Partida Rol por web

Luego de terminar la prueba y tener la aprobación del profesor, todos tuvieron un breve descanso en el que pudieron ducharse y cambiarse a sus uniformes formales antes de asistir a la siguiente clase.

A diferencia del día anterior, les tocaría almorzar luego de la segunda clase. Luego volverían al salón para continuar con el resto y finalmente obtener el permiso de salida al terminar el horario. Los profesores tuvieron una reunión durante las clases, siendo que Ectoplasm tuvo que perdersela por cumplir con el horario; ya se podría poner al corriente luego.

Las puertas de la academia se abrieron dejando a los estudiantes volver a sus hogares. Entre los de su clase, Hisa e Hideki tomaron un camino juntos mientras hablaban, yéndose apenas tuvieron oportunidad apenas despidiéndose con un gesto rápido. Dai se fue por su propio camino, ignorando a todo y todos a su alrededor. Chika se estaba llevando a la fuerza a Akainu y a Ao, hablando de visitar nuevamente la heladería de la última vez. Finalmente, el resto que no se había ido aún pudo quedarse para contemplar una escena... peculiar:

Desde unas horas luego de terminar la prueba de Aizawa, Ra se había mantenido manejando el cuerpo de Ryusei durante las clases, incluso fuera de ellas. Pero al percatarse de aquella mujer que esperaba en la entrada de U.A., la llama en la cabeza del chico se esfumó. La mujer miraba de manera fulminante y juzgadora a todos los que iban saliendo, esperando de brazos cruzados.

Con una cara de pánico absoluto, el chico se volteo a ver a los que aún no se habían ido.

-A-Ayuda... -

-Estas muerto, amigo -Ciel no pudo evitar soltar la carcajada al ver la escena.

Luego de lo sucedido, no era difícil darse cuenta de que la mujer en cuestión no se trataba de otra que la madre de Ryusei.

-¡RYUSEI HASHIRAMA! -la madre del chico no tardó en darse cuenta de que estaba allí, llamándolo con un tono de voz que asustaría a cualquier hijo.

Por poco se pudo ver como a Ryusei se le escapaba el alma del susto, pero no pudo hacer nada más que ir con su madre, la cual empezaría a registrar profundamente el cuerpo del estudiante allí en medio de la entrada. A lo mejor era UN POCO sobre-protectora....

Yukino se mantenía apartada de la escena, atrás del grupo, con una cara de no saber como salir sin ser vista por aquella mujer. Hitoshi, riendo un poco como el propio Ciel, se dirige a ustedes.

-¿Deberíamos echarle una mano? No se que podríamos decirle a una madre para que no se preocupe por su hijo...

Estaba saliendo con todos los demás, más tranquila aunque seguía de aquella forma todavía. Iba a ir a por Takeshi y Takumi de primeras, centrandome más en este último, cuando no pude evitar reparar en Ryusei y quien parecía su madre. Me sorprendí un poco al oir tal grito dirigido a su propio hijo y no pude aguantar demasiado bien que Ciel y Hitoshi se rieran de el - Sois muy crueles. Deberiais empatizar con el y ayudarle. Imaginad que os pasa a vosotros. Seguro que querriais que alguien os ayude - Tras decir aquello me fui acercando poco a poco hacia Ryusei hasta ponerme a su lado

No tenía miedo, o no parecía mostrarlo, hice una reverencia respetuosa a modo de saludo hacia la madre de Ryusei - Buenas tardes señora Hashirama. Soy Eby Akiyama, compañera de su hijo Ryusei. Encantada de conocerle. - miré lo que estaba haciendo y sonrei preocupada - Entiendo que le preocupe su hijo, pero puedo asegurarle de que Ryusei está bien. A pesar de que a veces ocurran accidentes, le aseguro que nos preocupamos mutuamente los unos por los otros. Le ruego acepte mis disculpas en nombre de toda la clase por lo ocurrido ayer a Ryusei. - Volví a inclinarme hacia la madre de Ryusei y me mantuve en aquella posición a recibir una respuesta - Se que no se puede revertir lo que ocurrió y se que puede no ser suficiente una simple disculpa, pero le ruego que las acepte.

