrojó- ¡No la he besado! Quiero decir, sólo ha sido un pensamiento. Yo qué sé cómo me sentiré. Nunca he besado a nadie. Las chicas siempre decían "no te enteras de nada, Notah" "te has olvidado de mi cumpleaños, Notah" "te invité a mi casa... ¡HACE DOS SEMANAS, NOTAH!".

Al recordar esa frase no pude evitar reír. Era cierto, era un despiste andante, pero era gracioso recordar lo torpe que siempre había sido. Luego me crucé de brazos.

¿Y el postre? -desvío maestro de atención- Total, no es como si pudiese probar ahora.

Katherine había asentido al escuchar más de por qué debía hablar con Mamoru, esperando hacerlo pronto porque sí le haría falta algún amigo en el cual apoyarse. Además, poco a poco parecía irse relajando aunque sus ojos continuaban acuosos debido a cómo se había desahogado hacia pocos minutos. Además, el ambiente parecía irle relajando aunque no compartió la risa de Koichi cuando éste se soltó a carcajadas sin saber por qué.

-Ah... ya-la pelinegra sonrió un poco y se encogió los hombros levemente-. Uno se acostumbra a esto conforme lo asimila aunque no se ve todos los días a un guardián gigante volando para marear a alguien.

Sonrió un poco más ante ese escenario y cuando se percató que al rubio le sorprendía ver a una mariposa hablar, le dio unas palmaditas en la espalda como si quisiera aliviarlo.

-Te acostumbras.

-Gracias por estar con Mamoru. Está pasando por momentos difíciles y si logra abrirse a alguien más, le ayudará a aliviar el peso de su corazón-expresó Katherine con un tono de alivio al escuchar que se refería a Dawn, aunque ella siempre hacía referencia a Mamoru por otras cuestiones.

La inglesa miró una vez más a través de la ventana y se le escuchó suspirar un poco, pero guardó silencio durante varios segundos extrañada por lo último que había dicho Notah.

-Emm... no hay clases-dijo en un tono raro, un poco incrédulo-. Volveremos a la escuela hasta que reparen las instalaciones, así que no hay exámenes y... estás a salvo de tu madre.

Otro silencio incómodo... hasta que la chica habló.

-¿Estás bien? No hemos ido a la escuela en días-solo podía asumir que era una persona sumamente distraída.

No tienes que darme las gracias, si ambos somos guardianes, lo normal es que aprendamos en confiar en nosotros y a conocernos un poco mejor. Aumentará la capacidad para proteger a Shiro, aunque no esté con nosotros. Aunque tienes relación en que parece bastante herido.

Después de esa frase hubo un silencio, una explicación, y repetición. Torcí un poco el gesto y terminé riendo.

Eso explica que no hayamos ido, sí, y que no me acordase si había examen o no. Perdona, tengo la mente en otros lados y sólo quería ponerme al día. Mh... seguro que mi madre me avisa entonces. Es que como me dijo que tenía que estudiar pues pensé que había examen.

Aunque ella no me veía, me encogí de hombros. Me terminé la bebida y miré al fondo del baso.

Entonces podré seguir con mi búsqueda. Ya he descartado el 80% de la ciudad más o menos. Muchas gracias y siento haberte molestado, te dejo que sigas con lo tuyo ¿Sí?

Mi tono era ausente, mi mente divagaba entre mis problemas, mis búsquedas, y lo que decía sobre Mamoru, quizá necesitaba también un apoyo importante y podría invitarlo a hacer una ruta.

El festival transcurrió con calma. Era bueno poder pensarse como un asistente más y no estar pendiente de una inminente destrucción o algo así. Solo ser los dos, disfrutando de un tiempo en calma. Se rió ante tu empujón y protestó mientras reía. Tal vez podían pensar en los viejos tiempos de esa manera, claro que en Sonoe y no en la Tierra.

Fueron a comer algo y Alioth quería poder complacerte, a donde quisieras ir, iría contigo. Estaba feliz de solo ver cómo parecías pasarla bien. Al sentarse y ver que dejabas la bolsa a un lado, sonrió - La verdad es que todo ha sido divertido, es solo que se siente extraño. Ya sabes que llevo más de quinientos años haciendo el papel de rey. Estar así me resulta cuanto menos extraño - alzó los hombros. Y es que era cierto. Él había pasado mucho tiempo siendo solo un rey y nada más -. Tal vez es... la añoranza de lo simple. Lo siento, no quería que pensaras que no me divertía.