Como de costumbre me quedé un poco más que el resto tras ducharme, pues me gustaba dedicar tiempo al cuidado y posterior arreglo de mi cabello; durante el proceso logré también terminar de calmarme, recomponiéndome para encaminarme hacia mi hogar.

El resto del día habría ido de igual manera, salvo que con mucha introspección de mi parte pues las recientes pruebas poco a poco me llevaban a conocer un poco más de mi quirk, de mi misma y de mis propios límites, no obstante al salir de la escuela escuche alboroto y ante la visión de Eby-chan dirigiéndose decidida al centro del barullo no pude evitar seguirle, curiosa pero tratando de ser discreta. No fuera a ser que me tomaran por acosadora.

Nunca esperé que lo que iba a encontrar fuera la visión de Ryusei-san siendo...¿reprendido? de manera tan drástica por la que al parecer era su propia madre, una escena digna de pesadilla, sin contar la vergüenza, puesto que el pobre no podía hacer nada y era visto por algunos compañeros con actitud burlona, entre los que destacaba Ciel-san.

Claro que yo no tenía las agallas de Eby-chan como para pensar en interponerme en algo que debería ser tan privado como el trato de madre a hijo, sin embargo la demostración de porte de la chica slime me resultó hasta cierto punto conmovedora. - Vaya, Eby-chan realmente es genial... - no pude evitar pensar, manteniéndome al margen pero expresando visible preocupación por la dura disciplina... hasta que una parte de mi me impulsó a dar un par de pasos hacia adelante.

Al final el día se sucedió de manera normal aunque Eru evitó cualquier contacto posible con Eby siendo que en clase aún sentándose cerca procuraba que ni una sola mirada se cruzase, estaba demasiado avergonzado como para encararla e incluso en la hora de la comida escapó de ella cuando esta intentó hablar con el siendo que se fue a esconder para comer tranquilo en las alturas de un árbol desde el cual estrategicamente podía mirar hacia el salón de profesores. 

Ni siquiera a la salida de clases tenía pensado salir con los demás, esperando paciente en un rincón tras uno de los matorrales de la entrada como gatito a que sus compañeros marchasen, solo que no se le pasó por la cabeza que pudieran haber contratiempos y menos los que se sucedieron al final. "Ah... N-no está bien... Eby fue mi culpa... yo.." Salió de detrás del mismo dejándose ver tan pequeño, peludito y lindo como cualquier minino cualquiera hasta que se transformó en humano de nuevo para posicionarse al lado de su compañera, la misma a la que había estado evitando por todo el resto del día. -S-Señora Hashirama, quien debe pe-pedir disculpas... En cualquier caso soy yo. Fui quien lastimó a su hijo y... Me siento... Me siento responsable de todo ello. Tragó saliva, sonrojándose mucho, con las orejas agachadas y con la cola tomada entre sus dos manos, le costaba más el hecho de estar al lado de Eby que no pedir disculpas, después de todo a lo segundo estaba bastante acostumbrado. -Lo... Lo lamento mucho... Tras decir aquello se quedó esperando respuesta, aunque lo que más quería en ese momento era correr a esconderse para que su dueño no le pillara y le obligara a darse un baño a fondo, después de todo aún iba algo sucio de barro seco en el pelo y la cola. 

-Y el sol se oculta... -comentó esto por lo bajo divertida viendo que Ra acababa de huír dignamente de la situación, antes de volver a alzar la voz.

-¡Buenas tardes, señora! -Sora se aproximó con rapidez y su energía característica, agitando levemente la mano con sus palabras para enfatizar el saludo- ¡Mi nombre es Sora, mucho gusto! Fui la compañera de ejercicio de Ryusei-kun. Dicho esto...

Sora cruzó un brazo al pecho con formalidad un tanto fuera de lugar para estudiantes, incluso de forma un tanto extranjera en comparación a la etiqueta japonesa. Era un gesto más de caballeros, aunque bueno, su traje reflejaba a uno después de todo.

-Yo tomé la decisión de dejar que Ryusei se defendiera por sí mismo durante el ejercicio. Pude haberlo protegido, pero...¡él estaba tratando tan duro...! Sentí que estaría obstaculizando su oportunidad de crecer, y decidí poner en práctica que parte de ser héroes es confiar en los otros.

Tras esto, apoyó ambas rodillas en el suelo y seguidamente realizó una dogeza tradicional.

-Le ruego me disculpe.

La enorme armadura se dirigió a la salida mientras se regosijaba en sus pensamientos, pensando en lo ocurrido en el combate y en la charla qué tuvo con la slime, dudando en el corazón si era buena idea qué ella participara en la búsqueda de hermanita menor.

Pero el grito de una mujer le devolvió a la realidad, sacándole de sus pensamientos, aún qué no comprendió el por qué de la situación, vio a la madre de uno de los compañeros gritando, armando jaleo sabia qué habia llamado la atención de todos, incluso Eby estaba ahí.

Sin embargo, Takeshi no le importaba, cualquier cosa que lo atenga de el objetivo de salvar a Tamaki, seguramente la pasaria mal.

Pese a su enorme tamaño, se fue en silencio a esperar a Takumi en un lugar un poco más tranquilo.

Takumi pasó el resto de las clases bastante callado, incluso taciturno. Respondía robóticamente cuando algún profesor le preguntaba algo, y no hizo ningún esfuerzo por cuchichear en medio de clase o soltar alguna broma cuando sucedía algo divertido.

Estaba raro.

Quizá por eso, cuando salía de la escuela y vio la escena que se había montado con la madre de Ruysei, ni siquiera pareció inmutarse. Ni siquiera dejó escapar un comentario respecto a lo embarazoso de la situación.

Mientras algunas de sus compañeras de clase se dedicaban a defender al pobre Ruysei, Takumi buscó con la mirada a Takeshi y siguió sus pasos. Cuando se encontró frente a su compañero, Takumi estrujó la correa de la mochila que llevaba cargada sobre un hombro. Esbozó una torpe sonrisa que pretendía transmitir seguridad, pero que no hacía más que corroborar su preocupación.

- Es la hora - sentenció, solemne -. ¿Estás listo? ¿Por dónde empezamos?

La expresión de Ciel y Hitoshi demostró cierto arrepentimiento por haberse reído así, siguiendo al grupo hasta la madre de Ryusei para aclarar lo sucedido. Al ver que todos iban juntos, a excepción los que se estaban yendo, a Yukino le entró cierto pánico y fue a toda prisa a reunirse con los demás; manteniendo buena distancia de la madre de Ryusei, obviamente.

En cuanto se vio rodeada por buena parte de la clase de su hijo, la madre de Ryusei cruzó los brazos delante de ella, escuchando lo que todos tenían que decir.

-No hay forma de remediar lo que paso: mi hijo pudo haber muerto en uno de esos entrenamientos. Sabía que no debía permitirle venir a una academia tan peligrosa como esta... -la preocupada y estricta madre suspiró pesadamente, mirando entonces a la arrodillada Sora y al gato responsable del accidente. -. Ya no importa. Ya estoy haciendo el proceso para cambiar a Ryusei de academia. No volverá a pisar este lugar en su vida -sin decir nada más, tomó la muñeca del chico y se fue caminando del lugar, llevándoselo consigo. Ryusei no pudo decir nada, simplemente le siguió con la cabeza agachada.

-No la sigan -como si de un fantasma se tratase, Aizawa estaba detrás de todos, mirando a la madre de Ryusei llevarse a su hijo. -. No es el primer familiar preocupado por lo que le pueda pasar a su hijo en la academia, y no sera el último. Tarde o temprano se acostumbrará: mientras tanto, Ryusei seguirá viniendo a clases con normalidad. Si quieren ayudarlo, demuestren que vienen aquí a progresar: aprendan de sus errores, y si van a caer, asegúrense de no hacerlo dos veces de la misma forma -tras aquellas palabras, el profesor vio de reojo a Eru, fijándose en como estaba. Sin decir nada, se coloco sus gafas. -. Vuelvan con cuidado a sus hogares... -finalmente, tomó impulso y se fue de un salto hacia un tejado cercano de los muros de la academia, procediendo a irse dando saltos cual ninja.