Tras ser atendidos por el personal del restaurante, cada uno su pedido. Por su parte, Alioth pidió algo de ramen de carne. Le causaba curiosidad cómo sería comerlo en la calle, mientras observaba la carpa - He escuchado algunos mitos alrededor de este pez. ¿Tú los conoces? - y te sonrió mientras esperaba una respuesta.

La frase de que siempre te preocupabas sí la tomó por sorpresa y se sobresaltó ligeramente. En verdad no parecía esperarse aquello y sonrió como si se alegrara - Así que siempre te has preocupado - rió por lo bajo para luego seguir escuchándote. Te miró divertida ante el segundo comentario.

- Oye, yo no tengo experiencia con hombres, pero algo que he aprendido es que esas cosas llegarán en su momento. Deberías simplemente tratar de dar lo mejor de ti como siempre - y continuó comiendo mientras se reía por tus palabras. La verdad es que era un trozo bastante grande para ambos. Se sonrió al escuchar lo del postre y respondió.

- Sí preparé postre, pero antes de ir por él, te haré una pregunta: ¿realmente todo eso importa? Creo que lo que más peso tiene es cómo te sientes cuando estás con ella o cómo te sientes al recordar aquello. Ya regreso - guiñó el ojo y se dirigió a la cocina para traer una copa de helado de vainilla con lluvia de chocolate y te la entregó -. Espero que no sea demasiado para ti - y empezó a disfrutar el suyo. ¿Cuándo había terminado su plato? Ni idea, pero ya estaba vacío. 

Katherine se había mantenido en silencio mientras Notah continuaba hablando, asintiendo aunque él no pudiese verla cuando se habló de las heridas de Mamoru y aunque confiaba en las capacidades del rubio, no podía dejar de preocuparse por él debido a ciertas circunstancias.

Sin embargo, rió un poco por la evidente distracción del chico y, por lo mismo, negó con la cabeza aunque, nuevamente, no estaba frente a él.

-¿Búsqueda? Bueno... no, no es un asunto que me competa, simplemente haz lo que debas y no te arriesgues de más-declaró la chica acomodándose un poco los hombros-. Igual está bien estudiar, son actividades que pueden ayudar a distraernos y no enfocarnos en cosas negativas. Aunque en mi caso he preferido ver películas y salir que estudiar, prioridades-rió un poco, pero se relajó rápidamente-. Y no, no molestaste, gracias por haber llamado, fue grato escucharte. Cualquier cosa puedes decirme.

Con su comentario alegre y su risa, sólo pude emitir un pequeño gruñido que, a su vez, era un conceder la razón a regañadientes. Aunque cuando después habló de su falta de experiencia puse una cara extrañada.

¿Cómo que no? Si tienes muchos chicos detrás de ti. Aunque... tienes razón, todo llegará y hay que dar lo mejor. Pero a veces debería más.

Asentí, mirando cómo servía el postre, sin saber cuándo ella había terminado. Tomé un momento mientras ella traía el postre para meditar la siguiente respuesta. Negué enseguida y sentía un hambre creciente. No sabía si me iba a apetecer o no, pero ahora que lo tenía enfrente.

Es suficiente, muchas gracias -la probé y me relamí-. Muy rica, la verdad. A ver... sí que importa. Quizá no sea lo que más. El problema es que ahora sólo puedo pensar, quiero decir, no está aquí -me encogí de hombros y me reí-. Sí, lo sé, es muy tonto, pero es como me siento.

Tampoco sé qué dirá a mi propuesta. No sé muchas cosas y bueno, la verdad es que da un poquillo de miedo.

Miré la copa y tomé otra cucharada.

¿Cómo es tu cita ideal?

Pregunté, aunque no venía mucho a cuento.

Su risa fue contagiosa. En realidad me había quitado un peso de encima al ver que se lo había tomado bien. Temía molestarla de algún modo.

Sí, estoy buscando oscuridad en la ciudad -expliqué-. Quizá pueda averiguar algo.

Aunque reconozco que tu plan de pelis y salir suena muy bien. ¿Quizá unas palomitas de mantequilla? Jo, quizá debería haber aprovechado mejor el tiempo, pero mi madre insiste en que tengo que alcanzar el sistema educativo japonés. Es muy exigente, comparado con el americano.