Luego de que se le pasase el breve infarto por la aparición del profesor, Yukino reacciono.

-Hm... ¡B-Buenas noches a todos! -rápidamente, se dispuso a retirarse.

-Vaya escena más fuerte... Pero deberíamos hacer caso al profesor -Tachinaba volvió a sonreír antes de despedirse de todos con la mano. -. ¡Nos vemos mañana!

-Yo tengo que ir a recoger la cena al hospital de mi padre -como si fuese lo más normal del mundo, Ciel mostró una agradable sonrisa. -. ¿Alguien quiere venir?

Lo peor que podía escuchar salió de la boca de aquella mujer, por su culpa iban a sacar a un compañero de las clases. Se quedó de piedra por unos segundos hasta que escuchó la voz de Aizawa quien con parsimonia pasó por delante, clavando por segundos la mirada en Eru y este supo rápido a que venía en cuanto le vio los ojos. " Tengo que llegar antes que el o estoy perdido..." No le dio tiempo ni a despedirse de sus compañeros con un gesto de la mano que el profesor dio un salto hacia uno de los edificios con ayuda de sus vendas y entonces todos pudieron ver a un Eru agitado. 

-¡Espera no! Había estirado la mano justo en el momento cuando el tipo saltó por lo que estuvo a nada de agarrarle la ropa pero no fue el caso, con algo de prisa miró a sus compañeros. - Me voy corriendo Los que tuvieran mayor oído pudieron escuchar un  débil- si llego antes me libro... justo antes de que se transformase en gato y empezase a correr en dirección a su casa subiéndose con enorme agilidad a uno de los muros que separaban el jardín de una casa cercana. 

-Esp - Iba a hablar cuando la madre de Ryusei nos había dicho una cruda realidad que no nos gustaba nada quizás a muchos de nosotros. Sin embargo Aizawa habló y me detuvo en su momento hablando de forma sensata y quitandome la idea de ir a por Ryusei - ¿No hay forma de evitarlo? Si quiere estar aquí es porque quiere ser un heroe... ¿No? - Dije por lo bajo mientras Aizawa-sensei seguía hablando y yo miraba a Ryusei de fondo - Me da pena... - Sin embargo Aizawa se marchó y Eru hizo un amago de hacer lo mismo - ¿Eh? Esta vez no te me escapas - Alcé la mano para atrapar su muñeca y me sorprendió al estirarse mi cuerpo cuando el salio corriendo.

-Oh... mierda... - Me giré rápido mientras seguía estirandome - Bueno chicos, me voy hasta mañana - Y no me dió tiempo a terminar la frase cuando ya estaba reaccionando a ese estiramiento siendo que estaba llegando a mi otro extremo.

Cuando me dejé soltar de donde estaba y me lancé con la misma fuerza que su aceleración contra el siendo que al llegar le tiré por el suelo sin querer. - Ay ay ay... L-lo siento... Culpa mia, no pensé que saldrias corriendo, aunque supongo que es por Aizawa y su baño... Sinceramente lo necesitas - Escupí un poco siendo que al chocarme contra el había tragado un poco del barro que tenía en su cuerpo - ¿Que digo? Ahora no te escapas - volví a cogerle la... Cuerpo. Era un gato - Esto... no me he dado cuenta... Ahora entiendo por qué tenía barro en mi interior. Esto... ¿Te importaría cambiarte? Tengo que hablar contigo y no he conseguido pillarte antes...

Esperé a que volviera a su forma humana y de nuevo no le dejaría escaparse siendo que casi le esposé con mi mano mientras le acompañaba a casa - Siento si he tenido que transformarme en Aizawa y eso te ha hecho sentir mal... P-pero solo lo hice porque... Quería ganar... lo necesitaba. Bueno, eso y que la lluvia me hace ser como soy hoy. - Negué con la cabeza fuertemente - No me desvio. He visto los recuerdos de Aizawa y lo siento, he invadido vuestra intimidad sin querer y no quiero que te sientas traicionado por mi... No era mi intención, y aunque no hay mucho comprometido que ver en los recuerdos de Aizawa, quería pedir disculpas... No me gustaría perderte como amigo. - Ya había pasado una vez y no pensaba permitir que pasara otra y mucho menos en una academia que me gustaba mucho y con alguien que había confiado tanto en mi.

Se alejaron lo suficiente de la academia para asegurarse de que ninguno de sus compañeros le hubiesen seguido, decidiendo iniciar el plan de busqueda, pero entonces... Aquella figura aterrizo desde uno de los tejados justo detrás de Takumi, colocando la mano en su hombro para que se percatase de su presencia.

-No hagan nada de lo que se arrepientan luego... -dijo fríamente Aizawa mientras se retiraba las gafas, soltando a Takumi para después verles a ambos. -. ¿De verdad creen que no me daría cuenta? No puedo permitir que se pongan en peligro por Tamaki; ella no querría eso. Estamos haciendo todo a nuestro alcance para dar con los villanos y rescatar a todos los secuestrados, pero no podremos progresar si más estudiantes se siguen implicando de esta forma... ¿Quieren ayudar de alguna forma? Esta bien: los tendré al tanto de la investigación y así podrán opinar, pero no es prudente que salgan por su cuenta a buscar a los culpables... -Shota retrocedió un par de pasos, sin dejar de fijarse en ustedes con esa mirada vaga suya. -. Hoy una estudiante ya se ha enterado de lo que ha pasado, pero ya hablaré con ella para tenerla en las mismas condiciones que ha ustedes; se que el silencio no podrá durar para siempre, pero mientras mantengamos el control y la calma podremos progresar más rápidamente entre todos. Entonces: ¿Se van a comportar como héroes maduros y van a cooperar?

...Pero aquel par de pasos llegó demasiado tarde. Debo aceptar que me distraje, conmovida por cómo varios de mis compañeros comenzaron a disculparse uno tras otro con solemne actitud, más no esperaba que la madre fuera a reaccionar de la forma en que lo hizo, ¡mucho menos la aparición de Aizawa-sensei!

Sucedió también que, pese a los triste que resultaba la decisión de la madre, una parte en mi interior recordó a aquel terrible suceso acontecido en mi pasado, lo que de alguna manera comenzó a definir mi vida y personalidad desde temprana edad; invadida por un dejo de amargura, sollocé al pensar que quizás la resolución de la mujer era en algún punto correcta, me sentí aliviada por Ryusei, de hecho, pero al tiempo me pregunté si él eventualmente comprendería la razones de progenitora. Impulsada por un suspiro logré acercarme finalmente hacia donde estaban los otros, más junto al sensei la mitad había decidido partir por sus propias razones.

— C-creo que yo también debo irme — le dije en voz baja a Sora-chan y acto seguido le hice un ademán para completar la despedida. Mis pasos no me alejarían tan rápido como los de Eru-chan, sin embargo, pero teniendo tanto qué pensar no es como que el camino a casa se me fuera a hacer especialmente lento.

Estaba tan absorto en su carrera contra Aizawa que no se dio cuenta de la sensación fría y húmeda que su cuerpo sentía en esos momentos alrededor de la cintura gatuna por lo que acabó disparado hacia el suelo de la acera y sintiendo como el aire lo iba abandonando poco a poco mientras lo veía todo de color de rosa a su alrededor. Luchaba por salir hasta que Eby se dio cuenta de donde estaba el gatito y lo sacó del apuro. Se transformó en humano bastante sonrojado y miró a Eby. - Y-¡Ya sé que lo necesito!... Está bien... S-Solo... ¡No me gusta el agua me hace sentir desprotegido y débil! Se estaba excusando de una forma algo graciosa hasta que esta empezó a hablar de nuevo y entonces fue cuando el rostro de Eru palideció, como si hubiera visto salir un fantasma de la boca de su compañera de clases, quedándose quieto sin saber qué responder hasta que por fin tuvo el valor de hacerlo levantándose de un salto y poniendo un rostro que podría clasificarse como defensivo pues aún pareciendo tener miedo la miraba con amenaza como si tuviera que defenderse de la chica. - Yo... No soy tu amigo, no somos nada. Lo dijo con una frialdad increíble justo antes de volver a transformarse en un gato pequeño el cual la miraba con unos ojos que expresaban claramente que no era buena idea seguir ese hilo de conversación por lo que se echó a correr rápidamente en dirección a su casa aunque estaba claro que su intención era esconderse en algún lado para no ser pillado por banda. 