Dejé pasar un par de segundos.

Bueno, pues nos vemos. Sigue disfrutando de la peli, Kath.

Guiñé un ojo que nunca llegó a ser visto y, si no tenía nada que añadir, colgaría.

Alzó los hombros despreocupada - No porque sea popular entre los hombres quiere decir que tenga experiencia. Lo mencioné cuando lo hablamos con Shiro: cuando tienes una vida tan longeva, es importante escoger con sabiduría a quién te acercas. Después de todo, no cualquiera podría comprender tu situación. Eso es todo y por ello he decidido mantenerlos al margen -.

Sonrió por el cumplido sobre la comida y luego preguntó - ¿A qué te refieres con dar más? - con respecto al comentario sobre Shiro, solo dijo - Es verdad, pero pronto podrás saber qué pasará. Ella volverá pronto. Eso espero - y sonrió.

Llevó una cucharada de helado a la boca cuando le preguntaste por la cita ideal. Tosió y habló con dificultad - ¿Qué? No... No lo sé. La verdad nunca lo había pensado -. 

Iba a responder a su pregunta, en realidad era algo bastante sencillo, esfuerzo. Tendría que subir mi esfuerzo. Pero su reacción a mi pregunta hizo que me riera animadamente, no me esperaba pillar a la pequeña raposa con esa pregunta, pero me incliné hacia delante como invitándole a seguir.

¿Una cena casera romántica bajo el manto de las estrellas? ¿O quizá en un restaurante elegante con un violín de fondo? ¿Tal vez unos fuegos artificiales en la playa? ¿O después de escalar a la cima del monte fuji para que te declaren el amor sobre todo Japón?

Daba ideas, pero en realidad tenía curiosidad. Y quizá a ella también le vendría bien pensar un poco en cómo le gustaría algo así.

Asintió con suavidad ante las palabras de Alioth, realmente entendía perfectamente a que se refería. Qizás por eso simplemente le sonrió, incluso se atrevió a agarrarle la mano con cariño, pues sabía del gran esfuerzo que hacía el Rey para estar allí con ella, y sólo por complacerla.- Gracias... La verdad es que, hacía tiempo que quería sacarte. Volver a estar juntos. Cómo cuando éramos pequeños y nuestra mayor preocupación era llegar a tiempo a casa.-Le sonrió dulcemente. Aunque su atención pasó al hombre que les había atendido y les traía sus pedidos.

Isy había pedido Ramen con verdura y ternera. Pero se había asegurado de que le pusieran una porción pequeña, pues la última vez le habían puesto un bol enorme. Cuando ambos se levantaron, la joven caminó a la par. Aunque lo intentaba, era incapaz de borrar esa sonrisa tonta de felicidad.- ¿Sobre las Carpas Koi? No, realmente... Nunca escuché nada. Tan sólo sé que son seres magníficos.-Con una de las manos sujetaba la bolsa del pez, con la otra llevaba la bolsa en la que tenía guardada su cena.- Pero... Me encantaría conocer esos mitos, podrías contármelos.-Dijo con ojitos iluminados.

Mariko meditó seriamente en tus palabras. En verdad era gracioso verla tan concentrada en algo como eso. Claro, después de ocuparse de proteger a la reina de cristal y los guerreros de Andelivian por sí misma.

- Supongo que una ida a un parque de diversiones sería divertido. Para alguien que se la pasa todo el tiempo pendiente de su trabajo, algo tranquilo como eso resulta atractivo. Puede sonar algo simplón, pero es lo que pienso. Lo del Monte Fuji podría ser tentador, claro, pero no es mi estilo. Tal vez puedas volar con Shiro allí - y te guiñó un ojo de manera juguetona.

Después de dar un poco de margen a que reaccionaras, río - No te lo esperabas, ¿verdad? -.

Alioth no había tenido tanta suerte. Después de todo, la porción que recibió fue una enorme. La sorpresa estaba tatuada en su rostro, mientras miraba tu plato en contraste con el suyo. Suspiró y se dispuso a comer. Lo suyo era una orden de ramen de cerdo agridulce.

Te sonrió y apretó tu mano con cariño mientras retiraba la mirada un segundo - Como cuando éramos niños, ¿eh? - rió por lo bajo -. De eso hace ya mucho tiempo, pero me alegra poder compartir esto contigo, Isy. Así sea algo sencillo - y se dispuso a comer.