Estaba llegando al apartamento cuando se encontró con las luces encendidas por lo que decidió que no era buena idea entrar por la puerta principal, lo mejor era hacerlo por una de las ventanas y esconderse rápido en algún rincón para no ser encontrado. Aunque al inicio de su carrera tenía la mente llena de preocupaciones y recuerdos sobre sus anteriores "amistades" el alma felina se apoderó de su mente con rapidez a causa del instinto de supervivencia siendo que en esos momentos era un gato por completo, no razonaba como humano realmente. 
Abrió del todo la ventana pues esta por suerte estaba ligeramente abierta, lo suficiente para con una pata arrastrar y entrar... Hacia su trampa. El maullido desesperado por zafarse de la red en la que se había metido haría aparecer rápido a su dueño al cual le esperaba otra sesión nocturna de arañazos y mordiscos por todo el cuerpo, sobretodo por las manos antes de ser mimado a lametones por un Eru avergonzado tras la cena. Lo bueno de todo eso es que al menos le quitarían la porquería que le quedaba encima. 
 

-No tienes por qué bañante con agua - aclaré aún quitandome el barro de dentro - Soy una experta en el agua... Puedes usar una toalla mojada y pasartela por encima, no te mojará tanto pero te limpiará igual que una ducha, o incluso puedo limpiarte yo con mi cuerpo... aunque ya lo he hecho un poco. - Aclaré un poco ante el miedo del chico gato ante el agua. Mira que había maneras y la primera que pensé que solía usar sería su lengua, aunque después de conocerlo mejor lo descarté.

Luego pareció que mis siguientes palabras le hicieron mella pues estaba actuando de un modo extraño hasta que me gritó que no eramos amigos. Aquello me dejó desconcertada y paralizada tanto que cuando se convirtió en gato y le miré no actué. No entendí por qué lo dijo... pero dolía un poco. Alguien que había tomado confianza conmigo y no me odiaba por lo que ya sabía... Igual fue justo por copiar a Aizawa por lo que me odiaba ahora. Simplemente me levanté de allí y me dirigí hacia mi casa sin detenerme.

Sora se puso de pie y observó a Ryusei irse, observándole. Esperó pacientemente a ver si este miraba hacia atrás, mirándole con ánimos confiados una última vez. El profesor apareció para darles una breve indicación y su forma de "animarlos" o eso entendió, lo cual le hizo asentir antes de que se marchara.

-No se preocupen. -dijo, poniendo los brazos en jarras tras que madre e hijo se marcharan- ¡No creo que Ryusei-kun vaya a dejarnos!

Limpió las rodillas momentáneamente.

-La señora es muy parecida a mi madre, está preocupada y tiene razones...pero Ryusei-kun eligió venir aquí por un motivo. -llevó el puño lateralmente a la otra mano, dando aire de estar señalando algo natural-  Estoy segura de que ese motivo hará que eventualmente hable con su madre y llegarán a un entendimiento. Confío plenamente en ello, de hecho.

Dicho esto, se giró a Ciel.

-Tengo tiempo antes de mis rutinas nocturnas, Ciel-kun. ¡No tengo problemas en acompañarte! -señaló hacia la salida, encarándose hacia allí- ¡Al hospital! 

Takeshi nunca se espero la aparición del sensei,  la consternación y el espanto se apoderaron de su incorporeo ser fundido en la armadura qué lo alberga de momento, su mano en eñ hombro de Takumi, antes de empezar a hablar.

-Lo... Lo comprendo... Sensei, yo estaré encantado de saber cómo va el avance en la investigación del secuestro de mi hermana-

Tuvo qué afirmar,dando el brazo a torcer de momento, pero el chico solo estaba manteniendo una fachada, el mejor momento para hacer uso de su poder en la busqueda de su hermana, y ser imperceptible a los ojos del enemigo, pero debia mantener sus planes lejos de Takumi, no queria poner en peligro a su único amigo.