Probó su ramen, notando que realmente lo disfrutaba y luego se dispuso a responderte bajando el tazón -  Oh, bueno... A ver si lo recuerdo bien... Dicen que los peces Koi son descendientes de los dragones. Ellos deben subir las cascadas a contracorriente y, si lo logran, se transforman en dragones - y se quedó pensativo.

- Es un mito que habla sobre la trascendencia. El poder transformador y el verdadero propósito. Me gustó cuando lo escuché -.

¡Vaya! El parque de atracciones era algo que no había pensado, pero suena muy bien. Yo es que las pocas veces que he ido a un parque siempre me he perdido.

En cuanto a lo del monte -sonreí con un aire soñador- reconozco que sería uno de mis dos modos predilectos, y el poder volar con... -callé de golpe y negué- ¡Eh! ¡Que aún no he dicho que vaya a nada yo!

Negué algo sonrojado.

Eres un poco traviesa ¿eh?

Era un reconocimiento a su habilidad. Le guiñé un ojo con complicidad.

Pensar en ti misma de vez en cuando sienta bien ¿verdad?

La sonrisa fue amplia, como la de un niño que se sale con la suya.

La joven intentó con todas sus fuerzas contener la risa, aunque esta se le escapó al sentir el suspiro de Alioth ante la gran cantidad de comida que le habían puesto. Cómo no podía cubrirse la cara con ninguna de las manos, simplemente giró el rostro. Cuando consiguió dejar de reír, volvió a mirarlo, tenía las mejillas coloradas de la risa y los ojos empañados en lágrimas por la misma razón.- Lo siento, Eiji -Se apresuró a decir, aunque seguía mostrando esa sonrisa traviesa.

No tardaron en llegar hasta el parque, allí lo guio hasta un banco y dejó la bolsa de la carpa a un lado para después sentarse. Con lentitud abrió su comida, dejando que el vapor saliera y así se enfriara un poco su ramen. Mientras Alioth le contaba la historia esta no lo perdía de vista.- Vaya... Nunca me imaginé nada así. Aunque observando su gran belleza y elegancia, no me sorprende.-Probó el ramen poco después, aún estaba caliente por lo que puso la boca en forma de O y sopló cómo pudo para no quemarse.- Este planeta tiene tantos mitos y leyendas... Es increíble.-Tomó con cierta destreza entre los palillos lo que venía a ser un bocado y lo alzó hacia Alioth.- ¿Quieres probar? Está delicioso -Y no mentía, para nada.

Rió cuando mencionaste que te habías perdido en el parque de diversiones - Era de esperarse de tu parte, ¿no? - y luego te escuchó divagar con la idea de volar junto a Shiro en el monte Fuji. Arqueó una ceja y se rió después -. En la mitología japonesa, los kitsune son animales astutos, así que nada. Viene con la especie. Además, acabas de decir que la llevarías a llí. No tienes que darme crédito por la idea, puedes decir que fue todo idea tuya - y le guiñó el ojo.

Suspiró - Sienta bien, claro. Solo espero que llegue un período de paz donde eso se vuelva lo normal. Después de todo, todos queremos aprovechar la vida que se nos dio en este planeta -.

Alioth te miró con una expresión de reproche cuando te burlaste de él - ¿Sabías que esto pasaría y no me lo advertiste? Sí que eres malvada - y rió.

Una vez ya en el lago, terminó de contar la historia con una sonrisa complacida y miró al cielo un momento - Es verdad, aunque como dices es de esperarse. Después de todo, sus vidas son tan cortas que desconocen muchas cosas que nosotros damos por sentadas. Por eso el campeón de la Tierra permanece oculto, para que no se dé una búsqueda sanguinaria con cada nueva generación. Tal vez por eso los mitos son tan comunes, es una manera de mantener la magia ancestral viva - y se giró hacia su ramen cuando escuchó tu ofrecimiento.

Se te quedó mirando un momento mientras sus mejillas se sonrosaban y luego titubeó - Claro - y se acercó para poder tomar el bocado que le tendías, aunque se le veía ligeramente... ¿nervioso? ¿Tal vez incómodo? Se alejó y se tomó su tiempo en degustarlo. Poco después de eso, sonrió - Tienes razón. Está delicioso. ¿Quieres un poco del mío? Tal vez así no estalle terminándolo. Sé que podría llevarle lo que quede a Heracles, pero ya pedí algo para él -.